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"TODO-OÍDOS" - por Juana Medina

Web: http://juanamedinaficcion.blogspot.com

Fue el sobrenombre que le puso su madre, aun sabiendo que no expresaba lo que quería decir. Así como aquel que percibe imágenes de seres y cosas que tienen su existencia en mundos inmateriales es llamado “vidente”, en algún momento pensó llamarlo “el oyente”, pero tampoco era exacto y remitía a una actitud de cierta pasividad que ella no quería sugerir. Tampoco se trataba de eso. Percepción de la resonancia de los seres y las cosas sería tal vez lo más aproximado.
Al conocer a alguien, su primera impresión era un sonido. No siempre se trataba de algún instrumento tradicional, muchas veces tenía que ver con los sonidos de la naturaleza o con los ruidos de la civilización urbana. También “oía”, si así puede decirse, cuando una persona comenzaba a “desafinar”.
Su madre, por ejemplo, fue siempre una campana; no tanto porque hablara o cantara mucho o en voz alta, sino porque con apenas un gesto era transmisora a distancia de todo cuanto había que celebrar o lamentar. Hubo un tiempo, sin embargo, durante el cual no transmitió nada y esa mudez se volvió peligrosa. Todo-Oídos tuvo un compañero no muy corpulento pero que era como la bocina de esos enormes camiones de transporte de carga que apenas suenan dicen ”¡cuidado!”. Su maestro de escuela fue un fagot rezongón y dulce. Su mujer, un arroyito de montaña cantarín, transparente y modesto pero constante. Su hijo, tan buena madera, prometía la madurez de un violoncelo acaso, una lira o una guitarra como él.
Pero siendo todavía un niño, sólo una vez había escuchado un sonido que lo aterró de tal manera que se tapó los oídos como si eso sirviera para no oírlo, y que supuso el de muchos tambores. Fue a la muerte de su padre, y nunca más se repitió. En las épocas del terror fueron a pasar una temporada al campo a casa de sus abuelos. Su padre jamás dormía en el mismo lugar, y no quería ponerlos en peligro. Una noche despertó a los gritos con tambores que le reventaban el cerebro. Más tarde supo que el padre había muerto al caer por un balcón tratando de escapar, según las fuerzas represoras, o más seguramente empujado y golpeado hasta perder el equilibrio, según su madre. A ella, la falta de resonancia le duró muchos años.
Todo-Oídos estudió. Se recibió de arquitecto. Disfrutó del ritmo, la armonía y la exactitud de las formas. Trabajó para convertir belleza en utilidad, y aportar nuevas maneras de vivir acordes a la sociedad de la que formaba parte. Un verano en la playa, al retirarse la espuma de la orilla, percibió el sonido de odio del mar. Alcanzó a avisar. Cinco minutos después, una ola monstruosa devoró el balneario. También su médico alguna vez la pidió ayuda ante un diagnóstico inseguro. Acertó. La fama de brujo crecía. No quiso seguir. Eligió negar su percepción. Con ella podía eventualmente ayudar a algunos, pero usarlo como oficio sonaba a pereza; el suyo era el camino de trabajo y desarrollo de cualquier ser humano. Entonces, con el tiempo fue perdiendo la capacidad de interpretar los sonidos, y poco a poco estos fueron haciéndose más débiles. Como todo el mundo, ahora oía sólo con sus oídos.
La vida había empezado con ruidos, alaridos, sollozos y silencios ominosos, pero se regulaba en afectos y armonías. No añoraba ni infancia ni juventud. De algún modo el orden que por lo general se atribuye al transcurso de la existencia se había invertido. Tenía derecho a pensar que bastaba ser moralmente correcto para que la vida lo premiara. Luego vendría la vejez y habría que aceptarla, pero por el momento se trataba de ver crecer un hijo sano y alegre, ayudarlo a encaminarse y hacer vibrar las cuerdas de la guitarra al lado del arroyo. Todo estaba bien.
Así pensaba Todo-Oídos mientras preparaba algo de comer. Su hijo había salido en busca de su novia, y su mujer miraba por televisión lo de siempre: malas noticias políticas y terribles hechos policiales. Sirvió dos copas de vino.
De pronto, un alarido desbordó arrasando cuanto encontraba a su paso. Alarmado, miró el televisor. En la calle un bulto cubierto, sangre, ambulancia, policías. El periodista hablaba de un grupo de jóvenes aparentemente drogados que habían muerto a golpes a otro para robarle la moto. Según los documentos encontrados, la víctima sería…
Una a una estallaron las cuerdas de la guitarra cuando los tambores comenzaron a sonar.

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22 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Ante todo, gracias a mi lectores, a sus comentarios y aportes.
    Dos pequeñas aclaraciones: alguno me cuestionó que haya escrito “habían muerto a golpes” en lugar de “habían matado a golpes”. Probablemente la forma “habían matado”sea más argentina y cotidiana, pero teniendo el verbo matar -como tantos otros- dos posibles participios,muerto y matado, prefiero por criterios estéticos, si se quiere, habían muerto a golpes.
    Otro lector dijo no entender a qué me refería diciendo:”El orden que por lo general se atribuye a la existencia se había invertido”. No creo que haya que dar explicaciones sobre lo que uno escribe. Está en el lector la comprensión e interpretación. De todos modos creo que las dos oraciones inmediatamente anteriores aclaran suficientemente el tema.
    Nuevamente gracias a los tres por sus enriquecedores comentarios.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 18:02
  2. Hola Juana, la comentarista del “habian muerto a golpes a otro” fui yo, lo siento pero me sonó raro al leerlo… 🙂
    Por lo demás me gustó mucho tu historia y me pareció curiosísimo el don del señor.
    Gracias por pasarte por mi relato y por tus palabras.
    Saludos!!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 19:51
  3. 3. Darkristal dice:

    Hola, le doy cuerda al quinto relato del día con pereza y satisfacción.
    No te preocupes, la pereza no es por leer tu relato, la cargo conmigo a todas partes y es mi fiel compañera XD
    Sin embargo, me la espantaste a partir de la quinta linea y se mantuvo lejos hasta terminar el relato, pues, fue inusualmente bien detallado en el aspecto sensorial.
    Me disgusta un poco lo realista de la obra debido a que pasa muy seguido el tener una virtud y dejarla perder por “encajar en la sociedad” pero bueh.
    El final sin duda fue devastador, no por el chico ya que no logre empatizar con el al aparecer apenas, si no con el protagonista, el cual me ha dado mucha lastima.

    Me ha gustado, es muy bueno asi que dale cuerda y sigue 😀

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 19:52
  4. 4. ILLARGUIA dice:

    Muy agradecido por tu visita a mi isla purificadora. Por acá me lo pasé pipa entre Oráculos-Videntes-Oyentes. Tu all-ear es un ser muy especial, cuando llevamos gafas somos 4ojos, porqué no 3orejas si lleva audífono. Broma aparte, tu relato suelta escalofríos, es muy sensorial, al principio, y luego rotundamente dramático. Parece más una continuación de la escena 25 de las maldiciones. Me gusta la vibración que propones: cada persona es un sonido, distinto, un instrumento, y el ser que lo intuye un diapasón.
    Un abrazo.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 22:42
  5. 5. Denise dice:

    Magistral. Resolviste la consigna de una manera muy original y te quedó el ejemplo perfecto del consejo (que vengo oyendo-leyendo demasiado, últimamente) de usar otros sentidos aparte de la vista.

    “…un alarido desbordó arrasando cuanto encontraba a su paso.”
    “Una a una estallaron las cuerdas de la guitarra…”
    Dos frases geniales, casi sinestésicas. Me encantan.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 23:15
  6. 6. tavi oyarce dice:

    Hola Juana.
    Qué bella forma de entrar en el mundo de los sentidos. Por acá se editó un libro en que cada relato acometía un sentido, el tuyo no tiene nada que envidiar, elegante, sin caer en la exageración consigues un hermoso final. Es segunda vez que te leo y en ambas me has sorprendido
    Gracias por tus comendatarios a mis Dos mujeres.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 01:12
  7. 7. beba dice:

    ¡Qué original y hermoso, Juana!La descripción detallada de los sonidos y sus correspondencias es preciosa.
    Todo el relatopresenta una unidad destacable sin que nunca resulte monótono. Muy bien logrado el desenlace dramático. Aplausos.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 01:23
  8. 8. beba dice:

    Perdón por los despistes con el teclado. Abrazo.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 01:24
  9. 9. Juana Medina dice:

    Hola a todos, emocionada y contenta por los comentarios. Es la primera vez que “siento” de veras que el “personaje tuerce mi idea inicial y me lleva adonde él quiere. No pensé que fuera a resultar tan dramático, pero tuve que respetarlo y así fue. Yo creía que eran exageraciones de los escritores… Tonta de mí.
    Y Denise: no sabés lo que me alegró ver tu nombre. No te encontré en la larga lista. Se te puede leer en alguna dirección de web? No nos dejes sin tus excelentes historias, por favor.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 03:41
  10. 10. Leonardo Ossa dice:

    Hola Juana, me hiciste recordar con tu relato de un juego que teníamos cuando mis contemporáneos y yo eramos niños. Solíamos preguntar ¿De que color ve el lunes, el martes o el domingo? y luego con los meses. Tratábamos de coincidir en un color a partir de las evocaciones según el día o el mes.
    La historia es muy entretenida, es muy novedosa.
    ¡Felicitaciones!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 21:53
  11. 11. Marcelo Kisi dice:

    Juana gracias por tu generoso comentario a mi relato 🙂
    Y qué hermosura el tuyo! Mucha sensibilidad hay ahí para describir con detalle el don del personaje -muy original!- y transmitirlo al lector. En éste, te las arreglás también para contar la historia de toda una vida. En eso me hiciste acordar de los relatos de Elsa Bornemann en la legendaria revista Humor. Brillante también la manera circular en que el don vuelve al personaje ya en su adultez. Si de citas hablamos, a mí me hizo acordar a la película “Hook”, donde Peter Pan adulto (Robin Williams) se acuerda de su don de volar y ser niño otra vez. Salvando las distancias y las diferencias, claro.
    ¡Felicitaciones de verdad!

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 12:10
  12. 12. Diego Manresa Bilbao dice:

    Gran relato Juana!!!!
    Muy metaforico, magico, con una gran historia de una vida contada en tan poco tiempo. Grande de verdad,
    Lastima el final tan tragico, que, lo siento, no me ha sorprendido.
    Aun si, excelente!!!!!
    Nos leemos!

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 13:22
  13. 13. Juana Medina dice:

    Diego, no lo sientas, me alegró que alguien lo viera venir. La idea no era sorprender. Y gracias por el comentario.
    Marcelo: gracias por tu comentario. Sabés que en este grupo sos uno de mis referentes. Estos días me quedé pensando que seguramente sos un padre envidiable. Nos leemos.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 15:08
  14. 14. Ryan Infield Ralkins dice:

    Ese final me dio escalofrios. Quedo excelente. Muy original tu relato. La descripcion del protagonista me parece genial y el final fue triste pero diria que cerro la trama con broche de oro.
    Tremendo relato, muy impactante.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 23:34
  15. 15. KMarce dice:

    Saludos Juana,

    Gracias por leer y comentar mi relato.

    El tuyo me ha resultado muy interesante y hasta biográfico; la condición que mencionas en tu historia, puede confundirse con un acto “paranormal”, pero no en el sentido per se, sino porque no le pasa a todo el mundo, pero nada tiene que ver con maleficios o un arrojo a lo sobrenatural oculto o dones.
    Se llama sinestesia, y se ha comprobado científicamente que algunas personas tienen inter-conectados los sentidos, es decir que en lugar de usar uno independiente, usan dos o mas, para lo mismo.
    Te diré que mi mamí, que falleció hace solo un año, poseía esa “cualidad”, mi madre veía y olía al mismo tiempo, y no me refiero a la vida real, sino a su percepción de las cosas, por ejemplo una fotografía o una película; ella siempre decía: Que feo huele ese lugar, cuando la escena mostraba suciedad, o decía, que rico huele ese café… con un anuncio comercial. Nadie le creía excepto yo, porque yo misma tengo esa condición, pero diferente, para mí las palabras tienen formas, son completamente visibles, palabras como cuando, porque, que, esperanza, alegría, etc, no tienen un patrón mental como manzana, árbol o tren. Pero para mi sí tienen una imagen. Y mis sueños, dormida por supuesto, tienen olores y texturas. Siento literalmente las piedras o el aroma del mar, el viento o calor, si sueño con una playa.
    Así que por esto, le doy un 10/10.

    Aunque se entendía que algunos sucesos en la vida del protagonista podrían pasar, el desenlace solo fue una evocación a su aptitudes frenadas, aquellas que a conciencia dejo de lado; como suele pasar con los traumas, muy propio de esta condición.

    Creo que ha sido bien redactado y narrado, no voy a objetar nada que no vi en la primera lectura, así que solo me resta felicitarte.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 00:48
  16. 16. Demetrio Vert dice:

    Hola Juana.
    Gracias por leer mi relato y por tu comentario.
    Una historia interesante por lo simbólico y por lo real. Parece increible pero un programa de la tele que echan ahora por aquí (This is ópera) comentó el guía del programa que uno de los grandes compocitores, no recuerdo bien, tal vez Wagner, veía la musica en colores. La veía realmente, o sea, escuchaba una nota y veía un color determinado.

    Lo que más me ha interesado de tu historia es que a pesar de no haber diálogos hay mucha acción, suceden muchas cosas, pasa toda una vida. Habitualmente se confunde acción con diálogo, y aunque es cierto que los diálogos suelen ser acción, no tiene por qué ser así. Sin embargo, cuando no hay diálogos, normalmente el texto suele ser muy descriptivo, no “muestra”, solo “describe”, con lo que el texto se hace plano. Tú has mostrado como pueden suceder muchas cosas sin diálogos. Justamente, la presentación se me hace un poco larga porque es demasiado descriptiva.

    Una historia en la que se cuentan las distintas emociones de toda una vida según la edad en este espacio tan limitado es un verdadero logro.

    Enhorabuena.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 18:08
  17. 17. Denise dice:

    Hola de nuevo, Juana, te cuento que sí tengo un blog: primeranaturaleza.blogspot.com.ar Ahí subo los relatos del taller, entre otras cosas. Me encantaría encontrar un comentario tuyo por ahí!

    Este mes no hice a tiempo, demasiados proyectos ;_;

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 23:32
  18. 18. grace05 dice:

    Hola Juana. Gracias por tus comentarios a mi relato. El tuyo “exquisito” , me encantó ese poder del personaje de transmutar cada imagen con el sonido de un instrumento en particular… Tal vez como Marcelo… lo vi venir a partir de la muerte del padre, pero no creí que fuera con el hijo. Lo presentí demasiado “fuerte”. Una historia muy bien llevada, fluida. Excelente trabajo
    ¡Felicitaciones!!!!!!

    Escrito el 1 junio 2015 a las 01:44
  19. 19. marazul dice:

    Uno de mis libros preferidos es El perfume de Suskind. Me llama el mundo de los sentidos: la vista, el tacto, el gusto, el olfato, el oído…..y tú relato va por ese camino. Creo que has enfocado muy bien el tema de los tambores y que como resultado te ha quedado una buena y original historia. Es verdad que en mitad de la narración puedes añadir sucesos e incluso mejorar el final. Me atrevo a sugerirte que podrías enviar este relato ampliado y trabajado cuando hagamos la recopilación de textos.
    Encantada de leerte Juana
    Un saludo

    Escrito el 1 junio 2015 a las 15:06
  20. 20. zulema dice:

    Una historia original y narrada de forma entretenida, la única sugerencia es que el primer párrafo sea cambiado por el segundo que es el que engancha en la historia. FELICITACIONES

    Escrito el 4 junio 2015 a las 05:41
  21. 21. Miranda dice:

    Hola Juana:
    Me ha parecido un relato muy original, por la temática, realmente engancha y atrapa. Coincido con otros comentaristas en que es difícil conseguir en un relato de 750 palabras definir las emociones de toda una vida y tu lo has conseguido. Enhorabuena.

    PD. La frase “habían muerto a golpes” a mi también me confundió. Matar es la acción de quitar la vida a otro y morir o estar muerto es el estado de la victima. Al menos en castellano lo correcto sería “habían matado a golpes”.
    Pero es muy poca cosa, como defecto, para un buen texto.

    Te seguiré leyendo

    Escrito el 13 junio 2015 a las 15:12
  22. 22. Leonardo Ossa dice:

    Hola Juana M, gracias por haber pasado y comentado mi relato. Estaré atento a leer tu micro del presente mes.
    ¡Saludos!

    Escrito el 25 junio 2015 a las 04:16

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