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El Vacío - por Rêve

-Bienvenido a la Oficina de Administración Central. Yo soy Hope y seré tu guía el día de hoy. Te enseñaré cómo funciona todo de manera que puedas comenzar a trabajar lo más rápido posible.
Asentí y le dediqué una sonrisa a Hope. El día de ayer había recibido un informe notificándome mi transferencia inmediata a la OAC. Lo cual, vale acotar, era el logro más grande de mi carrera, siendo la Oficina la instancia por debajo del Director.
-Sígueme- dijo Hope. Dio la vuelta y empezó a caminar. Sus tacones altos resonando con cada paso que daba.
La sede de la Oficina era un edificio inmenso con paredes de un cristal transparente y un piso de mármol brillante, pulido y perfectamente pulcro. Seguí a Hope a través de un largo pasillo que desembocaba en un lujoso vestíbulo.
-Aquí dice que te designaron para el Área de Control y Recepción. Eso es en el piso 11.
Montamos en un gran ascensor junto con un grupo de personas. Esperé en silencio hasta que el ascensor se abrió en el piso 11.
-Todo comienza en el Área de Creación, es ahí donde se fabrican los Libros. A continuación pasan al Área de Asignación, donde como su nombre lo indica, se asigna un Libro a cada ser humano de la Tierra, la asignación tiene lugar apenas el niño nace. De ahí, el Libro pasa al Área de Control y Recepción. Esta es el Área más grande y donde el Libro pasa más tiempo. Cada día llegan millones de nuevos capítulos en sobres debidamente identificados…
-¿Nuevos capítulos?
-Claro, claro. Cada persona escribe su vida, capítulo a capítulo. Tu trabajo consiste en revisar cada uno de los sobres que te asignaron ese día, verificando que todo esté en orden y posteriormente anexarlos al Libro correspondiente. Una vez que un Libro está terminado, pasa al Área de Salida, donde se envía al Director. ¿Alguna duda?
Negué con la cabeza.
-De acuerdo. Entonces bienvenido al Área de Control- dijo Hope.
Era un salón de amplios ventanales, a lo largo del cual se distribuían mesas de vidrio. En cada mesa había una persona y una decena de sobres.
-Este es tu escritorio y estos son los capítulos que te asignaron hoy. Una vez los hayas revisado debes llevarlos al Almacén en el piso 12. Por otro lado, si me necesitas estaré en el salón de al lado.

Después de despedirme y agradecerle a Hope me senté y empecé a trabajar.
Tomé el primer sobre de la pila, dentro había una gruesa libreta, escrita con una letra dorada, firme y pulcra. “determinación y éxito” pensé para mí mismo. El siguiente sobre contenía una única hoja, escrita con tinta azul y con manchas de agua en la superficie del papel. “Ohh” suspiré. Del delgado papel se desprendía un aura de tristeza palpable. Dejé el sobre de lado y tomé un tercero. Este resultó curioso pues las primeras hojas contenían una caligrafía incomprensible y desordenada que poco a poco, tras varios intentos, se convirtió en nítida y evidentemente ordenada.
Extendí mi mano y agarré el siguiente sobre, no obstante, al abrirlo me extrañé: El sobre estaba vacío. Inmediatamente supe que algo andaba mal, así que, con el sobre en las manos corrí a buscar a Hope.
-¡Hope! Algo malo ocurre- dije. Atemorizado y nervioso
-¿Qué pasó?
-El sobre. Está vacío- susurré, extendiéndoselo para que lo viera.
Una sonrisa triste se formó en el delicado rostro de la mujer.
-No es nada inusual- dijo Hope, con una voz entrecortada- Cada vez ocurre más a menudo, a veces por varios capítulos seguidos. Es una situación que preocupa al Director.
-No entiendo…
Hope me miró y por un momento lo único que pude ver en ella fue tristeza
-En ocasiones las personas solo dejan correr el tiempo, ocupadas en asuntos banales. No se dan cuenta que aún cuando el tiempo y la vida van de la mano, el primero puede agotarse sin que el segundo haya realmente comenzado. Además no se puede escribir una vida si se está viviendo la de alguien más

Me quedé en silencio, me era imposible decir algo. No obstante, sentí un pequeño toque en mi mejilla izquierda, ahí, tan suave como una caricia había una lágrima derramándose. Una lágrima que contenía todas las palabras que no lograba articular. Una lágrima llena de palabras por los miles de Libros desprovistos de ellas.

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1 comentario

  1. 1. Frida dice:

    Hola Rêve, para empezar, te diré que sólo entré en tu texto por tu nombre, adoro los sueños, como dice Nicholas Humphrey, “soñar es un proceso mucho más sofisticado que pensar”, Soñar, imaginar, me parece algo fascinante. De alguien llamado sueño me esperaba algo sorprendente y, eso es sin duda lo que he hallado. Me he sumergido en tu narración, me he sentido casi como en medio de lo que los antiguos griegos llamaban las moiras, más conocidas como las tejedoras de la vida o el tiempo, es como estar en la oficina de ellas muchas eras después, como si el tejer del tiempo se hubiese modernizado y cuasi industrializado como la vida misma. Me ha gustado cómo al final has expuesto la terrible realidad que nos azota, esa inconsciencia del paso del tiempo, de la falta de pasión que nos domina por la gran aventura de vivir. Felicidades. Te leo pronto nuevamente, en el lápiz mágico.

    Escrito el 20 noviembre 2015 a las 12:40

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