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La misiva - por Pikadili

La luz del cigarrillo electrónico se encendió en mis temblorosos labios, al mismo tiempo, el falso humo se me escapaba de las fosas nasales mientras observaba estupefacto la escena. Las cortinas bailaban descontroladas debido al viento helado de la costa que entraba por la ventana, congelando la estancia y cubriéndola de una fina capa arenosa. Nunca, tras tantos años en el cuerpo, había visto algo parecido. La joven que tenía ante mí, una chica robusta de unos veintitrés años y alrededor de noventa kilos de peso, yacía en la cama de su cuarto descuartizada, con el rostro y los genitales desfigurados. Su visión helaba la sangre, más que todo el frío del Mediterráneo, y no era extraño ni reprochable que muchos de mis colegas hubieran sentido la necesidad de salir fuera para vomitar. En absoluto.

Camila Campos; yo mismo sentí una fuerte presión en el pecho al escuchar el nombre de la muchacha. No es que la conociera, pero un cadáver con identidad siempre es más impactante. De repente necesitaba salir de allí. Me apresuré a cerrar la ventana con renovada urgencia, pues la arena de la playa empezaba a contaminar demasiado la escena del crimen, y con paso ligero me escabullí del chalecito seguido por las miradas de los agentes con suficiente estómago para permanecer en la sala.

Fuera, una cinta blanca me separaba del mundo real. Aquella casa, justo frente al mar, era un lujo digno de señores ¿Sería ese el móvil del asesinato?, tenía que investigarlo. Descansé apoyado en la fría pared de piedra del porche, y fingí que fumaba un cigarrillo de verdad para tranquilizarme. Todo estaba en silencio, tan sólo el sonido de las gaviotas y el agua, embravecida por el fuerte ventarrón, hacían compañía a mis pensamientos. De cuando en cuando se acercaba algún curioso que era despachado por mis compañeros con rapidez y poca elegancia, aunque no sucedía con frecuencia, claro, ¿cuánta gente va a la playa en diciembre?

Recorrí la entrada sin demasiada exhaustividad, echando un vistazo aquí y allá, mientras exhalaba aquel humo que parecía polvos de talco. Entonces algo llamó mi atención. Sobre el buzón del chalet, rebosante de correspondencia y folletos publicitarios, descansaba una curiosa carta negra sin más referencias que las siglas “T.K.” escritas a mano en la parte frontal. Frente a mí, en un escenario infinito, una gaviota caía en picado buscando a su presa para acabar siendo atrapada por una ola, perdiéndose en la inmensidad del mar. Pensé en las posibilidades que había de que aquello ocurriese, y decidí no tomarlo como algo premonitorio. Agarré la carta y la palpé con los dedos, pasé mi índice por el relieve que formaban aquellas siglas blancas, y comprobé el peso intentando determinar su contenido; sin duda, aquello no era normal. El sobre estaba vacío. ¿Lo habría encontrado alguien antes que yo?

Fue en ese preciso instante, con cara de idiota y la extraña misiva en las manos, cuando le vi. Un tipo joven vestido con una camiseta de marinero a rayas y gorra de capitán de barco me miraba fijamente desde la arena, a través de los cristales de las gafas de sol, esbozando una sonrisita traviesa. Daba sorbitos a su refresco sin cesar, mientras yo clamaba al cielo por algo de tabaco real. La sensación de estar allí parado bajo su incesante mirada era perturbadora, agobiante, pero decidí seguirle el juego. Los ojos de aquel individuo, los más fríos que me han observado en mi vida, se agarraban a mí como una garrapata, y algo en mi fuero interno me decía que él y la extraña carta debían guardar alguna relación. Mi olfato para estas cosas nunca se oxida.

Me acerqué al sospechoso para pedirle la documentación, sin preocuparme mucho de la excusa que pondría. A la sazón mis compañeros me llamaron chillando desde el interior de la casa, distrayéndome. Cuando me quise dar cuenta el cabrón había desaparecido, y todo por una prueba falsa que uno de mis subordinados creía haber encontrado. Estúpido…

A partir de ahí, la mañana transcurrió como hasta entonces, entre comprobaciones, interrogatorios y papeleo infructuoso; pero una extraña sensación planeaba sobre mí todo el tiempo. Volví a casa pensando en el rostro bobalicón de aquel tipo, y de forma casi automática comprobé mi correspondencia. Ni siquiera sé si me sorprendió encontrar allí la dichosa carta. Ese sobre negro y maldito en el que llevaba pensando todo el día. Lo abrí y comprobé que estaba vacío; un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

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16 comentarios

  1. 1. ILLARGUIA dice:

    Muy bien ambientado, pedazo de relato. Me recuerda un poco al misterioso y terrorífico The ring cambiando la carta por tu misiva negra con letras blancas. Es curioso, si el cartero siempre llama dos veces, la carta vacía hay que abrirla, igualmente, dos veces. Felicidades.

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 16:48
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola.
    Es un relato muy bueno, que crea mucha intriga. Aunque tengo que destacar algunas erratas en alguna frase.
    En la frase: “digno de señores ¿Sería ese el móvil del asesinato?, tenía que investigarlo.”, creo que detrás de señores debería ir un punto. Detrás de la interrogación yo quitaría la coma, y comenzaría tenía con mayúscula: “Tenía”
    En la frase: “A la sazón mis compañeros…”, creo que detrás de sazón iría bien una coma.
    Por lo demás, es una historia que me ha gustado, detectivesca, o al menos con un detective implicado.
    Un saludo

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 21:48
  3. 3. Annamanzana dice:

    Muy buena tu historia engancha y te hace darle vueltas al por qué del crimen. Ambientas muy bien la escena la dotas de verismo casi como si estuviéramos viendo una película. Enhorabuena

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 22:36
  4. 4. Juana Medina dice:

    Excelente relato. Concuerdo en que es casi cinematográfico. Me queda la intriga sobre el asesino. ¿quién es el misterioso marinero y cómo elige a sus víctimas?
    Me ha gustado mucho.

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 23:26
  5. 5. DavidRubio dice:

    Hola Pikadilli,
    Un gustazo volver a leerte.
    El relato me ha dejado un poco con la miel en los labios. Me encanta el tono que utilizas para retratar al detective, muy a lo Dashiell Hammet, un estilo negro, directo y contundente. Pero cuando esperaba un golpe final, esa deriva al marinero de camisa a rayas, me ha dejado un tanto frío. No se relaciona de ninguna manera con el crimen. Y si se intuye algo mágico o de terror en la conclusión, pero como el tono era detectivesco queda un tanto fuera de lugar, un poco a recurso para terminarlo por la vía rápida.
    Pero eso quita para que me encante tu estilo, ya sabes que me declaré fan cuando te descubrí el curso pasado. Sigue así

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 00:41
  6. 6. Pikadili dice:

    Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones! Lo que mas tengo en cuenta son las criticas, que me hacen volver al relato una y otra vez.
    David, has dado en el clavo, intete hacer un final “terrorifico”, pero como me dices, quizás no termine de lograrlo por el tono general. Es el estilo en el que de momento me siento mas comodo y necesito mezclarlo mejor en tan poco tiempo. Ya se sabe, 750 palabras tampoco dan para mucho.
    Gracias a todos. Mañana os leo!

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 02:33
  7. 7. filocrates dice:

    muy bueno, me gusto mucho, a mi me toco comentarle.-

    saludos atentos.-

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 04:08
  8. 8. Lemo dice:

    Buenos días.
    Me gustó mucho tu relato, la forma no soy capaz de valorarla todavía. En cuanto al contenido está muy bien conseguido la historia engancha, el ambiente es bueno.Parece un pedazo de una historia mayor, me deja con ganas de mas. No obstante el final no acaba de agradarme, quizás la obligación de las 750 palabras precipite el final.
    Ya tengo ganas de leer tu próximo relato.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 09:50
  9. 9. ortzaize dice:

    bueno me ha encantado.
    real como la vida misma y encima hay una garrapata que me hace sonreir, completo y bien estructurado tu relato, .
    tengo mucho que aprender de todos, gracias y saludos.
    bueno la 2º parte haber si encuentras al asesino. jajaj

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 12:18
  10. 10. Frida dice:

    Hola Pikadili, antes de nada agradecerte tu paso por mi relato. Quedo muy agradecida.

    Decirte que me ha encantado tu narración, has conseguido meter en escena al lector. Has hecho unas buenas descripciones sobre el entorno, no excesivas pero sí las necesarias para ambientar la escena. Me ha resultado sumamente intrigante el crimen tan bárbaro con el que arrancas y, al final una no puede dejar de estremecerse al creer, que lo mismo le espera al detective. Te felicito por tan buena narración.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 21:39
  11. 11. L.M.Mateo dice:

    Hola Pikadili,
    como oriunda del Mediterráneo, y fumadora compulsiva que ha probado lo posible y lo imposible para dejarlo, me he sentido en la piel de tu protagonista. Un aplauso por meternos en escena de un modo casi cinematográfico, lástima que solo tengamos 750 palabras para desarrollarnos, y hayas tenido que precipitar el final, que aún así, me parece correcto.
    Tengo que llamarte la atención en dos pequeños detalles, el primero es la puntuación: alguna coma sobrante y algún punto faltante. Nada que no puedas ver tú mismo releyendo el texto en voz alta.
    El segundo punto son las gafas de sol. Tal y como lo has escrito, había dado por supuesto que era el sospechoso quien las llevaba, así que al hablar de su mirada fría, me ha causado confusión. ¿Era entonces el detective quien las llevaba? ¿O ha sido uno de esos errores de incoherencia que todos cometemos?
    Por lo demás, el relato me ha parecido de los mejores del taller (y mira que los hay geniales), por tu facilidad para meternos en escena.
    Un abrazo.

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 17:32
  12. 12. Maureen dice:

    Hola, Pikadili. Muchas gracias por comentar mi relato; te devuelvo la visita…

    Destaco cómo le das coherencia al protagonista a través del cigarrillo electrónico y el mono por fumarse uno real; son esos detalles los que lo dotan de realismo y hacen que te creas al personaje.

    Como ya han destacado otros comentarios, el texto resulta muy cinematográfico y, desde luego, permites que nos imaginemos muy bien la escena y lo que está viendo el detective. Obviamente, tantos detalles impiden que des un final a la historia, pero es perfecto como inicio de un relato más largo. Si lo escribes, quiero leerlo 😉

    Enhorabuena, un relato muy bueno y que te intriga desde el principio.

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 18:18
  13. 13. Diego Manresa Bilbao dice:

    Buen relato Pikadili, aunque queda un poco a medias… Da la sensacion de que esparte de algo mas largo. El prota mola mucho, no se si has leido Bevilacqua y Chamorro , de Lorenzo Silva, pero me recuerda bastante…
    Un fallo, el bobalicon lleva gafas de sol, pero el prota dice que sus ojos eran muy frios…

    Nos leemos!

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 18:22
  14. Excelente relato, Pikadili. Al comenzar a leerlo me acorde de Jack el Destripador aunque al final se aleja de ese siniestro criminal de la vida real.
    En cuanto a que se podría mejorar, los compañeros ya han dicho todo. Así que solo me queda felicitarte por el tremendo relato que has escrito.
    Saludos y gracias por tu comentario en mi relato.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 13:25
  15. 15. Isolina R dice:

    Hola Pikadili:
    Tu prosa me gusta. Aunque este relato en mi opinión no ha quedado redondo del todo porque la relación entre el marinero y el asesinato no está clara. Parece que se te quedó corto el límite de las 750.
    Creo que falla algún signo de puntuación. En varias ocasiones has puesto coma donde debería ir punto. Antes de “Al mismo tiempo”, “Y con paso ligero”, “Tenía que investigarlo”, “Tan solo el sonido de las gaviotas”, “Claro, ¿cuánta gente va a la playa en diciembre?”
    Antes de “un escalofrío recorrió mi espina dorsal” yo pondría punto, no punto y coma.
    Ya te han señalado la incoherencia de que el marinero lleve gafas de sol y a pesar de eso el narrador le vea los ojos fríos.
    Las sensaciones (sean del tipo que sean) se tienen, no “planean” sobre uno.
    El verbo “ser” está demasiado repetido. Podías revisar el texto y cambiarlo por algún sinónimo.
    Hay más posesivos de la cuenta para mi gusto.
    En: “A la sazón, mis compañeros me llamaron chillando desde el interior de la casa, distrayéndome” yo pondría: “A la sazón, los compañeros me llamaron a gritos desde el interior de la casa y me distrajeron”.
    Rimas: “sin demasiada exhaustividad, echando un vistazo aquí y allá “, “Daba sorbitos a su refresco sin cesar, mientras yo clamaba al cielo por algo de tabaco real”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.
    Isolina

    Escrito el 14 noviembre 2015 a las 19:30
  16. 16. grace05 dice:

    Hola,Pikadili:
    Agradezco tus comentarios en mi texto, son bienvenidos y valorados.
    Tu relato me pareció genial. Impones todo el suspenso e intriga que es necesaria para mantener en “vilo” al lector.
    La ambientación y las imágenes son estupendas, me hicieron ser más que un lector un espectador.
    Excelente trabajo ¡felicitaciones!!!

    Escrito el 15 noviembre 2015 a las 21:59

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