Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Los tarranes - por José Torma

Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com

—Cuénteme una historia, papá —dice Simón con respiración entrecortada. Su padre le acomoda la mascarilla de oxígeno que él insiste en quitarse.

—Ay, muchacho loco, tienes que descansar para la cirugía, el doctor va a venir y seguro me echa la bronca por tenerte despierto…

—¡Una vez y ya! —finge la voz aniñada, sabiendo que siempre le funciona—. La de los tarranes.

Le suelta la mano y arregla sus almohadas, es en momentos como este cuando más extraña a su esposa. Disimulando un suspiro y limpiando una lágrima traicionera, comienza:

“Hace ya casi diez años, cuando estabas por cumplir los ocho, fuimos al pueblo a visitar a tu abuela. Tu tío Carlos fue a recogernos a la central de autobuses. No le había dado tiempo de cambiarse, así que ahí estaba, con el uniforme de gala de la banda de guerra de su escuela, luciendo la levita con el porte que solo la juventud te puede otorgar.

—¡Tío! —corriste a abrazarlo—. ¿De qué estás disfrazado?

—Anda, muchacho grosero, me tuve que salir de la práctica y así me pagas. ¿Quieres venir conmigo?

—¿Puedo, papá? —me preguntaste abriendo tanto los ojos que pensé se te iban a salir.

—Hermano, si nos lleva a la escuela, se puede llevar el auto y volver por nosotros en la tarde —intervino tu tío—. Ya está grande el Simón, seguro se porta bien.

Sonriendo acepté, no tenías muchos motivos para estar contento; en especial desde la muerte de tu madre, así que los llevé al campus.

Bajaste corriendo como loco mientras Carlos te seguía, tratando de no ensuciar mucho su uniforme. Fue maravilloso ver tu cara de asombro al ver a los dos pelotones realizando su rutina. Gallardos portaban sus uniformes a la vez que redoblaban sus tambores y tocaban sus cornetas…”

—Los tambores siempre me han impresionado —le interrumpe.

—Sí, desde muy niño, aunque siempre los llamaste “tarranes”, tu madre y yo nunca supimos por qué.

Guarda silencio al ver que parece quedarse dormido y, con cuidado, se levanta de la cama, pero Simón lo detiene.

—No ha terminado, padre. Siga, por favor.

Rodrigo suelta un suspiro y continúa con su relato:

“Poco te importó que fuera un ensayo formal, te pusiste a desfilar imitando lo mejor que podías los movimientos marciales. Los muchachos hacían un esfuerzo por no reír, eras muy gracioso.

Llegando a la casa, tu tío se puso a enseñarte a tocar el tambor. Eras pequeño para tocar la corneta. Aún no puedo creer que tu tío haya lidiado contigo sin chistar; mucha paciencia tenía. No puedo decir lo mismo de tu abuela, más de una vez quiso reventarte el tambor en la cabeza, pero en realidad a mí no me importaba. Estaba contento de verte tan feliz.”

—Aún conservo las baquetas, las uso todavía.

Un acceso de tos le impide continuar, se retira la mascarilla e intenta levantarse de la cama. Rodrigo, al ver lo severo del ataque, llama a la enfermera.

—Señor González, necesito que salga; vamos a estabilizarlo y prepararlo, el doctor ya viene en camino —le informa la enfermera mientras, con mano firme, lo retira de la cama.

—Le prometo que no estorbo —le dice en voz baja.

Simón nació con un soplo “funcional”, había dicho el cardiólogo. Normal en muchos niños, la situación se corregía al llegar a la edad adulta en la mayoría de los casos; solo que en el suyo no había sido así. Hacía una semana se había sentido mal y había sufrido un desmayo en el patio de la escuela practicando con la banda.

Rodrigo sintió que moría cuando recibió la noticia, a pesar de que el doctor estaba muy seguro ante el resultado de la operación, él enloquecía al imaginar que iban a abrir a su hijo para repararle el corazón.

Cuatro horas debía durar la operación. Le emocionaba ver el compañerismo de la banda, que estaban ahí, pendientes de lo que pudiera pasar.

Pasadas cinco horas, el doctor se acercó a Rodrigo y, éste, con una seguridad que estaba lejos de sentir, le preguntó por el resultado.

—Todo salió bien. Lo estamos pasando a terapia intensiva. En unas horas podrá verlo.

Rodrigo rompió en llanto mientras lo abrazaba.

—Muchas gracias.

Una semana después, en franca recuperación, su padre abrió la
ventana mientras su amigo Francisco daba la voz de orden a sus compañeros, que formados en el patio, esperaban la señal.

En ese momento, y ante la sorpresa de Simón, los tambores comenzaron a sonar.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

36 comentarios

  1. Que emotivo relato José!
    Me ha gustado mucho lo de tarranes que me imagino que será por el ruido que hacen.
    Felicidades!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 13:00
  2. 2. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Compadre de Nuevo vuelves a echar la casa por la ventana con una emotividad que raya las fibras mas profundas de cualquier lector. Tu especialidad se ha converrtido en producir lágrimas. felicidades y continua con esa exelsa forma de escribir. Enhorabuena.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 17:55
  3. 3. tavi oyarce dice:

    Hola José.

    Muy emotivo tu relato. Como siempre es un agrado leerte. Manejas muy bien los diálogos y la historia.

    Solo un alcance: creo que en estas dos palabras, “estabilizarlo y prepararlo,” según mi parecer sobra una. Es lo único que me hizo detenerme al leer tu cuento.

    Te felicito

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 20:13
  4. 4. lunaclara dice:

    Hola Jose! Yo te comento tambien por aqui. La verdad es que cuando me dijiste cómo te surgió este relato lo vi con otros ojos, y ya no me pareció tan sentimental.
    Pero, por favor, ¿experimentarás en algun relato con giros de esos que nos descoloquen? Sería el novamas!! 🙂
    Felicidades compañero!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 20:56
  5. 5. Netogonzo dice:

    Que tal jose,

    Me gusta es facilidad que tienes para meternos en la zonas emotivas dentro de tus textos, usas las palabras justas para que se nos clave la emocion del momento y sintamos lo mismo que los personajes.

    Felicidades, y ya te la sabes, soy seguidor de tus textos

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 03:15
  6. 6. juanjohigadillo dice:

    Bonito relato.
    Me recuerda una determinada escena de la película “Tocando el viento” y la facilidad que tiene la música de activar determinados “resortes” sentimentales.
    Como única pega -si se puede llamar así, pues es sólo una opinión- te diría que quizá, sólo quizá, con menos diálogo tampoco perdería nada de fuerza.
    Saludos desde Pucela.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 09:03
  7. Emotivo relato, muy bien construido y con una historia ademas de emotiva, sentimental y creible. Los personajes fueron bien construidos y los ambientes son faciles de imaginar.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 18:24
  8. 8. J.Sfield dice:

    Muy buen relato, José. Expresas a la perfección lo que llega a sufrir un padre por un hijo. Yo no encuentro ninguna pega a tu texto, me ha gustado mucho. ¡Enhorabuena!
    Un saludo.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 22:42
  9. 9. José M Quintero dice:

    Hola Jose.
    Me gusto mucho tu relato, es muy emotivo, por un momento llegue a pensar lo peor pero que bueno que tuvo un final feliz.
    Me gusto que en tu historia se ve reflejada el valor de la amistad al ver a todo en el hospital junto al padre mientras esperaban noticias de los doctores.
    Excelente trabajo, Felicitaciones 🙂

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 16:25
  10. 10. Wolfdux dice:

    Como ya dije en tu blog, una historia muy buena. Sobretodo la frase de cierre que hace de guinda en el pastel. Perfecto. Un abrazo.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 10:29
  11. 11. Peter Walley dice:

    Hola José,

    Cada mes que pasa te superas un poco más, enhorabuena por el relato. Muy bien integrada la frase en la historia, felicidades.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 16:07
  12. 12. Diego Manresa Bilbao dice:

    Hola Jose,
    Me h gustado mucho tu relato, muy emotivo, y, por cosas que has dicho en otros comentarios, con implicaciones personales, lo cual lo hace mas emotivo.
    Mi hermano sufrio de algo parecido, dos operaciones, y no hay dia que no me acuerde de esos dias, o cada vez que leveo, ya recuperado…
    Un abrazo!!!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 18:16
  13. 13. Iracunda Smith dice:

    Un final feliz siempre es un buen final. Es una historia preciosa, Jose.

    Un saludo, ¡nos leemos!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 18:51
  14. 14. Silvyt dice:

    Hola Jose!
    Te agradezco enormemente el final, ya me había puesto yo en lo peor. Es increíble el abanico de emociones por el que he pasado con tu relato.

    ¡Enhorabuena! Nos leemos

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 18:53
  15. 15. grace05 dice:

    ¡Hermoso relato!!!! Tierno y conmovedor con un final feliz que hace que el corazón me vuelva al cuerpo. Un sin fin de sensaciones, que como de costumbre en tus relatos encienden los sentidos.
    ¡Felicitaciones!!!!!
    Te invito a comentar 33

    Escrito el 1 junio 2015 a las 00:20
  16. 16. Cesar A. Martin dice:

    Hola José, está claro que uno no se puede retrasar en pasar por tu relato, ya te han dicho de todo.
    Te iba a comentar que era una historia muy vivida y por lo que he leído en los comentarios hay trazas autobiográficas, quizás por eso consigues involucrarnos tanto en la historia.
    Como siempre, con el taller como excusa, nos traes una preciosa escena.
    Enhorabuena y un abrazo.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 09:14
  17. Hola José
    Has escrito una historia muy bonita y muy tierna, me ha enganchado. Hay alguna palabra que, debido a la calidad del texto, y siempre en mi opinión “chirría ” un poco. ….para “repararle” el corazón (yo hubiera puesto para sanarle u operarle. Por lo demás, fenomenal, como siempre en tus escritos. ¿Felicidades! un buen trabajo
    Si te apetece el mio es el 64-Emoción
    Un fuerte abrazo

    Escrito el 1 junio 2015 a las 09:40
  18. 18. beba dice:

    Hola,José:
    Ya con 17 comentarios, llego tarde al reparto; pero igula aplaudo. Un excelente relato, emotivo, bien contado, y bien escrito.
    Felicitaciones.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 15:17
  19. Te dije que era un relato cargado de esa emoción inocente que sueles imprimir a tus relatos con protagonistas infantiles.
    Es algo que se te da de miedo y no soy, por lo que se ve, la única que opina así ;P
    Un gran trabajo, amigo, como siempre.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 17:51
  20. 20. Tinta Negra dice:

    ¡Buenas José Torma! Me alegro de que hallas estado en los diez relatos que siguen al mío. No había leído antes ninguno de tus trabajos, solo comentarios, y ya me gustó tu forma de pensar y expresar tus ideas. Cuando vi tu nombre intuí que me gustaría tu forma de narrar, y así ha sido. Juegas muy bien mezclando los diálogos y el narrador, parando el tiempo y continuando con la acción en la trama, con mucha soltura, toda una ventaja para realizar trabajos más largos(¿una novela?). En ningún momento me detuve por fallos en la forma, nada puedo aportar para mejorarla. La historia es conmovedora y realista, sin cursilerías ni excesos de dramatismo sino muy humana y de sentimientos bonitos. El amor paterno filial lo has bordado. Me gusta como escribes. Te seguiré leyendo compañero. ¡Un abrazo!

    Escrito el 2 junio 2015 a las 11:20
  21. 21. Pato Menudencio dice:

    Hola José, pasaba a dejar mi saludo y reiterar lo que muchos corroboran: Tus relato presentan mucha emotividad, cosa que yo jamás podría hacer porque es algo no se me da ni a palos, y en eso radica tu estilo.

    Saludos compañero.

    Escrito el 2 junio 2015 a las 16:09
  22. 22. Darkristal dice:

    Esto ya lo había leído y no veo mi comentario por ningún lugar D:
    Bueno, he de decir que tiene el estilo que siempre encuentro en tus trabajos, con niños de protagonistas o secundarios, pero siempre presentes e historias tristes que pueden torcerse para tomar un respiro, frecuentemente para llegar a buen puerto.

    Me ha gustado el ambiente que diseñas, como siempre muy bueno, cuando sea grande, quisiera superarte XD

    Escrito el 2 junio 2015 a las 22:32
  23. 23. marazul dice:

    José, tu historia que puede ser real llega al lector. Escribes con el corazón y eso se nota, transmites. Por otro lado le das mucho protagonismo al tambor, lo enlazas con la niñez y con la adolescencia. ¿Porqué a todos los niños les llama tanto la atención un tambor?. En el caso de Simón es un recuerdo de su niñez pero también es la celebración a su recuperación. El ciclo se cierra.
    Lo expresas con un lenguaje coloquial y sencillo que todos entendemos.
    Un saludo muy cordial José

    Escrito el 2 junio 2015 a las 22:43
  24. 24. El Ciervo Alado dice:

    Impecable relato, José! Realmente, y creeme soy realista no encuentro nada para modificar.
    Un saludo de tu compañero el Ciervo Alado

    Escrito el 3 junio 2015 a las 00:15
  25. 25. KMarce dice:

    Saludos José:

    Como he estado desvelada, ando la vista “blur”, hoy me he pasado sube que baja entre los relatos para buscar el tuyo, me he leído y comentado unos cuantos arriba, otros cuantos abajo. Y pensaba: “Que no estoy loca, yo ví a José por aquí…”, hasta que al fin te he encontrado 😛 😀

    Voy a darte unas pegas… nah! que nos las veo, tengo los ojos llenos de lágrimas.
    Te cuento que eso mismo le diagnosticaron a mi sobrino, quien ahora tiene veinte años, pero a Dios gracias, al crecer su condición quedo “reparada”; pero durante años estuvimos de un hilo…
    Así que has traído a mí muchas memorias, adicional que mi mejor amigo fue sometido a una cirugía corazón abierto por otras razones, pero el recuerdo evoca.

    Y yo amo los finales felices. No hay nada más que me conmueva que el amor, el perdón, la compasión, ser solícito para ayudar a alguien… tan breves palabras finales y tantas emociones anudadas.

    Solo me resta felicitarte José, que lindo relato. Si tuviera, me quitaría el sombrero…

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 3 junio 2015 a las 02:53
  26. 26. ILLARGUIA dice:

    Don Jose luis, hermoso relato. Tenía razón la madre, un tambor es el mejor regalo para un sobrino, no para un hijo. Hace poco hice la prueba y creo que sus padres todavía me odian.
    Soy de la Sierra de Cuenca, Castilla La Mancha, pero aunque no soy mexicano, no me habría importado serlo.
    Tambores del corazón.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 09:33
  27. 27. Demetrio Vert dice:

    Hola José, leí hace unos días tu relato. No lo comenté porque me gusta hacerlo con tiempo y devoción. Me gustó. Ya lo comento con tranquilidad.

    Gracias por leer el mío.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 18:11
  28. 28. Leonardo Ossa dice:

    Hola José.
    En este mes he tenido menos tiempo, pero poco a poco he venido leyendo las historias de todos los compañeros. Tenía pendiente en mi agenda leer el tuyo, pues lo que he leído en tu blog y en el mes pasado con el “incendio en el Orfanato San José” me ha gustado. Han sido relatos muy emotivos que leo con agrado. No encuentro en los comentarios de los compañeros observaciones que te indiquen corregir algún aspecto del texto, lo que tampoco yo te diré, por no hallar nada para comentar.
    Agradezco mucho tu nota en mi relato y tomo nota de las observaciones que me hiciste, son muy acertadas.
    ¡Saludos!

    Escrito el 4 junio 2015 a las 22:04
  29. 29. Roger/NHICAP dice:

    Hola José,
    Gracias por pasarte por mi relato.
    Hasta finales de este mes no puedo leer los textos de mayo, pero no dudes que recibirás mi opinión sobre el tuyo.
    Sigue bien y un abrazo.

    Escrito el 5 junio 2015 a las 09:59
  30. 30. Thelma López Lara dice:

    Hola José, muchas gracias por leer mi relato y por tus palabras.

    Tu relato está hermoso, es una historia muy emotiva. Sólo me resta felicitarte.

    Te cuento participé en la revista Literatta. Ahora en junio salen los resultados.

    Gracias.

    Escrito el 5 junio 2015 a las 23:23
  31. 31. Dante dice:

    Hola José:

    Impresionante y muy emotivo relato. Me gustó muchísimo. Te felicito por la extraordinaria calidad de la forma y del contenido y por el excelente manejo del vocabulario y del ritmo narrativo.

    Sólo voy a realizar pequeñísimas observaciones formales, que son pocas y algunas subjetivas. Luego pasaré al análisis del relato en sí, del que, adelanto, sólo puedo decir maravillas.

    Las oraciones: “Le suelta la mano y arregla sus almohadas, es en momentos como este cuando más extraña a su esposa. Disimulando un suspiro y limpiando una lágrima traicionera, comienza:”, “Rodrigo suelta un suspiro y continúa con su relato:” y “Un acceso de tos le impide continuar, se retira la mascarilla e intenta levantarse de la cama. Rodrigo, al ver lo severo del ataque, llama a la enfermera”, sugeriría pasarlas a tiempo verbal pasado, para salvar la coherencia de tiempos verbales. Las oraciones transcriptas son intervenciones de un narrador omnisciente, y si bien el diagnóstico médico que a modo de recuerdo o “flashback” viene después está en pasado y sería compatible con el presente, ya no es compatible que los sucesos posteriores (fin de la operación, convalescencia y sorpresa de la banda) estén en pasado si lo demás está en presente. Más aún esos “sucesos posteriores”, necesariamente tienen que ir en pasado para que encaje bien la frase “los tambores dejaron de sonar”. Por lo que creo que hay buenos fundamentos para realizar ese cambio que, lejos de desmerecer el relato, lo realzaría aún más.

    Por lo demás, sugeriría reexaminar la puntuación de esta oración: “Rodrigo sintió que moría cuando recibió la noticia, a pesar de que el doctor estaba muy seguro ante el resultado de la operación, él enloquecía al imaginar que iban a abrir a su hijo para repararle el corazón”. En su lugar creo que sería conveniente reexpresarla así: “Rodrigo sintió que se moría cuando recibió la noticia. A pesar de que el doctor estaba muy seguro del resultado de la operación, él enolquecía al imaginar que iban a abrir a su hijo para repararle el corazón”. Creo que de esta manera podría ganar más claridad y fluidez la lectura, y además, se reforzarían ambas frases, sobre todo la que mayor impacto le produce a Rodrigo y a nosotros los lectores para que empaticemos con él: sintió que se moría.

    El resto de mi comentario son marcados elogios y recomendación a todos para que lean este maravilloso relato.

    Me pareció que usaste de un modo excelso el recurso de los diálogos, y aunque el verdadero narrador es tercera persona omnisciente, prácticamente queda “oculto” o enmascarado por los diálogos que son el verdadero motor de la historia y lo que en cierto modo la hace todavía más “querible” o enternecedora. El hecho de que un niño esté en un hospital preparándose para una cirugía y que pida un cuento a su padre ya es de por sí conmovedor, y más lo es si se muestra el diálogo.

    Asimismo, los diálogos están muy bien construidos en cuanto a la estructura y en cuanto a lo que dicen los personajes. Perfectamente adecuados para un padre y un hijo.

    Me encantó la referencia a la banda y a la amistad. Aún cuando no hayas querido dejar una moraleja ni te hayas propuesto que los lectores saquemos conclusiones, el relato sirve para reflexionar y nos llama la atención sobre tantas cosas que por cotidianas no valoramos: la familia (sobre todo si alguien no está, como la madre de Simón), los pequeños placeres o cosas que nos agradan y que hasta pueden definir nuestra vocación, los amigos y la amistad, la música y el acceso a la educación y a la salud del que, lamentablemente, tantos seres humanos carecen. Todos esos elementos se conjugan y hacen a la historia tan entrañable como verosímil.

    Siempre digo que la verosimilitud es una de las metas que debe perseguir todo escritor, cualquiera sea el género acerca del cual escriba. Pues bien, este objetivo ha sido cumplido con creces y se ha retroalimentado positivamente con todo lo dicho anteriormente, dando como resultado que nos atrapes absolutamente con la trama, de principio a fin.

    Destaco también el final “mixto” que usaste. Narrativamente hablando, es un final cerrado: viene la banda y empieza a tocar. Pero no deja de ser abierto porque todo el “material” emocional previo que hay, que es tan denso (en el buen sentido), tan profundo y tan rico, nos fuerza a imaginar que después de eso algo sigue. Y en ambos casos, es un final feliz que condice perfectamente con la historia.

    Un final feliz o uno infeliz a secas pueden debilitar una historia. En este caso, el final feliz es una opción adecuada, que es objetivamente consistente con la historia y que deja contento al lector en su subjetividad. Por otra parte, en lo que tiene de “cerrado” el final, puede decirse que es un gran acierto de tu parte, dado que con una frase tan sugerente como “los tambores comenzaron a sonar” es inevitable pensar en un final abierto. Me atrevería a decir que el tuyo es el primero propiamente cerrado que he visto. Sin que esto invalide lo que dije en el párrafo anterior. El final es cerrado, pero lo “abre” la fuerza emocional que viene arrastrando a la imaginación y a la sensibilidad del lector como un río tan caudaloso como impetuoso.

    Finalmente, el otro detalle que me parece también excelente es el título y también me agrada que se lo haya tratado en el texto. Los tarranes. ¡Qué originalidad! Y cuánta verosimilitud para poner la palabra en la boca de un niño pequeño. Suena muy bien y además se puede imaginar y “ver” en la mente al igual que todas las escenas narradas en este texto.

    Te felicito nuevamente y espero que nos sigamos leyendo.

    Saludos.

    P.D.: Dos cosas: una, en mi relato te agradecí tu comentario dejándote un mensaje. La segunda: entre esta historia tuya y la mía anterior (La Maldición – relato N° 86), podríamos hacer un “crossover”, porque el protagonista de aquella era un cardiocirujano :), para el que creo que hubiera sido un honor salvarle la vida a Simón.

    Escrito el 6 junio 2015 a las 21:16
  32. 32. Adella Brac dice:

    Excelente relato, José, lleno de ternura.
    Suerte que no me tocó ser uno de tus comentaristas anónimos porque me resulta imposible decirte algo negativo 🙂
    ¡Un saludo!

    Escrito el 8 junio 2015 a las 09:23
  33. 33. José Torma dice:

    Muchas gracias a todos.

    Escrito el 11 junio 2015 a las 15:19
  34. 34. Miranda dice:

    Llegar la 34 y después de comentarios tan elaborados como el de Dante, me deja sin palabras.
    Ya sabes que la historia me gustó mucho y creo que debes seguir escribiendo en esta línea, manejas de forma excelente la sensibilidad, sin rozar para nada la ñoñería. Creas unos personajes con una ternura desbordante que los hace entrañables.

    Me reafirmo como tu fans. ¡¡¡Enhorabuena Torbellino!!!

    Escrito el 12 junio 2015 a las 19:34
  35. 35. Roger/NHICAP dice:

    Hola José,
    Resulta difícil que la historia que nos cuentas, y de la manera que la muestras, no llegue a impactar al lector.
    Me sumo a los elogios que ya te han hecho.
    Eres un claro ejemplo de la destacada sensibilidad que pude comprobar durante mis años en tu país y en la mayoría de tus paisanos,tanto mujeres como hombres,desde chilangos a regiomontanos,pasando por mis amigos en Querétaro y Bajíos, de Celaya a San Luis Potosí.
    Te mando un abrazo y mi felicitación.
    un abrazo.
    y

    Escrito el 15 junio 2015 a las 13:59
  36. 36. Leonardo Ossa dice:

    José, nuevamente gracias por haber pasado a comentar mi historia, ya te mencioné lo acertado que me parece tu anotación.
    Estaré atento a leer tu micro en la participación de este mes.
    Saludos!

    Escrito el 25 junio 2015 a las 05:14

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.