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Última voluntad - por Ichabod Kag

Web: http://beyond-kag.blogspot.mx/

La primera vez que visité su cuarto, después del funeral, me sorprendió la tranquilidad y el orden en que se hallaba todo. Me costó trabajo creer que, sobre esa cama impecablemente hecha, se había suicidado tan solo un par de días atrás. Pero tenía que confrontar el hecho de que mi amiga, a quien conocía y quería desde la infancia, se había ido para siempre.
— Yo tampoco puedo creer que lo haya hecho —la voz cansada de su padre me sorprendió desde atrás—. Se veía tan feliz.
Al contemplar sus lágrimas sentí un rubor ascendiendo por mi rostro. A pesar de que nos conocíamos toda la vida, no tenía ningún derecho a estar husmeando las propiedades de alguien que ya no existía. Para evitar que la tristeza y la vergüenza me hicieran llorar otra vez, resolví bajar de nuevo a la sala con todos los deudos. Sin embargo, el padre añadió algo más.
— Mi hija dejó esto para ti en su tocador —del interior de su chaleco extrajo un sobre en el que podía leerse mi nombre escrito con su letra torcida—. Ella te quería como una hermana.
— Lo sé, señor. Yo también la quería —respondí y bajé nuevamente al salón abarrotado con el llanto queriéndose escapar de mis ojos. Las conversaciones en murmullos ocasionalmente se mezclaban con sollozos amortiguados, cargando el aire de un dolor casi palpable.
Incapaz de soportar más, decidí irme. Al salir me vi obligada a ceñirme bien el abrigo al cuerpo. A pesar de la relativa lejanía de mi casa y de la inminente llegada de la noche, decidí caminar. Un poco de aire frío me despejaría. O al menos contaba con eso.
En cuanto llegué, lo primero que hice fue sacar lo que me había entregado el padre. Utilicé un cuchillo para abrir cuidadosamente la misiva, pero el sobre estaba vacío. Incluso lo volteé del revés para ver si tenía algo escrito por dentro o alguno de los costados; no hallé ni una sola letra en él. Confundida, dejé el sobre sobre mi propio buró y me dediqué a preparar un poco de café.
Conforme pasaron los días, procuraba sobreponerme a la pérdida y continuar con mi vida, pero las terribles pesadillas que me atormentaban y el llanto súbito que acudía durante los días lo tornaban en una tarea demasiado complicada. Y en esos momentos en que las nubes grises inundaban mis ojos solo podía contemplar a mi amiga sonriendo y bromeando, haciendo planes para la carrera que estudiaría, planes que nos incluían a las dos.
Por esos días resolví, visitar de nuevo a los padres de mi amiga procurando hallar alguna respuesta para mí. El ambiente seguía siendo de luto, pero cordial al mismo tiempo. El padre aprovechó una breve ausencia de su esposa para preguntarme acerca del sobre que me había entregado. Cuando le respondí que dicho sobre se hallaba vacío, unas arrugas de preocupación aparecieron en su frente.
— Eso no lo esperaba —el hombre se mesó su bigote—. Ese día también hallamos un sobre vacío sobre su buró dirigido a nosotros. Esperábamos que a ti, por lo menos, te hubiera hecho llegar una nota explicando las cosas.
Abandoné ese día la casa de mi amiga con la firme intención de no volver más. Sin embargo, no fui capaz de recuperar la tranquilidad perdida. Cada que cerraba los ojos para dormir o simplemente descansar la veía a ella, sonriente y llena de vida. Pasaron dos años así, en los que yo fingía continuar mi vida con normalidad, asistiendo a fiestas y estudiando una carrera. Sin embargo, nadie se imaginaba que solía llorar todas las noches contra mi almohada.
Finalmente no pude más y decidí seguir a mi amiga en su camino. Quizás fuera esta una continuación de nuestra amistad, en donde siempre procurábamos estar al mismo nivel una de la otra. Fue esa noche, justo cuando mi sangre se escurría por las venas de mis muñecas, que comprendí su mensaje. Porque sí nos había dejado el motivo de su suicidio.
— Un sobre vacío —sonreí antes de cerrar los ojos para siempre.

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7 comentarios

  1. 1. Isabel dice:

    Me ha gustado mucho la historia que cuentas. Es muy interesante y atrapa hasta el final. Me parece que está muy bien escrito. No he encontrado ningún fallo llamativo. Buen relato.

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 22:59
  2. 2. Denise dice:

    Hola, no me esperaba encontrarte acá después de tanto tiempo! El relato está bien y el tono un poco melancólico es adecuado a la historia.

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 12:20
  3. 3. Denise dice:

    Me olvidé de decir que las acotaciones en los diálogos, si no comienzan con un verbo de decir, empiezan con mayúscula:

    ” -Yo también la quería -respondí…”
    ” -Eso no lo esperaba -El hombre mesó su bigote…”

    (Nota: uso los guiones porque no recuerdo el atajo para las rayas de diálogo :P)

    Espero encontrarte más seguido por estos pagos, saludos!

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 12:23
  4. 4. Wolfdux dice:

    Una historia explicada con mucho sentimiento. Me ha gustado la manera que has terminado el relato y la ejecución al narrar toda la trama. Felicidades.

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 13:31
  5. 5. Ichabod Kag dice:

    Muchas gracias a todos los que comentaron mi texto. Agradezco mucho su opinión. Espero poder leerlos también 😀

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 20:18
  6. 6. Ichabod Kag dice:

    Denise, no sabía lo de las acotaciones pero muchas gracias por mencionarlo. Y andaré por acá seguido, no te preocupes

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 20:19
  7. 7. MM.Ariel dice:

    Excelente relato. El final inmejorable. Me gustó mucho

    Escrito el 13 noviembre 2015 a las 02:11

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