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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La niñez de Jok - por Marcelo Kisi

El papá de Jok había cavado durante semanas un enorme pozo, ahí debajo del armario, para que todos pudieran refugiarse llegada la hora. Pero papá un día se fue, llamado por las tropas libertadoras, y hace meses que no tenían noticias.

Cuando llegaron los árabes, mamá alcanzó a ordenarle a Jok que entrara al refugio. Mamá cerró el armario, a pesar de que Ayén, su hermana de catorce años, cinco más que él, no había vuelto aún de pastorear. Jok escuchó cómo llegaba y se abrazaba con mamá, justo cuando entraban los soldados. Escuchó gritos, golpes, rasgaduras de ropa, jadeos. Luego los gritos de hombres y mujeres, sus mujeres queridas, se fueron alejando.

Jok se acordaba de memoria las instrucciones de papá cuando terminó de cavar.

—Pase lo que pase —había dicho muy serio—, desde el momento en que entramos aquí, no hablamos, no hacemos ruido, apenas respiramos. Y esperamos dos días enteros. Sólo después, si no hay ruido, salimos a ver qué sucede.

—¿Y si tengo pis, papi?

—Aquí hay un balde. Hacemos acá y nos aguantamos el olor.

Jok calculó como pudo dos días, en especial por los ruidos de los animales a la mañana, que conocía bien. Entonces salió, pero no pudo reconocer su casa, porque los árabes habían roto todo.

Encontró una cesta de frutas debajo de una manta en otra casa llena de cadáveres y moscas. La agarró y emprendió el regreso. Cuando estaba por llegar a su casa, escuchó el ruido de un arma cuando la amartillan. Un soldado árabe le apuntaba desde una montaña de escombros. Asustado, soltó la cesta, corrió y se metió en el armario. Abrió la tapa en el piso y bajó al refugio. Esperó otro día.

Al salir vio dos frutas y un pedazo de pan en el medio de la calle. Se acercó sigilosamente, los tomó y volvió a mirar en todas direcciones. Allí, haciendo guardia sentado, el soldado árabe oteaba el horizonte. Al verlo, le apuntó con el rifle, y Jok volvió a correr. Un día más, pero ahora tenía pan y fruta.

El rito se repitió por varios días, Jok ya tenía claro que el soldado le estaba dejando comida, sin intenciones reales de matarlo. Una mañana decidió probar, y llevó una pelota. El soldado no se apuró a apuntarle. Jok pateó en su dirección, y empezaron a los pases. Un rato después, el muchacho árabe levantó su rifle y le apuntó. Jok corrió al refugio, y pensó que jugar con él había sido una trampa para matarlo. Entonces escuchó las voces de otros soldados árabes que llegaban, revisaban la aldea y luego se alejaban. El miliciano lo estaba advirtiendo, lo estaba salvando. Se llamaba Salim.

Pasaron muchos soles y lunas. Una mañana, al salir con el balde, escuchó ruidos de vehículos, y no esperó la señal de Salim. Entró al refugio. Escuchó tiros y gritos. Luego, las voces hablaban su idioma. Por un megáfono alguien preguntaba si había gente Dinka aquí. Jok salió y se sintió mirado por muchos soldados y enfermeros sonrientes, que vinieron a abrazarlo. Todo había terminado.

Con la vista buscó a Salim. A poco lo vio tirado muerto entre unas tablas. Se subió a una ambulancia y viajó mirando atrás, a su amigo y salvador, hasta que éste desapareció.

Una de las carpas en el campo de refugiados había sido habilitada como escuela, y allí conoció a otros niños huérfanos como él, provenientes de muchas aldeas y tribus. Algunos de ellos habían sido obligados a luchar junto con los árabes y a hacer cosas horribles. En los recreos contaban algunas y fanfarroneaban un poco, pero otras las callaban y se quedaban como tristes mirando el suelo y pateando piedritas. Jok había sido muy afortunado.

—Queridos niños —anunció un día el maestro—, nuestro pueblo se puede sentir privilegiado, pues hemos logrado la independencia. Mañana habrá un gran desfile y nosotros también marcharemos. Estén orgullosos.

Al día siguiente, Jok se encontró en medio de una gran fiesta, formando varias filas con sus compañeros, todos con enormes tambores colgados del cuello. Como un reflejo, como lo hacía en la aldea, miró a la multitud buscando a su mamá y a su papá, que siempre venían a verlo actuar. No los vio, y se acordó de todo lo ocurrido. Como un volcán que hubiera esperado siglos hasta hacer erupción, Jok se permitió llorar.

Una voz en los altoparlantes decretó:

—Sudán del Sur ha nacido. ¡Viva Sudán del Sur!

Los tambores comenzaron a sonar.

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23 comentarios

  1. 1. Marcelo Kisi dice:

    Muchas gracias a mis comentaristas anónimos!
    Abrazos y nos leemos!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 12:39
  2. 2. Julieta Blanco dice:

    Marcelo, una historia realmente impactante. Tiene muchos detalles a tu favor, ya que es completa en todo sentido, resulta creíble, y los personajes tienen profundidad.
    Siempre vengo a leer tus historias porque son las que más me gustan, y como siempre no me defraudaste esta vez!
    Felcitaciones!!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 13:28
  3. 3. Juana Medina dice:

    Salud, Marcelo! Como siempre una historia que en medio del horror le da lugar a la ternura. Conmovedora por lo real y terriblemente actual. Me gusta cómo relatas. Cuando tengas tiempo, pasate por el 125. Un abrazo

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 16:56
  4. 4. Demetrio Vert dice:

    Hola Marcelo. No puedo resistir deprisa y corriendo felicitarte por tu relato. Enternecedor sin sensiblerías. ¡Un relatazo!

    Dentro de unos días comentaré algo sobre la forma.

    Saludos.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 19:31
  5. 5. Roger/NHICAP dice:

    Hola Marcelo,
    En mi comentario anónimo (el que también escribió un relato sobre Sudán en Literautas) ya elogié tu excelente relato. Ahora quiero expresarte en pùblico mi felicitación por tan buen relato, una historia que engancha y está narrada de manera brillante.
    Enhorabuena de nuevo y un abrazo

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 07:08
  6. 6. Mayca Nadan dice:

    Hola Marcelo,

    Es difícil sacar tiempo para leer todos los relatos, pero el tuyo es de los imprescindibles, así que es de los primeros que paso a leer.

    Este mes nos regalas una historia dura y emotiva. Y como siempre, narrada con precisión.

    Me ha encantado. Fantástico!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 18:05
  7. Concuerdo con los compañeros. Muy real y creible, bien narrada como todas tus historias y con un lenguaje apropiado. Triste la historia pero efectivamente narrada.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 18:12
  8. 8. Demetrio Vert dice:

    Hola Marcelo. Lo prometido es deuda. Aquí van mis reflexiones.
    Contenido
    Una historia relatada en un lenguaje enternecedor que sin embargo no oculta la enorme tragedia que vive el mundo sin que movamos un ápice por resolverla. Una historia que aún en su simplicidad desgarra el alma haciéndonos sentir culpables. Parece propiamente una película del neorrealismo italiano de los 40-50.
    El relato, en mi opinión, no puede estar mejor estructurado. Desde ese inicio preciso que nos prepara para la tragedia hasta el atroz final deshumanizante. Poco a poco la tensión del relato va creciendo suave, captando la atención del lector para llegar, después de la tímida lucecita de resurgimiento de la vida en la escuela, al desolador final en un giro inesperado.
    Marcelo, no defraudas. Incluso cuando parece que no hay tambores que impregnen el relato (al fin y al cabo es la premisa), estos aparecen retumbando estrepitosamente en un final demoledor en el que el tronar de los bombos da sentido a todo el relato.

    Forma
    Debo decirte que lo he leído sin tropiezo alguno, ni siquiera entorpecido por defectillos de forma que no he captado hasta la lectura para el análisis. No solo en primera lectura he entendido el significado de cada palabra dentro del relato, sino que también he experimentado el sentimiento del mismo.
    Por eso, me ha supuesto una pequeña irritación advertir algunos deslices cuando me he centrado en el texto para analizarlo, distanciándome del cuento.
    Me gustaría que pensaras en las siguientes observaciones. Casi todas se refieren a comas (,) sobrantes. Repetiré aquí una directriz de la RAE que he puesto en otro comentario:
    “No siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas.” Los Usos Lingüísticos están en el siguiente vínculo:
    http://lema.rae.es/dpd/?key=coma

    Para mayor brevedad, resumo las que creo innecesarias:
    …pozo, ahí… / …rifle, y Jok… / …varios días, Jok ya… / …comida, sin… / …probar, y llevó… / …dirección, y empezaron… / …después, el muchacho… / …refugio, y pensó… / …vehículos, y no esperó… / …escuela, y allí… / …como él, provenientes… / …siguiente, Jok se encontró… / …su papá, que siempre…

    Otro asunto, que me extraña en ti a pesar de que el habla hispanoamericana creo que lo favorece, es el uso de algunos tiempos verbales. Reproduzco la frase:
    —Pase lo que pase —había dicho muy serio—, desde el momento en que entramos aquí, no hablamos, no hacemos ruido, apenas respiramos. Y esperamos dos días enteros. Sólo después, si no hay ruido, salimos a ver qué sucede.
    Yo creo que es así.
    —Pase lo que pase —había dicho muy serio—, desde el momento en que “entremos” aquí, no “hablaremos”, “ni haremos” ruido, apenas “respiraremos. Y “esperaremos” dos días enteros. Sólo después, si no hay ruido, “saldremos” a ver qué sucede.
    Otro tiempo verbal confuso.
    “…libertadoras, y hace meses…”. Yo lo veo así: “…libertadoras, hacía meses…”
    “El miliciano lo estaba advirtiendo, lo estaba salvando.” Según el tiempo del relato yo lo diría así: “El miliciano lo había advertido, lo había salvado.”

    Y ya, algunas sugerencias de autor. Piso tu relato, por lo que son solo eso, sugerencias respetuosas.
    “…pozo, ahí debajo del armario…” ¿Es necesario “ahí”?
    “…, cinco más que él,…”. Estas cuatro palabras cortan la conexión de la frase “…su hermana de catorce años no había vuelto aún de pastorear.” Yo miraría de dar este dato de la edad de Jok en otro lugar.
    “Jok se acordaba de memoria…” No hay otra forma de recordar si no es con la memoria. Si lo que se pretende es remarcar que el mandato del papá lo recuerda exacto y preciso, marcado a fuego, se podría utilizar otra figura lingüística.
    “Jok calculó como pudo dos días, en especial por los ruidos…” ¿Calculó necesitar dos días o estuvo calculando el tiempo de dos días? ¿O estuvo calculando durante dos días? Me queda confuso. Por otro lado utilizar “en especial” cuando se quiere decir que el ruido de los animales le sirvió de ayuda, me parece una palabra muy “a mano”. A ver qué tal suena. “Jok calculó como pudo el transcurso, (el paso, el tiempo, etc.) de dos días, muy ayudado (imaginados, marcados, etc.) por los ruidos…”
    “Se acercó sigilosamente, los tomó y volvió a mirar en todas direcciones.” ¿Qué toma con “los”? Son dos frutas (plural femenino) y un pedazo de pan (singular masculino). Si el género se refiere al último sustantivo, lo que sería correcto, este está en singular; y si se refiere al conjunto, hay una mezcla extraña. Y ¿por qué vuelve a mirar? ¿Cuándo ha mirado antes? A ver qué tal suena: “Se acercó sigilosamente, tomó las viandas y miró en todas direcciones.”
    “…y se sintió mirado por muchos soldados…” Yo pondría “observado” en lugar de “mirado”.

    Y ya está. Y gracias por leer mi relato y por tus generosos comentarios.
    Seguiremos con nuestras lecturas y deliberaciones.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 20:54
  9. 9. Leonardo Ossa dice:

    Hola Marcelo, muy buena historia. Hubo uno u otro detalle de los señalados por Demetrio que pude advertir durante la lectura. El análisis hecho por nuestro amigo Vert es sin duda de una categoría especial, definitivamente constructivo. Marcelo, siempre estaré atento a tus escritos que son un referente en el blog de “Literautas” por lo selecto de la historia y el lenguaje. ¡Felicitaciones!
    Un abrazo.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 22:53
  10. 10. Marcelo Kisi dice:

    Demetrio, gracias por tu tiempo y dedicación, me hacés un gran honor. Algunas indicaciones las tomo, en otras debo discrepar contigo. A veces hay una disonancia entre pureza gramatical y estilo. No es que admita “impurezas” gramaticales, o por lo menos no del todo. Quiero decir: si fuera totalmente ortodoxo, el padre de Jok no podría decir “Pase lo que pase”, sino “Pase lo que pasare” o mejor, “ocurra lo que ocurriere”. Pero estarás de acuerdo conmigo en que el sonido estilístico no se conllevaría con el de un padre en una aldea campestre del África hablándole a su hijo.
    El concepto es más claro en lo que me marcás sobre el tiempo verbal en “Pase lo que pase, desde el momento en que entramos aquí, no hablamos, no hacemos ruido, apenas respiramos.” Se trata de un parlamento en estilo didáctico de un papá a su hijo de 9 años, y el sentido por lo tanto es figurado. Hacerlo como vos me lo proponés, cambia el estilo e incluso el nivel relacional entre ese padre y ese hijo.
    Sí, en cambio, agradezco tu propuesta de leer el enlace sobre el uso de las comas. Hasta que empecé con este taller pensaba que utilizaba muy bien los guiones de diálogo, y me había equivocado de cabo a rabo. También comparto que la edad de Jok debe aparecer de otra manera.

    Y así sucesivamente, algunas cosas me llevo de tu amable comentario, y otras menos. Aquí por ejemplo: “El miliciano lo estaba advirtiendo, lo estaba salvando.” Según el tiempo del relato yo lo diría así: “El miliciano lo había advertido, lo había salvado.”

    Aquí no tomo tu propuesta, porque el miliciano lo estaba advirtiendo y salvando todos los días, cada vez que lo apuntaba con el rifle. Es una acción continuada en tiempo pasado.

    O el acordarse de memoria: por supuesto que todo lo cognitivo tiene que ver en nosotros con la memoria. Pero aquí se trata también de una cuestión de estilo. Fijate que el narrador es aquiescente, o sea, a diferencia del omnisciente, un narrador que narra desde el punto de vista de un personaje determinado, y por lo tanto, es la visión de un niño que se enorgullece de saber de memoria lo que le dijo el papá.

    Lo de llevarse “las viandas” porque se me complica el tema del género está bien, pero quizás pondría “el botín” o algo así. Es que tu estilo tiene más que ver con el alto vocabulario que el mío. En mis relatos, utilizar cierto volcabulario podría pecar de forzado. Por eso tu estilo se adecuó bien al relato sobre Arcadio, ocurrido en un siglo y un lugar donde cabe ese lenguaje. El problema es cuando se trata de implantar el mismo estilo en otra geografía, produciéndose un desajuste de localización. Lo he visto en autores muy afamados (no quiero hacer nombres)-que usan el mismo estilo renacentista para una novela que transcurre en la época de Colón que para relatar acerca de una guerra en el Medio Oriente actual, por ejemplo- y no los pude seguir más. Parece ser una trampa en la que caen los mejores escritores.

    Es lo que me ocurre con el sentirse “observado” en lugar de “mirado” que me propones para Jok. Observar implica una actitud de estudio, concienzuda, constante. Yo hablo de algo más más vanal: un niño que pierde la mirada de los padres y del mundo, una mirada que volverá a buscar en la multitud de la fiesta en la escena final, de repente se encuentra con adultos que vuelven a “mirarlo”, que es una manera de recibir otra vez afecto. Un “upgrading” de estilo ahí, podría atentar contra el espíritu y la ambientación que quiero transmitir.

    En fin, te agradezco, y me quedo con muchas de tus observaciones.

    Abrazos y nos leemos!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 14:23
  11. 11. Demetrio Vert dice:

    Confesión.
    Debo declarar y declaro (je, je. Los españoles de al menos cincuenta años me entenderan) que no tengo ni idea de gramática. Mis estudios, desde la infancia, fueron especificamente técnicos y mi carrera profesional, obvio es, también. Eso sí, he sido un lector impenitente desde niño. Jubilado me entró la espinita de escribir y pertenezco a un taller que nos reunimos semanalmente para aprender escritura creativa, no grámatica.
    Digo esto para aclarar que mis comentarios nacen de mi visión sobre la fluidez del texto que leo, de su sonoridad. No de unas reglas gramaticales encorsetadoras, que encima desconozco. No soy ningún purista, ni creo en ello. Por eso mismo siempre procuro aclarar que mis opiniones pueden ser acertadas o no. Me centro en el texto y me dejo vagar notando lo que me chirría.

    Y claro, leída tu respuesta, tienes razón. Además, Marcelo, escribes como los ángeles.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 16:40
  12. 12. José M Quintero dice:

    Hola Marcelo.
    Me gustó mucho tu historia, es muy emotiva y muy real…
    Lo unico que me llamó la atención fue en la escena cuando llegan los arabes se menciona que el abraza a su mama cuando escucha todo eso, pero luego la madre no se menciona mas dando a entender que no habia entrado y que habia muerto, eso me confundio un poco.
    Exceptuando eso es increible, creo que las escenas de cuando ve al miliciano que lo ayudo muerto y cuando llora en el desfile son claves.
    Excelente igual que siempre, felicitaciones 🙂

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 23:50
  13. 13. Tinta Negra dice:

    ¡Hola Marcelo! No había tenido el placer de leerte, qué trama tan elaborada, me metí de pleno. Me sumo a los halagos. ¡Felicitaciones!

    Escrito el 1 junio 2015 a las 12:29
  14. 14. Wolfdux dice:

    Hola Marcelo, poco puedo aportar con ese extenso comentario de Demetrio. Una historia dura que tiene un grato final. Se lee fácil y de una tirada. Un saludo.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 16:56
  15. 15. beba dice:

    Hola, Marcelo:
    Sólo me quedan los aplausos que te doy con sinceridad. Excelente.
    Coincido en tus criterios sobre las formas del lenguaje según las circunstancias (registro), que no siempre permiten lo académico.
    Saludos.

    Escrito el 2 junio 2015 a las 20:46
  16. 16. grace05 dice:

    Hola Marcelo:
    Una historia que, seguramente, se hizo realidad en muchos niños que han sufrido en las guerras.
    Es una historia muy tierna, Salim ayudándolo cada día y Jok sintiendo pena por su amigo-enemigo que lo había ayudado. El giro final me conmovió, el llanto tanto tiempo “encerrado” , dando rienda suelta a todo el sufrimiento pero también alegría por la paz.
    ¡Excelente historia!!!! Te felicito!!!!
    Te invito a comentar 33

    Escrito el 3 junio 2015 a las 23:32
  17. 17. José Torma dice:

    Que tal Marcelo, tarde pero llegando.

    Que buen relato. Cuando ya tienes tanto comentario tan extenso y tan precizo, a mi solo me queda darte mi opinion como lector, y ahi, compre todo lo que vendiste, no perdi un minuto de atencion y sufri con Jok toda su tragedia hasta cuando en el momento mas feliz de su existencia, por fin se permite llorar. Eso es escribir no fregaderas.

    Muchas felicidades y siempre un gusto leerte.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 18:46
  18. 18. Alef-Bet dice:

    Marcelo,
    Estás en mi lista de relatos pendientes de comentar.
    Un abrazo

    Escrito el 4 junio 2015 a las 22:32
  19. 19. Dante dice:

    Marcelo:

    Te felicito por este excelente relato. Brillante desde todo punto de vista.

    Coincido con Demetrio Vert en cuanto a lo de las comas. Sin perjuicio de que yo creo que, a pesar de que es cierto que existen ciertas normas objetivas en relación al tema, también se trata de una cuestión bastante subjetiva y opinable. Porque si esas reglas no se violentan, el autor puede elegir una u otra opción que mejor se amolde a la “velocidad” o “intención formal” con la que quiere narrar. Lo que en todo caso habría que ver es si se ajusta a la “intención global del contenido”. Dicho de otro modo, se quiere contar x historia, y el autor tiene la intención de puntuar de determinada manera. Hay que ver si esas intenciones son coincidentes y si se respetan o no las normas que mencionó Demetrio. Si esas intenciones no son coincidentes, o no lo aparentan o si no se respetó una de esas normas, un reexamen puede aclarar la cuestión. Yo creo que no se trata de un error grave, ni siquiera de un error. Sí es un aspecto formal que en todo caso puede ser mejorado después de un reexamen, y nadie mejor que el autor para hacerlo porque al haber concebido el contenido, es el que mejor conoce la “intención narrativa global” y así, después de una reflexión, puede ajustar la forma al servicio de dicha intención. Por lo demás, no le encuentro ningún punto flojo ni en cuanto a la forma ni en cuanto al fondo.

    Sí me gustaría compartir con vos mis sensaciones al leer tu relato. Mi sensación fue un tanto ambigua: por un lado me atrapó y llegó a mi subjetividad. Sentí varios estados de ánimo imaginándome ese pobre pueblo, esa familia tan sufrida, nuestro protagonista (un simple niñito huérfano) y la desgracia y el horror de la guerra. Digamos, simplificando la cuestión: ¡me encantó como obra literaria! Por otro lado, y al mismo tiempo, había algo que “no me cerraba”. Notaba sí que habría algunos términos no lucían del todo prolijos o aconsejables, o que algunas incoherencias de tiempos verbales podían ser superadas.

    El saludable debate, o si se quiere, intercambio de opiniones que mantuviste con DemetrioVert me aclaró todo. Los felicito a ambos por la profundidad de sus observaciones, argumentos y reflexiones. A Demetrio, por su agudeza observando lo que creyó que podía mejorarse. A vos porque “defendiste” en el buen sentido de la palabra tu obra demostrando que “no hiciste las cosas porque sí” sino justificando cada decisión estética. Y por tu humildad, al reconocer qué aspectos que señaló Demetrio podían realmente ser mejorados. Los dos se manifestaron desde el doble punto de vista de autores y lectores y salieron enriquecidos. Sin dudas, yo también. De ese intercambio me llevo como lección aprender a “leer” de otra manera. Es verdad que siempre me fijo si es coherente o no el modo en que el texto está redactado con la historia o los personajes y rechazo esa forma que vos tan gráficamente denunciás de quienes recurren a barrocas redacciones para contar historias ambientadas en distintos tiempos y lugares expresándose siempre igual. Pero hasta que me topé con este interesante intercambio no había advertido que puede darse que no se trate de un diálogo o de un narrador protagonista en primera persona que me revele si el lenguaje encaja o no, sino que esa “intención narrativa” plasmada en el modo de expresarse pueda tener lugar en un narrador en tercera persona aquiescente. Creo que no podría tenerlo en un narrador omnisciente, pero la variante que utilizaste, que me parece muy atinada y apropiada, sí lo permite.

    Al haber llegado a esta conclusión, releí el relato, e invito a los demás a que lo hagan, a ver si no se les pone la “piel de gallina”. Frecuentemente, en el “contrato literario” que “firmamos” como lectores con el autor, vemos la letra escrita y no nos detenemos a pensar quién nos cuenta la historia. Sí, podrá ser en primera persona, tercera, protagonista, omnisciente, etc. Pero como la historia transcurre y las letras “quedan” no llegamos a imaginarnos a quien nos cuenta la historia, sobre todo si es en tercera persona. Qué decir si es omnisciente. En otras palabras, creo que no llegamos a “corporeizarlo” en la imaginación. Es justo aquí donde creo que estuvo el acierto de tu narrador aquiescente y donde me parece enteramente justificado el modo de expresarse. A esta conclusión llegué en la relectura que invito a hacer a los demás: el narrador aquiescente, que no lo sabe todo como si fuera Dios o un narrador literario impersonal o un creador (como nosotros los escritores), sino que sólo sabe algo, podría ser otro niño como Jok que murió. Hasta podría tratarse de un amiguito, pariente o vecino. Su alma sobrevuela y nos cuenta esta historia tan dolorosa como atrapante. Nos lo cuenta con palabras de niño, sin pretensiones, sin querer saberlo todo, sin saberlo todo. Y en esos huecos que no sabe, y no pretende saber ni entender, en esos términos simples y tiempos verbales incongurentes, nos conmueve en la emoción y el sentimiento y nos hace temblar los cimientos del intelecto con hondura metafísica y existencial. Por estas razones es que invito a la relectura.

    Puedo equivocarme en esta apreciación, y de hecho, puede que nadie la comparta, empezando por vos como autor. Pero creo que el texto la permite, y me parece difícil encontrar otra justificación para no haber recurrido al narrador omnisciente.

    Vuelvo a felicitarte por la elección de esa voz narrativa, dado que un narrador omnisciente, en un caso como éste, pese a penetrar hasta lo más recóndito de la intimidad de los personajes, podría haber frendado el desarrollo de la historia en un ámbito tan breve y podría haber sonado “frío” por la corrección formal de estilo.

    Por lo demás, párrafo aparte para la verosimilitud. Siempre digo que la verosimilitud es una de las principales metas a a las que debe aspirar un escritor. Tu relato es, ante todo, creíble desde todo punto de vista y eso realmente lo apuntala y le confiere solidez a la trama.

    En sentido concordante con esto, creo que hay que resaltar positivamente tu conocimiento del tema y/o el haberte documentado adecuadamente. Mi conocimiento acerca de Sudán del Sur era un tanto vago. A raíz de tu relato, como me ha sucedido con el de otros compañeros, indagué y vi que la tribu a la que pertenece Jok y el planteo del conflicto con los árabes son o fueron reales. Tal como se lo dije a KMarce en su relato, que me obligó a indagar acerca del Hang Drum (un nuevo instrumento) y la noción de “Foli” de un pueblo africano -recomiendo la lectura de ese relato, si no pudiste pasar todavía-, yo no considero que sea negativo que uno deba salir del texto para aprender algo nuevo. Nos enriquece como lectores y como autores. No estoy hablando de abrir una página y recurrir cincuenta veces al diccionario por culpa de un estilo innecesariamente artificial. Estoy hablando de conceptos y temas importantes que amplían nuestro conocimiento, nos dan más cultura, nos hacen más tolerante y nos permiten disfrutar más de la lectura y de la actividad creativa. Lo mismo me sucedió con el relato de Leonardo Ossa, el cual también recomiendo. Te felicito al igual que los felicité a ellos. Tu conocimiento y tu documentación son un ejemplo de seriedad que todos deberíamos seguir si pretendemos escribir sobre cosas tan distantes a nuestra realidad cotidiana.

    Espero que nos sigamos leyendo.

    Saludos.

    P.D: En mi relato (comentario N° 31) te dejé un mensaje respondiendo a algunas cuestiones que me planteaste.

    Escrito el 5 junio 2015 a las 02:33
  20. 20. Anoide dice:

    Nunca decepciona leerte. Me encanta lo bien que narras, con un estilo y lenguaje apropiados a cada historia, con fluidez, una ambientación perfecta… Es un gustazo encontrar relatos así. Concuerdo en lo que te señalan sobre algunas comas pero es algo que podrás solventar con un par de repasos más al relato.

    Yo me quedo con la escena del miliciano muerto tras haberle estado salvando. Es dramática, triste y tierna a la vez, me ha llegado.

    Un saludo 🙂

    Escrito el 5 junio 2015 a las 13:20
  21. 21. Marcelo Kisi dice:

    Mil gracias a todos, esta vez se me abren algunas ventanas de tiempo, así que puedo prometer que iré leyendo todos vuestros relatos hasta fin de mes.
    Pero sepan que tomo muy en consideración vuestros aportes y me emociona muchísimo que les haya gustado.
    Gracias mil!!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 11:35
  22. 22. Marcelo Kisi dice:

    Nada más una aclaración para José M. Quintero: el que abraza a su mamá es su hermana Ayén cuando llega de pastorear, pues efectivamente Jok ya está dentro del refugio. Quizás hay algo que aclarar ahí, porque quizás queda raro lo de que “Jok escuchaba como llegaba y se abrazaba con su mamá”, como si los abrazos pudieran escucharse. Gracias entonces por la observación! 🙂

    Escrito el 6 junio 2015 a las 11:40
  23. 23. Leonardo Ossa dice:

    Marcelo, he leído con detenimiento cada una de las observaciones hechas por vos a mi historia y no solamente estoy infinitamente agradecido, sino receptivo y dispuesto para aprender y mejorar en mis futuras narraciones. Gracias por haber dedicado tiempo a leerme y comentar el texto. Con toda seguridad estaré leyendo tu micro en la participación de este mes.
    Un abrazo.

    Escrito el 25 junio 2015 a las 04:49

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