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El sobre estaba vacío - por Lee Vincent

Web: http://www.desdemiescritorio.com

Llegaron a la hora en punto para la lectura del testamento. Todos caminaban al despacho como si fueran niños en ruta a una tienda de caramelos. Al frente iba la viuda, Carlota Alfaro, luciendo un conjunto costoso y elegante para no perder la costumbre. Detrás de ella, su hijo mayor, Antonio, tan serio como ambicioso. El tercero en la fila era el menor de los Santaella, Eduardo, fino y educado. Y el último, Ramiro. No era miembro de la familia, pero era digno de toda la confianza del difunto y del notario.
Entraron en una estancia amplia. Libreros enormes se alzaban cubriendo las paredes. Por exigencias, los muebles construidos a la medida, se habían fabricado en cedro importado. Tenían un acabado brilloso que le daba una apariencia sofisticada y pulcra.
Tras el escritorio aguardaba Lauro Mendoza, el notario de la familia. Llevaba anteojos de cristal ancho, un traje pasado de moda y una enorme calva que le cubría la coronilla. Observaba como todos se iban acomodando cada uno en su lugar. Ni tan siquiera él sospechaba lo que estaba a punto de acontecer. Después de que se saludaron con cordialidad, hubo un largo silencio mientras el notario buscaba la carpeta de cuero rojo en el interior de su maletín.
Lauro tenía la cara empapada de sudor. Se aflojó un poco la corbata y se limpió el rostro con un pañuelo de algodón blanco. En ese instante Carlota sacó de su bolso un abanico de mano para refrescarse, al tiempo que se quitaba un sombrero negro de alas medianas.
—¿No puede ser más rápido, licenciado? —preguntó Antonio ansioso mirando su costoso reloj—. Tengo un compromiso importante.
Lauro lo observó con cierta furia. ¿Es que acaso la lectura del testamento de su padre era menos importante que cualquier otro compromiso? El notario inició una disertación de asuntos que para aquellos cuatro no era relevante.
Entonces la inquieta fue Carlota quien dijo:
—Entiendo que esos detalles los podemos trabajar más adelante con más calma. Lo que realmente queremos saber es el asunto de los bienes. La casa, la empresa, la casa de playa en Palma de Mallorca… Usted entenderá que mientras más rápido se tramite todo, más rápido volveremos a la normalidad.
No cabía duda que Carlota buscaba sacarle partido a la lectura del documento. Necesitaba a como diera lugar allegar dinero a sus arcas para mantener los vicios y lujos de sus amantes.
—Mi madre tiene razón —dijo Eduardo con fuertes manierismo—. Lo que queremos es saber qué nos dejó el viejo miserable de Joaquín.
—¡Qué pena que seas tú, Eduardo quien te expreses de tu padre de esa forma. —Reconoció Lauro—. Tú padre no hizo otra cosa que trabajar por esta familia hasta que su corazón reventó.
—Si reventó fue por el whisky, el cigarrillo y las Viagras. —Eduardo mostraba una actitud hostil.
—Eduardo tiene razón —dijo la avariciosa viuda—. Joaquín se mató trabajando para mantener sus vicios, entre ellos, las queridas, que no le faltaban.
¿Hablaba ella de queridas? Si a ella no le cabía un amante más en la lista.
Por su parte, Ramiro tenía una expresión entre la furia y la tristeza. Le habían pedido que fuera el testigo en medio de la lectura del testamento. Había sido tan íntegro y fiel como tan solo un mayordomo puede ser.
—Las familias siempre tienen dificultades— dijo el notario intentando reconciliar la paz.
—Nuestra familia tenía más que problemas. —Intervino Antonio—. Eso se lo puedo asegurar. Esperemos que el viejo no se haya puesto creativo y nos salga ahora con un nuevo integrante Santaella fuera de matrimonio. Tener que repartir la herencia entre tres ya representa pérdidas.
—¿Un hijo bastardo? —Carlota se persignó—. Ni Dios lo quiera. ¿Cómo se te ocurre, Antonio?
El licenciado miró al grupo por última vez. Del cuarteto que tenía en frente excluía solo a Ramiro. El resto era un grupo de pirañas, prestos a devorar los cuarenta y cinco años de trabajo de Joaquín.
—Bueno… Hoy, 20 de octubre de 2015, a las tres de la tarde procedemos a dar lectura al testamento de quien en vida fuera don Joaquín Santaella Mendizábal. —El notario abrió la carpeta lentamente. En su interior se encontraba solo un sobre blanco. Con dedos inquietos procedió a abrirlo con el abre cartas. Ni tan siquiera él conocía el contenido. ¡Sorpresa! El sobre estaba vacío.
No pude contener la alegría y solté una carcajada. «¡Qué pena que a los muertos nadie pueda escucharnos!», pensé.

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4 comentarios

  1. Saludos compatriota, je je. También soy de Puerto Rico, de San Sebastian.
    Tu relato me parece interesante. Una disputa familiar, de esas que son tan comunes pero lo que lo hace uno es el trasfondo de cada persona: es que no había ni uno bueno! Literalmente, Joaquin crió cuervos que le sacaron los ojos. El final es genial, Joaquin se los vacila y Ramiro, quien a mi entender debería haber sido el heredero.
    Me llamo la atención que la viuda se llamara Carlota Alfaro, como la dise~adora.
    Muy buen relato, me gusto.
    Saludos.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 23:11
  2. 2. Aldo Brov dice:

    Hola Lee, gracias por pasar por mi relato y tus comentarios. No recuerdo habernos tratado con anterioridad, soy uno de los que disfruta analizando los textos y haciendo analisis un poco mas profundo de los textos enfocado en poder ayudar a mejorar, no me gusta decir simplemente “excelente sigue asi” asi que si no te molesta me gustaria darte algunas cosas que note de tu texto:

    Siempre comienzo el texto analizando lo basico, tipo de persona y tiempo verbal, entonces leo pendiente del narrador, si es en primera persona me fijo que no se incumplan algunas cuestiones basicas, como su capacidad para saber mas de lo que deberia, y si es en tercera persona veo si es omnisciente o testigo, entonces me fijo que el narrador cumpla la premisa de mostrarnos la historia en vez de contarnos, esperando no encontrar expresiones o comentarios del narrador, en varias ocasiones descubri que tu narrador hace comentarios, de hecho el final es una expresion del narrador, cuando lei tu ultima oracion tuve que volver a revisar el texto a ver si ese narrador era el notario u otro personaje, ¿Quien solto la carcajada? y penso esa ultima expresion? lo mismo cuando dices ¡Sorpresa! o cuando dices “¿Hablaba ella de queridas? si ella no le cabia…” estas introducciones del narrador son comunes en la narracion en primera persona o tercera donde el narrador es testigo, pero como el narrador presenta a todos los personajes por su nombre, no podria decir que el narrador sea uno de ellos.

    Siempre suelo tener problemas cuando en un cuento corto hay mas de 2 o 3 personajes, tu nos presentas a toda la familia, a un miembro externo de la familia y al notario, y luego vas haciendo referencias a sus nombres, la mayoria de las veces tuve que regresar al primer parrafo a ver quien era quien, yo diria que al menos sobran dos personajes, tal vez notario, madre y un hijo es suficiente, pues el punto que quieres contar es la tension que se da por la avaricia de los familiares, incluyendo mas personajes solo confundes la cosa.

    Otra cosa que me llamo la atencion fue la descripcion extensa del notario, a diferencia de los otros miembros, pense que seria el personaje mas importante de la historia y por eso lo describias tanto, al final es solo un personaje mas, yo diria que no es importante su descripcion, pues su descripcion no me da informacion de su persona, ni ayuda a la trama.

    Cuando dices “Ni tan siquiera el sospechaba lo que estaba a punto de acontecer” esto es comentario del narrador, y rompe el factor sorpresa, es como contar un chiste y decir “bueno, preparanse que aqui viene el final”, solo desinfla la tension.

    No veo los motivos por el cual llamar al notario con su nombres, tal como dije antes no es un personaje realmente importante, a no ser que haya sido el mejor amigo del fallecido y cumpla algun rol mas importante, hay una parte en la que el notario hace un comentario al hijo de como el fallecido habia dado su vida por ellos, no creo que un notario desconocido se meta en temas familiares.

    El parrafo en el que dices que Lauro tenia la cara empapada, pense que seria por nervios, sobre todo pensando en la introduccion que hiciste del notario pense que el conflicto principal tendria al notario como protagonista, sin embargo luego veo que no es asi, luego dices en el mismo parrafo que Carlota saco un abanico, ella tambien tenia calor, entonces pense que simplemente era verano, me parecio que el parrafo ese podria quitarse, ya que hacer referencia al clima no ayuda a la trama.

    “¿Es acaso la lectura del testamento de su padre….?” otra frase dicha por el narrador.

    “…sus arcas ara mantener los vicios y lujos de sus amantes” esto va en contra de la idea que tenia de Carlota, pense que seria una vieja de 80 años y no me la imaginaba con amantes, esto me hizo dudar de su edad y pensar que tenia motivos para ser asi de mala de persona, tal vez reforzaria mas al personaje decir que simplemente odiaba al viejo y queria su dinero para gastarlo en joyas, pero no amantes.

    No comprendi la expresion “dijo Eduardo con fuertes manierismo” primero que hay un error de concordancia, fuertes es plural y manierismo singular, pero no encontre una definicion de manierismo que me ayude a entender como fue su expresion, tal vez usar un sinonimo de esa palabra ayudaria al lector simple como yo, que no es de manejar palabras complicadas.

    Finalmente, no creo que haya sido buena idea usar como titulo la frase, ya que ni bien nos presentas la trama y sabemos como terminara la historia, yo ya me imaginaba que el notario viendo la codicia de sus familiares se sentiria feliz de ver tal final.

    Espero que mis comentarios sean de ayuda y no te moleste la profundidad que intente darle, siempre quiero ayudar a mejorar a mis compañeros.

    Te invito a sumarte a mi pagina web http://www.escrites.com, una red social literaria colaborativa para que nos comuniquemos y nos ayudemos mutuamente.

    Saludos

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 15:33
  3. 3. Lee Vincent dice:

    Muchas gracias Ryan. Es un gusto saludarte a lo boricua. Weeeeppaaaa!!! Ahhhh eso no aparece en la RAE. Y si lo de Carlota fue por lo de la diseñadora. Si deseas me puedes buscar en Twitter @AutoraVincent. Soy de Río Grande, la Ciudad del Yunque. Un abrazo!!!

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 02:13
  4. 4. Lee Vincent dice:

    Saludos Aldo: un placer leer tus comentarios y sugerencias. Lo de manerismo, es un puertorriqueñismo que significa afeminado. Créeme que se me pasó. Suelo ser bien cuidadosa porque sé que en España se escribe muy diferente a Latinoamerica. Incluso en Puerto Rico utilizamos muchos términos de los anglosajones. Bueno, pero así es el español… que le vamos hacer? Olé!!! Sobre la sugerencia en término de cantidad de personajes tal vez se deba a que es mi primer cuento. Mi género de escritura es la novela. Así que esto ha sido todo un reto muy interesante por cierto. Nuevamente gracias!!!

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 02:20

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