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Sin palabras - por yago66

Boris llevaba casi dos años en la Vigilant, última nave desarrollada bajo el ya acabado programa Soyuz, que tantos gloriosos días había proporcionado a la madre patria.

Las últimas horas habían sido muy largas y penosas, no se había movido de al lado del receptor de señal de órdenes de combate, las tensiones con la vieja Europa había ido aumentando, pasando de escaramuzas de frontera a enfrentamientos aéreos y según el último informe, el enemigo había hundido un crucero de la clase Kirov, en concreto “Pedro el Grande”, buque emblemático de la armada, ésto desencadenó un cruce de lanzamiento de misiles tácticos nucleares entre Europa y Rusia.

Desde la Vigilant, el comandante Boris Kozlov, había visto los destellos de los impactos en la Tierra de los misiles de uno y otro bando.
La misión de Boris , para lo que había sido entrenado durante diez años, era activar y ejecutar el lanzamiento masivo del resto de misiles del mando táctico ruso, en el caso de que éste perdiera su capacidad operativa, desde la Tierra.

Cada dos años se sustituía al tripulante de la nave espacial, el comandante que tomaba posesión del puente, portaba un cilindro metálico de unos veinte centímetros de largo y unos seis de diámetro, dentro del siniestro cilindro se encontraban las órdenes de accionado de misiles, expedidas en puño y letra por el propio presidente de la nación, selladas y lacradas con el viejo sello imperial del Zar.
Tanta tecnología, a miles de kilómetros de la tierra y las órdenes se recibían como en la edad media, que paradoja, era como un preludio de lo que sucedería una vez abiertas dichas órdenes, una vuelta de la civilización a la antigüedad, si es que ésta sobrevivía.

Entrenamiento técnico, físico y psíquico, una década de férrea rutina para que llegado el momento no existiera la más mínima fisura en la actuación del comandante de la Vigilant.
La misión era simple, abrir la caja y ejecutar las órdenes del presidente al pie de la letra, la complejidad venía dada por el carácter que había que tener para enviar al mundo entero a la oscuridad eterna.
“Caronte” que así llamaban al receptor-decodificador los distintos comandantes que habían pasado por la nave, empezó a parpadear y a emitir el inequívoco sonido de alarma, estaba recibiendo su primer y probablemente último mensaje.

Junto al panel de accionado de claves de los misiles, había una foto, Irina, su mujer, vivía en Mirni, junto al cosmódromo de Plesetsk, sin duda habría sido unos de los primeros objetivos batidos por el enemigo, Irina había sido una mujer abnegada y fiel que había sacrificado toda su vida en beneficio de la carrera militar de Boris, al finalizar su misión de dos años, él quería recompensarla y dedicarle el tiempo que no había tenido antes, parece que no iba a ser posible.
Con las claves en la pantalla y en la orden impresa, (todo se hacía por duplicado), Boris introdujo el código y abrió la caja fuerte donde se guardaban las órdenes; El cilindro metálico se mostraba ante él, rápidamente lo cogió y tecleó la clave cifrada, lo que propició su apertura por un extremo.
Nervioso, Boris sacó el sobre con las órdenes, con los ojos cerrados, palpo el sello de lacre donde se adivinaba la figura del Zar, montado a caballo, notaba cómo le temblaban las manos, finalmente lo abrió.
Una corta arenga del presidente apelando al orgullo de una nación y animando al comandante a cumplir su misión por el honor de su pueblo, daban paso a las tres secuencias de nueve dígitos que hacían operativo el dispositivo de lanzamiento y daban al comandante Boris Kozlov, el poder un dios.
Torpemente introdujo las tres secuencias de códigos desbloqueando el panel de accionado de misiles. Solo quedaba pulsar un botón y su misión, habría terminado para siempre.

Boris miró de nuevo a Irina, alcanzó la fotografía y cogió una carta doblada que había tras ésta.
Era la carta de despedida que todo militar llevaba cuando se encontraba en una misión de alto riesgo como la suya; Solo para abrir en caso de no retorno, allí entre sus manos tenía las últimas palabras de su querida Irina, a la que nunca volvería a ver.

Con decisión, la abrió.
El corazón le dio un vuelco, su rostro palideció, estaba preparado para destruir el mundo pero no para aquello…, «el sobre estaba vacío».

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4 comentarios

  1. 1. luis ponce dice:

    Me gustaría destacar el ritmo que tiene el relato, el desglose de las acciones y pensamientos llevados con un orden cronológico exacto. Luego, la documentación, a pesar de ser un relato corto, los nombres propios a los que haces referencia son reales y concuerdan con el tema.
    Me extrañó el sello imperial del Zar, lo que no me ha permitido ubicarme en el tiempo, si hubiera sido el de la hoz y el martillo concordaba más con los Soyuz, pero es un detalle pasajero.
    En cuanto a la forma, el párrafo en el que procede a abrir las órdenes podía haber sido un poco más concreto.
    El lenguaje empleado es el más indicado para el tipo de relato lo que permite su fácil lectura, me hubiera gustado añadir alguna figura literaria aprovechando el tema, que le diera otro valor al simple hecho de acabar con la humanidad.
    Si de una orden depende el acabar con la humanidad antes que el enemigo (como apostar a quien suicida primero), me parece un dislate las recomendaciones previas del presidente. Hasta leerlas, algún Bush pudo haber ordenado lo mismo a su ejecutor.
    Me parece un relato entretenido con las salvedades anotadas.
    Saludos.

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 14:47
  2. 2. beba dice:

    Hola, yago66:
    Hago mías todas las opiniones de Luis Ponce.Es un relato interesante y dinámico; se ve que te ha interesado y le das un tono adecuado; a pesar de las disgresiones históricas es tan creíble como cualquier otro material relativo a “la Guerra Fría”.
    Me permito señalarte que revises la puntuación; en todo el texto aparecen errores, por exceso de comas, en vez de punto seguido o punto y coma; por ejemplo, el que te copio; este también presenta un error de concordancia, que puede ser un error al tipear: “…órdenes de combate,las tensiones con la vieja Europa había ido aumentando,pasando de escaramuzas…” Yo lo corregiría así: “…órdenes de combate;las tensiones con la vieja Europa habíaN ido aumentando y pasando de escaramuzas…”
    Espero que sigas adelante.

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 21:11
  3. 3. L.M.Mateo dice:

    Hola Yago,

    concuerdo con lo dicho por los compañeros. La cadencia es la adecuada para el tema del texto, el uso de personajes históricos le dan credibilidad, y respecto a las pequeñas licencias históricas todos los autores de este tipo de historias las llevan a cabo.
    Coincido con Beba respecto a la puntuación y el pequeño error de concordancia. Cambiar algunas comas por puntos, y poner comas en algún algún otro lugar, ayudaría a mejorar el ritmo del texto y facilitar su lectura.
    Respecto a las últimas palabras, no entiendo muy bien el entrecomillado. Si es un pensamiento directo de Boris, deberías cambiar el tiempo verbal a presente para que quede claro «El sobre está vacío». En caso de que no lo sea, eliminaría el entrecomillado.
    Un placer haberte leído.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 16:34
  4. 4. marazul dice:

    Hola yago66
    Tu relato me ha parecido muy interesante. Dominas muy bien el lenguaje para este tipo de narraciones. Los nombres de los personajes y de los lugares adecuados para dar credibilidad. Tiene acción, intriga y sobre todo tensión.
    Otro punto que destaco positivamente es que humanízas la historia con la referencia a la foto de Irina y eso nos devuelve a la realidad.
    Es un buen relato en donde lo único que mejoraría sería la puntuación, como te han dicho otros compañeros.
    Encantada de leerte, yago66
    Saludos.
    Marazul

    Escrito el 5 noviembre 2015 a las 16:03

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