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Cartas anónimas - por Bea

Web: http://nadandoenunmardelineas.blogspot.com

El autor/a de este texto es menor de edad

Durante semanas, aquella misteriosa persona me había estado enviando cartas en las que me decía todo tipo de cosas, desde las respuestas a los dificultosos problemas que el profesor de física planteaba, hasta aquellos hermosos versos que describían cómo él me veía.

La primera vez que me encontré una de sus anónimas cartas, había escrita en ella que al día siguiente la profesora de anatomía preguntaría lo último que habíamos dado. Me quedé estupefacta al comprobar que, efectivamente, al día siguiente la señorita Montgomery preguntó la lección. Pero lo que más me impactó fue la manera en la que la carta estaba firmada. El chico que te romperá el corazón. En todas y cada una de aquellas inexplicables cartas, rezaba esa frase.

En un principio llegué a pensar que no iban dirigidas a mí y que el remitente se había confundido de habitación, pero, en la tercera nota mi nombre estaba escrito, por lo que descarté esos pensamientos y comencé a preguntarme quién era la persona que estaba detrás de esas palabras.

El martes de cada semana recibía una. Al principio simplemente se me olvidaba que ese día tenía que llegarme una carta, y de repente encontraba uno de esos sobres de color rojo reposando sobre mi cama.

Me asustaba la idea de que un chico al que no conocía supiera tantas cosas de mí. ¿Cómo era posible que, cada vez que tenía un problema, él me diera la solución o simplemente me ofreciera palabras de consuelo? Con cada nota que recibía, mi extrañez iba creciendo, pero me di cuenta, de que en realidad esperaba ansiosa a que el martes llegara para poder leer lo que este misterioso chico me había escrito.

El chico que te romperá el corazón. Le daba vueltas en la cabeza una y otra vez a esa frase que tanto me inquietaba. ¿Por qué iba un chico al que no conocía a romperme el corazón? A mitad de curso, comencé a hacer una lista con las posibles personas que podrían estar escribiendo las cartas, pero uno a uno fui descartándolos a todos, si bien porque tenían pareja o porque no compartían las mismas clases que yo.

Llevaba ya seis meses recibiendo sobres de esta persona, y cada vez tenía más intriga por saber quién era el que las escribía. Desconocía cómo lograba meterse cada semana en mi habitación, ya que yo era la única que tenía la llave y resultaba difícil entrar por la ventana ya que mi habitación se encontraba en el cuarto piso.

Esto era algo que no había comentado con nadie, pues no me sentía capaz de confesar algo que me parecía tan íntimo, puesto que esta misteriosa persona conocía rasgos sobre mí que ni yo misma conocía. Así que había decidido que este iba a ser mi pequeño secreto, el cual cada vez se iba volviendo más grande ya que iba acumulando cartas en el último cajón de mi armario.

El martes de aquella lluviosa semana de Diciembre, había estado toda la tarde estudiando en la biblioteca para el examen de química que tenía, y me había olvidado por completo de la carta. Cuando abrí la puerta y la encontré allí como cada semana, sobre la almohada de mi cama, me recorrió una sensación en el estómago que me llenó de alegría, como si fuera algo que hubiera estado esperando ansiosamente.

Con una sonrisa anduve hacia mi cama, me senté y tomé el sobre con mis manos. Lo contemplé. Aquel rojo intenso contrastaba con el color de mi habitación, el cual era de un beige claro. Lo abrí cuidadosamente, preguntándome qué sería lo que me encontraría esta vez. Pero tal fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que el sobre estaba vacío.

Pensé que había sido un error, como la primera vez que recibí una de sus cartas, y que esta vez se le había olvidado meter la nota dentro, pero después de semanas sin volver a recibir nada de su parte, llegué a la conclusión de que aquella había sido su última carta.

Y entonces me di cuenta del significado de aquella frase que me había dejado tan sorprendida en un principio. El chico que te romperá el corazón. Y lo comprendí todo. Poco a poco, con cada carta que había recibido me había estado enamorando de aquel chico el cual no conocía su identidad.

Aquel anónimo había conseguido romperme el corazón, había conseguido que me enamorara perdidamente de él con todas y cada una de sus cartas.

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5 comentarios

  1. 1. Tavi Oyarce dice:

    Hola Bea.

    Linda forma de enamorar. Siempre se aprende.‼‼‼

    Muy bueno el relato. Tiene la virtud, para mi esencial, mantener el misterio de ese chico ingenioso.

    Bueno, el año pasado tus relatos ya me impresionaron, por eso busqué tu nombre y no me he equivocado.
    Con una historia tan intima y simple logras que uno se enganche.

    Te hago 2 acotaciones.
    1
    En una misma linea repites “…ya que”. y me sonó raro.

    2 Tu dices: “…y tomé el sobre con mis manos” ahí hay una redundancia. ¿De qué otra forma se podría tomar el sobre?

    Nimiedades en realidad que no enturbian tu buen relato

    saludos

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 00:26
  2. 2. Tavi Oyarce dice:

    Bea: Aclaración:

    por una letra me confundí. no era a ti a quien leí el año pasado.
    Pero mi comentario sobre tu cuento se mantiene igual. Gané otra excelente escritora

    Siento el bochorno

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 00:30
  3. 3. Jesus R.G. dice:

    Mantienes muy bien la incertidumbre y la curiosidad del lector, que va creciendo por las múltiples incógnitas que vas introduciendo en el texto; sin embargo, si al final las dejas todas sin resolver como en las pelis malas… El relato pierde la gracia.

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 16:56
  4. 4. beba dice:

    Hola, Bea:
    Lo mejor de tu sencilla y bonita historia, es la prolija redacción. Muy bueno. Adelante.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 00:16
  5. 5. Vespasiano dice:

    Hola Bea:
    He sido uno de tus comentaristas anónimos. Repito algunas consideraciones que hice a tu relato.
    La historia en sí me ha gustado, hay un cierto suspense durante el relato hasta llegar al desenlace. La sorpresa final también está lograda. Veo un texto bien escrito, sin faltas de ortografía. Por ello te animo a seguir escribiendo y dar rienda suelta a tu imaginación.
    Como consejo te diría que debes repasar muy bien el texto para evitar repeticiones.
    El relato me ha parecido creíble. La narración fluye para meterte en la historia mostrando la ilusión de la chica por recibir aquello mensajes anónimos que tanto le ayudaban en su día a día.
    Felicidades.

    Escrito el 5 noviembre 2015 a las 18:35

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