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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por Coral Mané

Web: https://lesucrenuage.wordpress.com/

Natalie Van Geldof se había quedado sin inspiración. De ascendencia holandesa, esta joven de veintiséis años, inmensos ojos grises y cabellos rojizos, era una de las escritoras revelación de estos últimos tiempos. Gracias a sus tres ultimas (y únicas) novelas, se había hecho un hueco en uno de los más difíciles oficios. Con la llegada de las nuevas tecnologías, ya no se llevaba mucho eso de pasarse las horas muertas frente a unos cuantos papeles llenos tan solo de palabras, para los ignorantes; llenos de historias y nuevos mundos para los que saben ver más allá.
Sin embargo, desde hacía medio año, ni una sola frase había surcado los blancos océanos del cuaderno de escritura de Natalie. Se encontraba inmersa, sin duda alguna, en un tremendo bloqueo creativo. El gran problema es que Natalie dudaba lograr salir de él algún día. Había perdido su lápiz mágico.

-¿Cómo que has perdido tu lápiz y no puedes escribir? ¿Qué me estás contando?
El editor de Natalie, tras unos cuantos meses de sequía literaria, no estaba para bromas.
-Te lo estoy diciendo en serio, Tom. He perdido mi lápiz. Con el que empiezo y termino todos mis libros. Sin él, no me inspiro. No se me ocurre ninguna idea. Las palabras no fluyen. No soy yo.
-Natalie, por favor. Céntrate. Escribe una precuela de alguno de tus otros libros. Unos relatos cortos. Dame algo con lo que trabajar.
-¿Pero no me has entendido? Sin mi lápiz no puedo hacer nada, ¡nada!
Había buscado por todos los lugares posibles. En su gran ático londinense, con vistas al Támesis y el Big Ben; en su despacho de la editorial, donde colaboraba en la maquetacion de todos sus libros; incluso en la casa de su padre, a la cual no iba desde las navidades pasadas. Sin resultado.
-¡Basta ya de tonterías, Nat! Eres una gran escritora, tienes un potencial increíble. Pero eso solo lo sé yo. Ahora mismo eres flor de un día. Si no escribes algo pronto, tus lectores se aburrirán de esperar y pasarán a leer cualquier bazofia melodramática de dudosa calidad narrativa. Y ya no tendrás nada que hacer.
-Tom… Te lo pido por favor… Entiéndeme, no puedo escribir, no me sa…
– Natalie. No te estoy pidiendo nada. Te lo estoy ordenando. Tienes un contrato con nosotros. Y aunque yo pudiera llegar a entenderte, porque te conozco a ti y a todos los escritores y sé que os pasan estas cosas… mi jefe no lo iba a entender. Escribe algo en los próximos dos meses o… Tendrás que olvidarte de mí… y de tu carrera literaria.

Nat, alicaída, salió del edificio de la editorial. Caminó por Trafalgar Square, bajo un cielo gris y encapotado. Se dirigía a su piso, pero decidió pasarse por una cafetería cercana, a la que solía ir a escribir por su ambiente tranquilo y familiar.
-¡Hola Natalie! –dijo el joven camarero cuando la vio traspasar el umbral. -¿Qué vas a tomar?
-Ponme una tila –respondió con gesto apesadumbrado. Rick, el camarero, la contempló preocupado.
-Mmmm… No es por meterme donde no me llaman, pero creo que un whisky te sentaría mejor.
Natalie esbozó una tímida sonrisa y asintió.
-Por cierto Rick, ya te dije que había perdido mi lápiz. Si le ves por aquí me avisas ¿vale?
-Si, tranquila, pero no he visto nada.
-Toma mi teléfono de todas formas, por si le encuentras.
Un papel arrugado contenía garabateados los nueve números que conformaban el teléfono de Nat. Rick le sirvió su copa y ella susurrándole un “gracias”, se sentó en una mesa del fondo del local.
Al instante de tomar asiento, su teléfono vibró. Había recibido un whatsapp. Pipip.
-¿Por qué es tan importante para ti ese lápiz?
Era un mensaje de Rick. No estaba en la barra.
-Solo con él me puedo inspirar. Es mágico. Ahora soy incapaz de escribir.
Pipip.
-Tienes algo mucho más mágico que eso, Nat. Úsalo.
Natalie reflexionó. ¿Algo mágico? Desesperada, miró a través de la ventana. Comenzaba a llover. Ríos de transeúntes corrían de un lado a otro como laboriosas hormigas, buscando sus hormigueros, o quizás un simple taxi…
Una sonrisa se extendió por el rostro de nuestra protagonista. Pipip.
-¿Lo ves?
Rick salió de nuevo a la barra. Sonreía también.
Nat corrió hacia él y le estampó dos sonoros besos. ¿Quién quería tener un lápiz mágico teniendo el instrumento más mágico de todos? ¡La imaginación!

Y vosotros… ¿Tenéis vuestros poderosos lápices bien afilados?

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9 comentarios

  1. Hola Coral,
    me ha gustado mucho tu historia, tanto el formato como el argumento en si. Se hace muy amena su lectura.
    Quizás el final sea lo que no me acaba de convencer del todo. No me refiero a la última frase, puede gustar o no, pero no creo que afecte de ningún modo al texto. Me refiero a la resolución del conflicto. Lo veo quizás un poco precipitado y no entiendo (quizás sea cosa mía) como llega a la conclusión sólo mirando por la ventana tras tantos meses de penurias por no poder escribir.
    En cuanto al formato, intenta cambiar la próxima vez, el guión “-” por la raya o linea “—”.
    Por lo demás, enhorabuena, me ha gustado mucho.
    Si te apetece puedes pasarte por el mío y echarme una mano con tus comentarios:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-29/4191

    Saludos.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 19:30
  2. 2. Coral Mané dice:

    Muchas gracias por tu comentario Alejandro! Lo cierto es que igual el final si me quedo demasiado precipitado… Llegué a las 1000 palabras y tuve que recortar de lo que pude! Sin embargo, lo que intentaba era hacer el efecto de personaje de impacto, en este caso, Rick, el camarero. A veces tenemos la solución de un problema delante de nuestras narices y no somos capaces de verlo si no nos ayudan! Intentaré explicarlo mejor la próxima vez.
    Ahora mismo me paso por tu relato! Saludos!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 19:40
  3. 3. Marcelo Kisi dice:

    Hola Coral!
    Mil gracias por pasarte por mi relato y comentarlo. Me alegro que te haya gustado. Efectivamente soy argentino, y así me acuerdo que hablábamos cuando éramos chicos 🙂 Me alegro que te haya parecido bien!
    En cuanto a tu relato, me ha gustado la historia en sí, aunque si yo fuera otro personaje del cuento, no le recomendaría a Natalie revelarle a su editor que creía que su talento se debía a un lápiz mágico. Pero bueno, me gustó el hecho de que a pesar de eso, el registro del cuento no es infantil. Lo que con semejante título es difícil de lograr.
    Te haría un aporte, si me permitís, en cuanto a lo técnico. Tenés un estilo exquisito, elegante, y al mismo tiempo simple. Entonces, expresiones como “los nueve números que conformaban el teléfono de Nat” suenan artificiosas en un lugar donde no hay necesidad. Sobre todo porque antes tenés un diálogo de lo más informal, y después hay una licencia, el “Pipip”. Entonces el “números que conformaban” no pega.
    En el mismo orden, no sé qué pensar de la frase “Una sonrisa se extendió por el rostro de nuestra protagonista”, y de la frase final. Cuando dices nuestra protagonista en medio del cuento, estás rompiendo una especie de contrato con el lector por el cual el lector está dentro de la historia, no la ve desde afuera. Si este es nuestro mundo en este momento, Natalie es una Natalie de verdad, no una “protagonista”. Cuando dices que es una protagonista estás rompiendo el hechizo: “ojo, porque esto es solo un cuento”, y Natalie no existe de verdad, es tan solo un personaje imaginario. Lo mismo ocurre con la última frase, que apela a los lectores como si fuera una cuentacuentos en un teatro o en un centro de cultura infantil. Esto lo digo con la única reserva de que en el teatro clásico y medieval este narrador existe: se para frente al escenario y va contando la historia con permanentes guiños autorreferenciales con el público. ASí que no es que lo cuestiono del todo, pero es teatro, es como otro género. A mí personalmente en narrativa me gusta menos que se rompa el espacio mágico que es una historia en la que me sumerjo, y no quiero que me digan en el medio de la historia que es solo una historia. No sé si logro hacerme entender, pero te lo digo porque creo que es un relato escrito con muchísimo talento.
    Lo otro es un par de detalles: si sus tres últimas novelas eran también las únicas que escribió, yo sencillamente escribiría: “sus tres novelas”, además ahorrarías palabras, aunque eso solo sea relevante para los efectos del taller. El otro detalle es el de los guiones de diálogo, que tienen que ser largos y puestos levemente de otro modo. Te invito a buscar el artículo de Literautas sobre el uso de los guiones de diálogo, que a mí personalmente me ayudó mucho.
    Me queda rebotando lo que dice Alejandro acerca del final. Si lo vas a arreglar, yo nada más agregaría algún fruto de su descubrimiento -por ejemplo diciendo que se puso a escribir sin más ni más el principio de su próxima novela, o que al mirar por la ventana se imagina una historia que es así y así- antes de estamparle esos besos a Rick.
    De nuevo, me encantó tu escritura, así que te seguiré! Felicitaciones!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 22:52
  4. 4. Marcelo Kisi dice:

    Me acordé de otro lugar muy actual en el que ocurre esa ruptura: en la serie House of Cards, cuando Kevin Spacey mira a la cámara y le da explicaciones al público acerca de sus estrategias políticas y afines. Pero creo que ese recurso sigue siendo tipo teatral.
    ¿Sabés qué? (Y ya entenderás que pienso mientras te escribo) Podría ser. Hablá de “nuestra protagonista” y hacenos preguntas a tus lectores al final. Pero entonces, con una condición: que sea con más consistencia. Porque mi sensación de “hechizo roto” quizás se debe a que antes me habías “vendido” otro producto: un relato sin autorreferencia, un mundo que no sabe de mi existencia como lector, donde nadie había dicho “les voy a contar un cuento”. Solo en el último tercio nos enteramos que hay un narrador que nos hace partícipes de su relato. Kevin Spacey nos habla a los espectadores casi en cada capítulo. Me acuerdo que en el primer episodio de la segunda temporada no me hablaba, y a mí me parecía como raro, hasta que al final del episodio mira a la cámara y dice: “No me olvidé de ustedes…” Y me pareció muy bien, porque era parte del contrato que ya se había firmado en el primer capítulo de la serie.
    Ya, no te doy más lata, espero que te sirva 😉
    Abrazos!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 23:05
  5. 5. Dianet dice:

    Hola, yo Lo que más necesito afilado es mi memoria, en ocasiones se me va la musa y no se que escribir 🙁

    Buen relato y mejora lo de los guiones, saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 23:19
  6. 6. karu dice:

    Hola Coral!!

    Me ha gustado mucho tu relato. Se lee muy fácilmente, está muy bien estructurado y has tocado un tema que nos puede afectar a muchos de nosotros como es el bloqueo creativo.

    Solo te remarcaré una cosilla: “-Por cierto Rick, ya te dije que había perdido mi lápiz. Si le ves por aquí me avisas ¿vale?” “Toma mi teléfono de todas formas, por si le encuentras” Ambos ‘le’ los sustituiría por un ‘lo’ porque se refiere a un lápiz, un objeto y no a una persona.

    Felicidades por tu trabajo.

    Te dejo el enlace del mío, por si quieres pasarte!!

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-29/4329

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 13:47
  7. 7. Coral Mané dice:

    Muchísimas gracias Marcelo, Dianet y Karu por vuestros comentarios.
    Marcelo, lo cierto es que tienes razón, debería haberlo estructurado desde el principio como un relato o no haber puesto la frase final, son cosillas que se nos escapan y solo vemos cuando nos las comentan los demás. Gracias de nuevo por tu comentario, me ha ayudado mucho.
    A mí también se me suele ir la musa Dianet, por eso este tema me pareció perfecto, nos afecta a todos!
    Y por último, Karu, gracias por tu comentario de “lo” y “le” pero es un error que tengo bastante frecuentemente, ya que en mi provincia somos leistas, tendemos a ponerle “le” a todo y me cuesta bastante darme cuenta de cuando debo poner un “lo”
    Abrazos a todos! Nos leemos!

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 15:59
  8. 8. Andrés Scribani dice:

    Tienes un estilo agradable Coral. Me gustó mucho tu relato.

    A mí también me tocó borrar unas cuantas palabras del relato, así que entiendo tu situación.

    Estaré pendiente de tu relato en los próximos talleres, te has ganado en mí un nuevo seguidor. Saludos

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 00:43
  9. Es una buena idea con un desarrollo inocente por parte de la protagonista. Me gustaría ver una versión más larga del relato.

    Saludos.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 18:50

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