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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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AMAPOLAS - por Marta

De entre todos los vestidos de su armario, aquel día, Margarita, eligió el verde. Verde esperanza, con amapolas estampadas en el talle, ceñidito a la cintura y vaporosa la falda. Margarita, era una quinceañera jovial, educada y de buena familia. Por donde pasaba siempre dejaba una sonrisa y un sutil rastro de olor a vainilla e inocencia.

Su tío Miguel, emigrante enriquecido en Venezuela, la consentía de forma desmesurada, agasajándola cada verano, cuando regresaba a Galicia, con una maleta llena de vestidos, perfumes, joyas y otras ocurrencias que volvían loca de alegría a la muchacha.

-¡Ay, tiito Miguel!, ¿algún día me llevarás a América contigo?- preguntó entusiasmada- quiero hospedarme en uno de tus hoteles, y vestirme como esas señoras tan elegantes de las que me hablas.

-Queridiña, mía- respondió cogiéndola en volandas- algún día vendrás conmigo a América, pero te hospedarás en mi casa, que también será tu casa, si tu lo aceptas. Pero antes aun tienes muchas cosas que aprender.

Para Margarita, su tío era un semidiós venido del paraíso con promesas de un futuro resplandeciente. Resplandeciente como el sol que aquella mañana iluminaba las amapolas de su vestido, mientras se dirigían a la misa de la una. Desde hacia años, Miguel era un gran mecenas para el pueblo. Amparaba con dinero las fiestas patronales, para disfrute de sus vecinos y desahogo de su conciencia. Se había hecho tan rico, que podría comprar todo el pueblo. Podría comprarlo varias veces, podría comprarlo cada verano si quisiese, más lo único de deseaba era ser querido y recordado como alguien digno.

Durante la misa, un coro juvenil amenizó la ceremonia con guitarras, flautas y voces jubilosas. El olor a cera, incienso y flores, tomaba entonces otro matiz, convirtiéndose en el aroma que a Margarita siempre le recordaría a las fiestas patronales.
Después de la consagración, el cura se colocó bajo el palio, otros muchachos portaron los estandartes, y cuatro mujeres alzaron el pequeño trono de San Antonio para sacarlo en procesión.

La banda que esperaba fuera de la iglesia, empezó a tocar solemne el repertorio que acompañaría a los feligreses en el breve peregrinaje hasta la antigua cruz de piedra en el cruce del camino.

La música compartía espacio con el estruendo de la pólvora y el repiquetear de las campanas hasta la llegada a la cruz. El pedestal y el fuste estaban adornados para la ocasión, envueltos en una tela blanca, con claveles rojos y blancos, sujetos con alfileres en el paño. Al llegar al monumento, a una indicación del cura, se hizo el silencio. Cesó la banda, cesaron las campanas y el estruendo de los cohetes. Solo se escuchaba el silencio. La mayoría de los creyentes se colocaron de rodillas, y los que no lo hicieron, adoptaron una postura respetuosa, con la cabeza baja, en señal de consideración a la ofrenda.

Margarita se había arrodillado, mantenía las manos cruzadas y la mirada baja, curiosa y pilla miró discreta, sin levantar la cabeza, hacia la banda. Todos sus miembros se mantenían en pie, sujetando los instrumentos mudos ante la cruz. Buscó la cara de Jaime, el muchacho trompetista, esperando poder contemplarla sin ser descubierta. Aun no se lo había dicho a su tío, pero su sueño de ir a América, incluía a Jaime. Pensaba que, a pesar de la diferencia de edad, algún día él se fijaría en ella, se casarían y se irían los dos juntos al fascinante Nuevo Mundo, donde los esperaría su magnífico tío Miguel. Emocionada, observó entre ensoñaciones, su porte, sus manos delicadas y como por un segundo eterno se entrelazaron fugaces la mano de su tío y la de Jaime, en medio de un silencio sepulcral, suponiéndose ajenos a todas las miradas.

Creyó Margarita, que se le salía el corazón del pecho. Que todos escuchaban sus latidos desbocados, que se había convertido en estatua de piedra y que se quedaría clavada en el suelo, de rodillas junto a la cruz para siempre jamás. El tiempo se paró para Margarita, las amapolas de su vestido se marchitaron de incredulidad. Voló su inocencia, ante el secreto recién descubierto, de los furtivos amantes, y entendió entonces porque su tío no tenía mujer ni hijos. Volvió a la realidad, ya siendo otra cuando los tambores comenzaron a sonar.

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15 comentarios

  1. 1. Luis Poncel dice:

    Magnífico Marta, me diste con la puerta en las narices al transformar un cuento rosa en una tragedia pueblerina. Muy bien manejados los tiempos, pero me ha costado un poco la escena de la tomadura de mano.
    La reacción de Margarita está escrita con una fuerza inusitada y consigues el clímax ideal.
    Quizás si te planteas otras posibilidades para escribir la escena del encuentro de los amantes conseguirías una pieza completa.
    Te felicito.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 17:07
  2. Hola Marta, acabo de leer tu relato. Me has sacado una sonrisa (no la primera de este jueves porque suelo hacerlo a menudo pero si una tierna y con cierto toque de añoranza porque mencionas mi tierra de nacimiento, Galicia.)
    Me ha gustado tu texto y cómo lo vas desgranando. Tienes un estilo muy descriptivo y aunque queda porco margen para la imaginación, me gusta ver tu escena a través de tus palabras. Me pasa lo que a Luis y el momento en que se entrelazan las manos los amantes, me ha costado. Sobre todo porque imaginaba separados a los músico del resto de gente y ya no sé si su tío forma parte de la banda también.
    En todo caso, muy bien. Un besote!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 18:46
  3. 3. Karen Katina dice:

    Hola Marta.
    Que bonito tu relato, muy descriptivo con todas esas ensoñaciones propias de los adolescentes, un sorprendente giro y por supuesto un gran remate al final: “volvio a la realidad, ya siendo otra …” creo que esta frase recoge lo que nos pasa cuando sufrimos la primera desilusión.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 20:48
  4. 4. Marta dice:

    Gracias por vuestros comentarios. Me ániman a mejorar.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 16:53
  5. 5. mondregas dice:

    Hola Marta:
    Magnifico tu relato y no te digo más porque ya te lo han dicho, pero sobre todo el final es extraordinario. Por si quieres leer mi relato, está en el nº 56

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 20:40
  6. 6. El nido del cuco dice:

    Hola Marta, me ha encantado tu relato. Me gusta que me sorprendan y tú, con tu final, me has sorprendido. Y mucho. Además tienes un estilo muy elegante, así que ya te he apuntado entre mis escritoras favoritas. Eso sí, me he quedado fatal por Margarita, la primera vez que se enamora y menudo chasco… pero la vida es así…

    Un beso Marta y, te lo repito, me ha encantado.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 10:39
  7. 7. José M Quintero dice:

    Hola Marta me gustó mucho tu relato.
    Describes muy bien todo lo que sucede y das un gran giro al final, excelente.
    PD: gracias por comentar mi historia.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 17:13
  8. Hola Marta
    Gracias por el comentario que hiciste de mi texto, esas cosas te ayudan mucho a aprender. Tienes un estilo muy bonito. Tu texto, bien separado por puntos y aparte le da velocidad y a la vez separa muy bien los temas. Tienes una buena presentación, un mejor. si cabe todavía, desarrollo o nudo pero sin embargo el final me ha parecido un poco brusco, para mi opinión. Me costó leerlo dos veces pero me encantó ya que no te lo esperas.
    ¡Felicidades! Me ha gustado mucho.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 17:45
  9. 9. marazul dice:

    Hola Marta
    Consigues sorprender al lector con ese final tan inesperado y conseguido. Ese contraste entre la primera parte, en donde describes tan bien la historia de un emigrante gallego enriquecido en América, y la segunda, en donde la sobrina (Margarita) recibe ese bofetón de realidad, está muy logrado.
    ágil, claro y con sorpresa. Me ha gustado
    Saludos

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 20:15
  10. 10. grace05 dice:

    Hola Marta: Gracias por tus comentarios en mi relato. El tuyo ..¡precioso!!!! A toda la historia la rodea la candidez y la inocencia, por un momento creí que el “buen tío” tenía intenciones de desposar a la inocente sobrina. El giro final me golpeó como a la pobre niña.
    Excelente historia. ¡Te felicito!!!!

    Escrito el 1 junio 2015 a las 01:09
  11. 11. KMarce dice:

    Saludos Marta,

    Espero llegar al relato correcto, si fuiste tu quien comentó el mío (#170), porque me he encontrado a tres Marta en la lista, y todas con apellido. Si fue así gracias.

    Sin embargo, he llegado y lo he leído. Que bonita presentación de la protagonista, sin importar la época que pensaras, me la he imaginado no en esta actual, sino en una bastante más atrás.

    Antes de entrar con el relato tuyo, quiero observarte algunos puntitos, con el ánimo de que se aprecie más el contenido.
    *Recuerda que debes cambiar el guión corto por el largo para los diálogos, no sé si eso ocurre al pasarlo del Word u otro programa al formulario, así que deberás modificarlo directo ahí. También recuerda que los guiones narrativos, irán pegados a la narrativa, al inicio y al final, algo así:
    —Queridiña mía —Respondió cogiéndola en volandas-, algún día vendrás conmigo a América…

    En este caso, hay que darle mayúscula a cualquier verbo que entre en el cuadro narrativo, cuando inicia, no así si anuncia una acción o ejecución.

    —Queridiña mía —le respondería cogiéndola en volandas— algún día vendrás conmigo a América…

    *Evita usar las mismas palabras en dos frases seguidas, como este:
    …promesas de un futuro resplandeciente. Resplandeciente como el sol que aquella…
    Si quieres usarla para enfatizar, deberás introducir una palabra que las separe, o buscar un adjetivo similar sustituyéndo alguna de las dos:
    …promesas de un futuro resplandeciente. Así como resplandecía el sol que aquella…

    Dejame felicitarte por tu ortografía cuidada. Solo he notado algunas comas extras, que cortan un poco la fluídez; evitándolas tendrías un enfoque de más impacto. Me pasa igual, uso mucho la coma después de los nombres, pero he notado que esto da una sensación pesada e interrumpe la acción. Verifica audiblemente con y sin la coma, para que veas la diferencia.

    Esto es lo único que puedo destacar en cuanto al formato de escritura, como ves no trastoca tu historia.
    En cuanto a la historia en sí, creo que coincido con ese final tan inesperado, pero al mismo tiempo, considero que es un poco ligero y mas subjetivo que demostrativo. A mi entender “tomarse” de las manos no implicaría un romance, no lo entendí así hasta que leí que ella los veía de esa manera. Si cortarás esa observación de Margarita, pensaría que se toman de las manos porque estan guardando respeto por una parte de oración o plegaria grupal, etc. Creo que profundizar un poco en mostrar más esa complicidad en ellos, una mirada, un ligero desliz de la mano, no sé. Porque yo lo ví como amor filial no eros.

    Tambien la parte de la historia de Mario, no comprendí su importancia. Si la quitas no pasa nada, porque no aporta sino solo que él tiene mucho dinero, pero no le veo relación dentro de la historia de Margarita, su tío y Jaime.

    Pero la idea me parece muy buena, porque has hecho que una linda adolescente que adora a su tío, es sacudida por un secreto que hará quizá que todos sus buenos pensamientos/sentimientos por él, se vean trastocados por la decepción. No porque sea o no una persona que gusta de su mismo género, sino por quién es el dueño de tales afectos. Eso de verdad que impacta.

    Por lo que me restaría solo darte una gran felicitación, has sacudido las tablas de los pies de los que te han leído.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 1 junio 2015 a las 04:55
  12. 12. Marta dice:

    ¡Hola!
    Muchísimas gracias a todos los que os pasasteis por mi relato y le dedicasteis vuestro tiempo a leerlo y comentarlo.
    KMarce, gracias por decirme lo de los guiones, tomo nota.
    Saludos.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 17:38
  13. 13. zulema dice:

    Un gran e inesperado final, creaste la atmósfera adecuada para sorprender. FELICITACIONES.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 04:52
  14. 14. beba dice:

    Hola, Marta:
    Un cuento con estilo, sencillo y elegante. Correcta ortografía; algunos errores en las marcas de diálogo.
    Me encantó la descripción de Margarita y su vestido de amapolas, lo mismo, el ambiente de la iglesia y la gente.
    También creo que tomarse de la mano no es suficiente pista; tendrías que trabajarlo con algunos otros indicios.
    Pero está muy bueno.
    Te felicito.
    Si quieres ver el mío es el 135.

    Escrito el 10 junio 2015 a las 03:04
  15. 15. pachibuda dice:

    Me gustó mucho la forma en que escribiste tu cuento y cómo nos metiste en el mundo de Margarita.
    El único detalle es que nunca vi al tío en la procesión antes que se rozara la mano con Jaime, por lo tanto me costó ver la escena. Tuve que releerla dos veces.
    Cariños
    Pachibuda

    Escrito el 10 junio 2015 a las 16:48

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