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«Una promesa aguardada con ansias...» - por Alonso García-Risso

Web: http://garcia.risso.blogspot.com

«Una promesa aguardada con ansias…»

Anselmo terminó de almorzar. Recogió los platos y utensilios que había usado, fue hasta la cocina con el propósito de lavarlos y luego guardarlos. Algo en el ambiente lo inquietaba.

La soledad de largo tiempo, tenía diseñada su rutina diaria: «Del trabajo a casa; y, a primera hora del día a la inversa».

A veces recorría el sector céntrico, buscando alguna distracción en las vitrinas de los comercios; pero, cuando el sol se mostraba en plenitud, se alejaba del poblado hasta el anochecer, admirando la magnificencia de la naturaleza: los cerros, la cordillera cercana, el río horadando ruidoso el lecho profundo que marcaba su paso, los pastos altos, las floraciones por doquier, las aves y animalillos… En una ocasión escuchó un pasaje bíblico que encerraba una extraordinaria promesa: “El Señor preparaba un lugar para aquellos que cumplieran su palabra”, la escuchó en la comunidad cristiana de las afueras del pueblo. El predicador la leyó del Libro, a propósito de: ‘El Fin de los Tiempos’.

“¿Cuán admirable sería ese lugar?”, se preguntó en aquella ocasión; sin que esas palabras lo abandonaran, ya nunca más.

Luego de lavar la loza sintió la necesidad de tomar un pequeño reparo; pues era fin de semana, día de descanso laboral; y las últimas noches no había logrado reponer sus agotamientos. Sumado a ello debería contarse un extraño suceso. Había llegado hasta su buzón un enigmático sobre a su nombre y dirección, sin remitente. No recordó, ni imaginó quién pudiera habérselo enviado, tampoco reconoció el logos que, a modo de estampilla llenaba la parte superior izquierda del sobre, parecía propio de una autoridad eclesiástica o algo por el estilo… “¿Qué es esto?”, se preguntó luego de remover el sello lacrado de seguridad en el reverso, en el cual se volvía a destacarse el logos impreso en el frente. Su sorpresa fue aún mayor cuando lo abrió: “El sobre estaba vacío”.

Una vez en el dormitorio se tendió en la cama. Lo fue ganando un sueño ligero que, a cada instante se hizo más profundo. Aunque no lo abandonaran del todo sus pensamientos, sujetos a los últimos acontecimientos:

“Se ha tomado —quien lo envió— muchas molestias; sin embargo, no entrega frase o palabra escrita que es, lo de esperar en el interior de un sobre.
“He encontrado un vacío, una ausencia de contenido; pero, me dice mucho.
“Da qué pensar, se me vienen muchas cosas a la cabeza, y no me deja dormir, ni descansar.
“Pienso: ‘Es un mensaje’, sin lugar a dudas. Algo me quiere decir o advertirme…
“Ni Sócrates, ni Nuestro Señor, jamás escribieron palabra.
“Podría —por loco que parezca— haber sido alguno de ellos que, prescindiendo de palabra escrita para difundir su enseñanza llegaron con ella a todos los confines de la tierra.
“Sócrates, en alguna parte de Atenas está enterrado. Allí está muerto y enterrado. No me une ningún pacto a su persona, salvo ‘conocerme a mí mismo’; por lo tanto, pienso, no ha sido él.
“Con respecto al Señor Jesucristo, la situación es muy distinta. Su tumba en Jerusalén está vacía; pues, resucitó al tercer día. Afirmo y tengo Pacto de Vida con Él; con ansias espero su Segunda Venida y conocer La Morada Celestial que ha preparado para sus hijos. Creo en el Sagrado Misterio del Bautismo y en La Preciosa Sangre derramada en El Calvario que, perdona los pecados… Él, si —con certeza—, cargó de sentido divino este sobre”. Luego, fue sobrecogido por un estado de paz acompañado de una indescriptible liviandad…

Difícil sería asegurar —tal vez carezca de sentido hacerlo—, que Anselmo soñó o elucubró durante la semipenumbra que precede al sueño, la solución al enigma planteado por el vacío, en el sobre. Se gatilló en él una respuesta que, se originó en lo profundo de su corazón con Fe y Esperanza.

Post Scriptum: Corren los meses finales del año 2015 y, aún el Espíritu Santo (también es una promesa) permanece entre nosotros. Entonces, escribo (dice Anselmo), como aferrándome a una tabla de salvación… “Voy dejando tras de mí los miedos-mundo, guiado por la Fe y Esperanza” [Frases y pensamientos tomados de la última conversación sostenida con Anselmo, en los alrededores de San Alfonso en el Cajón del Maipo, Chile, América del Sur].

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1 comentario

  1. 1. beba dice:

    Hola:
    Es un relato de muy poca acción: en síntesis, Anselmo asocia el sobre vacío a su fe religiosa y lo hace sentirse más seguro de ella. Todo argumento es válido en este espacio; y la subjetividad de cada lector determina la valoración.
    El ritmo es lento y responde al estadio de semi sueño del protagonista. Pero el planteo filosófico entre Sócrates y Jesucristo parece demasiado argumentado para un hombre medio dormido.
    En cuanto a la forma, considero bastante correcto tu manejo gramatical; sólo te señalo que no cierras las comillas que vas abriendo.
    Adelante.

    Escrito el 10 noviembre 2015 a las 16:18

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