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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La herencia del viejo Juan. - por Leonel Esteban Bracco

Franco fue el último en entrar a la habitación, sus hermanos, habían llegado con el escribano ni bien se enteraron esa misma mañana que había fallecido el viejo. Se acomodó contra una pared y levantó la vista solo hacia el escribano, que se acomodaba sobre el sillón de Juan y sostenía unos papeles en la mano.
El letrado miro a todos como esperando una señal y Horacio, el mayor, comentó: -Bueno, ahora que estamos todos podemos empezar a leer el testamento, escribano, por favor-
El escribano se aclaró la garganta:
Queridos hijos míos, como sabrán, por las reglas del fideicomiso donde Horacio, tan sabiamente, me hizo guardar todas mis pertenencias, hoy no puedo elegir una herencia no equitativa entre mis tres apreciados hijos. Sin embargo no encontré nada que me prohiba dejarles diferentes palabras.
A mi primer hijo, Horacio:
Siempre admiré tu capacidad para encontrar un beneficio en todos los eventos de tu vida, es increible como puedes mantener un matrimonio falso durante tantos años y ser feliz. Imagino, ya que desde hace muchos años que no te conozco.
A mi segundo hijo, Carlos:
Sé que todos tus problemas empiezan donde yo no supe estar, nunca fuí un buen padre y no te enseñé a defenderte de tus propios demonios, que hoy no te dejan en paz. -Carlos miraba al escribano con una mirada de esfuerzo, como si realmente le costara estar sentado escuchando la carta, con la tez muy blanca y unas ojeras que daban la sensación de pesar mucho en una cara absorbida y débil.
Y a mi último hijo, Franco:
Sé que te puedo dejar algo que a ellos no pude, y es que contigo si fuí un buen padre y llegaste a quererme, muchas veces me dijeron que fue culpa de tu madre la falta en la crianza de tus hermanos, pero la verdad es que yo nunca me opuse a sus histerias y la deje alejarme a mis hijos. El destino quiso que no sobreviviera a tu nacimiento y creo que he hecho un mejor rol como padre soltero, encontré la felicidad verdadera solo cuando conocí a los nietos que me diste y gracias a todo esto puedo dejarte estas palabras: Franco, sos el único que me conoce de verdad y gracias por cuidarme hasta el final.
Por último les cuento a todos que una parte de mis ahorros los inverti en caridad y el resto lo encontrarán en la caja fuerte de mi estudio. Pueden repartirse equitativamente, como corresponde, todo lo que encuentren ahí dentro.
Carlos fue el primero en levantarse para abrir la caja y exclamó asustado -¡¿Esto es todo?!- El escribano se levantó de golpe, como recordando que tenía que cumplir su rol y pidió revisar la caja. -Aca tenemos, treinta mil dólares y tres sobres de papel- Dijo después de contar la plata. Y mientras alzaba uno de los sobres. -Por favor, Horacio, abrí este que tiene tu nombre- Al abrirlo, vio que el sobre estaba vacío. El resto también encontró un sobre vacío con su nombre. Horacio exclamó con asco -Este viejo tacaño tenía millones y le quedó esto no más, que miseria.-
Franco, que todavía no se le había oído la voz, exclamó en tono de batalla -Claro, y no tiene nada que ver que ustedes dos manejaron veinte años la empresa hasta quebrarla-
Horacio simplemente dio vuelta la cara, como si no le importara la cosa y le habló al escribano: -Por favor, dividamos lo que queda y mañana mismo publicamos la casa y el resto de los terrenos en venta.-
Al final recibieron diez mil dólares y repartieron los porcentajes de las propiedades. Enojados y decepcionado se fueron sus hermanos mayores, Carlos antes intentó pedirle plata ya que estaba pasando “por una mala racha”. Le contestó que pida ayuda por sus adicciones y le prestaría todo lo que pueda, no hubo respuesta a cambio.
Cuando todos se fueron se quedó mirando los tres sobres sobre la mesa, tomó el que tenía escrito “Franco” y la colocó a trasluz, luego sacó un fibrón del cajón del escritorio y pintó el papel, unas letras aparecieron sobre la carta, que aparentemente habían sido grabadas suavemente sin tinta.
Franco, sos el único que está leyendo su sobre,seguramente tus hermanos se fueron, porque no conocían como soy. Debajo del piso de mi habitación hay una caja fuerte oculta, vas a encontrar treinta lingotes de oro, si tus hermanos no los reclaman, te los puedes quedar. Te amo profundamente, Juan.

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12 comentarios

  1. 1. pepe dice:

    Una historia que ha sido muy trabajada, contada con claridad y emoción. El tema de los sobres vacíos queda perfectamente engarzado en el relato. Enhorabuena !

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 17:39
  2. 2. Jose Luis dice:

    Aunque la redacción del relato es a veces confusa, al final merece la pena haberlo leído, porque está muy bien, no existe falta de organización y coherencia en las ideas. Un saludo

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 20:21
  3. 3. L.M.Mateo dice:

    Me ha gustado como se integran los sobres vacíos en una historia de herencias. Aún así estoy de acuerdo con Jose Luis: la redacción del relato es confusa, y eso hace que aunque esté bien estructurado, se pueda perder el hilo.
    Voy a añadirte otras dos pequeñas críticas, hechas desde el más profundo respeto.
    En primer lugar la representación de los diálogos no es correcta, te sugiero que te pases por la entrada que Iria nos ha dejado este mes en el blog “Cómo representar un diálogo gráficamente”. Resuelve muchas dudas.
    En segundo lugar, creo que la lectura del testamento hubiese quedado mejor representada entre comillas, para diferenciarla de la acción, y facilitar a los lectores la comprensión del texto.
    Espero leerte de nuevo en el próximo taller.
    Un abrazo.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 00:18
  4. 4. Cryssta dice:

    Tu relato me ha gustado, aunque debo decir que más que un relato corto como pedía el taller, se trata de un cuento y que, en su principio, recuerda al cuento popular “El gato con botas”

    Estoy de acuerdo con lo que te han dicho otros compañeros y además creo que con más puntos y aparte la lectura se haría de una forma más ágil. Al texto también le faltan algunas comas.

    He detectado un par de tildes que faltan “no mantenían entre sí una relación cordial” (el “sí” lleva tilde), “a pesar de ello él nunca renunció” (ese “él” lleva tilde porque es un pronombre personal y la tilde lo diferencia del artículo).

    Pienso además que hay frases que quedarían mejor escritas de otra manera:

    “Este último quedó estupefacto al conocer su escasa herencia y esperó que dentro del sobre …” (no le veo mucho sentido al verbo alentar dentro de la frase).

    “En este tiempo fue a visitar al caballo y pensó de qué manera…”

    “decidió empaquetar las pertenencias de las que disponía en su alcoba y vender algún objeto…”

    Tras un punto y seguido “Poco a poco se fueron convirtiendo en una leyenda, hasta el punto de que nobles de diferentes lugares le reclamaban para que les transmitiese…”

    “Casi sin darse cuenta pasaron treinta años desde su partida, su cabello se tornó cano y aunque él seguía enseñando…”

    “Quedando muy afectado, decidió darle un entierro digno.” (Es mejor no enterrar la silla, seguramente el protagonista tendría un fuerte sentido práctico y pensaría que podría venderla o usarla para otro caballo).

    “Al quitarle la silla al caballo se desprendió un sobre de la misma, sobre que él recordaba perfectamente y que, perdiendo el control por las circunstancias del momento, rasgó en un arrebato”. De esta forma no repites dos veces que se lleva una sorpresa.

    “llevaba una inscripción interior que no había visto” (para no repetir en la misma frase dos veces “cual”)

    “viendo como mis hijos mayores se pelean”

    Tras un punto y seguido “Decido por lo tanto que al menos uno de mis hijos pueda vivir otra vida y ver más allá de este marquesado…”

    “De esta forma el hombre lo entendió todo y quedó en cierta manera reconfortado y, a pesar de no haber tenido una vida totalmente fácil y placentera, vivió conforme el resto de sus días”.

    En cualquier caso tengo que decirte que estaré encantada de leer otros textos tuyos en próximos talleres.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 09:31
  5. 5. APMB dice:

    Es un relato muy bonito y bien trabajado. ¡Felicitaciones!

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 10:32
  6. 6. Aránzazu dice:

    Me ha gustado mucho, me ha hecho reír al principio cuando en la carta del padre, le comenta a su hijo Horacio “es increible como puedes mantener un matrimonio falso durante tantos años y ser feliz”.
    Y me ha gustado la originalidad de ocultar en un sobre vacio letras escritas.
    Enhorabuena!!
    un saludo

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 11:45
  7. 7. Cryssta dice:

    Perdón, perdón, perdón, por error metí aquí el comentario que hice de otro relato que tenía que ver también con herencias.

    Cuando tenga tiempo leeré tu relato con calma y lo comentaré.

    Un saludo.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 12:29
  8. 8. Leonel Esteban Bracco dice:

    Gracias por los comentarios!
    En los comentarios del taller también me mencionaron lo de los diálogos. Fue justo uno o dos días después de haber enviado el texto que leí en el blog como se puntúan correctamente. Ahora se que debería haber puesto “—” en vez de “-“. Además cuando yo originalmente escribí en word el texto, habia puesto en cursiva todo lo que es la lectura de la carta…¿eso estaba mejor?

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 00:50
  9. 9. beba dice:

    Hola, Leonel:
    Me gusta el argumento de tu relato; también valoro lo acertado de tu gramática. Pero creo que el desarrollo resulta confuso; puede ser porque en los mensajes del padre se desenvuelve una historia muy extensa, con muchas circunstancias. Es bueno el recurso, pero creo que tantos detalles en cada misiva enlentecen el relato.
    El desenlace, casi de cuento de hadas, con ese mensaje invisible y el lápiz tan oportuno, no me parece muy coherente con el resto.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 20:03
  10. 10. Manoli VF dice:

    Hola Leonel.
    Ya te han señalado los compañeros los errores de redacción que suscribo. Más allá de esto he de decir que contradigo a los que argumentan que tu historia es un cuento. Yo la veo como una escena, y bien representada, en cuanto a contenido y forma.
    Me gusta también el final con el guiño que haces al personaje, yendo un poco más allá de la historia de los sobres vacíos.
    Vamos, que mejorando un poco los detalles, a mí me ha gustado.

    Te invito a que pases por mi relato (191)

    Un saludo.

    Escrito el 4 noviembre 2015 a las 13:36
  11. 11. grace05 dice:

    Me encantó tu relato. Si bien adhiero a la sugerencia de los compàñeros sobre la escritura de los diálogos, esto no desmerece el contenido de la historia que me pareció muy bueno. Hay un trasfondo de valores que manejas con sutileza. Además el vocabulario sencillo permite ritmo y agilidad en la lectura
    ¡Te felicito!!!
    Te invito a comentar 194

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 21:07
  12. 12. Isolina R dice:

    Hola Leonel Esteban Bracco:
    Has escrito un cuento sobre herencias en el que el padre premia al hijo predilecto (con el que mantuvo una relación mejor). El premio al bueno y el castigo a los malos solo tienen sentido en los cuentos infantiles. La lección moral no debe ser tan evidente para un lector adulto, porque entonces se siente tratado como niño. En fin, como adulta solo me he quedado pensando en lo injusto que ha sido Juan con los otros dos hijos. Ha hecho trampa para beneficiar a uno y perjudicar a los otros. “Si tus hermanos no los reclaman, te los puedes quedar”, le dice a Franco. ¿Cómo podrían reclamar los lingotes si ignoran su existencia? ¿Franco será tan honrado que los compartirá con ellos a pesar de que su padre solo se los haya dado a él? ¿Estaba en su derecho el padre a premiar a Franco porque con él había mantenido una relación más cercana? Mira qué de preguntas me he hecho después de leer tu historia.

    Deberías evitar la repetición de palabras cercanas: “Se acomodó contra una pared y levantó la vista solo hacia el escribano, que se acomodaba sobre”.
    También te convendría evitar la reiteración de “escribano”.
    Debería ser: “lo colocó al trasluz” (estás hablando del “sobre”).
    En: “que todavía no se le había oído la voz” habría que cambiarlo porque está mal. Podría ser: “que todavía no había hablado”, o “que todavía no había alzado la voz”, o “al que todavía no se le había oído”.
    Rimas: “solo hacia el escribano, que se acomodaba sobre el sillón de Juan y sostenía unos papeles en la mano”, “no supe estar, nunca fui un buen padre y no te enseñé a defenderte de tus propios demonios, que hoy no te dejan en paz “, “me conoce de verdad y gracias por cuidarme hasta el final.”, “antes intentó pedirle plata ya que estaba pasando por una mala racha”, “te los puedes quedar. Te amo profundamente. Juan.”
    Entre el sujeto y el predicado no debe ir coma: “Sus hermanos habían llegado con el escribano”.
    En general los signos de puntuación no están muy bien usados. Te convendría estudiarlos. Podría ponerte varios ejemplos, aunque solo voy a señalarte los del último párrafo: “Franco, sos el único que está leyendo su sobre. Seguramente tus hermanos se fueron, porque no conocían cómo soy. Debajo del piso de mi habitación hay una caja fuerte oculta. Vas a encontrar treinta lingotes de oro. Si tus hermanos no los reclaman, te los puedes quedar. Te amo profundamente. Juan.” La coma que pusiste antes de “Juan” es errónea, porque parece que se dirige a Juan y resulta que Juan es quien firma. Debe ir un punto.
    Tildes que faltan: “miró”, “prohíba”, “increíble cómo puedes”, “sí fui”, “dejé”, “invertí”, “acá”, “qué miseria”, “no conocían cómo soy”
    Tildes que sobran: “fui” (2 veces).

    Algunos tiempos verbales están mal usados: “Le contestó que pidiera ayuda por sus adicciones y le prestaría todo lo que pudiera”.
    En: “que aparentemente habían sido grabadas suavemente sin tinta. Franco, sos el único que está leyendo su sobre. Seguramente tus hermanos se fueron” repites tres adverbios con la misma terminación. Deberías cambiar dos.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.
    Isolina.

    Escrito el 19 noviembre 2015 a las 23:26

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