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El lápiz mágico - por Luis Fernández

El lápiz mágico. Y bajo este enunciado, el dibujo de una mano empuñando cuatro lápices de colores, con la frase tatuada en la muñeca… “nunca deis vuestro trazo a torcer”. Fue el único día que vi sonreír al bueno de Gervasio, mi profesor de literatura, y lo hacía tras observar las caras de incredulidad que teníamos todos los allí presentes al ver tan llamativo dibujo adornando la pizarra. Le encantaba sorprendernos con esa clase de juegos de activación mental donde teníamos que estrujar las neuronas en pos de una buena calificación académica.
Cuanto echo de menos aquellos tiempos tan lucidos, donde las preocupaciones se ceñían a problemas de capital importancia tales como… si encontrabas la palabra exacta para un texto o si la coma se situaba en el lugar correcto. Entiéndanme la ironía.

Rememorando aquella escena me encontraba en este momento, pero aquella ajetreada clase ahora era mi funesta habitación y ante mí una hoja en blanco… impoluta esperando a que la destrozara con toda la rabia que amontonaba y así poder expulsar de una vez de mis entrañas la indignación agarrada como sanguijuela, chupándome la sangre día tras día. Mi mano sostenía titubeante el lápiz, el trazo comenzó débil pero se fue mal entonando según bajaba renglones, la ira corría por los dedos estrujando el carboncillo… ahogándolo por mí cólera… cólera que se vuelve rencor con cada palabra que sale de mi puño enrabietado por no poder decírtelo a la cara, escupirte todo lo que aquí te muestro. Y aunque sé que esto nunca lo leerás a mi me sirve.

Carta a Paola

Los chasquidos que escuchas son mis manos chocar entre sí, una y otra vez, formando un sonoro aplauso. Te doy la enhorabuena, tu estrategia ha funcionado. Hasta el último instante me has tenido engañado, completamente ciego por tus palabras, con tus momentos engalanados de guirnaldas de embustes, por tu humo… humo que lo cubría todo y que ante mis ojos las mentiras se transformaban en verdades. No entiendo lo que te ha motivado hacerlo, dejarme a mí lo comprendo si crees que no estado al nivel exigido ¿pero qué pasa con Oliver? ¿El tampoco ha estado al nivel? ¿Qué te ha hecho él? ¿Qué clase de madre eres? Espero que solo recuerdes sus llantos de abandono, ojala lleves ese incomodo sonido incrustado en tus tímpanos el resto de tus días, que allí donde quieras que estés lleves tanta paz como odio dejas aquí y que el incomodo eco del reproche se aloje en ti el resto de tu vida.

Y si, fue tu sonrisa, esa arrebatadora sonrisa la que me enamoro por completo ese día en aquella cala, esa que por mucho que me dijera a mi mismo detenla, no podía. Te has ido, y las ganas de haberte dicho tantas cosas se convierten en palabras ausentes, atragantadas, imposibles de escupir… te has ido dejando de luchar,o puede que habiendo luchado demasiado… te has ido y decidiste dejar lo peor de ti, dejando un corazón lleno de escombros, y aunque me da mucha tirria nunca vas a dejar de estar… aunque te guarde rencor, prometo estarte agradecido.

Lo que me jode, lo que realmente duele, es que todo esto que te escribo, esta repulsa que te tengo no es verdadera. Me aborda la extraña sensación de verte mañana y contarte lo que te has perdido… sin embargo se que no volverás, por dentro deseo que lo hagas, que llegues y digas que todo ha sido un error, que te arrepientes, que me chilles si lo prefieres, que ya no me quieres ver más, que me digas que me odias, que no soportas mi existencia… dime lo que quieras, pero dímelo. Necesito escuchar tus explicaciones para poder pasar página y no seguir anclado en estos recuerdos que tan solo hacen que castigarme el alma. Pero soy realista… sé que no lo harás. Por eso acabo esta carta con dos palabras que nunca hubiera querido escribir… SE ACABO

Las rotulé en mayúscula, bien visibles y grandes, en amarillo fosforito… como si inconscientemente tuviera la necesidad de darme cuenta de una vez que todo había acabado, que ya no existía marcha atrás y que para seguir adelante tenía que sacar todo el peso de culpa que cargaba. Dios sabe que no quise que ocurriera, pero no me diste opción.
Mañana es 1 de Noviembre y como todos estos pasados años decorare su lapida con flores y pediré perdón de nuevo.

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2 comentarios

  1. 1. Dan D'Ors dice:

    Hola Luis,
    aprovecho que soy el primero para irte marcando algunos errores que he localizado en tu texto. Palabras que faltan, tildes que no están y alguna mayúscula que he echado de menos junto con unas exclamaciones que yo añadiría: “Nunca deis…” “¡Cuánto echo de menos…” “motivado a dejarlo” “no he estado” “Él tampoco” “Ojalá” “incómodo” “enamoró” “sé” “ACABÓ” “mayúsculas”
    Además hay un par de expresiones que no he entendido bien del todo: “decoraré ¿su? lápida” (¿La de quién? Porque si es la de Paola no entiendo qué ha pasado y si no es la suya no sé de quién puede ser…¿de Óscar? ¿Por qué?)
    “tanta paz como odio…” (Por cómo lo relatas parece que ha dejado mucho odio y resulta raro entonces que le desees que tenga mucha paz xD)
    “¿Carta? a Paola” (Me resulta extraño que si el protagonista escribe una Carta a Paola la titule así… Como mucho supongo que pondría un “A Paola,” pero lo de “Carta a” no sé si termina de convencerme, lo siento.
    Una vez hechas las aclaraciones y comentarios, el relato apunta maneras pero me he quedado con la sensación, después de leerlo un par de veces, de no entender qué ha pasado exactamente para que haya tanto rencor. ¿Se fue Paola o se murió? ¿Si se fue entonces quién ha muerto y por qué? ¿Por qué se fue?…Noto que le falta algo que conecte todo. Estaré pendiente a tu respuesta para ver si desentraño el misterio con tu ayuda =)
    Mucho ánimo y a seguir trabajando para dejar los próximos redondos.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 07:28
  2. 2. Luis Fernàndez dice:

    Hola, Dan D’Ors.
    Gracias por tus correcciones, siempre se agradece que te corrijan los errores desde un punto de vista constructivo. Estoy de acuerdo en todas ellas. Dicho esto, a ver si puedo aclararte lo que no entiendes del texto.
    Lo que quería contar es el arrepentimiento de un maltratador después de acabar con la vida de su pareja. A lo mejor no ha quedado del todo claro por las preguntas que me haces. También es verdad que he intentado dejar cabos sueltos para darle el giro al final del texto (no sé si acertadamente). Quería plasmar como el protagonista se arrepiente de sesgar la vida de su pareja, llevado por el rencor y su especie de delirio. El ir todos los 1 de noviembre a limpiar y arreglar la tumba de Paola es su manera de pedirle perdón. Espero que te sirva la respuesta para desvelar el misterio.
    PD: Ahora me paso a echar una ojeada a tu texto.
    Un saludo.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 10:01

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