Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El Ejecutivo - por Borrás

Sus compañeros le tenían un gran aprecio, todos le admiraban, Fernando era un hombre que se hacía querer; entre algunos de los trabajadores había, como no podía ser de otra manera, ciertos celos y antipatías, pero no así con él. Se podía decir que de entre todos era el único que se libraba de aquella guerra soterrada.
La dirección le tenía una sorpresa, de la que hizo cómplices a todos los compañeros. Era el premio a sus veinticinco años de fidelidad y buen hacer en la empresa. Fernando ocupaba la dirección territorial para los países árabes, tenía que viajar a los Emiratos con mucha frecuencia, pese a todas sus visitas y esfuerzos, la producción había bajado. Gerencia sabía que no era por su gestión, impecable y reconocida por las autoridades locales, estaban seguros que tenían un traidor entre el personal, que estaba filtrando información privilegiada a la competencia.
En la oficina se empezó a correr el rumor de que le cortarían la cabeza a alguno de los responsables de la zona. Las miradas conspiradoras se centraban en él. Cuando pasaba junto a sus compañeros, surgían cuchicheos en voz baja, que no eran disimulados precisamente. Daba la impresión de que todos sabían de quien sería la cabeza a cortar, todos menos él.
La tensión era insoportable, fue directamente al presidente del grupo, su amigo desde hacía muchos años, le pregunto directamente, pero este se disculpó y no le dijo nada, al contrario aquel silencio le puso más nervioso aún.
¿En que se había equivocado, sospecharían de él como el traidor? Eso no era lógico, había demostrado su nivel de implicación en la empresa, la sentía como suya, aquello no tenía lógica, pero estaba claro que la cabeza que rodaría era la suya y todos lo sabían.
Sobre la mesa de su despacho, apareció un sobre, dirigido a él, la letra no le era familiar, D. Fernando Delgado, dentro una nota «¿Eres tú?». Ya no tenía duda que albergar, la desgracia le había tocado. Con la carta en la mano se dirigió a su secretaria, quería saber quién había dejado aquel sobre en su mesa, ella tuvo que ver quien había pasado. Negó saber nada sobre aquel maldito papel y lo mando a preguntarle al director de Asia Pacifico.
Cuando Fernando regreso a despacho, iba más descompuesto, no había conseguido información y si ponerse en evidencia, estaba dispuesto a presentar su dimisión si era de él de quien se sospechaba. No podía soportar aquel martirio psicológico.
Su sorpresa fue en aumento cuando vio otro sobre de las mismas características sobre su mesa, esto no era legal ni humano, si querían que se fuera, para ahorrarse los bonus, lo haría en aquel instante, a él le sobraban las ofertas de trabajo, incluso mejores que las que tenía en la empresa.
Con cierto temblor de manos y un sudor frio que le tenía petrificado, tomo el sobre con dedos temblorosos, esta vez no lo abrió, se dirigió a la sala de reuniones; antes le había pedido a Pilar, su fiel secretaria durante todos aquellos años que emplazase a todos los directivos y a gerencia, tenía algo que comunicarles con suma urgencia.
Cuando llegaron a la sala Fernando jugueteaba con el sobre en sus manos sudorosas, se había aflojado el nudo de la corbata, ninguno tomo asiento, él era el único que estaba sentado, temía que dé pie se le notara más el nerviosismo, les pidió un minuto, debía de decirles algo muy importante.
Todos en silencio esperaban la noticia, el empezó a decir algunas palabras, que carecían de sentido, mientras con las manos temblorosas, abría el sobre, dentro no había nada, el sobre estaba vacío, su cara se descompuso un poco más.
Un compañero pregunto qué era lo que tenía que contarles, Fernando no sabía que decir, aquella ausencia de noticias en el sobre vacío lo había dejado descompuesto.
El gerente quiso aprovechar que estaban todos los directivos reunidos para dar una noticia, de alguna manera les afectaba a todos, se desplazó hasta el lado de Fernando, le puso el brazo por encima del hombro, estrechándolo contra si, en un alarde de amistad y consideración intima. Les comunico que desde aquel momento era el nuevo director internacional de la compañía. Todos aplaudieron.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

2 comentarios

  1. 1. delaberna dice:

    Hay un pequeñito fallo de guión ¿cómo se cree Fernando que ha bajado la producción en su área, si es mentira? ¿No es acaso el gerente, tiene que conocer de primera mano los datos reales?

    O es que el descenso en producción es un dato real y la empresa lo aprovecha para “tenderle la trampa”? Me parece raro, si baja la producción los jefes estarán mosqueados, no para bromas. Ni una opción ni otra me convencen.

    En cuanto a la estructura, está un poco aturullado. Creo que el relato se habría beneficiado de una última revisión que colocara cada idea en su sitio, separándolas en diferentes frases y párrafos.

    Este es el párrafo que más confusión genera, y que podría haberse separado mejor:

    “La dirección le tenía una sorpresa, de la que hizo cómplices a todos los compañeros. Era el premio a sus veinticinco años de fidelidad y buen hacer en la empresa. [] Fernando ocupaba la dirección territorial para los países árabes, tenía que viajar a los Emiratos con mucha frecuencia, pese a todas sus visitas y esfuerzos, la producción había bajado.”

    Hay un cambio de tema claro entre empresa y Fernando. Además, la última frase enlaza demasiada información, además de necesitar un “que”:

    “que pese a todas sus visitas…”

    para tener sentido sintáctico. Además de que no queda claro si eso forma ya parte de la broma o no, como comentaba antes. Creo que si la parte “broma” comienza en un párrafo aparte, es más fácil discernirlo de la parte que es cierta.

    Aparte de eso, es un texto divertido… me imagino al pobre Fernando recibiendo la noticia y deseando matarles a besos y a palos a la ves.

    Te invito a que en el futuro des una última revisión a tus relatos, sin miedo a recortar o recolocar frases de las que no estés completamente seguro que funcionan. Seguro que notarás (y notaremos) que los relatos se hacen mucho más fluidos.

    Un saludo!

    Si quieres pasar por mi relato:

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-28/4134

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 22:15
  2. 2. Marcelo Kisi dice:

    Hola Borrás!
    Me alegro de conocer a uno de los cuentos que comenté de modo anónimo este mes.
    Como te dije, me ha gustado el relato, y compartía con vos algunas dudas parecidas a las que te marca delaberna.
    Suerte y adelante!
    PD: mi relato es el 151.

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 14:20

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.