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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La viuda Belmonte - por Demetrio Vert

La viuda Belmonte dio un respingo en su sillón al oír el timbre de la puerta de su casa. Adormilada frente a la trastornante TV se preguntó con mal humor quién venía a interrumpir su soñolienta placidez de antes del mediodía. Era el cartero que le traía una carta certificada.
La viuda Belmonte, entrada en carnes, se extrañó sobremanera al recibir la misiva. Hacía muchos años, desde que quedó viuda, que no le llegaba correspondencia, ni la deseaba. De hecho había ordenado al portero del edificio guardar con el máximo celo su buzón postal, no fuera a ser mancillado por folleto, octavilla o catálogo alguno; o por cualquier tipo de misiva, procediera de persona o de empresa.
El remitente de la perturbadora carta ahora recibida era el Gobierno de la Nación, concretamente el Ministerio de Hacienda, Departamento de Cobros. A la viuda Belmonte le acometieron unos terribles temblores. La viuda tenía delegadas las gestiones administrativas, por lo que imaginó muy poderoso el motivo para dirigirse a ella.
Moviendo su voluminoso cuerpo con la dificultad propia de las personas muy obesas fue a sentarse donde minutos antes descansaban sus posaderas. Le entraron sudores fríos y tuvo que servirse otra copita de anís dulce para recuperar su lucidez. Miró el sobre, de papel basto y color pajizo, por delante y por detrás. No había duda, su nombre estaba escrito claramente en letras mecánicas sobre la blanca pegatina del anverso, Belmonte García, Elvira. Debajo del mismo había una serie de rayas negras de distinto grosor y unos números debajo de las rayas. Pensó si no sería cosa de algún bromista, ya que nunca jamás había visto tales garabatos en una dirección.
Temblorosa y asustada se decidió a afrontar el sin duda penoso trance cuanto antes, pues temía un síncope si la incógnita perduraba. Apuró una nueva medida de anís dulce y sin más dilación tomo las tijeras rasgando a continuación con meticulosa maestría el sobre portador de tan infaustas noticias, según recelaba.
El sobre estaba vacío. Tuvo un sofoco rayano en el desmayo. Apuró una nueva toma de licor y escudriñó atentamente el interior del sobre sin producirle al papel rasguño alguno. No había duda, dentro de la vaina no había semilla. El desconcierto de la viuda Belmonte fue absoluto y su angustia mayor. Notaba los fuertes pálpitos de su corazón en las hinchadas venas de su voluminoso cuello y abría la boca para respirar tratando de apaciguar su sofoco.
«¿Qué significaba aquello? ¿Cuál era el motivo de aquel enigma? ¿Por qué le enviaban un sobre huero? ¿Era una amenaza?», estas y otras preguntas igual de ominosas empezaron a atacar su pensamiento de tal manera que le fue imposible lograr un poco de respiro durante la tarde y la consiguiente noche, que pasó en vela. Por supuesto ni almorzó, ni merendó, ni cenó. Solo con la ayuda del dulce anís pudo soportar las largas horas de lacerantes suspicacias.
Al alba tomó una decisión valerosa. Se presentaría en el Ministerio e indagaría el motivo de tal ultraje. «¿Cómo se atrevían a mancillarla enviándole una notificación? ¡A ella, una Belmonte! ¡Para eso tenía un administrador. Qué lo atosigaran a él! ¡Les daría una buena reprimenda, vaya si se la daría!».
Una vez vestida y pronta a salir de casa recordó que la tal notificación no existía. El sobre había llegado sin contenido. «¿Que le esperaba? ¿Y si fuera una añagaza de vete a saber quién para que saliera de casa y tenerla entonces a su merced? ¿Podían estar esperándola en el portal de la calle para capturarla? Hoy en día no puede una fiarse de nadie, y menos del Gobierno», conjeturaba. Quiso meditar bien la situación y volvió a su habitual sillón y al no menos acostumbrado anís dulzón.
Conforme pasaban las horas aumentaba su confusión produciéndole tal inquietud que su adiposa humanidad ya no podía controlar los golpetazos de su bomba cardiaca.
Un cierto sopor la adormiló. Y un nuevo timbrazo la hizo saltar como un resorte. A duras penas pudo llegar hasta la puerta tal era su caótico estado. Otra vez el cartero le mostraba un sobre idéntico al del día anterior. Dando tumbos llegó a su amoldado butacón. Con los ojos acuosos distinguió confusa la misma pegatina, su mismo nombre y los mismos garabatos impresos. Nunca supo que este sobre sí tenía misiva. Contenía la disculpa por haberle enviado un sobre vacío por error; y además, le auguraban la mejor dicha a la distinguida señora Belmonte.

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32 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Hola Demetrio
    Me gusta mucho tu historia que es sobre todo la creación de un personaje. Pero además tiene muy buen ritmo y uno va siguiendo a la señora Belmonte del sillón al anís, del anís al sillón con el esfuerzo de cargar sus adiposidades. El final es el que exigía la historia, ni más ni menos. Felicidades

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 23:17
  2. 2. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Demetrio que la viuda Belmonte descance en paz. He gozado tu historia muchisimo enhorabuena. He sido comerciante toda mi vida y por lo mismo conozco del pavor que una revisión hacendaria puede causar, pero en esta ocacion aprovechaste la vaina vacía a la perfeccion.

    Escrito el 29 octubre 2015 a las 23:45
  3. 3. Leonardo Ossa dice:

    Hola Demetrio. Estuve esperando con mucha ansiedad la recopilación de los textos del taller, tanto o más, como si yo hubiera participado de la convocatoria de “Literautas”. Mis ocupaciones no me lo permitieron esta vez.
    Tu texto es el primero que vine a leer y lo hice con la parsimonia suficiente que me garantizara saborear el contenido de la historia. No sé si yo, por el hecho de no haber participado en esta ocasión me debiera reservar cualquier observación. En todo caso, me he decidido a comentar tu historia:
    En el relato solo hay un personaje “visible”, que de hecho, ya ha fallecido para cuando empezamos a leer. Los lectores no escuchamos jamás la voz de la viuda Belmonte, ni se oye la posible explicación del portero y mucho menos la voz del cartero, solo estamos ahí como hijos o amigos de un testigo “divino” que pudo saber con precisión lo que ha ocurrido de un día a otro en aquella habitación.
    La historia es digna de ser contada por la relación fatal entre un sobre vacío enviado por error y la confusión ocasionada con golpetazos coronarios en la adiposa humanidad que no pudo soportarlos. Adicional a la sorpresa que me ha generado el desenlace de la historia, he sentido tener un privilegio.
    El sentimiento de privilegio que me genera la construcción de tu narración, me hace creer una vez terminada la lectura, que la viuda Belmonte aún está tibia en su amoldado butacón y que soy el único mortal sobre la faz de la tierra que conoce “gracias a una confidencia celestial”, lo que ha ocurrido en aquel domicilio. La confidencia me ha llegado como un susurro con aire de complicidad.
    Así las cosas amigo Demetrio debo felicitarte por la redacción del cuento que nos presentas, al enseñarnos con él tu dominio sobre las letras.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 04:43
  4. 4. Demetrio Vert dice:

    Aún no he podido empezar a leer los cuentos de los compañeros, pero debo sacar unos minutos para expresar mi agradecimiento a Juana Medina, a Osvaldo Mario Vela y a Leonardo Ossa por haber buscado rápidamente mi relato. Gracias por leerme y por vuestro aliento. Y especialmente a Leonardo (nos os molestéis Juana, Osvaldo) quié a pesar de no participar esta vez me ha leido y comentado (por supuesto, LeonardO, me hubiera entristecido no contar con tu opinión; gracias.

    La historia de la vida Belmonte tiene su intríngulis. Me faltó tiempo esta vez, y tuve que improvisar sobre la marcha, algo que no suelo hacer, y si lo hago, aplico luego las muchas revisiones de turno.
    Si os interesa conocer otro cómo se gestó y transformó el relato, lohe explicado en el comentario 42 de la página de recopilación de textos.

    Gracias de nuevo y os leeré y comentaré.

    Saludos.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 11:43
  5. 5. Lemo dice:

    De momento voy leyendo como de en oca en oca, los autores que luego escribís con detalle en otros relatos. Y de momento es buena táctica ya que me estáis gustando todos. Casi me fatiga leer tu relato al transmitir tan bien ese cansancio y últimos esfuerzos de la viuda Belmonte.
    Ya me tienes como fiel lector. Espero como novel ir creciendo en técnica y llegar a deleitar como lo haces. Felicidades.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 14:58
  6. 6. Juana Medina dice:

    Demetrio, las aclaraciones que pedías sobre la remera y algo más, quedaron en el n°27. Luego me dí cuenta de que tal vez no volvieras por allí, y no quería dejarte sin respuesta. Otra vez gracias por tus observaciones ricas y muy útiles.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 17:44
  7. 7. Demetrio Vert dice:

    Gracias, Juana.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 17:57
  8. 8. Marcelo Kisi dice:

    Demetrio, sabio compañero!
    Qué gusto que hayas pasado por mi texto y lo hayas comentado!
    Y qué memorable texto nos volvés a regalar en la apertura de nuestro nuevo “ciclo lectivo”. Si esto es lo que hacés a las corridas…
    Te lo digo claramente: no hay otro, seguro que no en este taller, que pueda escribir con estilo romántico del siglo 19 sin que suene antiguo o fuera de lugar. Hay aquí una tilde que falta (“sin más dilación tomo las tijeras” – tomó)y en algún otro lugar hubiera agregado una coma; en “transtornante TV” suena fuera de época (adjetivación cargada a la siglo 19 con una sigla -TV por televisor- del siglo 20), pero creeme, Demetrio, no tenés que correr a ningún lado.
    Se disfruta cada palabra, cada letra, y de verdad es para hacer la de Leonardo: esperar el silencio, servirse una copita de licor de chocolate y leer despacio junto al hogar prendido, arriba del cual se cierne orgulloso el escudo nobiliario familiar, y acariciando un perro lanudo.
    Gracias por este rato de placer estético puro!

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 18:16
  9. 9. Juana Medina dice:

    Demetrio, acabo de hablar con amigos españoles que me han aclarado que remera no corresponde a sudadera sino a niki. Vale

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 18:22
  10. 10. Demetrio Vert dice:

    ¡Hombre Marcelo! ¡Qué bueno que viniste!

    Gracias compañero. Yo disfruto también mucho con los tuyos. Efectivamente, tú ojo de águila captó la tilde ausente. ¡Que maravilla, Marcelo, tenerte como corrector!

    Con las comas ando un poco liado. No soy propenso a ellas, y como ni se ponen en todas las pausas habladas, ni a muchas pausas del habla corresponde una coma, así voy. Es un tema que tengo pendiente.

    “Trastornante” simplemente me gustó. No me sonaba ahí otra palabra (trastornadora, por ejemplo). Ahora a raiz del cometaro de Juana he buscado por la red y veo que hay páginas que la utilizan, especialmnte referidas drogas. (“Drogas trastonantes” parece ser una calificación médica), con lo que me reafirmo en ello. La TV no deja de ser ua droga.

    Ha sido una alegría oirte (leerte)otra vez.

    Un abrazo.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 19:17
  11. 11. Demetrio Vert dice:

    Hola Juana. Gracias por ser ta amable. Ya sé otra cosa. Lo de el refrán: “Nunca te acostarás sin saber una cosa más”.
    Gracias de nuevo.

    Un saludo.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 19:35
  12. 12. L.M.Mateo dice:

    Hola Demetrio,
    creo que conmigo has ganado una incondicional. Esa prosa relajada al más puro estilo costumbrista, ese sentido de pesadez en las letras que nos llevan a arrastrar las carnes de la Belmonte del sofá a la puerta, de la puerta al sofá. Casi puedo sentir la pesadez de sus brazos levantando la copita de anís.
    Aún así he visto un par de detalles, que aprovecho para marcarte aquí. Se te han escapado un par de acentos como en “…tomó unas tijeras”, que supongo habrán sido error de dedo.”Qué lo atosigaran a él”, el “que” debe ir sin acento, mientras en “¿Que le esperaba?” el “qué” debe ir acentuado.
    Respecto a las comas, he echado de menos alguna durante el texto, te pongo de ejemplo un par de frases ya corregidas:
    “Adormilada frente a la trastornante TV, se preguntó con mal humor…” (por cierto, al igual que a Marcelo, la abreviación TV me choca, y parece que rompe la prosa).
    “A duras penas pudo llegar hasta la puerta, tal era su caótico estado”.
    Finalmente, a mí la palabra “trastornante” también me suena perfecta por mucho que la R.A.E no la conciba (aunque la palabra en portugués, existe). Recordemos a Lewis Carroll y a Julio Cortázar, que gustaban de inventar palabras nuevas y compartirlas con nosotros. Seguramente su prosa, sin ese regalo de inventiva, sería la mitad de hermosa.
    Un abrazo, y gracias por regalarnos tu texto.

    Escrito el 30 octubre 2015 a las 21:27
  13. 13. Demetrio Vert dice:

    Gracias L.M. Mateo. Todas las correcciones que dices son exactas y en lo de TV también tenéis razón. No había caido en ello, tal vez porque no hice las necesarias revisiones, o porque siempre se aprende.

    Lo de las comas lo miraré. No soy muy dado a ellas, pero obviamente son necesarias yhay que poner las que toquen.

    Gracias de nuevo.

    Con paciencia iré leyéndoos a todos.

    Saludos.

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 18:08
  14. 14. Vespasiano dice:

    Hola Demetrio:
    Magnífica historia donde describes la fobia de la Sra. Belmonte a recibir malas noticias; hasta el punto que sin saber lo que hay dentro de la segunda carta, se muere de miedo ante la perspectiva de que en ella haya una noticia catastrófica.
    Aunque la viuda, no ha debido de darse cuenta que se moría gracias a los muchos tragos,del dulce aguardiente, que se metió entre pecho y espalda.
    También darte las gracias porque he aprendido el significado de la palabra “huero”
    Felicidades.
    Aprovecho para enviarte la dirección de mi recién creado blog, por si quieres pasarte por él.
    lhlupianes.blogspot.com.es
    Gracias.

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 17:22
  15. 15. marazul dice:

    Hola Demetrio
    La historia que narras no es exagerada, es un reflejo de que la Hacienda Pública nos puede matar…..a sustos. Y si lo ayudas con unos cuantos kilos de más, un exceso de copitas de anís dulce y mucho sedentarismo pues pasa lo que le pasó a la pobre viuda. Muy buena la idea de los dos sobres: el primero vacío y el segundo que no se llegó a abrir y que desencadena el final.
    Has creado un personaje, la viuda, y has tocado la fibra sensible de todos los contribuyentes: la Hacienda Pública
    Interesante relato. ¡Enhorabuena!

    Escrito el 1 noviembre 2015 a las 23:08
  16. 16. Wolfdux dice:

    Hola Demetrio,

    una historia muy bien contada y escrita. Un placer leerte.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 13:49
  17. 17. Peter Walley dice:

    Hola Demetrio,

    Buen relato, con un personaje muy definido y contado con mucha precisión. Enhorabuena.

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 18:34
  18. 18. Isolina R dice:

    Hola, Demetrio Vert:
    Has escrito un buen relato, con un magnífico sentido del humor. Lo he disfrutado bastante, aunque le voy a poner algunos pequeños “peros”:
    ―Creo que podías decir lo mismo con menos palabras:
    Por ejemplo: la oración “La viuda Belmonte dio un respingo en su sillón al oír el timbre de la puerta de su casa” puede quedar perfectamente como: “La viuda Belmonte dio un respingo en el sillón al oír el timbre”, “había ordenado al portero del edificio guardar con el máximo celo su buzón postal” podía reducirse a: “había ordenado al portero guardar con el máximo celo su buzón”, “El remitente de la perturbadora carta ahora recibida era el Gobierno de la Nación” podía ser: “El remitente de la perturbadora carta era el Gobierno de la Nación”, “A la viuda Belmonte le acometieron unos terribles temblores. La viuda tenía delegadas las gestiones administrativas” yo lo pondría: “A la viuda Belmonte le acometieron unos terribles temblores. Tenía delegadas las gestiones administrativas”, “Debajo del mismo había una serie de rayas negras de distinto grosor y unos números debajo de las rayas”, podría quedar: “Debajo una serie de rayas negras de distinto grosor y más abajo aún unos números”, “¿Podían estar esperándola en el portal de la calle para capturarla?” quedaría: “¿Podían estar esperándola en el portal para capturarla?”
    ―En el español de España se usan menos los adjetivos posesivos que en el de otros países, así que a los españoles nos suenan regular oraciones como estas: “El desconcierto de la viuda Belmonte fue absoluto y su angustia mayor. Notaba los fuertes pálpitos de su corazón en las hinchadas venas de su voluminoso cuello y abría la boca para respirar tratando de apaciguar su sofoco.” En España sonaría mejor: “El desconcierto de la viuda Belmonte fue absoluto y su angustia mayor. Notaba los fuertes pálpitos del corazón en las hinchadas venas del voluminoso cuello y abría la boca para respirar tratando de apaciguar el sofoco”.
    ―Repites varias veces “la viuda Belmonte”, así que cada vez que puedas evitar la palabra “viuda” quedaría mejor. Por eso en lugar de “quedó viuda” te aconsejaría “enviudó”.
    ―Tienes algún gerundio incorrecto:
    “y sin más dilación tomó las tijeras rasgando a continuación con meticulosa maestría el sobre”. Debería ser: “y sin más dilación tomó las tijeras y rasgó con meticulosa maestría el sobre”.
    ―Aparece alguna que otra rima:
    “Quiso meditar bien la situación y volvió a su habitual sillón y al no menos acostumbrado anís dulzón”.
    Ya otros compañeros en comentarios anteriores te han señalado las tildes que faltan y sobran y las comas, de modo que no voy a repetirlo. Pero sí quiero señalarte que las comillas solo deberían usarse si las palabras de sus pensamientos son textuales, no si las transforma el narrador.
    Ej.: «¿Qué significaba aquello? ¿Cuál era el motivo de aquel enigma? ¿Por qué le enviaban un sobre huero? ¿Era una amenaza?» No debería llevar comillas. En cambio sí podría llevarlas si fuera: “«¿Qué significa esto? ¿Cuál es el motivo de este enigma? ¿Por qué me envían un sobre huero? ¿Es una amenaza?»
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.
    Isolina R

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 23:14
  19. 19. beba dice:

    ¡Con razón era magistral este relato!Me tocó leerlo en los comentarios anónimos. Excelente:correctísimo; ocurrente. Me encantó, y mucho más al saber que es tuyo.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 00:42
  20. 20. Demetrio Vert dice:

    Vespasiano, marazul, Wolfdux, Peter Walley, Isolina R., beba: Mis agradecimientos por leerme y por vuestros comentarios.

    Isolina ha sido la más extensa; a sus opiniones respondo.

    ¡Qué bien que una compañera haga correcciones sintácticas o de estilo! Son muy acertadas, es más, son exactas; y me impreco a mi mismo por no haberme percatado. El hecho de no haber dispuesto de suficiente tiempo para revisar, no me vale como excusa, en referencia a lo que expones. Es demasiado importante.

    Persigo con obsesión eliminar palabras sobrantes. Está claro que aún no lo consigo.

    Respecto a las comillas, efectivamente, tal como dices son las norma de uso. En mi texto queda claro que son reflexiones que se hace la propia viuda; palabras suyas, porque las frases entrecomilladas las apostillo para que no queden dudas. Ej.: “…esta y otras preguntas se hacía…”; “…conjeturaba…”.
    Y es que me quiero asegurar de que se perciba que es el personaje quién habla para sí mismo. Son sus pensamientos, escritos textualmente. Si las palabras fuesen del narrador, este estaría opinando sobre el contexto, y a mí me gusta que sea neutro, que relate lo que sucede y sabe, sin juicio o duda alguna. Y sin embargo…, tienes razón Isolina. El tiempo verbal está errado, tal como indicas. Debía de haber utilizado el presente.

    Muchas gracias por tus comentarios. Me han servido de mucho.

    Saludos a todos.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 19:46
  21. 21. Vespasiano dice:

    Hola Demetrio:
    Han sido correctamente publicados tus comentarios en mi relato “Angustia”; así como el segundo envío aclarando la incidencia.
    Muy oportunas tus apreciaciones que tendré en cuenta.
    Felicidades.

    Escrito el 4 noviembre 2015 a las 16:20
  22. Has creado un personaje cercano a la realidad, describiendo perfectamente sus miedos y hasta su vicio, que quizas ni lo consideraba asi. Un buen desarrollo del personaje. Su miedo a recibir malas noticias es perfectamente entendible. Creo que lo unico que me queda decir, y no es que este mal para nada, es que el relato tiene palabras un poco extrañas que tuve que buscar para entenderlas del todo. Aun asi, aprendi algo nuevo, je je.
    Solo me queda felicitarte por tan excelente relato.
    Saludos.

    Escrito el 6 noviembre 2015 a las 16:01
  23. 23. Demetrio Vert dice:

    Gracias Ryan. El tuyo también está en mi lista. Poco a poco.

    Un saludo.

    Escrito el 6 noviembre 2015 a las 20:32
  24. 24. José Torma dice:

    Señor Demetrio.

    Disfruto mucho de tu redaccion. Desde mi punto de vista lerdo, ya que de forma y tildes (acentos y demas sufro un monton) a mi tu relato me ha gustado mucho, me llevas de la mano por el pesado movimiento de esta bendita mujer entrada en años y en carnes.Si algo pudiera decir, que parece solo a mi me llamo la atencion, remarcas mucho la obesidad de la viuda, pero la repeticion hace que tome tientes poeticos en la lectura asi que no me hagas caso. Descanse en paz una victima mas de nuestros propios demonios.

    Un gustazo leerte.

    Saludos.

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 04:02
  25. 25. Demetrrio Vert dice:

    Hola José. Siempre tienes la deliadeza de leerme y comentar, de lo que me alegro mucho. Tambien a mi me gusta leerte, y por supuesto estás en mi lista de autores. Suelo echar un vistazo rápido a los que sigo y después, con calma, leer mas atento y comentar. Ruego paciencia.

    Saludos

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 12:48
  26. 26. Carlos Rosae dice:

    Hola,

    Buen relato, con léxico variado y una historia completa, con tres partes bien diferenciadas. Has sabido aprovechar bien el recurso del sobre vacío.
    El personaje tiene un carácter bien definido y sus sensaciones se transmiten perfectamente a través del texto.
    He visto alguna palabra que me ha llamado la atención y que no se utilizan en mi país, pero supongo que serán correctas y además enriquecen el texto.

    Como sugerencias, que no fallos:

    – La alusión a “La viuda Belmonte” se repite quizás en demasiadas ocasiones en un texto de tan reducida extensión. Hubiera alternando las alusiones a la protagonista con su nombre real.

    – Aparece en demasiadas ocasiones la alusión al anís: “anís dulce”, “anís dulzón”, etc.

    Un saludo

    Escrito el 8 noviembre 2015 a las 14:05
  27. 27. Demetrio Vert dice:

    Gracias Carlos por tus comentarios.

    Un autor nunca deb dar explicaciones sobre el sentido de sus palaabras. Esa el lector quien saca sus impresiones, buenas, regulares, o malas.

    Pero en este blog estamos para aprender, al menos yo, y de ahí los comentarios que nos ayudan a comprender que obsertvan los compañeros.

    Solo decir, que efectivamente, repetí “la viuda Belmonte” a conciencia, para remacar el personaje. Bueno, al menos a tí no te convenció. Tomo nota.

    También lo del anís. Evidentemente podía haber utilizado palabras como “licor”, u otros sinónimos. Sin embargo hice hincapié en “anis dulce” (hay otro seco), porque es (o era) la bebida que usaban generalizadamente personajes como la viuda Belmonte. La función de repetir “anís”, variando la palabra “dulce”, tiene esa funció. Remarcar el tipo de personaje.

    Muchas gracias por tus comentarios.

    Saludos.

    Escrito el 8 noviembre 2015 a las 15:05
  28. 28. grace05 dice:

    Hola. Demetrio:
    Excelente relato. Claro, ágil, en todo el texto el lector visualiza a la viuda Belmonte y percibe sus emociones al recibir el sobre.
    El llegar un poco atrasada a los comentarios solo me queda adherir a todos los elogios de los compañeros.
    ¡Felicidades!!!
    Te invito a comentar 194

    Escrito el 14 noviembre 2015 a las 00:25
  29. 29. Demetyrio Vert dice:

    Hola grace05.

    Este mes ando muy retrasado. Estás en mi lista, como no.

    Estoy liado con unos textos y no sé hasta dónde llegaré. Disculpa, y disculpad todos.

    Sañudos.

    Demetrio.

    Escrito el 14 noviembre 2015 a las 18:33
  30. 30. Saldivia dice:

    Saludo cordial. He estado leyendo algunos relatos al voleo, y del tuyo me ha gustado mucho el manejo del idioma, usas palabras sonoras que el lenguaje de hoy en día tiende a olvidar (mancillado, rayano por ejemplo) y personalmente me agrada sobremanera verlas plasmadas en un texto. Interesante el modo como creas la atmósfera de creciente opresión en la viuda Belmonte. Tal vez se pueden suprimir una o dos referencias a la obesidad de la misma, pienso que queda claro desde el principio. Procuraré seguirte leyendo en escenas futuras.

    Escrito el 15 noviembre 2015 a las 14:10
  31. 31. Valentina Woolf dice:

    Hola Demetrio. Me gustaría poder añadir algo más a lo que han comentado los compañeros, pero se ve que llego tarde y ya está (casi) todo dicho.

    Lo que más me ha gustado, con diferencia, es el uso del lenguaje (trastornante, perturbadora, mancillado, huero), tan natural, sin artificios. Seguiré leyéndote para aprender más

    Escrito el 15 noviembre 2015 a las 20:12
  32. 32. Demetrio Vert dice:

    A Saldivia y Valentina Wolf.

    Gracias.

    Os leeré. Pido disculpas este mes. Ando muy “ocupaíto”. Lo siento.

    Demetrio.

    Escrito el 16 noviembre 2015 a las 18:14

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