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Entender la clave. - por Eduardo Tapia

Web: http://keningar.wix.com/keningar

En tan poco tiempo, tantas veces a punto de perder nuestra vida era angustioso, habíamos avanzado en nuestra lucha, pero tras meses de campaña el equipo necesitaba un descanso. La celebración del solsticio de invierno, el fin de año, parecía buena ocasión.

Aprovechando el descanso, Eleiya y Cuiper decidieron casarse esa misma noche en la aldea.
Me alegraba por ellos, aunque tenía una espinita. Eleiya y yo nos habíamos acercado mucho justo antes de su noviazgo, antes de que las mujeres del pueblo estuvieran tan detrás de mí y ella se alejara.
Pero no, no era excusa cómo se comportaran los demás, sabía que también era mi culpa por no haber puesto toda la carne en el asador. Lo cierto es que me prometí no atarme alocadamente a la primera mujer bonita que conociera, muchos conocidos lo habían hecho, errando gravemente en la elección, ahora me pasaba factura tal criterio. Me preguntaba si su fulminante noviazgo tenía que ver con el despecho que pudiera sentir.

Como no habían contado apenas conmigo para los preparativos, di un relajante paseo por la pequeña villa. Paseando, se me acercó la hija del rico del pueblo, sonriente.
—¡Máximo! —gritó.
—Lizbet, cuanto tiempo.
—Demasiado, te he echado mucho de menos. —Ella sonreía tontamente, mirándome. Hace meses nos hicimos amigos y me habló de sus inquietudes de ver mundo, yo tuve la feliz idea de llevármela de viaje para asistir a mi investidura, inconsciente de que eso alimentaba anhelos de noviazgo.
—¿Me has traído algún recuerdo? Quizás la joya de un tesoro. —Su sonrisa ya no me parecía tan tonta.
Me hizo fruncir el ceño, pero la verdad es que tenía botín suficiente para donar y regalar.
—Podría tener alguna alhaja guardada. ¿Qué harás para ganártela? —respondí, haciéndome el duro.
—¿Ir mucho a la iglesia para verte? —Se había vuelto muy descarada, otros mozos usaban los jardines de la iglesia para sus escarceos nocturnos y sabía que yo no aprobaba esa profanación.
—No te voy a recompensar por cumplir tus deberes religiosos Liz.
—Entonces quizás por esta carta, la que nos dijo Polgara que recogiéramos.
Mi rostro cambió con «esa» carta. —¡Eh! Es importante, entrégamela, por favor —apremié.
—A cambio de un beso.
Suspiré.
—Entonces no hará falta joya. —Le di un fugaz beso en los labios y tomé directamente la carta de su fajín.
Se rió como la adolescente que era. —Ya pensaré algo para ganarme la joya. —Se puso a mirarme abrir la carta—. ¿Es de la madre de Polgara? ¿De una poderosa maga elfa? —me preguntó.
—Sí, eso nos dijo. —Lo abrí, viendo que el sobre estaba vacío. La miré seriamente.— ¿Has abierto la carta? —Ella se asustó, en su casa había bronca siempre que algo iba mal.
-N.. no, de verdad. Sé que es importante, no la he tocado. —Mantuve la mirada.— ¡De verdad! —insistió.
Sacudí la cabeza. —Tranquila, te creo, a ver que significa esto. Tengo que ver a los demás. —Lizbet se despidió, fastidiada por el bajón de la carta.

La creatividad no era el fuerte de mis compañeros, que ocupados con la boda apenas prestaron atención, ni siquiera conseguí ver a la novia. Visité a los eruditos locales, pero ninguno tenía idea del significado de aquella ausencia de mensaje y Polgara ya no estaba.
Me quedé a solas para pensar, hasta entrada la noche.

—¿Max? —Alguien llegó.
—Eleiya, ¿Qué haces aquí? Te casas en un rato. —la observé anonadado, llevaba un exótico traje de bodas y estaba bellísima.
—Me han dicho de la carta, quería ver si resolvía el misterio. —Le entregué el sobre vacío, ella lo ojeó de todas las formas imaginables.
—¿Alguna idea?
—No es mágica, así que será otra cosa. Ni idea de cual. —La sopesó un poco más antes de seguir—. Se me ocurre quién podría saberlo, la nereida del embalse, conocen bien a los elfos, deberías visitarla.
—Bueno, mañana podemos ir.
—No debes demorarte, hay muchas vidas en juego.
—¿No quieres que esté en tu boda?
—Sí, claro. Pero cuanto antes salvemos a esa gente, antes podré disfrutar plácidamente mi matrimonio.
—Siendo tan importante, vayamos todos.
—No necesitas un regimiento para ver a un hada, si quieres ayuda esotérica ve con tu amiga la bruja. —la última frase era un carcaj entero de virotes.
—¿Ahora es “mi amiga la bruja”?
Eleiya sonrió con algo de malicia. —Era para que nos entendamos. No lo debes dilatar solo por mi prisa en casarme.
—Como quieras… Volveremos pronto.
Ella asintió. —intentaré esperaros.

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3 comentarios

  1. 1. Frida dice:

    Hola Eduardo. Al principio me has despistado, pues estaba completamente segura de estar asistiendo a una escena que sucedía durante una de las guerras mundiales, pero a mediados de la historia, el texto comienza a girar, tanto que cuando te das cuenta ya estás viviendo una narración con tintes mágicos y fantásticos. Donde seres mitólogicos se mezclan con sentimientos humanos. Digamos que me has sorprendido mucho y, gratamente, pues el que el sobre vacío en realidad halla sido escrito mágicamente, hace volar intensamente a la imaginación. Me ha gustado y me has hecho fantasear con el mañana que le espera a Max.

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 11:03
  2. 2. karu dice:

    Me ha costado hacerme con la historia, pero solo porque yo no soy muy fan de historias fantásticas, con elfos, brujas… Solo culpa mía, so sorry.

    Por lo demás, creo que está bien escrita, con una correcta selección de los nombres de los personajes y un vocabulario adecuado. También me gusta el empleo de la primera persona.

    Solo aprecio dos cosillas:

    – se te ha escapado un guión corto en u diálogo: ‘-N.. no, de verdad’.

    – Y un poco más arriba pones: ‘Lo abrí, viendo que el sobre estaba vacío’. Ese ‘lo’ creo que se refiere (si no me equivoco) a la carta, debería ser ‘la’.

    Te invito a pasarte por mi relato, el número 134.

    Un saludo!!

    Escrito el 2 noviembre 2015 a las 11:14
  3. 3. Wiccan dice:

    Buenas Eduardo,
    El relato me he gustado mucho, a mi me gustan mucho todas las historías fantásticas con mundos extraños y seres mágicos, por lo que no me ha costado nada meterme en la ambientación, y cada dato que dabas en base a este tema era una gozada. El único problema que le puedo ver al texto es que no veo un desenlace, presentas la trama sentimental del protagonista, presentas la trama mágica del sobre, pero ninguna de las dos tramas parecen cerrarse de alguna forma. Es cierto que en la conversación final parece haber una despedida de Eleiya que podría entenderse como un cierre a la posible relación con Máximo, pero por la forma de dirigirse a “su amiga la bruja” o la “malicia” en sus palabras da la sensación de que los sentimientos no están superados.
    Por lo demás, creo que está bien escrito, que se entiende perféctamente la acción y que la ambientación está lograda.
    Seguiré leyendo tus relatos. Un saludo!!

    Escrito el 14 noviembre 2015 a las 16:21

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