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EL SOBRE MORADO - por Trescatorce

Web: http://www.trescatorcedreams.blogspot.com

Llegó tan cansada que casi se salta la rutina de abrir el buzón. Se había vuelto a quedar a echar horas, a terminar los pedidos, y con éste ya llevaba cinco días seguidos de jornadas extendidas. Su trabajo no consistía en estar sentada en una silla ocho horas, pendiente del ordenador. No. Ella tenía un trabajo físico, en el que debía cargar peso y seguir el ritmo durante toda la jornada. Por eso después de cinco días llegaba con los pies arrastrando y el alma a cuestas.
Casi pasa de largo el buzón. Aunque nunca le llegaba nada lo miraba todos los días. Ecos de su infancia, de cuando tenía muchos amigos postales y casi todos los días le llegaba una carta a casa. Ahora siempre se quedaba con las ganas, o con la desilusión de ver una carta y comprobar que era del banco.
Pero hoy tenía una sorpresa deparada. Abrió la puertecilla metálica y descubrió un sobre morado, de papel de alto gramaje, opaco a la luz.
Se mordió el labio inferior, una medio sonrisa quería escaparse de su boca. Pero el cansancio era más fuerte y no apareció. Miró el sobre durante lo que le pareció una eternidad, miles de años podrían haber pasado sin ella enterarse.
¿Qué podría ser? Se preguntó. ¿Quién le habría escrito?
De repente una parte de su cerebro se reactivó y enseguida comenzó a hacer elucubraciones. Por el tipo de sobre parecía una invitación de boda. Pero no sabía de nadie que se fuera a casar, y esas cosas se sabían. La única pareja de su entorno que había estado cerca de casarse habían sido, precisamente, ella y su novio. Pero no salió bien, y por eso ahora vivía sola y se veía obligada a echar horas extras en el trabajo. Arrugó el ceño y sacudió un poco la mano, como para espantar una mosca o los malos pensamientos.
No, invitación de boda no sería.
Quizás tenía un admirador secreto. Preferiría que fuera una nota de un admirador a que fuera una carta de su exnovio pidiéndole perdón. No quería volver a ser segundo plato de nadie, él hizo su elección y no fue a ella a quién escogió. Ya lloró bastante y ya lo superó. No quería volver a pensar en ello. Pero en un admirador…
Tal vez la había visto por la calle, o era algún vecino. Seguro que le había llamado la atención pero no se atrevía a decirle nada en persona. No era nada descabellado. No estaba en su mejor momento, pero sabía que era atractiva. Seguro que sería un admirador.
Se dio cuenta de que llevaba un rato admirando el buzón abierto y el sobre de su interior, y miró a los lados, avergonzada. No había nadie en el portal, lo que le hizo suspirar de alivio, y estiró la mano para coger el sobre.
Era áspero al tacto. Lo miró por el anverso y el reverso. No había nada escrito. Sus dedos viajaron solos hacia el cierre y comprobó que no estaba pegado. Abrió la solapa mientras sentía el corazón acelerado.
Esperaba una carta. O tal vez algún recorte. Incluso habría entendido que hubiera letras cortadas de una revista, como hacían los psicópatas de la tele. Pero no estaba preparada para lo que encontró.
El sobre estaba vacío.
Cerró el buzón con hastío y se encaminó hacia su casa. Hoy sería otro día igual, nada marcaría la diferencia.

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6 comentarios

  1. 1. marazul dice:

    Hola Trescatorce. Yo fui una de tus comentaristas. De los tres para comentar fue el que más me gustó. Prefiero las historias en que aparentemente no pasa nada, pero ya lo creo que pasan. Fíjate, como en el espacio de tiempo tan corto en que se desarrolla tu historia podemos conocer una personalidad….una vida
    Me gusta por ese lenguaje tan natural y porque cuentas una historia digamos que…..”corriente”
    Un saludo

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 19:48
  2. 2. marazul dice:

    ¡Ojo! que tu relato no es corriente. Lo es la historia que narras.
    Esa es la diferencia que quería aclarar.

    Escrito el 31 octubre 2015 a las 19:51
  3. 3. Lagartija dice:

    Me ha gustado sobre todo el final del relato por lo inesperado, y me parece que conduce también de forma adecuada hacia este final, generando expectación en el lector a la vez que describe el personaje de forma que cuando llegamos al final ya casi lo conocemos. He hechado en falta más detalles, no sólo contar lo que fue, sino acciones de ese transcurrir de su vida. Un saludo y nos leemos!

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 22:52
  4. 4. Pepe Illarguia dice:

    Por aquí estamos otra vez. Tu relato tiene una sencillez que cautiva. Es un sobre vacío lleno de encanto.

    Escrito el 4 noviembre 2015 a las 14:46
  5. 5. Manoli VF dice:

    Hola, Trescatorce. He disfrutado mucho leyendo tu relato. Tienes una admirable forma de narrar. Está muy bien conducido y nos sumerges en el estado de animo del personaje de tal forma que nos haces vivir la escena. En este tipo de relatos en los que la “acción interior” es más fuerte que la exterior es muy difícil mantener la atención del lector y tú, a mi entender, lo consigues. Enhorabuena por ello.

    Como parte menos positiva me surge ese final, por otra parte anunciado e inevitable, que aún estando bien entiendo que le falta algo para que el relato se cierre satisfactoriamente ( ¿Quién lo puso ahí?) Aunque este dato no es el eje de la historia y tiene grandes semejanzas con el relato de Aldo, en el que el personaje está aislado con un sobre que no puede abrir, advierto una diferencia básica respecto a áquel, y es que en el de Aldo se nos presenta una escena condicionada por unas instrucciones que, aunque no se sepa bien de quién son, conducen el relato desde el principio; ahora bien, en el tuyo el personaje lleva una vida cansada y gris que se enciende brevemente por algo que es como un destello que surge de la nada ¿ de donde? Opino que al final habrías de dejar un indicio, algo, no necesariamente desarrollado, pero al menos esbozado, de la mano que, en la sombra colocó el sobre en el buzón. Con solo ese detalle tu relato, a mi juicio muy bueno, quedaría redonda. ¿Qué opinas?

    Un saludo y un placer leerte. Te invito a pasar por el mío y darme tu opinión, es el 191.

    Escrito el 6 noviembre 2015 a las 10:16
  6. 6. Trescatorce dice:

    Gracias a todos por vuestras palabras, sois muy generosos.
    He de confesar primero, que no se me ocurría nada con lo del sobre vacío, barajé varias ideas hasta que me cautivó este personaje gris y aburrido, con ganas de darse color. Pero la primera escena que me vino a la mente fue una niña jugando en el portal de su casa y echando cartas a los buzones. Vacías, claro. Pero luego no supe cómo introducirlo, y menos con la limitación de palabras. Eran dos escenas completamente distintas, aunque la acción de una determinaba la otra, pero ya digo que me ofusqué y al final lo dejé así.
    Soy consciente de que el final quedó algo colgado… Aún así seguís siendo muy amables con vuestras palabras.
    Ah, y Marazul, lo había entendido, gracias por la aclaración, me alegro mucho que te gustara.

    Escrito el 12 noviembre 2015 a las 15:47

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