Te creí mi gran amor y... - por Mayomi

Te creí mi gran amor y…

Apenas y me lo creía, nuevamente, después de casi 12 años te vuelvo a ver. Mi corazón latió de prisa, el estómago se encogió dentro de mí, saber de ti era simplemente fantástico, no pude evitarlo roté cabeza y cuerpo para deleitar mis pupilas.
Después de haberte visto pasar, con la mirada perdida en el horizonte y de sentir tantas cosas en mi cuerpo, tomé la decisión de escribirte y buscarte en Facebook, no tardé mucho en encontrarte, ahí tu nombre, tu imagen, tus ojos ¡oh Dios, qué ojos! Y claro esa sonrisa plena, franca, dulce y tierna. No lo podía creer, dejé pasar unos minutos que, se hicieron alrededor de dos horas, me permitían pensar, ¿le escribo? ¿Qué le digo? ¿Querrá contestarme? Mil pensamientos iban y venían en mi mente, por fin, como a las tres y media de la mañana comencé a escribir en tu muro.
Inicié con un saludo lleno de temor y dudas, continué pidiéndote perdón por el daño que alguien me obligó a hacerte unos años atrás, mis manos temblaban con el sólo hecho de tocar las teclas, en mi cerebro las imágenes de nuestro amor, besos, caricias, pláticas, caminatas, sonrisas y más, me bombardeaban; cuando terminé el mensaje tardé varios minutos en darle clic, fumé un cigarrillo y oprimí “enviar”, inmediatamente cerré mi sesión, apagué la computadora y me subí a dormir. Al día siguiente lo primero era revisar mi cuenta, así lo hice, claro, inmediatamente después de que mi casa quedó despejada, y, ¡eh! Aquí estás, sonreía, reía y aplaudía de placer. Lo que más conmovía mi ser era “quiero verte”, ¿en serio? Me pregunté.
Al cabo de una semana en la que nos habíamos estado comunicando por diferentes medios, decidí que podía darse nuestro encuentro, así que cuando me lo preguntaste dije “sí”. La pasamos genial, ambos nos disculpamos los malos momentos vividos por terceras personas y fuiste muy insistente en decirme cuán bien te hago sentir, que no habías logrado encontrar a alguien tan linda como yo, y bueno un sin número de elogios más.
Convivimos a grado tal que fuiste, nuevamente a visitar a mi familia en Cuautla, Morelos. Mis primos y tíos felices de volverte a ver, mis hijas, incluso muy contentas de poder platicar contigo. En nuestra ciudad salimos en diversas ocasiones, tanto solos como acompañados de mis hijas, me hacías sentir que realmente te interesaba, las ilusiones y la calidez de tus besos hacían que me sintiera en las nubes contigo. Varias veces me pediste que me quedara en tu departamento y ahí estuve. El día de tu cumpleaños estabas feliz porque te festejé tu día; ya me hablabas por teléfono, ya me enviabas mensajes por WhatsApp y bueno todo fabuloso, dulce como en todo momento te tenía en mi mente y en mi corazón.
Sin embargo, después de siete meses, que hoy siento se fueron como agua entre los dedos, justo un día antes de mi cumpleaños, todo el telón se cayó, querías que nos viéramos, habías estado más meloso que de costumbre, los mensajes y las llamadas no paraban de llegar a mi celular, y en el momento que acudí a nuestra cita, mi mente comenzó a preguntarse ¿qué pasa? ¿Por qué me siento tan nerviosa? Hay algo raro en todo esto, no sé qué es pero algo raro está sucediendo, aun así, con toda la ilusión me arreglé, la emoción invadía mi ser.
Toqué el timbre de tu domicilio, una mujer salió y me preguntó -¿busca a Luis verdad?-, mis piernas temblaban del asombro, para nada me esperaba a una mujer saliendo de tu apartamento, -sí-, contesté, ella me invitaba a entrar, me negué rotundamente, así que me pidió esperara un momento. Los minutos se hacían interminables, al cabo de un rato salió con algo entre las manos, apresuró su paso y con un rictus de dolor en su rostro me dijo entre suspiros –esto le dejó Luis-. Tomé el sobre, le di las gracias y me retiré.
Me subí al auto, en mi mente estaban Luis y ella, quién era, por qué me dejó un sobre, qué tenía, más y más preguntas taladraban mi cerebro. Me dirigí al café, en cuento me senté, tomé el sobre entre mis manos y lo abrí, nada, no tenía nada, el sobre estaba vacío. Mi asombro no tenía límites, mil preguntas más, momentos después sólo me llegó un mensaje al celular –esto es lo que significa usted para mi marido-.