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El Lápiz Mágico - por Daniel Drago

Web: http://cuadernosamarillos.blogspot.com

Otoño 2142
Bodo es todo un atavismo. Desde el nombre celta antiguo que eligió para sí hasta su extraña costumbre de usar lápiz de grafito sobre papel (si, aún en pleno siglo XXII existen extravagantes fabricantes de papel físico y de lápices de grafito) para tomar notas y dibujar en lugar de cualquier dispositivo bioelectrónico etéreo o tangible disponible. Por eso no es de extrañar que se ofrezca siempre de voluntario para las exploraciones no interventivas al pasado que organiza el CEHE (Centro de Estudios Históricos Europeos). Él procura camuflarse en el medio social que le toca reseñar, pero esta vez la tiene difícil: Debe ir a las llanuras cantábricas por el año -25.000 a estudiar posibles presencias residuales de Homo Neanderthalensis y su convivencia con el Homo Sapiens.

Otoño -27819
Crom-Eh tenía miedo. No era bueno vislumbrar un extraño en el territorio. El, con su aún poco desarrollada memoria de hombre prehistórico, asociaba esta presencia con el cruento enfrentamiento contra los que vinieron de la montaña, más robustos y fuertes, aunque más torpes. Los que sobrevivieron se fueron, pero antes mataron a varios de su horda y a dos de sus mujeres. El se quedó con una de las invasoras que se negó a huir. Le dio varios hijos. Leb-Mo, el mayor de éstos, solía acompañarlo a cazar y dibujaba figuras mágicas en el suelo o en las rocas para conjurar a los animales a acercarse. Luego Crom-Eh y los otros hombres del clan los perseguían y apedreaban o lanceaban, para que todos pudiesen comer.

El miedo de Crom-Eh y los hombres de su clan aumentó con los días. El extraño parecía un hechicero. Cuando los hombres intentaban acercarse, se hacía invisible. Una vez alguno lo tuvo a tiro de lanza, pero algo en su mente lo paralizó con una sensación de miedo incomprensible. Por el contrario, Leb-Mo encontraba fascinante al extraño y se le acercaba cada día más, hasta poder ver los extraños símbolos que este trazaba sobre una superficie que le pareció inusitadamente clara, como una nube o como la nieve invernal.

Un buen día Bodo terminó su estudio. A sabiendas de que Leb-Mo estaba tras él, se giró bruscamente y le miró a los ojos. ¡Cuántas cosas se transmitieron mudamente en ese cruce de miradas! Bodo se embargó con una lejana sensación de familiaridad, y Leb-Mo sintió como si en su mente se instaurase una semilla de creatividad, una forma desconocida y novedosa de ver y representar las cosas.

Simultáneamente
Al regresar, Bodo no se atrevió a confesar que había extraviado (quizás no tan involuntariamente) su lápiz en algún saliente rocoso del lugar que eligió para observar, eso violaba las normas del CEHE y ameritaba una severa sanción. Entregó un informe que invitaba a proseguir la investigación, pero tuvo la certera corazonada de que nunca volvería a las llanuras cantábricas en pleno Auriñaciense.

Leb-Mo encontró la pequeña vara mágica que usaba el extraño para trazar sus signos y dibujos. No servía mucho en la tierra, pero funcionaba perfectamente en las rocas de la cueva en la que se refugiaba el clan en los crudos inviernos. Siguió dibujando animales para que su anciana madre y todos los de su horda tuviesen que comer. Y al agotarse el lápiz mágico, tanto Leb-Mo como otros y otras jóvenes de su horda comenzaron a dibujar a los uros, ciervos y caballos utilizando los carbones de la leña con que se asaba la carne.

Verano 1879
¡Mira papá, bueyes! Exclamó María Faustina Sanz Rivarola, mostrándole a su padre, Marcelino Sanz de Sautuola, los extraordinarios dibujos en una galería lateral de la caverna conocida como la Cueva de Altamira.

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6 comentarios

  1. 1. Sandra Adrian dice:

    Hola! He leído tu texto y me parece una historia muy entretenida. He encontrado algunas faltas de ortografía en estas frases:

    “Si, aún en pleno siglo XXII…” El “si” lleva acento.
    “La tiene difícil: Debe ir a las llanuras…” Después de los dos puntos seguiríamos escribiendo con minúscula.
    Algunos “El” también están escritos sin acento.

    Estos tres puntos fáciles de mejorar.

    En cuanto a la forma del texto deberías distinguir los tiempos, es decir, Otoño 2142, en negrita o subrayado, así quedaría más visual.
    También hay dos frases que yo personalmente uniría:

    “Él se quedó con una de las invasoras que se negó a huir. Le dio varios hijos.”
    “Él se quedó con una de las invasoras que se negó a huir y tuvieron varios hijos.

    Como he indicado antes, la historia es entretenida, aunque he echado en falta descripciones del lugar.

    Te invito a leerme en el 198. ¡Saludos!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 15:24
  2. 2. Daniel Drago dice:

    Gracias Sandra por tu certera sugerencia, creo que me hace falta una actualización en el uso de los signos de puntuación. Y si, se echan de menos descripciones del lugar, ahora en retrospectiva me doy cuenta de ello. Te leo y te comento. Saludos.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 19:41
  3. 3. Frida dice:

    Hola Daniel, veo que este mes no has perdido el tiempo. A mí casi no me dio tiempo de entregar mi trabajo, estuve con el tiempo pisándome los talones continuamente, en cambio tú, has conseguido crear dos relatos tan diferentes el uno del otro, algo realmente admirable.

    Comenzaré diciéndote que he visto escrito El sin tilde, es algo que me ha chocado, pues en tu anterior participación, saqué la conclusión de que eras muy pulcro con el vocabulario y la ortografía. Como te apunta Sandra, al ser un pronombre debe ir acentuado.

    En cuanto al contenido, me ha sorprendido este peculiar viaje en el tiempo y, la reflexión de cómo por equivocación, Bodo dota de una extraordinaria idea al hombre prehistórico, incitándolo a usar el carbón como herramienta imprescindible en sus dibujos.

    Resulta un texto cuando menos original. Creo que has sabido introducir muy bien la idea del lápiz mágico en la narración, dotándolo a la vez de fantasía que se mezcla con la realidad histórica.

    Por cierto, Bodo me ha parecido muy humano, casi similar a lo que hoy en día somos, como si durante ese lapso de tiempo, la humanidad apenas hubiese evolucionado, omitiendo lo que ha perdido, tan egoístamente para evitar la sanción o posibles problemas que ello le pueda causar. Si es que el hombre siempre será hombre, incapaz de reprimir sus debilidades interiores.

    Grato y refrescante. Enhorabuena.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 20:09
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola, tal como te dije me he pasado por este otro relato tuyo y me ha sorprendido el cambio de registro. La historia es atractiva y atrapa, pero he visto, como en el otro, que falta esa clara definición en el planteamiento en cuanto a introducción, nudo y desenlace que haga que la historia parezca continua. EN este caso tu comienzas por un personaje, situado en una determinada época que viaja al pasado y acabas con un personaje del pasado que se encuentra con los residuos o modificaciones que el anterior personaje realizó (los dibujos) pero este orden, a mi juicio, no está bien presentado.

    Por lo demás la historia es muy buena.

    Por cierto, la descripción: Bodo es todo un atavismo, aparte de que fonéticamente no suena bien (bodo-todo) no me parece muy acertada, ya que atavismo se usa(creo) para hacer referencia a expresiones o conceptos anticuados, pero no estoy segura si se puede aplicar a personas, a mí me ha sonado raro, ya me contarás.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 12:54
  5. 5. Daniel Drago dice:

    Hola Manoli! gracias por tus consejos y comentarios tanto en este relato como en el de mi otro seudónimo, Saldivia (que no es tan seudónimo, es mi apellido real). Llevas mucha razón en lo que planteas, yo escribo de forma algo espasmódica y quizás me falta metodología, por lo que espero estas prácticas me den el aprendizaje necesario para pulir esas fallas de conexión. estuve revisando la definición de atavismo, en su segunda acepción es “Tendencia a imitar o a mantener formas de vida, costumbres, etc., arcaicas.” por lo que en este caso se adapta a lo que quería pintar de Bodo. No me había fijado en la cacofonía, ciertamente sonaría mejor si Bodo se llamase de otra manera. gracias por tu acuciosidad y paciencia al leerem, un gran saludo.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 17:28
  6. 6. KMarce dice:

    Saludos Daniel,

    Seguimos cumpliendo el reto beba, y por ello he llegado a tu relato.
    Suelo comentar las mejoras y lo que me ha gustado del texto. Ya te han mencionado algunas, así que me concentraré en el contenido; concuerdo en parte con Manoli, para mí el orden que le has entregado es adaptable a tu necesidad de llegar a ese, redescubrimiento: Como el futuro alteró el pasado y donde en el “presente” nos maravillamos de tales hechos. Sin embargo, la técnica de darle fecha creo que es posible obviarla, ya en la introducción nos indicas que es el siglo XXII, da igual el año. Y al mencionar la cueva, nos lleva a esa época que previamente nos has indicado como parte de la misión. Yo sugeriría un par de conectores, para entrelazar una idea y otra.

    Me ha gustado que en pleno siglo XXII se sigan usando lápices, y que para el hombre (o mujer) antiguo le resulte mágico; así que para mí has usado con sutileza el reto, que le hace darle cierto protagonismo y no solo una figura obligada.
    Te invito a comentar a otros. ¡Nos leemos!

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 05:57

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