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Con tambores - por Autor

La conocí un día de mayo mientras viajaba en tres rumbo a Lisboa, de esas ocasiones donde la población recurrente había decidido o salir por lo que el transporte se encontraba totalmente solitario, tanto asi, que el vagón donde iba solo me acompañaba ella. Sentada en el fondo leía una novela de aquellas las cuales olvidas su título e incluso su autor después de leerlos.
No veía su rostro, lo cubría por completa su larga cabellera; la luz del sol del atardecer traspasaba tenuemente atreves de las ventanas y contrastaban sobre ella transformándola al completo en un ente entero de brillo, inobservable. En mi mente imaginaba que la verdadera razón de aquello era su singular belleza, que la misma existencia trataba de ocultar para que ningún mortal muriera al verla. Levanto su rostro, observe sus ojos y me perdí en ellos.
Mientras viajaba en un vaivén de pensamientos un recuerdo llego a mí, la memoria de la vez primera que la conocí.
—Soy maga, aunque no lo creas. ¿Probarlo?, suficiente prueba debe ser que sin saber conozca a Rexy y el día que murió.
—Papa lo atropello…
—…al estacionarse. Chillo y luego murió— termino la maga.
Creí, aunque tenía mis dudas. Me dijo que algún día en el futuro, al atardecer, mientras viajara en tres en completa soledad una mujer digna de mitología aparecería frente a mí, de la cual me enamoraría y con quien viviría feliz hasta mis últimos días. No era un profecía de amor o fortuna sin no más bien una advertencia.
—Sera afrodita o será medusa, ten cuidado con esa última, apenas terminas de hablar con ella, morirás.
Fuertes luces, rayos, destellos y centellas. Regrese en sí y la vi, estaba parada frente a mi observándome sutilmente, como serpiente.
—Al redoble de los tambores— susurro el viento.
— ¿Perdón? — conteste, no convencido de haber escuchado lo que escuche.
La expresión de ella cambio, extrañada.
—Lo sabrás, si es ella o no, al redoble de los tambores.
Y asi como llego su voz junto con el viento se fue con él. Mientras tanto ella permanecía frente a mí, expectante, como si esperara oír algo de mí.
—No escuche del todo— agregué.
—Decía que somos los únicos aquí, ¿extraño, no?
—Al subir pensaba lo mismo.
— ¿Y ahora no?
—Quizás.
Paso un momento, ella no contesto.
— ¿Afrodita o medusa? — añadí.
— ¿Qué?
—Una, diosa de la belleza la cual todo mujer deseaba ser, la otra aunque bella no era reconocida como tal pues lo utilizaba para cautivas a los hombres y convertirlos en piedra.
—En ese caso afrodita, obviamente. ¿Por qué la pregunta?
—Lo mismo pensé al subir, pero una maga me confundió.
Ella sonrió, imagino que no presto atención a mi última oración. Hablamos durante todo el trayecto, a cada instante que se oía su voz más me cautivaba, más me enamoraba. Llegamos al final del camino (lo supe al ver a los individuos esperando subir) pero no nos detuvimos ahí. El conductor encendió las bocinas, callamos, hablo acerca de otro tren que había descarrilado su ruta y se encontraba en el camino. No prestaba atención, al fondo, se escuchaba la radio.
—Amigos y amigas de la estación ciento diecinueve punto sesenta y dos traemos con ustedes desde el África una banda con sus instrumentos de percusión. Tambores amigos y amigas.
No estaba seguro hasta la colisión. Tuve mis dudas cuando salí volando por los aires, aun en el momento en que caí al suelo. En ese preciso momento, atreves de las bocinas, aun se escuchaba la radio de fondo y atreves de ella escuche a la desconocida banda de África y pero todo quedó claro al escuchar cuando los tambores comenzaron a sonar.

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5 comentarios

  1. 1. Autor dice:

    La conocí un día de mayo mientras viajaba en tren rumbo a Bolisa, de esas ocasiones donde la población recurrente había decidido no salir por lo que el transporte se encontraba totalmente solitario, tanto así, que el vagón donde iba solo me acompañaba ella. Sentada en el fondo leía una novela de aquellas las cuales olvidas su título e incluso su autor después de leerlos.
    No veía su rostro, lo cubría por completo su larga cabellera; la luz del sol del atardecer traspasaba tenuemente atreves de las ventanas y contrastaban sobre ella transformándola al completo en un ente de brillo, deslumbrante. En mi mente imaginaba que la verdadera razón de aquello era su singular belleza, que la misma existencia trataba de ocultar para que ningún mortal muriere al verla. Levanto su rostro, observe sus ojos y me perdí en ellos. Mientras viajaba en un vaivén de pensamientos un recuerdo llego a mí, la memoria de la vez primera que la conocí.

    —Soy maga, aunque no lo creas. ¿Probarlo?, suficiente prueba debe ser que sin saber conozca a Rexy y el día que murió.

    —Papa lo atropello…

    —…al estacionarse. Chillo y luego murió— termino la maga.

    Creí, aunque tenía mis dudas. Me dijo que algún día en el futuro, al atardecer, mientras viajara en tren en completa soledad una mujer digna de mitología aparecería frente a mí, de la cual me enamoraría y con quien viviría feliz hasta mis últimos días. No era un profecía de amor o fortuna sin no más bien una advertencia.

    —Sera Afrodita o será Medusa, ten cuidado con esa última, apenas termines de hablar con ella, morirás.

    Fuertes luces, rayos, destellos y centellas. Regrese en sí y la vi, estaba parada frente a mi observándome sutilmente, como serpiente.

    —Al redoble de los tambores— susurro el viento.

    —¿Perdón? — conteste, no convencido de haber escuchado lo que escuche. La expresión de ella cambio, extrañada.

    —Lo sabrás, si es ella o no, al redoble de los tambores.

    Y asi como llego su voz junto con el viento se fue con él. Mientras tanto ella permanecía frente a mí, expectante, como si esperara oír algo de mí.

    —No escuche del todo— agregué.

    —Decía que somos los únicos aquí, ¿extraño, no?

    —Al subir pensaba lo mismo.

    —¿Y ahora no?

    —Quizás.

    Paso un momento, ella no contesto.

    —¿Afrodita o Medusa? — añadí.

    —¿Qué?

    —Una, diosa de la belleza la cual todo mujer deseaba ser, la otra aunque bella no era reconocida como tal pues lo utilizaba para cautivar a los hombres y convertirlos en piedra.

    —En ese caso Afrodita, obviamente. ¿Por qué la pregunta?

    —Lo mismo pensé al subir, pero una maga me confundió.

    Ella sonrió, imagino que no presto atención a mi última oración. Hablamos durante todo el trayecto, a cada instante que se oía su voz más me cautivaba, más me enamoraba. Llegamos al final del camino (lo supe al ver a los individuos esperando subir) pero no nos detuvimos ahí. El conductor encendió las bocinas, callamos, hablo acerca de otro tren que había descarrilado su ruta y se encontraba en el camino. No prestaba atención, al fondo, se escuchaba la radio.

    —Amigos y amigas de la estación ciento diecinueve punto sesenta y dos traemos con ustedes desde el África una banda con sus instrumentos de percusión. Tambores amigos y amigas.

    No estaba seguro hasta la colisión. Tuve mis dudas cuando salí volando por los aires, aun en el momento en que caí al suelo. En ese preciso instante, atreves de las bocinas, aun se escuchaba la radio de fondo, entonces todo quedó claro cuando los tambores comenzaron a sonar.

    Gracias a todos aquellos que leyeron mi relato.
    Dejo la versión revisada y corregida.
    Agradezco todos los comentarios futuros, me retiro.
    ¡A seguir escribiendo!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 22:07
  2. 2. Bea dice:

    Hola Autor:

    He leído tu relato y me ha gustado mucho. El tema mitológico me gusta mucho y lo has sabido integrar muy bien en el relato.

    La única pega que le sacaría es que al final del texto cuando introduces el equipo de percusión africano, me pierdo un poco.

    Bajo mi punto de vista (y gustos jeje) me hubiera gustado que describieras el final un poco más.

    En general me ha gustado mucho, te seguiré en los futuros relatos.

    Un saludo,

    Bea.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 00:11
  3. 3. Tinta Negra dice:

    ¡Hola Autor! Me ha dificultado la lectura las faltas ortográficas y errores de redacción, te indico algunos ejemplos: “tanto así”(“tanto es así”). “atreves “(a través) “levanto su rostro”(levantó su rostro) “observe su rostro”(observé su rostro). “no lo creas. ¿Probarlo?, suficiente”(no lo creas ¿Probarlo? Suficiente…)”Papa lo atropello…”(Papá lo atropelló…) “termino la maga.”(terminó la maga) “mientras viajara en tren en completa soledad una mujer digna de mitología aparecería frente a mí, “(faltaría una coma,”mientras viajara en tren en completa soledad, una mujer…”). “sin no más bien”(sino más bien). Tampoco me quedó claro quién es Roxy(¿el perro del protagonista?) . En cuanto a la historia, con una buena revisión, podría resultar interesante, tiene su intriga. Es sólo mi opinión, habrá otros a quienes seguro les gustará más, yo no soy muy fan de las historias sentimentales, esto también influye. ¡Hasta la próxima compañero, un cariñoso saludo!

    Escrito el 2 junio 2015 a las 08:09
  4. 4. José Torma dice:

    Que tal Autor. Lei solo la original, no lei la revision. Llamame flojo, pero hay que aprender que a veces la vida no da segundas oportunidades.

    A mi me parece que te gano la prisa. El texto tiene mucho rescatable, el problema es que tiene tantos errores ortograficos que la atencion se desvia y termina uno perdido en ellos y olvidando la trama. Toma en cuenta lo que te comenta Tinta Negra asi no remacho sobre lo mismo.

    Yo batallo una barbaridad con la ortografia tambien, por lo que tengo un grupo de lectores, en los que descargo la primera version. Esto ayuda a pescar errores. Te recomiendo te hagas de un grupo con el que puedas intercambiar opiniones antes de mandar el texto. Otro consejo que te puedo dar y que a mi me ayuda, es la lectura en voz alta. Ni te imaginas la de errores que se descubre uno con este simple ejercicio.

    Te felicito por intentarlo y ojala mis palabras, mas que molestarte, te animen a seguir escribiendo, leyendo y buscando tu voz.

    Saludos.

    Escrito el 8 junio 2015 a las 19:46
  5. 5. pachibuda dice:

    Hola!!! Estoy recién leyendo los cuentos. Primero, gracias por tu corrección de mi cuento, no se cuál de los tres eres, pero se agradece igual.
    Tu cuento es curioso. Comencé leyendo el publicado, pero tenía demasiadas faltas que casi me hicieron desistir, pero luego encontré el revisado y pude terminar. Me gustó la idea de fondo, pero estuve confundida en muchos momentos de la lectura. Creo que tienes que revisar los tiempos en los cuales haces actuar a los personajes. Me confundí mucho en la parte de Rexy y al final con tanto descarrilamiento de trenes.
    Te felicito por tu imaginación.
    Cariños
    Pachibuda

    Escrito el 10 junio 2015 a las 15:54

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