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EL LÁPIZ MÁGICO - por Almudena VM

La noche había sido agitada. Había tenido de nuevo sueños extraños, en los cuales surgían grandes aves que volaban a mi alrededor y oscuras bestias junto al mar. Me parecieron premonitorios, como en otras ocasiones.
No había descansado nada. Pero era necesario que me pusiera en marcha. Tras recibir aquella noticia a primera hora de la mañana, y tras aquel sueño, me resultaba imposible ignorarlo.

Doña Carmen fue quien tomó la iniciativa de ponerse en contacto primero conmigo, antes de hacerlo con la policía. Se trataba de la desaparición de su nieta, y no podía esperar.

En aquella conversación telefónica la anciana, dueña de la finca, me adelantó un poco lo sucedido: la pequeña Ana no estaba en su cama cuando su madre fue a despertarla como siempre, a las siete para ir al colegio.
La habían buscado por todas partes. En todas las habitaciones, en el interior de todos los armarios y alacenas, en la bodega, y en el jardín que rodeaba la casa. E incluso en el establo que estaba un poco apartado, y en el cual la niña se había escondido con juegos, tantas veces.

Tras una hora en el coche, había llegado a mi destino. Ya en un carril rodeado de pinos, fue cuando disminuí la velocidad para prestar atención a los carteles que aparecían ante mi, indicando el camino hacia la finca. Y entonces junto a una puerta de hierro desgastada ,doña Carmen me dio la bienvenida.

-Gracias por venir, Blanca. Pensé en ti inmediatamente. Hace tantos años que te conozco, que eso nos inspira confianza. Y digamos que, tu experiencia en ciertos temas, cierta tranquilidad. Estamos desesperados.

-Me ha dicho por teléfono entre otras cosas, que no notaron anoche nada extraño en los alrededores y que a la niña la dejaron como siempre dormida en su cama.

-Sí. Cada noche seguimos la misma rutina con respecto a Ana.
No hemos querido llamar a la policía porque conocemos como es el procedimiento y que las primeras horas para ti, son fundamentales.

-Así es, ¿Puedo ver la habitación de la niña?

-Claro, yo misma te acompaño. Decidió la abuela. El resto de la familia vino tras nosotras.

Entramos en la vivienda, y subimos una escalera de mármol hasta la primera planta, en la cual se encontraban las habitaciones. Numerosos cuadros, supuse que originales, vestían las amplias paredes del pasillo.

-Su puerta es la tercera a la derecha. Me indicó el padre de la pequeña.

Entré despacio, y con los ojos bien abiertos para que no se me escapara ningún detalle. Observé los estantes, las fotografías que en ellos reposaban, su cama deshecha, comprobé el armario, levanté la tapa de un arcón en el cual descansaban sus juguetes, y me acerqué a un escritorio rosa situado bajo la ventana. Miré la grandiosidad de aquel lugar a través de ella.
Examiné los cajones de la mesa y descubrí en el interior del segundo, un pequeño lápiz dorado con un cascabel colgando de uno de sus extremos, y un papel bajo el cual, había dibujada una escena un tanto difusa. Lo extraje del cajón junto con el lápiz, éste lo dejé sobre la mesa, e intenté descifrar aquel dibujo.
Parecía un grupo de niñas cogidas de la mano, y en un segundo plano, un océano del cual surgía un arco iris, y tal vez eran dragones esos que volaban y giraban a su alrededor, y bajo ellas, unos diminutos pececillos plateados. Sentí un escalofrío.

Cogí de nuevo el lápiz, y por un instante creí escuchar el sonido del cascabel pero que esta vez provenía de aquel baúl nada ostentoso, ese que había inspeccionado con anterioridad. Cuando extraje todos los muñecos de su interior, el sonido había desaparecido.

-Mi niña decía que ese era su lápiz mágico. Comentó la madre con lágrimas en los ojos.

De nuevo lo percibí, pero ahora parecía que procedía de mi mano cerrada y vacía, esa en la cual había sujetado hacía unos instantes el pequeño lápiz. Y mi mente me trasladó a un lugar distinto de aquel en el que me encontraba, y viajé a otro mundo, éste de arenas blancas, rodeada de dibujos y garabatos. Quizás fui a través de aquel lápiz…
Entonces vi a una niña bajo un arco iris, rodeada de diminutos peces que le acariciaban los pies, y había otras niñas, y toros bravos majestuosos, que protegían tumbados bajo el sol, una playa blanca con dunas y gaviotas.
La niña estaba viva pero aún no sabía si en este mundo…

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5 comentarios

  1. 1. Sara Ley dice:

    Voy a hacer eso que han sugerido de comentar los 10 relatos siguientes al mío, así que “te ha tocado”.

    En la frase: “Doña Carmen fue quien tomó la iniciativa de ponerse en contacto primero conmigo” sobra la palabra “Primero”. Al decir que doña Carmen tomó la iniciativa, ya se entiende que fue ella la primera.

    En la frase: “La habían buscado por todas partes. En todas las habitaciones, en el interior de todos los armarios y alacenas, en la bodega, y en el jardín que rodeaba la casa” se repite demasiado lo de “todas”. Al decir que la buscaron por todas partes, no hace falta que se repita que fue en todas las habitaciones y en todos los armarios.

    A los diálogos les falta la raya de diálogo.

    Me gusta que se intuya que la protagonista es una médium o algo del estilo, pero que nunca se diga directamente. Pero, al haber tenido una pesadilla premonitoria al principio del relato, me había esperado un final más espantoso.
    Aun así, me gusta el final abierto, que no se sabe muy bien qué ocurrió con la niña. ¿Desapareció en el baúl, y por eso se oye el cascabel ahí dentro?

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 19:04
  2. No he seguido la regla de mi antecesor, simplemente estoy leyendo los relatos, uno a uno, y si me llega, si siento la necesidad de dejar un comentario, lo hago. Este es uno de esos relatos, sin entrar en tecnicismos, me gustó, el contenido con ese halo de misterio me encantó.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 22:33
  3. 3. Robert w. Peterson dice:

    Hola, Almudena ¿cómo va eso?

    Buen despegue, yo soy partidario de las frases cortas para el inicio de un relato. Lo que estoy notando es que la estructura de párrafos no acompaña a que yo me meta en la historia y está jugando en tu contra: creas imágenes mentales muy breves, prueba a escribir párrafos más extensos que giren sobre la misma idea, evita los puntos y aparte injustificados y resérvalos para ocasiones especiales en las que quieras aumentar la tensión; no des esos saltitos.

    La puntuación en general tampoco es una maravilla, intenta a estructurar mejor las frases, hacerlas más homogéneas. Esto le dará solidez y credibilidad a la voz del narrador.

    «ciertos temas, DA (?) cierta tranquilidad». Los diálogos los veo un tanto inverosímiles; todos los personajes hablan igual, no se deduce la personalidad ni tienen nada característico, se ven bastante planos, ya que no tenemos información sobre ninguno de ellos, así es difícil empatizar. Un fallo grave que veo, es que lo que dicen los personajes pretende solventar la carencia de incisos y la expresividad. Los personajes en sus diálogos lo están explicando todo, lo que hace que quede artificial. Voy a poner un ejemplo, para que acabe de quedar clarinete:

    «¿Como esta la niña? Estoy muy nervioso porque me acabo de licenciar», preguntó el doctor.

    «Pues verá señor doctor. La niña esta más bien regular; como usted no sabe pero ya se lo digo yo, le gusta jugar en el jardín trasero y allí su padre guarda los aperos oxidados; es probable que la niña se haya cortado con alguno de ellos, porque es muy traviesa. Yo la veo muy tiesa, será tétanos, pues como usté debería saber la rígidez espástica es un signo patognomónico de esa enfermedad; se lo digo porque le veo un poco verde y también estoy nerviosa porque soy su madre, claro está», dijo la madre.

    Es exagerado, pero así se entiende por donde van los tiros.

    El “supuse que originales”, esa reflexión tan fuera de plano que se marca el narrador nunca podría ir entre comas, mejor entre paréntesis o guiones.

    Bueno, me sumo a lo ya dicho por la compañera Sara Ley, con la que estoy bastante de acuerdo en las correcciones, e insisto: el final merecía algo más.

    El balance global es positivo, no me parece un mal relato, se te nota un poco verde a la hora de plasmar las ideas, pero es posible que lleves poco tiempo con esto de escribir, de modo que mucho ánimo y a seguir mejorando.

    Espero que te haya servido de ayuda. Para cualquier cosa, nos leemos en: http://www.escrites.com/

    Saludines.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 00:39
  4. 4. Almudena VM dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios. Aún me queda mucho por aprender y por ello me apunté a este Taller. Siempre tengo en cuenta los comentarios tantos “positivos” como “negativos”.
    Eso sí, el relato era mucho más largo y tuve que deshacerme de muchas palabras. El que te pongan un límite lo hacen más complicado.
    Gracias de nuevo! Y, a seguir trabajando.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 09:30
  5. 5. Dan D'Ors dice:

    Hola Almudena,
    me parece una propuesta original. Tengo que sumarme a las correcciones que ya te han hecho y decirte que con el tiempo se mejora. La parte de pasarte de largo y luego recortar acaba siendo una parte clave de este taller ya que saber qué cortar y qué no para que el relato quede tan claro como lo tenemos en la cabeza suele ser vital para el resultado.
    En resumen, planteamiento interesante, inicio ominoso que se convierte en un final mucho más alegre (supongo que buscabas ese contraste) y diálogos mejorables.
    ¡Mucho ánimo y nos leemos!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 11:03

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