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Kykeón - por Darkeray

El Sol brilló anaranjado a través de las cortinas blancas, nunca le habían gustado y las cambiaría tan pronto como le fuese posible, tendría que haber tenido criterio propio, saber imponerse y no caer en una espiral de silencio ante las insistencias de Eurídice, pero ahora ya era tarde, allí ondeaban aquellas cortinas, como estandartes en un campo de batalla desolado, la bandera prueba de su miserable fracaso, pero ahora allí estaban, nunca le habían gustado.

Años de vida perdidos en el mayúsculo vacío, el que con su negra oscuridad devora inmisericorde a los insensatos que son prueba de una humanidad fallida y errada, fácilmente influenciable e insignificante en el conjunto de la Existencia. Necesitaba golpear algo, contempló un viejo cuadro con su foto de sonrisa falsa y alegre, la cruel burla hecha imagen, su mano vibró y exigió la desintegración en mil pedazos de aquel ser, pero el corazón habló y con su débil voz lo depositó otra vez en la estantería.

Y Orfeo miró al suelo, contempló el reloj, revisó el buzón, se ajustó la corbata, reordenó sus papeles, revisó una vez más el buzón, quiso respirar hondo, y la garganta apretó más el nudo, tosió un poco, ajustó los pliegues de su túnica, se sentó en el trono, enterró el rostro entre sus manos, suspiró triste. ¿Cómo olvidarse de aquella Mesalina? ¿Cómo enterrar los recuerdos de aquella Bacanal realizada en la vasta llanura que en un pasado habían sido sus Campos Elíseos, su lugar de amor y paz? ¿Olvidar aquella planicie suave y de algodón que brilló infiel tras cruzar las indómitas puertas parlantes?¿Desvanecerse el sonido de aquel endemoniado timbre y de una contestación nerviosa a su melodía? No, por los dioses nuevos y los antiguos que no, el dolor de la injuria palpitaba fuerte y resquebrajaba su pecho, pero quería ver a la gloriosa Troya intacta, sin grieta ni mácula, la tregua que no reduciría a cenizas a la bien murada, y el raudo mensajero de los dioses, Hermes, era portador de la respuesta al tratado de paz…

Orfeo miró al suelo, contempló el reloj, revisó el buzón, se ajustó la corbata, reordenó sus papeles, revisó una vez más el buzón, quiso respirar hondo, y la garganta apretó más el nudo, respiró el sahumerio… Tosió fuerte.

Y entonces el momento llegó, el caduceo golpeó rítmicamente las puertas de su palacio, y en silencio aguardó al huésped del mensaje; Orfeo corrió a la puerta, retiró la tranca del portón y tiró de la pesada hoja de madera y metal, mas no había nadie, Hades infinito y silencioso, oscuridad tan sólo y nada más… Pero su mirada fue a parar a la caja, y en ella resplandecían numerosos sobres.

Su tez se volvió pálida como las puras vestiduras de Atenea, la de ojos de lechuza, la garganta se contrajo como si una serpiente ejerciese la mayor de las fuerzas, quiso susurrar algo, pero sus boca solo puedo emitir un ridículo y ahogado sonido: El sobre estaba vacío, la respuesta era clara, Eurídice le había rechazado, su amor se había perdido en las profundidades abismales para siempre.

Intentó llorar, no pudo, miró al suelo, vio sus pies descalzos proyectando una larga sombra en el mármol, parpadeó un par de veces, nervioso, y su rostro fue resolución herculina, sus ojos no albergaron sentimiento, la garganta no fue encadenada jamás, sino que sus brazos arrancaron con fuerza las cortinas, las hicieron cuerdas, las pendieron en los brazos de Apolo y golpearon con fuerza el asiento sustentador, y entonces Orfeo además no tuvo dolor, no tuvo miedo, no tuvo tristeza, no tuvo amor, y así fue para siempre y siempre jamás. Mas los dioses son conjuradores y el destino extraño, y ambos no quisieron que los ojos de Orfeo vieran la segunda carta, aquella enviada detrás de la primera, y la que redimía al primer sobre del error cometido, de haber sido enviado vacío, pero ¡Ay! Los dioses son conjuradores y el destino extraño, y ambos no quisieron que los ojos de Orfeo vieran.

Y así es que vinieron los servidores de Temis y hallaron a Orfeo en compañía de Caronte, disfrutando de los obsequios de Dioniso, que evocan paisajes hermosos y permiten viajar a tierras lejanas nunca conocidas por los mortales.

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8 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Es un relato que me ha gustado por el tema de la mitología griega, pero le falta un pulido en cuanto a su redacción, porque algunas cosas quedan confusas con frases tan largas, con tanta coma, y con tantas ideas que se amontonan dentro de una sola oración. Pero el contenido es bueno y entretenido: el tema eterno del amor no correspondido y el suicidio posterior.
    Un saludo

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 20:02
  2. 2. pepe dice:

    Hola. Coincido con lo que dice Jose Luis en cuanto a la forma. Por ejemplo, leer el primer párrafo de un tirón te deja sin respiración. Personalmente me chirrían algunos adjetivos: “negra oscuridad” “cruel burla”. Pero en la idea general y la documentación en cuanto a los dioses, se nota que te lo has trabajado. Adelante!

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 11:13
  3. 3. pepe dice:

    Hola. Coincido con lo que dice Jose Luis en cuanto a la forma. Por ejemplo, leer el primer párrafo de un tirón te deja sin respiración. Personalmente me chirrían algunos adjetivos: “negra oscuridad” “cruel burla”. Pero en la idea general y la documentación en cuanto a los dioses, se nota que te lo has trabajado. Adelante!

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 11:13
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Darkeray. Soy nueva en el taller, y es la primera vez que te leo. Voy a comentar tu texto tratando de hacerlo lo mejor posible, toda vez que tanto el argumento como la forma de la historia me resultan, cuando menos, muy llamativas.

    El primer párrafo tal como te han apuntado los compañeros podría corregirse fácilmente cambiando la puntuación. Te sobran comas y te faltan puntos (es algo que pasa a veces si no pones cuidado)el resultado cambiaría de quedar así:

    “El sol brilló anaranjado a través de las cortinas blancas. Nunca le habían gustado. Pensó en cambiarlas tan pronto como le fuese posible. Tendría que (…)insistencias de Eurídice; pero ahora ya era tarde. Allí ondeaban aquellas cortinas.
    Como estandartes en un campo de batalla desolado. La bandera, prueba, de su miserable fracaso.” La frase final tampoco es acertada: “Pero allí estaban, nunca le habían gustado.” Tendría que llevar un punto en estaban. Pero de todos modos esa frase es una repetición del principio.

    Respecto al resto de la redacción, además de las frases muy largas, el texto está demasiado recargado y resulta excesivamente barroco. Es cierto que tratas un tema mitológico, pero abusas de la terminología: Atenea, herculina, Apolo, Orfeo, Caronte, Dionisio…que sobrecarga al lector. La atmósfera está bien recreada y la trama de tragedia amorosa también, pero en su conjunto está muy ornamentado, nada que no tenga fácil arreglo, porque la historia lo merece. Una herramienta de ayuda a la hora de colocar los signos de puntuación es leer el texto en voz alta, haciendo inflexiones en las frases para determinar si la pausa queda mejor corta (coma) o un poco más larga (punto). Espero que mi comentario te ayude. Un saludo.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 11:58
  5. 5. Manoli VF dice:

    Después de “ondeaban aquellas cortinas” vendría punto seguido. En el comentario se cortó y aparece en la línea siguiente. Disculpa el error.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 12:03
  6. 6. beba dice:

    Hola: Muy valorables tus conocimientos sobre mitología; en esas creencias duermen muchísimas historias sugestivas y bellas. Gracias por participar con un tema tan poco manido.
    Lamentablemente, comparto los comentarios anteriores, que pueden resumirse en dos: no excederse en el vocabulario poético de la mitología, y usar punto y seguido, o punto y coma para evitar que las oraciones relacionadas entre sí, se peguen unas a las otras, (y para que se pueda respirar, ja, ja, ja). Saludos.

    Escrito el 8 noviembre 2015 a las 02:49
  7. 7. Aitor dice:

    Hola,

    me ha gustado la redacción y las referencias mitológicas. Algunas están bien utilizadas, otras sin embargo, puede que estén demasiado vistas. El tema del suicidio por desamor también me ha gustado, me ha recordado al dramatismo de los escritores románticos.

    Un saludo!

    Escrito el 8 noviembre 2015 a las 13:43
  8. 8. grace05 dice:

    Me gustó mucho tu relato. Me sorprendieron tus conocimientos mitológicos los que plasmaste con originalidad en la historia. El vocabulario poético es profuso e interesante pero, te confieso, que por momentos me hicieron apartarme un tanto de la fluidez de la lectura.
    ¡Adelante!!!
    Te invito a comentar 194

    Escrito el 13 noviembre 2015 a las 22:56

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