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El hombre más correcto del mundo - por Agustín E. Bataz

Web: http://hablandoconsinceridad.wordpress.com

El hombre más correcto del mundo falleció. No bebía, pues era malo para la salud. No se enamoraba, pues conocía que unir tu alma a alguien más, es una causal muy común de dolor en el ser humano. Casi no salía, por el crimen rapaz que asolaba su pueblo. Todo en su vida era control, comodidad y tranquilidad.

– Tuvo una vida feliz. –, alguna persona relativamente cercana comentaba en el velorio, – jamás tuvo problemas, siempre estaba sereno –. Los demás asistentes al evento asentían, aunque casi nadie lograba expresar alguna anécdota o situación que lo involucraran.

Mientras tanto, él llegaba al cielo. A las puertas, un joven ángel ocupaba el puesto de San Pedro, quien se encontraba un poco ocupado en asuntos celestiales de tremenda importancia. – Ehm… –, titubeó el novato angelical, – ¡Saludos, querido humano! Yo seré quien te dé la bienvenida al cielo, al menos por el momento. –. La brillante entidad guió al Señor Correcto (sí, así se llamaba) por un largo pasillo, a través de cuyas puertas se podían ver a varios ángeles haciendo labor de oficina: organizando papeles, tecleando en máquinas de escribir de oro; incluso algunos estaban charlando junto a un garrafón de agua, como si esperaran la hora de la salida.

– ¡Llegamos! –, exclamó el entusiasta guía, – aquí esperarás tu juicio. El Jefe y dos ayudantes revisarán tu expediente: pecados, buenas acciones, sacramentos, etcétera. Posteriormente, deliberarán por un rato. Al término, saldrá alguno de ellos para avisarte si te quedarás aquí arriba, si tendrás que volver a la Tierra, o si… ¡Ay, Dios no lo permita! Tú me entiendes, ¿no? Je, je. ¡Venga, no te asustes, será rápido!

Correcto se sentó, con desgano, en un sofá marrón de esa sala de espera. Su guía se sobresaltó. – ¡Ah! ¡Me olvidaba! Mientras ellos revisan, también tu puedes hacerlo; te dejaré este sobre. – El ángel salió corriendo en camino a la recepción, en las puertas del Cielo, dejando al confundido hombre allí. – Terminemos con esto. – dijo para sí mismo. Abrió lentamente el sobre y descubrió otro sobre, más pequeño, y una hoja blanca que tenía varias líneas escritas a máquina, con letras doradas:

“¡Saludos, humano! Según tu expediente, no hay pecados graves. Fuera de eso, nada importa. Aquí arriba, lo único que nos es significativo es que ustedes tengan una vida feliz, llena de experiencias y aprendizajes, para que sus espíritus continúen evolucionando. Por ello, en este sobre únicamente encontrarás tus vivencias más importantes: si son las suficientes y estás feliz, podrás quedarte. Si no, debes volver a la Tierra una vez más, no sin antes pasar por un pequeño proceso de Purificación (eso se te explicará más adelante, según sea el caso). Podrás revivir cada una de tus vivencias con solo desearlo, así que ¡diviértete! Te mando un saludo.”

La carta estaba firmada como “El Jefe”, con una exquisita letra cursiva. El hombre más correcto del mundo intentaba pensar qué vivencias aparecerían en el sobre, aunque no logró recordar ninguna digna de ser repetida. Antes de abrir el sobre, una lágrima de frustración recorrió su mejilla, y mientras quitaba el broche del mismo, su pesar y melancolía fueron en aumento. – Creo que no viví. –, sollozó, y al terminar de abrirlo, no fue sorpresa lo que sintió, sino la tristeza que sólo un hombre que ha desperdiciado su existencia puede manifestar.

El sobre estaba vacío.

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4 comentarios

  1. 1. Melisa dice:

    Agustín, ¡qué fuerte ese final! Me gustó mucho.

    El relato es muy llevadero. Lograste captar mi atención desde el comienzo. Precisamente, desde el título: ¡muy bueno!

    Felicidades por la sorprendente historia que se esconde detrás de tu sobre vacío.

    ¡Saludos!

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 21:44
  2. 2. ortzaize dice:

    me parece genial.
    digno de salir publicado en un bonito libro.
    original y una historia digna de meditar. segun estan los tiempos, hay muchas personas que lo hacen todo correcto, y no se imbolucran en nada.
    geniallllll
    saludos

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 16:24
  3. 3. Frida dice:

    Hola Agustín. Me ha gustado tu relato. La presentación de Correcto, que ya desde el principio se muestra como un hombre que jamás ha disfrutado de la gran aventura de la vida. Me parece triste la escena del velatorio, donde nadie tiene nada que aportar a lo que un día fue su vida, como si hubiese pasado junto a todos lo que lo conocieron sin pena ni gloria, daba lo mismo que estuviese como que no. Ha sido muy profundo el final, donde él comprende la nada existencial a la que por propia voluntad se sometió. Una gran reflexión sobre la vida y, los recuerdos que como personas imprimimos en todos aquellos, que conoceremos a lo largo de nuestra historia existencial.

    Escrito el 4 noviembre 2015 a las 20:45
  4. 4. Cryssta dice:

    Agustín tu relato me ha encantado. Al principio me chocó cuando dices que no bebía porque era malo para la salud, estaría bien que aclararas en el texto que lo que no bebía era alcohol porque yo ya pensé que el pobre había muerto deshidratado. Quitando ese detalle la historia me ha parecido muy buena.

    Un abrazo.

    Escrito el 24 noviembre 2015 a las 11:37

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