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Un reencuentro - por Andresjp
Siempre me lo decía al oído, recuerdame al ritmo de los tambores. Que el retumbar de su música envuelva tu cuerpo y deja que el ritmo te guíe.
Sentía que el latir de mi corazón y el resonar de sus tambores estaban conectados, ellos eran los que me daban la vida. Pero ahora ya no había vida, mi corazón ya no latía y aquellos tambores desaparecieron. Él nunca más los tocaría. Mi vida sin él empezó a ser gris y monótona, ya no había esa emoción que él inyectaba a los días aburridos y cotidianos. Sin él incluso una aventura en la selva amazónica no sería más interesante que pasear por el parque de mi barrio. Después de su muerte mi vida en esta ciudad no tenía sentido ni dirección, así que decidí dejarlo todo. Abandonarlo todo e ir en búsqueda de ese sonido primigenio, ese retumbar que mi vida ansiaba y que se fue con él. Fui al banco y retiré todo el dinero que había reunido durante estos años. Vendí mi coche, mis joyas y todos los objetos que tenían algo de valor y sin demora fui a una agencia de viajes a comprar un boleto para Pararakelse, la pequeña isla en donde él había nacido.
Después del largo viaje por fin llegué a aquel paraíso. Muchas veces él me había contado varias historias sobre aquella isla, sobre su gente y sus leyendas. Él la describía como la isla más hermosa del mundo y ahora que yo estaba ahí podía confirmar aquello. Me hospedé en el primer hotel que encontré y estuve por días recorriendo las calles de aquella ciudad sumida en mitad de la selva. Sus habitantes eran todos amables y siempre iban con una sonrisa por las calles. Pero a pesar de todo, seguía sin llenar el vacío que me dejó su partida. Estaba a punto de dejarlo todo y regresar a mi antigua vida, pero una noche algo sucedió. Mi corazón comenzó a latir como antaño lo hizo con él y sus tambores. Esa vibración dentro de mi ser me levantó de la cama y me obligó a salir del hotel. No era consciente de mis actos, simplemente me dejaba llevar, justo como él me lo repetía siempre. Aquel sentimiento me llevó hasta una parte desolada de la ciudad, se acababan las casas y las calles, en su lugar la selva se levantaba frente a mí, imponente y aterradora. No lo pensé dos veces e ingresé en aquel desconocido lugar. Muchas personas me habían dicho que tenga cuidado y que no vaya a la selva ya que es peligrosa para los turistas y más si van solos, pero a pesar de todas esas advertencias mi cuerpo no se podía detener. Aquella sensación era demasiado poderosa como para detenerme, mi cuerpo ya no me obedecía. Caminaba como hipnotizada, solo rodeada de plantas y sonidos aterradores mientras la luz de la luna iluminaba mi camino. Así pasaron un par de horas y seguía sin entender lo que sucedía, hasta que empecé a escuchar aquel sonido. Al llegar a aquel lugar en medio de la selva vi a un grupo de jóvenes que hacían retumbar la selva al ritmo de sus tambores, mi cuerpo reconoció aquella manera de tocar y comenzó a moverse solo, justo como él me había enseñado años atrás. Sin pensarlo dos veces y sin miedo a nada salte en medio de la fogata que estaba en medio de aquellos músicos de la selva, y empecé a bailar, liberando así mi cuerpo, mi mente y sobre todo mi espíritu. Aquella noche fue tal el éxtasis que me envolvió que no recuerdo nada más, solo sé que aquella noche fui libre y feliz, como lo fui junto a él. Al siguiente día desperté en la cama de aquella habitación de hotel, sin saber cómo fue que regresé o si todo lo que viví simplemente fue fruto de mi imaginación, nunca lo sabré y no me interesa la respuesta.
Esa misma tarde regresé a mi ciudad y decidí abrir una escuela de baile, la música me hacía sentir viva y el baile me permitía disfrutar de mi existencia. Sé que nunca más lo volveré a ver pero entiendo también que él estará conmigo siempre que suene un tambor y baile al son de su música.
Mis alumnos habían llegado, todos me miraban con ansias de iniciar. Me puse frente a ellos y con una sonrisa en mi rostro y listos para bailar los tambores comenzaron a sonar.
Comentarios (2):
grace05
28/05/2015 a las 23:36
Me encantó tu historia. Clara, tierna muy romántica. Muy bien escrita , muy buenas descripciones lográs que el lector participe de las sensaciones del personaje
¡¡Te felicito!!!!
Te invito a comentar 33
Fabián
01/06/2015 a las 14:18
Aunque la redacción se puede mejorar un poquito, el contenido está muy bien.
•Forma
Te recomiendo que intentes utilizar mas sinónimos a lo largo de todo el relato, ya que al ser tan corto, la reiteración de palabras y frases hechas se nota mucho, y una de las principales características que tiene el español, es su riqueza, que permite decir lo mismo de muchas maneras diferentes.
Las palabras que más se repiten son: “aquel, aquello y aquella”
Ya veras como irán apareciendo en casi todas las observaciones que pondré.
“No lo pensé dos veces” Solo se repite una vez, pero igualmente, al tratarse de un relato corto la repetición se nota mucho.
“…hasta que empecé a escuchar AQUEL sonido. Al llegar a AQUEL lugar en medio de la selva vi a un grupo de jóvenes que hacían retumbar la selva al ritmo de sus tambores, mi cuerpo reconoció AQUELLA manera…” ¿Ves?
“Sin pensarlo dos veces y sin miedo a nada salte en MEDIO de la fogata que estaba en MEDIO de AQUELLOS…” En medio y en medio, demasiado juntos y no queda bien.
“AQUELLA noche….”
“…desperté en la cama de AQUELLA habitación.”
•Contenido
Esta muy bien, se lee muy rápido y se entiende todo a la primera.
Solo he hecho una observación:
“Esa misma tarde regresé a mi ciudad y decidí abrir una escuela de baile…” ¿Vuelve a su ciudad y abre un local? ¿Así sin buscar el local adecuado antes y sin papeleo? ¿O es solo una idea para un futuro próximo?
“Mis alumnos habían llegado, todos me miraban con ansias de iniciar…” Ah pues si, en una tarde encontró el local, lo alquiló, lo registró, lo condicionó, y ya le están llegando los alumnos y todo : P
Cuidado con este tipo de incoherencias temporales, hay que tener en cuenta que hay que dejar claro el paso del tiempo en nuestras historias, para que no parezca que sucede todo en 5 minutos o en un mismo día.