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La Casa - por A. Pantaleón

La Casa

La Casa, con mayúscula, enorme, abarrotada, laberíntica, absurda.
Baluarte y trinchera durante la eterna guerra librada contra los hijos de su remoto marido. Su tesoro, su vida.
Tumba en los largos años cuando apenas fue el débil pálpito de un liviano y quebradizo resto de menguantes y arrugadas formas humanas.
Misteriosa. Obsesivamente resguardada de la luz destructora de los colores que yacen invisibles en las tinieblas que quién sabe qué otros, quizá aterradores, secretos protegen.
Ahora, la usufructuaria muerta. La Casa vuelve a ser para ellos, los otros, los enemigos.
-Hay que vaciar la casa. – Ellas me lo pidieron-. Nosotras no queremos nada –repitieron más de una vez-.
La vieja siempre me fue indiferente. Efecto colateral de las batallas que destruyeron la relación con su hermano, mi padre. Ellas lo sabían.
Mis primas, acomodadas, entregadas y serviciales. Ya sólo les quedaba su anciana madre y yo. Podíamos charlar durante mis espaciadas visitas. Nada más.
-Para que se aproveche otro, mejor tú.
Dudé, pedí tiempo.
-Sí, pero no puede ser mucho.
Descubrí que mi padre antes de morir la visitó. Fabulé una reconciliación, el pago de una deuda.
Accedí.

Marcados estaban los muebles y objetos que eran de la casa. Casi la mayoría de lo que tenía valor.
Algunas huellas rectangulares en las paredes delataban algunas ausencias. No habían sido del todo sinceras ni ingenuas. Descubrirlas en esa debilidad me arranco una sonrisa malévola.

Aún así, sentí el raro placer de profanar un templo vedado e incomprensible. Trabajé sin descanso movido por una especie de éxtasis de la destrucción. Vacié, organicé, clasifique, trasladé… una miríada de muebles baratos, ridículos objetos decorativos, ropas de cama, cortinas, menaje…

El día que volvimos juntos a revisar la casa, haciendo aquel gestó con la mano tan ofensivo, las oí decir:
-No te podrás quejar. Arramblaste con todo lo que pudiste.
Comprendí que conocían bien el embrujo que me producía la casa y, ridiculizado, su capacidad de manipulación…
…y el alma guerrera de la vieja latiendo cuando sentí en mi interior que, contra ellas, los tambores comenzaron a sonar.

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8 comentarios

  1. 1. R. Andrés Navarro dice:

    ¿Lo has escrito en verso? Desde luego suena así. Y si no lo has hecho hazlo, porque no creo que te costara demasiado poner un par de rimas asonantes aquí y allá.
    Personalmente a mí no me gusta mucho el estilo poético en la prosa, sobre todo cuando el argumento no es mitológico, dramático o algo muy dado al romanticismo. No obstante, no le quito mérito al esfuerzo. Cada cual escribe en el estilo que le gusta. Aunque sí te recomendaría que te reconciliaras un poco con los verbos.

    En cuanto al contenido me gusta cómo se notan las ganas de guerra que tiene el protagonista. Está claro que no es un hombre muy familiar (no estoy del todo seguro de que sea hombre pero es la impresión que me ha dado). La última frase quizás podrías estructurarla de otra manera. Creo que entiendo lo que quieres decir, pero lo noto extraño.
    En fin, que te recomiendo que desarrolles tu propio estilo en vez de dejarte influenciar demasiado por las opiniones de los demás (y me incluyo).
    No dejes de escribir y mucho ánimo!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 19:13
  2. 2. El nido del cuco dice:

    Voy a serte sincero, A. Pantaleón. Me ha costado hacerme con este relato, pero, al fin, lo he conseguido. Lo he leído muchas veces y la sorpresa ha sido que en cada lectura iba descubriendo un poquito más acerca de tus intenciones, un poquito sobre la personalidad del personaje, hasta situarme de pleno en la historia.

    No es un texto sencillo, pero, a veces, se agradece que no todo esté a la vista. Ni que todo esté súper explicado. Tienes un estilo muy especial, que atrapa poco a poco. Volveré a leerte, sin duda.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 10:56
  3. 3. Josan dice:

    ¡Hola!.

    Al principio parece un texto complicado, como trabado en el ritmo. Pero una segunda lectura en voz alta me ha dado una perspectiva distinta, y es que con las frases cortas y el uso de las comas le das al texto un ritmo que parece el repiqueteo de un tambor.

    Se respira en el relato las difíciles relaciones familiares, sobre todo cuando hay herencias de por medio. Al menos así lo ha entendido un humilde profano. 🙂

    Tienes un estilo muy peculiar, pero es original, tienes voz propia y eso es muy importante.

    Sigue dándole a la tecla y ánimo. 😉

    Un saludo.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 13:37
  4. 4. KMarce dice:

    Saludos A. Pantaleón,

    Me ha gustado mucho este texto, por varias razones: Una me encanta la fluidez de las palabras, muy asedadas, tersas, si puedo poner usar una metáfora, escribo que se deslizaron como gotas en un cristal ante mis ojos.

    También coincido con R. Andrés, muy buena prosa, y esas palabras que son armoniosas encuentran su espacio. A mi me encanta ese tipo de lectura; pero hay personas que buscan un estilo menos flórido, como siempre digo, cada uno encontrará su nicho y sus lectores. En lo particular yo tiendo a usar este tipo de lenguaje, sobre todo cuando escribo de tiempos pasados, no actuales siglo XXI, en donde la gente usaba un enorme respeto para dirigirse a otros, exponiéndose con palabras “rebuscadas” para pedir hasta por un salero… A mí eso me gusta mucho, me parece una muestra de respeto ya perdida.

    Para hacer notar, creo que el uso de punto y separado de los primeros párrafos me hizo pausar microscopicamente la lectura, me hubiera encantado ver esas frases en un párrafo más prolongado, es una descripción de la casa, creo que debería estar conglomerado.
    También los guiones narrativos, sigo creyendo que el Word o el programa que se usa nos traiciona, al dejarlo en uno corto cuando corresponde un largo, solo que debes recordar que la anotaciones narrativas van pegadas al símbolo en su entrada y salida.

    Te felicito por regalarme una palabra que no conocía; Miríada. Que hermoso concepto de mucho. 😛

    No sé, pero para mí quien relata es femenino, aporta demasiados detalles que no son propios de un caballero, con el perdón de ellos. 🙂

    Gracias por leer mi texto.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 21:02
  5. Me ha gustado el tono poético con el que escribes, este texto suena como de otra época, no se si era tu intención pero me suena así.
    Gracias por pasar a visitar mi relato.
    Un saludo! y felicidades por el tuyo.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:48
  6. 6. @alfca30 dice:

    Buenos días A. Pantaleón.

    Soy uno de los compañeros que tuvo el honor de corregir tu texto, y me ratifico en los comentarios. Es un texto excelente, muy trabajado y con un lenguaje muy cuidado.

    Felicidades.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 09:47
  7. 7. grace05 dice:

    Hola Pantaleón: Gracias por tus comentarios en mi relato. el tuyo me gustó mucho. Me gusta ese vocabulario poético, como de otros tiempos.
    Le da una cadencia a tu historia, se va precipitando de a poco. Una historia dura de rencores y venganzas.
    Excelente trabajo!!!!!

    Escrito el 1 junio 2015 a las 00:53
  8. 8. Adella Brac dice:

    Su lenguaje y tono poético me gustan mucho.
    Me encanta el detalle de que al principio hayas escrito casa con mayúscula y al final, ya profanada, la hayas rebajado a las minúsculas 🙂
    ¡Buen trabajo!

    Escrito el 3 junio 2015 a las 12:10

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