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Días hábiles, días inhábiles - por Virginia Woolf

La iguana Úrsula siempre se levanta temprano para ir a la fábrica de sombreros. Con toda la fuerza de su pequeño corazón detesta los días hábiles porque de 8 am a 5 pm se ve obligada a trabajar sin descanso en la elaboración de la odiosa prenda. Ella, en cambio, suspira por los días inhábiles. El calendario que guarda debajo de la almohada le dice cuáles son y cuándo llegarán. Esos días, escasos y mágicos, sirven para descansar mirando al techo mientras imagina personajes y situaciones que después escribirá sobre cualquier papel, con un lápiz amarillo, como si aún estuviera en el lejano siglo XX.
Es asombroso que una iguana tan fea, tan sola y tan maltrecha pueda escribir poemas románticos y estremecedores. Por fuera, y a simple vista, es horrible. Pero por dentro está llena de olorosos pétalos de rosas, de brillantes gotas de rocío, de rojizos atardeceres, de besos apasionados, de suspiros profundos. Porque sufrir por amor se ha convertido en una moda que dura siglos, aunque nadie sabe si volverán las oscuras golondrinas de su balcón sus nidos a colgar…
Es de admirar que una iguana aburrida y sedentaria, que nunca ha ido ni a la esquina, sea capaz de escribir excelentes crónicas de viaje haciendo que el crédulo lector recorra medio mundo sin sudar ni despeinarse. En increíble que una iguana que nunca en la vida ha matado una mosca y que se desmaya cuando ve sangre, sea capaz de escribir ingeniosas novelas policíacas llenas de cadáveres y sospechosos. Cuesta creer que una iguana que muy poco mira al cielo y que ni siquiera sabe el nombre de las nítidas estrellas, sea capaz de escribir relatos de ciencia ficción, llenando incontables cuartillas de naves espaciales que transportan alienígenas gelatinosos, de una punta a otra del Universo, con el solo afán de invadir planetas azules y comerse a sus habitantes.
Pero ella es así. Cada vez que llega un día inhábil mira para el techo y se le ocurre algo diferente. Sin lugar a dudas cuenta con una imaginación desbordada. Probablemente, lo único que se le ha desbordado en toda su existencia.
Sin embargo, se lamenta por la lentitud. Cada día que pasa se queja porque su prestigiosa obra ―constituida por tan diversos géneros― avanza con la exasperarte lentitud de los días inhábiles.
Por ciertas dificultades con el correo postal ―frecuentes en el país extraño donde ella vive― está lejos de saber que ya las iguanas no usan sombreros y que en los próximos días la fábrica, obsoleta por completo, cerrará sus puertas. Con tal fin, la alta gerencia ha enviado una carta de aviso a todos sus obreros. Pero, lamentablemente, a ella no le ha llegado la información: el sobre estaba vacío.
¿Qué hará Úrsula con esa inesperada avalancha de días inhábiles que se le viene encima? Es difícil imaginar que tantísima felicidad pueda caber en el corazón de esta iguana; en ese pequeño corazón que con tanta fuerza aún detesta los días hábiles.

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9 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola, Virginia Woolf:
    ¡Qué original tu cuento! ¡Y el personaje de tu cuento: gracioso, simpático, desopilante!
    La historia en sí parece un simple juego de “juguemos que éramos”, pero me parece que tiene doble fondo.
    ¿Quién es esta rara iguana empleada en una fábrica de sombreros, con los que no tiene nada que ver? ¿Será una súper original metáfora del destino de los escritores de hoy, escasos de tiempo y de recursos, desesperando por hacerse conocer y gustar?¿Será que el temido desempleo es una puerta al ocio creativo?
    Lo has escrito muy bien, con mucha gracia y buen oficio. No encontré desperfectos gramaticales que señalar.
    Me encantaron los contrastes entre su yo-iguana, y su yo-escritora; y las imágenes delicadas y coloridas conque presentas su quehacer.
    Adelante.Saludos.

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 23:50
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola
    Creo que está claro que es una metáfora: la iguana es una escritora, o un escritor. Muy buen relato, con fondo romántico y tierno, y con cierto aire de nostalgia.
    Un saludo

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 14:06
  3. 3. Aránzazu dice:

    Una metáfora muy bonita, narrada con cariño y ternura.
    Enhorabuena, me ha encantado
    Un saludo

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 15:39
  4. 4. Agustin Morilas dice:

    Muy bonito. Emociona, y a eso a ciertas iguanas nos cuesta. Nada que decir a mejorar, tan sólo añadir en este comentario: enhorabuena.

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 12:03
  5. 5. Tavi Oyarce dice:

    Hola Virginia
    Leí tu comentario en la otra entrada y me vine a leer tu relato.
    ¡Nada de lioso,por supuesto!
    Simple,escrito con una ternura inusual. Tu cuento conmueve. Incluso, lo admirable en tu relato,como decía “Hemingway” es lo que no se dice, y tu vas muy bien encaminada, incluso con guiños a la poesía.
    Que bien que llegues a Literautas para seguir leyendo buenos cuentos.
    saludos

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 16:09
  6. 6. marazul dice:

    ¡Qué bonito lo que dices!, Virginia, ¡Qué bonito cómo lo dices!
    Voy a guardar el texto para leerlo más veces, para relamerme jajajaja…..
    Una admiradora

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 11:47
  7. 7. Tim Galano dice:

    Hola Virginia, no recuerdo haberte leído antes por aquí, y has sido un gran descubrimiento

    Me ha encantado la fábula que dibujas en tu relato, con esos puntos de unión con el mundo real. Lo mejor del relato para mí es que se puede extrapolar a cualquier otra situación en la que Úrsula no tenga talento para escribir o pensar historias sino para cualquier otra afición.

    Creo que lo mejor que se puede decir de un texto es que se te hace corto, y este, a mí, se me ha hecho cortísimo.

    Enhorabuena!!

    Nos leemos!

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 17:11
  8. Ja ja, tu relato me hizo reír. Pobre iguana con su trabajo. Me sentí como ella pues tengo el mismo maldito problema, solo que cuando llegan los días libres casi ni escribo por que mi laptop sigue dañada y no soporto escribir a mano, ya que nunca me salen bien los escritos.
    Excelente relato, muy, muy bueno.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 5 noviembre 2015 a las 13:48
  9. 9. luis ponce dice:

    Hola Virginia, has aprovechado tus días inhábiles de la mejor manera.
    Es una hermosa metáfora aplicable a cualquier situación que exija una vocación.
    Sin embargo, me ha quedado la duda de: “avanza con la exasperante lentitud de los días inhábiles”.
    Si en los días inhábiles haces lo que tu vocación te pide, el tiempo pasa volando, en ningún caso pueden pasar con exasperante lentitud.
    Por lo demás me identifico con la iguana que no sabe lo que pasa en el mundo exterior por vivir sumido en los escritos.
    Nos leemos.

    Escrito el 5 noviembre 2015 a las 22:08

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