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El último adiós - por Andrea

La siguiente carta que recibiría de Marta seria la ultima y por supuesto la más importante. La pequeña se mudaría al campo con su familia y desde allí ya no podría mandarle otra carta a su amigo por las condiciones del lugar.
Por esta razón el pequeño Luis ajustó su reloj para levantarse de madrugada y recibir la carta de Marta a pocos minutos de ser recibida en su casa. Así que después de programar su alarma bajo a la cena familiar, llegando último a la mesa como en todas las noches.
Se sentó en su puesto y enseguida su estomago rugió ferozmente por el exquisito aroma a salchichas asadas.
Su mama apagó la estufa y se sentó al otro extremo de la mesa junto a Carlos, su hermano.
Laura tenía un aterrador semblante con ojos llenos de ira.
Luis tragó saliva atemorizado sin embargo estaba seguro de que no había hecho nada malo por lo que no debía de temerle a su enfurecida madre.
-¡Me puedes explicar que es esto Carlos! – grito con ferocidad y del bolsillo de su bata saco una prenda rosada y lo tiro sobre la mesa- ¡un sostén de mujer! – bufo- es lo último que me faltaba encontrar en tu cuarto majadero. ¡¿Cuándo vino la chica a la casa!?.
-¡nunca mama! – gruño- fue Michel, me quería jugar una mala broma y puso eso en mi mochila sin que me diera cuenta.
-¡otra vez con tus mentiras…!
-Créeme mama-suspiro mientras se acomodaba su perfecto cabello de adolescente- nunca he traído a una chica a la casa, te lo juro.
Su mama lanzó una fría mirada y enseguida se giró hacia Luis, quien contemplaba el espectáculo callado como una tumba.
-¿Es verdad lo que tu hermano dice? – pregunto Laura
Luis muy nervioso miró hacia los lados pensando en lo que sería mejor, delatar a su hermano o mentir.
-¡Dime la verdad Luis! – enfureció- o te castigaré a ti también.
Entonces Luis bajo la mirada y trago saliva, listo para confesar.
-Es verdad- dijo -Michel vino aquí la otra noche mientras mama se encontraba en su trabajo.
Laura gruñó, sus ojos se inflaron como pelotas lanzando una mirada fiera y llena de ira hacia Carlos.
-¡Es suficiente!- grito -¡te irás a tu cuarto sin cenar!
-Pero mama…
-¡Ahora!, luego hablaremos de esto en tu cuarto.
Carlos se levantó de la silla mirando a Luis lleno de odio para luego marcharse a zancadas hacia su cuarto.

Su cálido sueño se nubló de repente ensombrecido por la alarma titilándole en su oído. Se frotó los ojos y bostezo. Entonces espabilo y salió de su cama al vuelo corriendo al patio de su casa aun con la pijama puesta. Nada le haría más feliz que tener la última carta de Marta entre sus manos.
Saco el sobre del buzón y lo abrió. Sus ojos se desorbitaron por un momento y le dio un terrible vuelco al corazón.
El sobre estaba vacío.
Sus mejillas se tornaron rojas de la ira, como un tomate a punto de explotar. Entro a la casa hecho una furia y lanzo patadas a la puerta de Carlos.
-¡Dónde está! – grito en el segundo que Carlos abría la puerta.
-Eso te pasa por delatarme pequeño – su hermano sonrió con malicia- está en la chimenea.
Las lágrimas brotaron de sus ojos llenos de ira mientras corría hacia la sala.
Y así fue como encontró a la carta en su estado más lamentable, arrugada y llena de huecos por estar expuesta al fuego.
Y su contenido era nada entendible excepto por cuatro palabras que se habían salvado del fuego abrasador. Las primeras palabras que Marta había escrito y las últimas que Luis pudo leer de ella.
“Adiós, mi querido amigo… ”.

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2 comentarios

  1. 1. Cryssta dice:

    Hola Andrea, yo fui una de las personas anónimas que hizo comentarios a tu texto. La que te dijo que “Michel” era masculino y “Michelle” femenino.

    Espero que mis palabras te sirviera de ayuda y que participes en el próximo taller para poder leer tu relato.

    Un abrazo.

    Escrito el 3 noviembre 2015 a las 13:24
  2. 2. grace05 dice:

    Hola Andrea:
    Me gustó mucho tu relato. Sencillo y bien llevado. Con vocabulario ágil que permite la fluidez de la lectura. Salvo en el segundo párrafo “… recibir la carta de Marta a pocos minutos de ser recibida en su casa…” , la palabra recibir permite una pequeña confusión que obliga a releer, lo hubiera cambiado por “… recibir la carta de Marta no bien llegara a su casa…”
    En cuanto al contenido es una historia sencilla de hermanos adolescentes, sencilla y clara.
    ¡Te felicito!!!
    Te invito a comentar 194

    Escrito el 7 noviembre 2015 a las 00:00

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