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EL LÁPIZ MÁGICO - por Sara Ley

̶ Sara, ¿qué es eso?
Ella, que se había puesto un vestido corto y se maquillaba frente al espejo de su cuarto, volvió la vista hacia su hermano pequeño.
̶¿Esto? ̶ agitó en el aire el pintalabios rojo que estaba a punto de utilizar ̶ . Es un lápiz mágico.

Su hermanito, aunque pequeño e inocente, no confiaba mucho en Sara. Su hermana mayor tendía a tomarle el pelo con frecuencia.
̶ Estás mintiéndome ̶ dijo, cruzándose de brazos.
̶ Que no, Ángel, te juro que es un lápiz mágico. Y te lo voy a demostrar-. Sara se agachó un poco, para quedar al nivel de su hermano-. Mírame bien. ¿Ves lo fea y diminuta que tengo la boca?
Ángel asintió, poco convencido. No creía que la boca de su hermana fuera fea o pequeña. Sin embargo, Sara a veces decía cosas que nadie entendía, y si se le llevaba la contraria, entonces se enfadaba y gritaba. Sus padres solían justificar sus berrinches diciendo que era cosa de la adolescencia; pero Ángel tampoco entendía qué era eso.
̶ Pues unos toquecitos de mi lápiz mágico la convertirán en otra cosa ̶ continuó Sara, mientras se enderezaba para mirarse de nuevo en el espejo. Se pasó el pintalabios por la boca con mucho cuidado.
Después, sonrió a su hermano, enseñando todos los dientes.
̶ ¡Tachán! Gracias a mi lápiz mágico, ahora tengo una boca deseable y femenina, ¿no te parece?
Ángel estudió a su hermana. Era cierto que el color rojo cereza hacía destacar sus labios, y además contrastaba con su pelo castaño y su piel blanca. Pero ni siquiera él, que aún creía en el Ratoncito Pérez, llamaría «magia» a ese efecto.
̶ Es mentira ̶ sentenció. Ya se había aburrido de las tonterías de su hermana, y decidió irse a jugar a su propia habitación.
̶ Es magia, enano. Gracias al poder sensual del rojo, esta noche Juan querrá darme un beso ̶ le escuchó decir, justo cuando salía al pasillo.

*************************************

Ángel abrió los ojos de madrugada. Su habitación estaba pegada a la de Sara, y ella hacía mucho ruido cuando llegaba a casa. Por eso, Ángel estaba acostumbrado a despertar de golpe todos los sábados.

Pero esta vez, el ruido era desconocido. No se oían taconeos, ni el estrépito de cosas cayendo al suelo. Ángel aguzó el oído en la oscuridad, tratando de identificar ese sonido ahogado.
̶ ¡Está llorando! ̶ exclamó, incorporándose.
Sara podía ser una hermana mayor muy fastidiosa, pero también tenía sus cosas buenas. Le ataba los zapatos y le ayudaba con los deberes. Y por eso, Ángel saltó de la cama y corrió a la habitación contigua.

Su hermana estaba sentada en la cama, llorando. Las lágrimas habían destrozado el maquillaje de sus ojos, manchándole la cara de negro. El bajo del vestido tenía un roto, como si alguien hubiera tirado muy fuerte de él.
̶ ¿Por qué lloras? ̶ preguntó Ángel, desconcertado por el aspecto de su hermana. Parecía una Barbie que hubiera pasado mucho tiempo en el fondo del baúl de los juguetes.
̶ No vas a entenderlo, eres muy pequeño ̶ le dijo Sara, retorciendo un pañuelo de papel.
̶ No soy muy pequeño.
̶ ¿Recuerdas que mi pintalabios es un lápiz mágico? ̶ dijo ella de pronto. Ángel asintió, frunciendo el cejo ̶ . Pues la culpa de que esté así la tiene el pintalabios. Lo que yo no sabía es que su magia era mala.
La chica suspiró. Se frotó el pañuelo contra la boca, intentando eliminar los restos del color. Luego siguió hablando, más para sí misma que para su hermano.
̶ Juan me dijo que yo lo estaba buscando, que no me hiciera la estrecha. Que sólo las furcias llevamos los labios pintados de rojo.
Ángel hizo un esfuerzo por comprender lo que su hermana contaba.
̶ ¿Quieres decir que el lápiz mágico hizo que Juan se portara mal contigo?
Sara no miró a su hermano. Seguía con la vista fija en el pañuelo manchado.
̶ Eso es mentira. Ningún lápiz puede hacer que alguien te pegue. Si se portó mal contigo, la culpa es sólo suya. Ese lápiz no es mágico ni tiene nada que ver.

Sara por fin reaccionó. Dejó de mirar el pañuelo y se levantó de la cama para abrazar a su hermanito.
̶ Eres un niño muy listo… era yo la que no había entendido nada.

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10 comentarios

  1. 1. Sara Ley dice:

    Me paso a dar las gracias a mis tres comentaristas. Creo que he tenido mucha suerte, porque han sido muy específicos y me sirven de mucho sus críticas… especialmente porque coinciden en lo mismo, en que como narradora omnisciente soy un desastre xDD
    Respecto a los guiones, ha sido porque al pegarlo en la plantilla se me desconfiguró.

    Pues eso, que muchas gracias y que ME HA ENCANTADO esta experiencia. Y bueno, también informo de que “devuelvo” críticas a quien me las haga a mí 😛

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 17:54
  2. 2. Aldo Brov dice:

    Hola Sara, yo fui uno de tus comentaristas… si mal no recuerdo cuando me toco valorar los otros comentarios detecte que el mio seria el mas extenso de todos, no recuerdo que te dije, pero espero que los comentarios que hice te ayuden a mejorar.

    Te invito a sumarte a mi comunidad de aprendizaje colaborativo http://www.escrites.com una comunidad pensada para ayudarnos mutuamente.

    Saludos!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 17:59
  3. 3. Denise dice:

    Bueno, no creo que pueda decir mucho más que lo que seguramente te dijeron tus comentaristas. Me gustó muchísimo el relato; el final es muy lindo 🙂

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 20:17
  4. 4. Pikadili dice:

    Me ha gustado bastante la bonita lección del niño. Un relato muy sencillo y eficaz. Se lee de forma agil, pero como tu has dicho en los comentarios hay algunas cosillas que me rompen un poco el ritmo en la narración (repites mucho los nombres de los personajes y determinadas palabras, etc.). De todas formas no son grandes fallos, nos pasa a todos.
    Respecto a los dialogos, se nota que ha sido desintencionado.
    En definitiva, un buen relato con un bonito mensaje, felicidades!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 20:42
  5. 5. Robert w. Peterson dice:

    ¡Hola Sara!

    Tras leerlo he de felicitarte por el buen trabajo realizado. En primer lugar por tu tono propio; no he podido evitar ojear tu blog y me parece que este relato es otra muestra de tu forma amena y directa de narrar, con una fuerte carga de personalidad; cuando escribes eres tú, y no necesitas ponerte el traje de escritor.

    Te sorprendería la cantidad de gente a la que se le ha ocurrió convertir el lápiz en una barra de labios… el recurso no es tan original (mecachiendié); pero en tu relato cobra una nueva dimensión: lo importante no es el pintalabios, es todo el trasfondo y el mensaje que lo envuelve. Me ha gustado la naturalidad del niño y la feminidad de tu alter ego.

    Es un ejemplo claro de que no es necesario usar grandes recursos de estilo, ni un despliegue de técnica para conseguir un relato fresco, contemporáneo y resultón.

    Cosas negativas, quizá los incisos del narrador un tanto simplistas y la forma de abordar ciertos puntos quizápida más; aunque esto es muy personal, a mi me gustan las narraciones más densas, con más matices.

    Y el efecto especial que te has marcado… ¿qué es esa cortinilla de estrellas? Si crees que no está claro y necesitas de algo así para marcar la elipsis temporal, es que algo no está funcionando. Prueba a introducir el párrafo con una partícula temporal más evidente, si lo ves confuso.

    Me uno a la invitación de Aldo.

    Nos leemos por Escrites.

    ¡¡Saludos!!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 21:58
  6. 6. Sara Ley dice:

    Me ha hecho mucha gracia lo de la cortinilla de estrellas. Sé que es un recurso desfasado y cutre, pero con las ganas de participar en el taller, mandé el relato casi sin revisarlo y lo dejé así, jejej

    Muchas gracias a todos los que me comentaron. Aldo, tu comentario fue el que más me sirvió porque era el más largo, así que doble de gracias. Me pasaré por vuestros relatos también.

    Pd. Voy a mirar lo de Escrites.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 12:39
  7. Me parece que ese niño es muy sabio y eso le da un toque especial al relato, que de por si me parece buenisimo. Escuchemos tambien a los niños, cuyas mentes carecen de malicia y siempre dicen la verdad, aunque a veces esta sea un poco cruda.
    Me gusto mucho.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 16:20
  8. 8. Manoli VF dice:

    A mí también me ha gustado tu relato, Sara. Respecto al estilo, comparto lo que ya te ha comentado Peterson, me hubiera gustado encontrar unos matices un poco más definidos, no obstante te ha quedado una historia sencilla pero muy completa, con la idea central bien llevada, y la relación entre hermanos tan realista que podían ser los de cualquier casa. O sea que muy bien.

    Te animo a leer el mío (80) y decirme qué te parece. Un saludo.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 20:14
  9. 9. Christian Joseph White dice:

    Relato ágil y fluido. Con buen ritmo. Tu narrativa tiene frescura, y contar es tipo de historias, parece no costarte. Ya te han señalado las erratas, de todos modos, no le quitan peso al relato. Sigue así, nos leemos en el próximo. ¡Felicitaciones! Saludos, Sara 😉

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 06:21
  10. 10. Isolina R dice:

    Hola, Sara:
    El contenido del texto es bastante bueno. Me gusta. Que un niño (varón) comprenda que si Juan se ha portado mal con Sara ha sido porque es un mal muchacho y no porque ella se pintara los labios pone un puntito de esperanza en algo tan machista como que a la mujer se la considere furcia por pintarse, aunque el crío aún no sepa lo que quiere decir “furcia”. Que se haya dado cuenta el pequeño antes que la mayor no solo no incomoda demasiado a la mujer que lea el texto sino que puede aliviarla, porque parece que si no en esta al menos en las próximas generaciones habrá más igualdad. Ojalá todos los niños de este momento fueran como el protagonista de tu relato, capaces de corregir la visión errónea de la hermana mayor.
    Creo que el texto necesita y merece una revisión para mejorar algunos aspectos. El más llamativo es la repetición de “Sara” (10), “Ángel” (10), “hermana” (9) y “hermano” o “hermanito” (6). Si dejaras cada una de esas palabras en cuatro o cinco veces, mejoraría considerablemente.
    También deberías revisar las rayas del diálogo.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 21:36

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