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El lápiz mágico - por Miriam Torres

Web: https://www.wattpad.com/user/mime_thai13

La de cosas que se podrían hacer si cada uno de nosotros tuviera un lápiz con el que poder dibujar o escribir todo lo que quisiéramos, ¿verdad?

Algunas personas se dedicarían a llenar las ciudades con frases imborrables en las fachadas de los edificios – porque una de las características que hacen que este lápiz sea especial, es que nada de lo que se haga con él puede ser destruido -: escribirían extractos de poemas de amor o cartas anónimas, letras de canciones, y frases de todo tipo. Claro que, sería difícil que esa idea gustase a la mayoría, porque es imposible que todos pensemos igual.

¡Ya, ya! Seguramente estás pensando que la solución a estos problemas sería muy sencilla si con ese lápiz pudieses redactar un documento que te otorgase plenos poderes sobre el mundo y todos sus habitantes. Nada mejor que eso para cambiar todo aquello que está podrido en el planeta – no solo la suciedad ambiental, también la social -. Si cayese en buenas manos, eliminaría las enfermedades y las desigualdades existentes entre la población; si cayese en malas manos… Sería como ascender a un político al nivel de Dios pero peor, porque no podríamos hacer nada para escapar de su control. Definitivamente, esto tampoco gustaría a nadie…

¿Sabéis qué estaría genial? Dibujar una puerta que nos transportase a cualquier lugar del mundo al instante, como sucede con el bolsillo de Doraemon, o en Las Crónicas de Narnia. Así podríamos visitar a nuestros amigos y familiares que se encuentran fuera de nuestro país por estudios, trabajo o circunstancias de la vida.

En mi caso, la dibujaría en una de las paredes de mi habitación, para utilizarla siempre que quisiera. Viajaría a París cada fin de semana, pasaría unas Navidades en Alemania con una amiga, un treinta y uno de diciembre en Viena para asistir al concierto de Año Nuevo, unos carnavales en Río y un verano en Nueva Zelanda. También asistiría a todos los conciertos de mis grupos favoritos, gratis – porque seleccionaría que la puerta se abriese donde yo quisiera y me ahorraría las colas –. ¡Molaría muchísimo! Pero supongo que llegaría un momento en que me quedase sin lugares que visitar, o no tuviese tiempo suficiente para seguir utilizándola; porque según te vas haciendo mayor, también crecen las obligaciones.

Ahora, hablando en serio. Si tuviese que emplear los poderes de un lápiz mágico, modificaría los estados de ánimo de las personas que me rodeasen. Dibujaría sonrisas en los rostros tristes y levantaría las cejas de los ceños fruncidos. Vale, es imposible vivir en un estado de alegría constante, pero no creo que cueste tanto trabajo sonreírle al mundo cada día. Es agradable para el alma de uno mismo y de los demás.

También dibujaría la felicidad. Una burbuja de grandes dimensiones, como las de la misma Luna, y del color del arcoíris. Abriría la puerta de la pared de mi habitación y la echaría a rodar, conmigo dentro. Iría repartiendo felicidad por todo el mundo y podría recoger a la gente que quisiera subirse, de todas las razas; porque ante la ella, todos somos iguales. Las fachadas de los edificios cambiarían de color a nuestro paso, las calles de las ciudades lucirían más alegres y vistosas; y las expresiones de la gente cambiarían al contacto con la burbuja, dejando atrás los rostros tristes y los ceños fruncidos.

¡Qué bonito es soñar despierta!

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2 comentarios

  1. 1. ortzaize dice:

    como tu muy bien explicas es un sueño en alto ,quizas alguna vez se haga realidad con un lapiz magico que mueva el mundo, y no tengamos fronteras todo el mundo sonriente.
    etcccc
    una reflexion en alto que me gustaria que todos pensarian igual.¡ animo y a seguir adelante!!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:08
  2. Hola Miriam
    He leído tu relato con interés y me ha parecido, como tú muy bien dices, un sueño. Mejor dicho una sucesión de sueños que demuestran la afilada imaginación que tienes. Es un relato fresco e inocente, como un niño que va brincando por la acera agarrado de la mano de su madre. Inspira ternura. Esas frases imborrables de amor, esa eliminación de desigualdades, esos viajes de Navidad. Todo el relato es de una ingenuidad aterciopelada y dulce como esas nubes de algodón que se venden en las ferias. Es un relato frágil, diáfano, transparente, cargado de ternura que hace soñar en la belleza de un mundo carente de maldad. Pienso que quisiera ser niño para que me leyeran cuentos como el que tú has escrito. Un niño, o una niña, se verían inmersos en ese mundo mágico, porque para ellos todas las cosas son posibles. A mi edad, hago esfuerzos pero me cuesta.
    Te felicito porque casi me has hecho sentir niño.
    A propósito, yo soy el autor del relato Juanito Conejero que tú comentaste.
    Deseo agradecerte la minuciosidad que empleaste al comentarlo y decirte que sí, que los verbos están mal y le faltan comas. Sucede que lo escribí en pasado y luego me pareció que en presente quedaba mejor, pero tres verbos se me escaparon. Lo corregí deprisa y corriendo y las consecuencias de las prisas son esas. Bueno, dos relatos bien distintos, ¿no? Fantasía angelical y realidad descarnada. Lo he corregido y ampliado un poco. Si quieres volver a leerlo puedes entrar en el blog

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 22:24

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