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El lápiz mágico - por Miki

Web: https://mikitrobbinson.wordpress.com/

El lápiz mágico- por Miki T. Robbinson

Mientras el escritor movía sus dedos sobre el teclado para transformar la blanca pantalla en una historia apasionante que muy pronto se convertiría en su mejor novela, en una esquina del escritorio, el lápiz esperaba, quería sentirse útil, pero cada vez se desanimaba más, ese frío teclado lo había desplazado, de su corazón de grafito ya no brotaba la magia de sus antepasados, cuyos trazos habían sido los primeros en describir y descubrir mundos imaginarios o personajes increíbles viviendo miles de aventuras.
Con una expresión triste, el lápiz cerró sus ojos y suspiró, pensando que nunca sería un lápiz mágico, su existencia ahora había sido relegada a una esquina olvidada y oscura. Fue en ese momento cuando su primo, el bolígrafo, quien se encontraba a su lado, le preguntó:
— ¿Qué te ocurre lápiz? ¿Por qué estás tan triste?
— ¿Y todavía lo preguntas? Tú deberías sentirte tan triste como yo.
— ¿Por qué habría de estarlo?
—Ambos tenemos corazones distintos, el tuyo es de tinta, el mío de grafito, pero aun así, tú sabes tan bien como yo que nuestro mayor sueño es ser tomados en las manos de un artista, de un escritor, de un pintor o de cualquier persona que a través de nuestros trazos logre transformar un papel en blanco en algo que antes no existía, participar en la magia de la creación, ser testigos de esa frase impactante o hermosa que todo lo cambia, si no logramos eso, no seremos mágicos como lo fueron nuestros antepasados, pero ahora no podemos, esas máquinas infernales nos relegaron al olvido, es más, mira el papel allá —dijo el lápiz señalando con su punta la esquina opuesta del escritorio—, ¿te das cuenta? El papel se ve tan triste y aburrido como yo.
El bolígrafo, más sabio que el lápiz porque había salido mucho antes de la caja y había tenido la oportunidad de vivir otras aventuras, le dijo en tono amable:
—Mi querido primo, creo que estás equivocado, esas “máquinas infernales”, como tú las llamas, no nos han sustituido, todo lo contrario, su existencia ahora nos permite vivir más tiempo y que seamos nosotros, la mayoría de las veces, quienes creamos la magia de la que hablas, pero no, la tecnología no nos han quitado el derecho de ser mágicos como siempre lo hemos sido.
— ¡Primo! ¿Acaso se te partió la punta y perdiste la cabeza? Llevamos días y días aquí, olvidados en un rincón sin que nadie note nuestra presencia.
Con una sonrisa en sus labios por el juego de palabras que había usado su primo, el bolígrafo respondió:
—Aun estas muy joven para entenderlo, pero ten paciencia, ya lo verás, muy pronto sabrás que tengo razón.
Bostezando, el joven lápiz dijo:
—Sinceramente, creo que perdiste la cabeza.
Pasaron algunos días, todos iguales al anterior para el lápiz, el bolígrafo y el papel, pero esa noche algo increíble sucedió: El lápiz, aburrido y triste como siempre, estaba a punto de quedarse dormido, el escritor había apagado el ordenador y las luces de su habitación, se acostó sobre su cama, dispuesto a dormir, pero de pronto, sin aviso alguno, como suele llegar siempre, la inspiración se deslizó con el viento y entró por la ventana levantando sutilmente la fina tela de las cortinas, el escritor, abrió los ojos de golpe, encendió la luz, tomó el lápiz de su escritorio y anotó sobre un pedazo de papel muy rápido, casi en garabatos que sólo él entendía, la brillante idea que había tenido para su novela, palabras que por más que lo intentó frente a la pantalla del ordenador y con los dedos inmóviles sobre el teclado, no habían llegado a su mente.
Mientras el lápiz leía los trazos que con su corazón de grafito producía el escritor sobre el papel, entendió las palabras de su primo y sonrió. Esa noche, fue la primera de muchas otras, que el lápiz cumpliría su sueño, que sería participe de esos breves momentos en que la verdadera magia se hace presente, cuando la inspiración llega y el escritor toma rápidamente un lápiz y un pedazo de papel para escribir unos cuantos garabatos, que se convertirán, más adelante, en las palabras más hermosas, geniales e impactantes de su creación, de su obra.

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3 comentarios

  1. 1. Ian pellicer dice:

    Me encanto tu relato amigo, pues me puse a pensar en ello y es muy cierto. Para escribir puede pasar uno horas tras el monitor, pero cuando surgen las mejoras ideas, un lápiz es quien te ayuda a escribirlas. Muy bonito relato.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 17:17
  2. 2. Marcelo Kisi dice:

    Miki hola!
    Mil gracias por pasarte por mi relato, me alegro que te hayas divertido.
    Tu relato me gustó, es un relato tierno que reivindica la magia que hay en la creación en la que la tecnología se hace a un costado, y deja paso al cuerpo, la mano que toma un lápiz que no es digital y plasma ideas en el contacto con objetos que de pronto cobran vida.
    Muy bien!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 21:26
  3. 3. Isabel dice:

    Hola Miki, primero darte las,gracias por comentar mi relato. Me has dado una alegría al saber que te ha emocionado.
    Tu relato me ha gustado mucho. Es muy original, está muy bien redactado. Me gusta como dominas el uso de las comas. Puedes escribir un gran parrafo y no se hace pesado. Me ha gustado mucho la idea que has tenido para hacer que al final del relato el lapiz sepa porque es especial.
    Sigue escribiendo. Saludod.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 00:16

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