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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por Catalina

Hace un tiempo conocí a una hermosa mujer, poco a poco nos fuimos amigando. No mucho después me enamoré perdidamente de ella. Un día me arme de valor y le dije todo lo que sentía, le pedí que sea mi novia. Nunca imaginé que sería correspondido. Al poco tiempo de comenzar a salir me comento que le gustaba escribir, me enseñó un poema que había sido inspirado en mí. Lo admito, jamás leí tanta miel en tan pocas palabras, era demasiado dulce, me encantó.

Se avergonzaba de que yo alabara sus escritos, pero era más que buena en eso. Poemas, novelas románticas, de acción, fantasía, todo con ese hermoso y delicado toque femenino tan propio de ella. Cada día lograba enamorarme más.
Yo, por supuesto, nunca me dejé estar. Las veces en las que por escribir pasaba la noche en vela le hacía compañía, sin molestarla por supuesto. También le cocinaba sus comidas favoritas cada vez que podía. El amor se disfruta más cuando ambas personas están en el mismo lugar dentro de la relación, y afortunadamente, ese era nuestro caso.

Cada vez escribía más y mejor, y yo estaba más que orgulloso de ella. Aun así todavía le daba cierta vergüenza el mostrarme sus historias. Era curioso, no tenía problema en enseñárselos a cientos o incluso miles de desconocidos, pero cuando se trataba de mí hacia lo posible para evitar enseñármelos excusándose en que le daba pena que yo los leyera. Al principio, me resultaba bastante molesta su actitud, igualmente trate de no darle vueltas al asunto y respetar su postura.

Uno de tantos días, llego con una historia nueva. Comentó que hace tiempo venía trabajando en ello y por fin lo había terminado. “El Lápiz Mágico” se llamaba, era una novela romántica, interesante de leer. Efectivamente, trataba de una feliz pareja, ella escritora, él trabajador. La historia se desarrollaba desde el punto de vista de la mujer, relataba su arte, su amor, sus pasiones, y las incontables infidelidades a su pareja. Obviamente, no me dio gracia que una historia de ese estilo este inspirada en mí, por así decirlo. Lo tomé como algo personal y, lo que es peor, como algo real. La mujer de la historia estaba con cuantas personas quería, tenía todos los hombres que deseara; pero aun así jamás dejo de lado al elemento fundamental para escribir, su preciado lápiz, para mí esto carecía de sentido alguno, nada tenía que ver una cosa y otra. Cada capítulo narraba una aventura distinta y terminaba con la frase “pero jamás le haría eso a mí lápiz mágico”. Jamás entendí como un lápiz podía ser mágico, ella tampoco intento ayudar con eso. De todas formas, en ningún momento le pedí explicación alguna, simplemente enloquecí. No escuché razones, me alejé, me sentía un idiota, me sentía usado. Finalmente, y a causa de mi locura, la relación se terminó, no se pudo hacer nada al respecto.

Ya han pasado varios meses de aquello, cuatro para ser exactos. Ayer vi un artículo sobre una joven escritora y su libro que es furor en las tiendas. Me tome el trabajo de leer la entrevista que le habían hecho. Si, era ella. Creo que nunca llegue a odiarme tanto como en ese momento. En una de las preguntas, la reportera le pidió que le contara en que se inspiró para relacionar algo como un lápiz con sus múltiples infidelidades, ella contesto:

“en ese momento estaba en pareja, amaba a mi novio tanto como a mi trabajo, incluso más. Una noche él estaba haciéndome compañía mientras yo escribía. Se hacía tarde y el pobre estaba tan cansado que se quedó dormido. Deje de escribir y lo observe por un rato. No podía dejar de pensar en cuanto amaba al hombre enfrente de mí y en el sinfín de obras que él había inspirado. Siempre que pensaba en él era como si el lápiz cobrara vida y escribiera palabras por sí mismo. Hubo varias veces en las que no encontré mi lápiz favorito para escribir y me veía obligada a usar lapiceras u otros lápices. ¡Se sentía como si le fuera infiel a mi querido lápiz! De alguna forma termine haciendo una novela en la que mezclaba esa sensación de infidelidad con la figura de, en ese momento, mi novio”.

Al leer esto me sentí el hombre más miserable del mundo. Inmediatamente me arrepentí de mi conducta tan infantil, pero sé que ya es tarde. Ahora lo entiendo, yo era su lápiz mágico, lo era.

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3 comentarios

  1. 1. ortzaize dice:

    que bonita y triste historia
    ser un lapiz magico de carne y hueso
    me ha gustado
    un final triste.
    habra que insistir y recuperar el lapiz.
    saludos

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 12:48
  2. 2. Janna30 dice:

    Hola Catalina:

    Linda historia! Creo que muchas personas cometen el error de perder el amor por niñerias e inmadurez. Muy realista de verdad.

    Tomando en cuenta que tu relato está narrado en primera persona, me ha gustado que usaras un lenguaje muy natural, ya que el personaje esta colocando todos sus sentimientos sobre la mesa.

    Felicidades!

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 22:19
  3. 3. Carolnefer dice:

    Hola Catalina,

    Una historia bonita con un final triste. Muchas veces por una estupidez perdemos a nuestro gran amor. Has contado una gran verdad.
    Enhorabuena

    Escrito el 9 diciembre 2015 a las 18:56

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