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El sobre - por Everett

No lo podía creer. Estaba sentada bajo un árbol mirando la correspondencia de ese mes. El sol quemaba todo a un radio de dos metros más allá, fuera de la sombra. La luz estaba en su máximo nivel.

Entre mis manos temblorosas había un sobre blanco. Más pequeño que los normales. Solo dos iniciales con letras rojas, con una letra que era inconfundible para mí: "L. B."

Al abrirlo, lo comprobé: el sobre estaba vacío. Solo un sutil aroma familiar y escalofriante.

Al instante salí en busca de mi hermano, o encontré sentado sobre una piedra en medio del río.

– ¡Robi! – le grité.

Abrió los ojos y me sonrió.

– ¡Ven acá ahora mismo!
– ¿Qué te pasa ahora?

Le mostré el sobre.

– No te entiendo – dijo – ¿qué es eso?
– Con quién demonios hiciste contacto esta vez?
– Con nadie…

Me di la vuelta furiosa y me fui hacia la casa. Le hice señas de seguirme.

Después de un rato entró el a la casa. Yo sostenía su iPod reajustado y configurado con sepa el demonio que clase de sistema operativo, enlazado inalámbricamente a esa condenada antena que subió al cerro para comunicarse.

– ¿Cuando la contactaste? – le pregunté sin voltear a verlo.
– ¿De que estas hablando? – arrojé la carta hacia él. La tomó la observó, su cara palideció.
– ¿Cuando?
– Yo… – tartamudeo mirando la carta – yo no… no he hablado con ella ni con nadie relacionado al incidente.
– Entonces ¿cómo carajos explicas ese maldito sobre?
– ¡Cálmate! debemos pensar juntos, yo no la busqué, yo no hice contacto con ella, ni tengo la menor idea de cómo hacerlo y mucho menos…
– ¿Estás seguro?
– ¡Totalmente! además para enlazarme a la red, utilizo un servidor de España, que un amigo ocupa para conectarse mediante la ionosfera. Si acaso me rastreara por la red me buscaría en España y no aquí.

Me sudaban las manos. ¿Cómo demonios lo había hecho?

– Los satélites… pueden fotografiarnos, ¿verdad? – quería confirmar mi teoría o algo que aclarara el asunto.
– ¡Angy!, no nos están buscando, ¿para qué nos vigilarían los satélites?
– Ella nos está buscando, nos ha encontrado ella, o algo peor. Además sabe lo que pasó allá.
– Debe ser un error, tal vez estamos exagerando
– Y el sobre vacío, ¿te parece poco? ¡Con un demonio!, implementaremos el plan de peligro inmediatamente.
– ¿Cual plan de peligro?
– Este: dejaremos de hacer lo que hemos estado haciendo. Ya tenemos suficiente alimento, ¿verdad?
– De que… oye no, yo estoy disfrutando mucho…
– Lo siento no quiero nada que ver con esa gente otra vez, ellos saben de nuestro secreto y no quiero volverlos a ver ni a tratar, además, sabes lo peligrosa que es ella.
– Te refieres a que no la puedes controlar como a todos los demás, ¿no es cierto? Sí, yo sé que da miedo porque es muy rara, pero…
– Pero nada: plan de peligro y punto.

Cerramos todas las puertas. Todas las cortinas, todo y no asomamos la cabeza.

Durante un periodo indeterminado, pues no teníamos noción del tiempo desde nuestro pequeño bunker bajo el sótano, aguardamos todo lo que pudimos.

– ¿Es vital? ¿es acaso vital hacer esto? ¡No! ya lo ves, esta es otra más de…
– Vuelve a decir eso y te…
– ¿Lo ves? Esto es demasiado, nadie ha venido, nadie va a venir, no nos están buscando… y si acaso nos buscan para liquidarnos, les estas facilitando las cosas matándonos tú misma.

Todo ese día o lo que parecía ser un día pues ni siquiera queríamos ver la luz del sol, y los recursos se nos agotaban, y el chinga y jode con lo mismo.

Salí y miré hacia todos lados. No había nada. Nadie.

– De todos modos – le dije a mi hermano – no hemos resuelto esto, tal vez tendremos que irnos lejos, sabes… y tendrás que olvidar esa tecnología por un tiempo y esta vez estaremos total y absolutamente aislados.
– Deja de ir demasiado lejos, no hay rastros de nadie más aquí y seguramente has exagerado.
– No voy a aceptar discusiones ¿me oyes? No voy a discutir, te vas conmigo o te largas por tu lado, tu elijes
– ¡Angy!
– No hay opción, pero si te vas por tu lado recuerda una cosa: jamás volverás a verme y jamás te perdonaré.
– Por favor, ¡no empieces!
– ¡He dicho!

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2 comentarios

  1. 1. Frida dice:

    Hola Everett. Antes de nada, no me extenderé con todos los detalles, pues de seguro que tus comentaristas ya te lo habrán dicho, pero deberías intentar cuidar un poco más la ortografía, como por ejemplo escribir cuándo entre interrogación con tilde, o estás de la segunda persona del singular del presente, del verbo estar, acentuado.

    Si mi imaginación no me falla, me siento como si me estuvieses relatando un suceso que acaece en un mundo postapocalíptico, en el que estos dos hermanos han de vivir buscándose la vida como buenamente pueden. Cometiendo el error por causa de sus precarias condiciones, de caer en las manos de una indeseable. A partir de aquí, no puedo ni siquiera concebir qué pueden haber hecho para enfadar tanto a este personaje cuya sombra es muy alargada, para que corran peligro de muerte por ello. Pero el miedo que el tan sólo pensar en ella les produce, acaba por destruír una relación fraternal que era lo que les daba la fuerza para la supervivencia. Me he sentido como integrada en unos bajos fondos, al lado de gente ya sin esperanza.

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 18:42
  2. 2. grace05 dice:

    Hola Everett:
    Más allá de las observaciones que te hace nuestra compañera Frida, el relato mantiene la tensión y el suspenso pero, lamentablemente es como si le faltara información, me descoloca el final. Me queda una sensación de saber más y de llegar a un final “más redondo”.
    Te sugiero que leas tus escritos en voz alta, esto te permite hacer tu autocorrección
    ¡Adelante !!! estamos para aprender
    Te invito a comentar 194

    Escrito el 6 noviembre 2015 a las 23:42

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