Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Volverá - por Saray Pérez

Web: http://quelocuenterita.com

Su camisón ondeaba caprichoso al ritmo de un aire demasiado madrugador para aquel mar embravecido. Sus pies se estremecían cada vez que el oleaje los cubría con sus lenguas de agua salada. Sin embargo, ella enfrentaba el frío apretando los puños y pegando fuerte los brazos a su cadera. Aquella capacidad de replegarse en sí misma le impulsaba a vivir los segundos suficientes para avanzar otro paso más entre la arena. Y otro más, mar adentro.

Nadie más había en la playa solitaria, y ella lo sabía. Por eso había elegido esa hora y no otra, por eso había elegido ese lugar y no otro; porque estaba del todo segura que si hubiera aparecido uno de aquellos pescadores que irrumpen entre la bruma para remendar las redes desgarradas por la labor del día anterior, habría dudado en hacer lo que estaba a punto de hacer. Hubiera sido demasiado patético dejarse morir delante de alguien. O incluso peor, delante de alguien que te grita que no lo hagas.

– El sobre estaba vacío, madre – había balbuceado ella entre lágrimas-. Roger nunca haría eso, él nunca permitiría que yo sufriera, siempre me ha mandado una carta todas las semanas desde que se embarcó en esa campaña militar en Sudáfrica.

– Hija, eres melancólica y fantasiosa – me había respondido madre-. Anda, no pienses más en él y búscate otro pretendiente.

Desde entonces, ella se había sentado en la escalinata de la entrada principal, con el rostro entre las manos y los codos apoyados en sus rodillas. No podía ser cierto, Roger nunca le había decepcionado, era un joven de palabra, no uno de aquellos caballeros de vanas proposiciones que desembarcaban en la ciudad cada año. No, Roger era diferente.

“Volverá” pensaba ella. Y de repente recordaba el anillo que él le había regalado por su cumpleaños, los aceites perfumados, el pañuelo bordado que le había traído de Córcega tras el largo crucero que tuvo que realizar el otoño pasado. El reloj de pulsera que un día dejo caer y rompió su esfera, mientras él reía observando su disgusto. Los viajes prometidos, los sueños comenzados.

– Entra dentro – le insistía madre-. Comienza a caer la noche y el frío.

Pero ella no entraba en la casa sino que se levantaba de la escalinata y se adentraba en la ciudad hasta alcanzar el muelle, en busca de su amado, llevando el anillo, los aceites, el pañuelo; hasta el reloj averiado. Y le llamaba a gritos, hasta que su voz se rasgaba y se diluía entre la madrugada. Pasaba la noche buscándolo, exclamando su nombre. Pero él nunca respondió, ni la llamó ni apareció entre los barcos atracados en el puerto. Después de pasar así decenas de noches, llegó la luz del sol y con él, ella agarró todas esas cosas y las lanzó al muelle.Lejos, muy lejos.

– Nunca aprenderás – repetía madre resignada-.

“Volverá”, se decía a sí misma mientras la espuma del mar se estrellaba en sus muslos y la hacían tambalear hasta caer de rodillas entre las primeras rocas, moluscos y algas, hasta desaparecer del todo entre el oleaje que iba y venía, como brazos salvajes acunando su cuerpo hacia la profundidad.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

2 comentarios

  1. 1. Lagartija dice:

    ¡Delicioso relato! Muy bien escrito, un ritmo de las palabras muy bien conseguido, me ha gustado el estilo poético de la narración, que encaja totalmente con el espíritu melancólico y soñador de la protagonista. También acertada esa estructura, en la que desde el principio se dan pistas de lo que ocurrirá al final. Si he de poner algún “pero” (por aquello de criticar) lo único que podría decir es que la trama de fondo no es demasiado original, la mujer despechada que se suicida por amor, pero tu forma de contarlo es personal y bella. Enhorabuena por el trabajo. Si te apetece comentar mi relato, es el #117. Saludos y nos leemos!

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 08:08
  2. 2. Peter Walley dice:

    Me gusta mucho el estilo y la delicadeza con la que has contado la historia y la atención que le has puesto a los detalles. Bien hecho, enhorabuena.

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 16:40

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.