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UN DÍA ESPECIAL - por JUELIS

Carlos se levantó como un resorte aquella mañana. Había estado todo el fin de semana deseando que se pasara para volver al colegio. El viernes la maestra les había dicho que el lunes iba a haber elecciones a delegado del aula. Animado por sus amigos se iba a presentar en contra de Jaime, el favorito, el chico ‘popular’, participativo y extrovertido. Todo lo contrario que él, que participaba lo justo en las clases y que casi no hablaba más que con sus amigos, con fama de ‘raro’, sobre todo entre las chicas, ya que cuando hablaba con ellas, empezaba a tartamudear y se ponía muy colorado. Sabía que no tenía muchas opciones de ganar, pero confiaba en sus posibilidades. Desayunó con avidez. Su madre quedó extrañamente sorprendida al verle devorar de aquella forma. Cogió los bártulos y se dirigió con paso firme y decidido al colegio. Al llegar ya le estaban esperando sus mejores amigos, Oscar y Jorge, que le aplaudieron y le vitorearon, como si hubiera llegado una de las grandes figuras del fútbol, a las que tanto admiraban. Se sintió flotar en una nube ante tal recibimiento. Se dirigieron los tres amigos al aula y esperaron en sus pupitres la llegada de la maestra.

Toda la clase hablaba sobre el mismo tema, las elecciones. La maestra, además, les había dicho que serían secretas, que iba a poner una urna en la clase y que cada alumno, metería en el sobre una papeleta con el nombre del compañero que hubieran elegido. A todos les hacía especial ilusión esta forma de votación, ya que sólo cuando iban con sus padres a los colegios electorales durante las elecciones políticas, sabían de qué trataba el asunto, y el hacerlo igual, les hacía sentirse importantes.

La maestra llegó puntual, cargada con la urna y con una sonrisa de oreja a oreja. También a ella la hacía especial ilusión lo que allí iba a acontecer aquella mañana. Explicó a los alumnos el procedimiento. Por orden alfabético se irían levantando y depositando su sobre con el voto correspondiente en la urna. Una vez que toda la clase hubiera votado por el candidato escogido, se recontarían los votos y el alumno que hubiera obtenido más, sería elegido delegado para ese año. Toda la clase la escuchó sin pestañear. Una vez aclaradas las escasas dudas que generó la explicación, la maestra les repartió los sobres y las papeletas y tras unos minutos de reflexión en los que cada alumno, sin ser visto por sus compañeros, introdujo la papeleta en el sobre correspondiente, se procedió a la votación. Uno a uno, los treinta y un alumnos se levantaron entre risas y depositaron con enorme y exagerada elegancia, en algunos casos, su sobre en la urna. Los dos candidatos, fueron los últimos en votar. Carlos, intranquilo y con la tez roja, vitoreado por sus amigos. Jaime, con paso firme y andares victoriosos, vitoreado por los suyos. La victoria de éste último parecía obvia, aunque los amigos de Carlos, más que éste, confiaban en la sorpresa.

Acabada la votación, la maestra procedió a abrir la urna y extrajo de la misma, los treinta y un sobres para iniciar el recuento. Las seis primeras extracciones contenían el nombre de Carlos, ante la sorpresa mayúscula del mismo, que se puso colorado como un tomate, ante las miradas y las risas del resto del aula. La sorpresa duró poco. Jaime en gran remontada, conseguía ponerse con una clara ventaja y cuando ya solo quedaban cinco votos por contar, aún lleva tres más. La suerte estaba echada y Carlos se sumió en la tristeza, pese a los ánimos de sus amigos que le recordaban que no estaba todo perdido. Cuánta razón tenían, ya que se forzó el empate, a falta de un solo voto que contar. Los nervios eran presa de ambos candidatos. Carlos no se esperaba llegar a este punto de la votación e ir igualado. Obviamente, Jaime tampoco. Había llegado a la conclusión que todas las chicas le votarían, y estas eran veinte, por lo que el triunfo era seguro.

La maestra cogió el último sobre de la mesa. Una risa, que rápidamente contagió al aula entera se apoderó de ella. El sobre estaba vacío!!! Había habido un empate, por lo que la votación se volvería a repetir al día siguiente. La clase estalló de júbilo, ya que sin ninguna duda, había sido la mañana más emocionante que habían tenido en el colegio y nunca la olvidarían.

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5 comentarios

  1. Interesante historia, que te hace leer con una sonrisa viendo las emociones de Carlos al llegar a ese punto de la votación. El sobre vacio hace que todo se tenga que repetir, está bien, como mínimo los chicos volverán a tener una mañana emocionante.
    Hay algunas frases que pueden resultar contradictorias por ejemplo”
    Sabía que no tenía muchas opciones de ganar, pero confiaba en sus posibilidades” y también creo que deberías revisar la puntuación.
    Me ha gustado.
    Un saludo

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 18:26
  2. 2. Mayca Nasan dice:

    Hola!

    Una historia muy tierna, que nos devuelve a la inocencia de la infancia.
    Respecto a la forma, es mejorable en algunos aspectos, pero eso es lo bueno, pues para eso estamos aquí: todos aprendemos de todos.

    Me ha gustado el relato.
    Felicidades y adelante!

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 16:07
  3. 3. Juelis dice:

    Muchas gracias por los comentarios que habéis realizado y sobre todo por los consejos recibidos. Los tendré muy en cuenta la próxima vez.

    Un saludo. Nos leemos!!!

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 13:26
  4. 4. Wiccan dice:

    El relato es muy simpático, coincido con los compañeros en que lo lees con una sonrisa hasta el final.
    En cuanto al texto, se hace algo difícil de leer por las comas, que en muchos casos no son necesarias y en algunos no están bien colocadas. Yo tengo ese defecto también, para mejorarlo un poco lee el texto sin hacer pausa en las comas, te vas a dar cuenta de que algunas puedes quitarlas sin que cambie la idea que quieres transmitir.
    Por otro lado (y esto es una apreciación mía como persona que nunca ha sido especialmente popular en el colegio,jeje) me hubiese gustado que al final se hiciese referencia a la victoria “segura” de Jaime y la derrota de Carlos de cara a las siguientes elecciones. El que la clase se alegre de repetir la votación es normal, pero también lo es que Jaime se de cuenta de que no lo tiene todo ganado ni Carlos todo perdido. Igual simplemente con una frase final que exprese eso para la votación del día siguiente bastaría. Con eso, el lector puede alegrarse ante la posibilidad real de que Carlos pueda ganar, algo que durante el texto se da por imposible.
    Espero que no te molesten mis comentarios, solo son cosas que yo me planteé al leer el texto y que igual te pueden ayudar.
    Muchas gracias por compartir tu relato, sigue así!!!

    Escrito el 9 noviembre 2015 a las 23:07
  5. 5. Juelis dice:

    Por supuesto que no me molesta tu comentario. Todo lo contrario, te lo agradezco porque en parte, sobre todo en lo referente a las comas, llevas mucha razón, pero al igual que te pasa a ti, es un defecto que tengo.
    En cuanto al resultado final del día siguiente, preferí dejarlo sin resolver…asi ni ganaba el favorito, ni vencía el “pringao”.
    Lo dicho, muchas gracias por los consejos. Nos leemos. Un saludo!

    Escrito el 9 noviembre 2015 a las 23:29

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