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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La Figura - por Ome Técpatl

Frida Citlali removió distraídamente los papeles del escritorio. Su mente aún estaba absorta con las emotivas palabras que el Lic. Portillo pronunciara en el sencillo homenaje que se había hecho a su recién fallecido padre en el lugar mismo de la excavación.
—Con la trágica muerte del Dr. Müller perdimos al más entusiasta y capaz de todos los que trabajamos en las ruinas de esta magnífica ciudad —había dicho el Director del Instituto—. Pero no por ello habremos de ceder en nuestros esfuerzos.
En medio de atronadores aplausos, el funcionario había anunciado con enérgicos ademanes:
—Justamente será en su honor que terminaremos la exploración del que se conocerá como el mayor descubrimiento arqueológico en esta antiquísima ciudad: ¡La Tumba de los Dioses!
El Licenciado estrechaba manos y repartía sonrisas como el curtido político que era. Cuando llegó junto a Citlali, le dijo en voz baja:
—Mi más sentido pésame, Señorita Müller. Su padre era un estupendo arqueólogo y gran conocedor de esta civilización. No será fácil adaptarnos a su pérdida.
—Muchas gracias, Señor Director —balbució Citlali con la pena atorada en la garganta—. Tampoco lo será para mi.
Gruesas lágrimas surcaron su cara al recordar el momento, y una gran gota cayó de su barbilla mojando el papel que tenía enfrente. Lo apartó y lo secó con la manga de su suéter, mirándolo con tristeza. Era un diagrama de la escultura empotrada en la losa que cubría la entrada de la cripta donde hallaron la ofrenda fúnebre que había ocupado el tiempo y las energías de su padre hasta su muerte, y que le habría dado fama y prestigio internacionales si los trabajos de rescate y catalogación del hallazgo hubieran avanzado lo suficiente para hacerlo público.
Ese mismo diagrama había servido de base para que se hiciera una impresión 3D de la enigmática pieza, que desde un principio había atraído la atención de su padre.
—Es muy raro, Frida —recordó que le había dicho una vez, sonriendo al evocar que era la única persona que seguía dirigiéndose a ella por ese nombre—. En una Ciudad llena de estatuas de serpientes emplumadas, aparece en este recóndito lugar una serpiente que tiene una mariposa en vez de plumas. Eso debe significar algo, estoy seguro.
Citlali posó su mirada triste en la figura impresa, que parecía observarla desde un oscuro rincón del atestado librero que ocupaba todo el muro frontal del despacho de su padre en la sencilla casa que ocupaban, ubicada en una estrecha callejuela empedrada del centro de Coyoacán. Basándose en los restos de pintura que tenía el original en la cueva, el Dr. Müller había permitido que su hija le aplicara brillantes tonos de rojo, azul, verde y amarillo, logrando un efecto impactante en la reproducción. Citlali volvió a sonrojarse al rememorar el apasionado comentario de Luis Vázquez, el Ingeniero que tuvo a su cargo el trabajo de diseño e impresión, al ver la imagen decorada:
—Es que la has vuelto a la vida, Citlali —había dicho—. El nagual de Papalcóatl debe estar muy complacido de verla de nuevo.
—¿Dijiste Papalcóatl? —le había preguntado su padre—. ¿De dónde sacaste ese nombre?
—¡Ah! Se lo oí mencionar al viejo Tlacuatzin —respondió Vázquez con una gran sonrisa—. Contaba que Papalcóatl, el sabio sacerdote Serpiente-Mariposa, fue quien construyó la tumba; platicaba que según la leyenda su nagual lo vigila, dispuesto a caer sobre cualquiera que lo profane. Ya ve Doctor, que los indios tienen una leyenda de espíritus vengadores para cualquier cosa.
Citlali frunció el ceño. Recordó que cuando Tlacuatzin vio la figura, retrocedió espantado haciendo señas y recitando encantamientos en náhuatl. A partir de entonces, el talante de los que trabajaban en la excavación había cambiado de forma notoria. Incluso, su padre decidió llevar la reproducción a su casa, donde había permanecido desde entonces.
Los pensamientos de Citlali la habían llevado junto a la figura. La acarició con semblante adusto, oyendo de nuevo la voz de su padre:
— Eso debe significar algo…
Su mano se detuvo. Junto a la boca de la imagen se sentía una irregularidad que no recordaba haber percibido antes. La llevó a la ventana y la revisó. Una delgada línea la cruzaba perpendicularmente, como una rebaba. Regresó al escritorio y rascó con un cúter hasta que la hoja se hundió en una ranura. Siguió cortando cuidadosamente, hasta que consiguió separarla en dos mitades. Asombrada, retiró un pequeño sobre que alguien había ocultado en el interior. Las manos le temblaron con violencia al abrirlo.
El sobre estaba vacío.

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8 comentarios

  1. 1. Pato dice:

    Hola
    Me ha gustado mucho tu relato, va aumentando la intriga poco a poco, aunque si te soy sincero el final chirría un poco, ¿para que esconderia nadie un sobre vacío en una escultura?, si te sirve de consuelo a mi me paso algo parecido, y aunque parecía una frase fácil de encajar, pero al final no era tan sencilla.
    Esta bien creado el ambiente, felicidades, creo que es un buen relato

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 21:07
  2. 2. Frida dice:

    Hola Ome. Me ha gustado tu narración, como bien apunta Pato, la intriga va aumentando poco a poco. Me gusta que hayas decidido ambientar las investigaciones, en la época precolombina mexicana, es más original que hacerlo en medio de las pirámides egipcias. Y, al igual que Pato, me ha dejado un poco descolocada el final, es como muy abrupto, para mí parece que realmente se hubiese cortado, que en realidad faltase algo, pues es justo entonces cuando comienza la verdadera chispa de la historia, has llegado al momento álgido donde Frida está a punto de descubrir algo relevante y, sin embargo es como si se quedase a medias y nos dejases con un Continuará. Mi consejo, proposición o como desees llamarlo, es que desarrolles más esta historia, pues creo que es el inicio de una aventura que se prevee sin límites. Deberías continuarla, pues lo que cuentas lo merece.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 01:16
  3. 3. Jesús R.G. dice:

    Pues sí; dejando la frase del mes para el final es imposible sorprender. Les ha pasado a muchos.
    La historia esta muy bien, es entretenida e intrigante.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 20:17
  4. 4. OME TECPATL dice:

    Agradezco a quienes se han tomado la molestia de leer mi relato, y más a quienes lo han comentado. Trataré de corresponder, pero mi carga de trabajo no me ayudará, así que de antemano pido a todos una disculpa por ello. Agradezco especialmente a mis comentaristas anónimos, que en general me trataron bastante bien, quizá sin merecerlo. Para ellos tengo estos comentarios: Citlali es un nombre de mujer de origen náhuatl que significa “Estrella”, y junto con Xóchitl (Flor) y Quetzali (Plumita) son los que se encuentran con mayor frecuencia en México. ¿Qué va a hacer Citlali con el sobre? Mmm, ya veremos; algo se me ocurrirá. Omití deliberadamente el acento en el pronombre mí porque hace poco leí un artículo donde decía que según las últimas disposiciones de la RAE, cuando no había confusión posible en el texto la tilde podía omitirse, así que hice la prueba; pero ahora que busqué esa referencia y no pude hallarla, tuve que modificar mi escrito. En cuanto a la repetición de la frase “eso debe significar algo”, no es por falta de imaginación, sino una forma experimental para evitar el cliché “Parafraseando a…”. Pienso que lo expresa la secuencia del texto.
    Reitero mi agradecimiento y quedo a sus órdenes, estimad@s amig@s

    Escrito el 4 noviembre 2015 a las 04:38
  5. 5. Javier A. Ruiz dice:

    Felicidades, de verdad, por este relato.

    A mí me ocurrió como a los otros comentaristas, que el final de la historia lo vi forzado e inacabado.

    Se me ocurre, y para aprovechar este estupendo relato, que si vas a seguir escribiendo en estos talleres podrías hacer la continuación de la trama del sobre vacío en las siguientes escenas. Espero seguir leyendote.

    Ánimo y Felicidades!!

    Para mí la escritura es algo totalmente nuevo, es la primera vez que participo en estos talleres, y estoy animado a continuar escribiendo.

    Si tienes curiosidad, te dejo el enlace de mi relato por si quieres compartir tu opinión.

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-28/3987

    Saludos

    Javier A. Ruiz

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 16:19
  6. 6. Fernando dice:

    Hola Ome… ¡Quiero más! ¡Quiero la segunda parte! Es excelente tu relato, en verdad me dejó con ganas de una continuación, creo que el final amerita que éste mes con la consigna del lápiz mágico vuelvas sobre esta historia, es muy buena.
    ¡Felicitaciones!

    Escrito el 12 noviembre 2015 a las 19:08
  7. 7. Cryssta dice:

    Ome, lo primero felicitarte por tu relato, me ha parecido estupendo y muy bien escrito, además he aprendido un verbo nuevo, “balbucir”. Y es que yo conocía el verbo balbucear pero no su sinónimo “balbucir”, así que te agradezco que lo hayas incluido en tu relato pues enriquece mi vocabulario.

    Coincido con los otros compañeros en que el final ha quedado flojo pero eso sin duda podrás arreglarlo en la revisión del texto añadiendo algo más.

    En cuanto a la forma está muy bien escrito en general aunque creo que lo puedes mejorar. Además de la tilde que falta en el “mí” de la cual tú eres consciente yo cambiaría algunas comas de sitio o pondría algunas.

    “en la losa que cubría la entrada de la cripta, donde”
    “de la enigmática pieza que, desde un principio, había…”
    “recordó que le había dicho una vez sonriendo…”
    ” posó su mirada triste en la figura impresa, parecía observarla…” (además de poner la coma he quitado el “que” porque luego pones otro muy seguido).
    “Incluso su padre decidió…”

    También quitaría “ubicada en una estrecha callejuela empedrada del centro de Coyoacán” pues creo que alarga demasiado la frase y el conjunto del texto puede pasar sin ese dato.

    Creo que el artículo al que te refieres sobre la omisión de la tilde era en relación a palabras como “solo”.

    Me apunto tu nombre para buscar más relatos tuyos en próximos talleres, no dejes de escribir.

    Escrito el 17 noviembre 2015 a las 09:15
  8. 8. Leonardo Ossa dice:

    Hola Ome Técpatl, me he concentrado en ver la escena que nos muestras y me parece genial. La mención de los nombres autóctonos, lugares y leyendas le aporta realidad al texto.
    Un saludo.

    Escrito el 20 noviembre 2015 a las 03:41

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