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Las mejores amigas lo comparten TODO - por Valeria

El autor/a de este texto es menor de edad

Emma miró por la ventana. Se distrajo viendo caer sobre el césped recién cortado las secas hojas de otoño del único árbol que se erguía orgulloso en el patio del instituto.
En la clase el profesor de literatura había hecho alguna pregunta sobre un poema-con algún nombre relacionado a las hierbas o a la juventud, realmente no lograba recordarlo- que fue rápidamente interceptada por Maite. Maite era en toda regla la nerd de la clase-todas las clases tienen alguna- con su cabello castaño dorado peinado en dos largas trenzas y aquel sweater verde de lana con el que a Emma le parecía haberla visto años anteriores. En el escritorio de al lado Lydia le dirigió a Emma una mirada burlona que claramente decía “¿te lo puedes creer?”. Un mísero sentimiento de compasión brotó cosquillante en su estomago pero fue interrumpido por el timbre.
¿Vamos a comprar vestidos para la fiesta de John?Preguntó Lydia levantándose del escritorio.
¡La fiesta de John! Emma se reprendió mentalmente por haberse olvidado. Cada año John Smith organizaba una fiesta en su casa-cuando sus padres estaban de viaje- a principio de semestre. Era la ocasión perfecta para olvidarte de todas las preocupaciones típicas de los adolescentes detrás de la infaltable compañía del alcohol.
La expresión de sorpresa en el rostro de Emma debió haberla delatado por que Lydia enseguida añadió:
No te habrás olvidado ¿cierto?
Estaba a punto de contestar cuando se percató de la presencia de Maite a unos pocos pasos de ellas. Permaneció un momento observándolas en silencia con expresión dubitativa como si estuviese buscando las palabras correctas. Cuando la boca de Maite se abrió dispuesta a decir algo -vaya uno a saber que- Emma sintió la mano de Lydia aferrarse firmemente a su brazo antes de llevarla a rastras fuera del salón.
Emma estaba abriendo su casillero para sacar el libro de matemáticas cuando cayó sobre sus pies un sobre manila amarillo con algo dentro. Cuando su mano rosó la liza superficie de una fotografía tiró de ella fuera del sobre para posar sus ojos verdes azulados en otros idénticos. Era ella. Aparecía sacándose la blusa frente a la ventana de su dormitorio y al final de la fotografía alguien había escrito con marcador negro “¿Quién soy?”. Pensando que se trataba de una vil broma metió nuevamente la mano dentro del sobre pero no encontró nada. El sobre estaba vacío.
Dio un respingo al sentir una mano apretando suavemente su hombro y casi deja caer el sobre del susto.
¿Estás bien? Preguntó Lydia completamente confundida ante la reacción de Emma.
¿Pusiste este sobre en mi casillero?
Emma le mostró el sobre con la fotografía dentro pero Lydia negó con la cabeza como única respuesta. Observó detalladamente el rostro de Lydia en busca de la más mínima mueca que pudiese delatarla pero al final sólo se rindió y añadió:
Debe ser cosa de Liam.
Liam era el ex novio de Emma con quien había roto el año pasado. Su relación había terminado cuando ella lo había encontrado metiendo su lengua en la boca de una chica rubia-probablemente teñida- pero a menudo la molestaba con bromas pesadas. El mes anterior le había dicho a todo el instituto que ella se había acostado con él en las gradas del estadio de fútbol. Y Emma, con las manos temblando por la rabia, escribió como venganza que “no fue gran cosa”, desde ese momento Liam no había vuelto a intentar jugársela. Hasta ahora.
No hagas caso, es justo lo que quiere. Dijo Lydia con expresión nerviosa.
Ahora que se fijaba no era la primera vez que veía a Lydia actuar raro cuando soltaba el nombre de Liam. Corría la mirada a cualquier punto en que no estuviese Emma y el labio inferior comenzaba a temblarle. ¿Estaría ocultándole algo? Negó con la cabeza como si con ello fuesen a desaparecer todas esas ideas disparatadas y guardó el sobre en su mochila. Necesitaba salir ahí antes de que le diera un ataque de pánico o algo por el estilo. Se despidió rápidamente de Lydia dándole una vaga excusa y prometiéndole que iría a la fiesta de John.
Sin poder soportar un minuto más de tortura mental se encaminó al parque que Liam solía frecuentar con sus amigos cuando querían fumar porro. Distinguió su cabello rubio desde las hamacas. Había una chica pelirroja encima de él que no paraba de besarlo. Y entonces la distinguió. Era Lydia. Definitivamente aquel era un día muy largo.

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1 comentario

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola
    He leído tu relato.
    Tiene algunos errores de ortografía y de gramática, y la redacción del texto podría ser mejor, pero creo que es un relato interesante sobre relaciones entre adolescentes y también sobre la traición.
    Un saludo

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 19:38

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