Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El lápiz mágico - por I.J.Brown

María es una vigilante del metro de una gran ciudad. Es una mujer muy asustadiza y menuda, pero muy alegre. La ciudad en la que vive sufrió un extraño fenómeno. Los telediarios solo daban malas noticias, la gente parecía que perdía la energía por momentos y debido a ello la ciudad fue oscureciendo.
María se daba cuenta de ello, porque cada día cuando llegaba a casa se veía menos color que cuando marchó por la mañana. Llego un punto que un día ya se veía el pelo negro cuando su color natural era rojizo y su uniforme verde oliva se había tornado grisáceo casi por completo, fue a su armario y toda su ropa era de color similar al de su uniforme y miro por la ventana y a todo el mundo le había pasado lo mismo. Al darse cuenta de esto entristeció mucho y decidió poner remedio. Tanto fue así que fue a comprar tintes, sprays y pinturas de colores. Con ellos intentó dar color a su pelo, su ropa y a las paredes de su casa, pero no surgió efecto ya que al secar todo volvía a perder el color. María exhausta tras un largo día en esta ardua tarea se fue a dormir.
Al día siguiente María fue a trabajar, fue un día tremendamente largo. Su lugar de trabajo era una habitación en una primera planta repleta de pantallas que reflejaban las imágenes de las cámaras de seguridad, en la habitación además de esto había un pequeño escritorio y una ventana. Era festivo y por ello había muy poco que hacer, ya que la gente parecía apagada y no salía mucho a la calle. Estaba muy aburrida así que María decidió entretenerse y se puso a hacer algo que le gustaba mucho, dibujar. Dibujó durante largo rato en una libreta con uno de los lápices que tenía en un bote en la mesa hasta que llegó su hora de salir y marcho a casa de nuevo.
Al día siguiente cuando María regreso a su puesto de trabajo se sentó como todos los días y encendió la computadora y las pantallas. Cuán grande fue su sorpresa ya que cuando se aburrió abrió la libreta y los dibujos seguían manteniendo el color del día anterior, con la misma intensidad y viveza. Al darse cuenta decidió coger algunos de estos lápices e ir al aseo y frente al espejo empezó a darse color en el pelo y la ropa, cuán fue su alegría cuando vio que tampoco se iba de ahí, al recuperar el color María se encontraba mucho mejor y rápidamente se fue a sentar frente a las pantallas con los lápices de colores en la mano. A continuación cuando vio a los ciudadanos por las cámaras les aplico color sobre la pantalla y comprobó a través de la ventana que daba a la calle si en la realidad lo seguían manteniendo. Qué sorpresa se llevó al comprobar que la gente también seguía manteniendo el color. Así poco a poco María fue devolviendo el color a la gente y a la ciudad, que en algún tiempo se tornó mucho más alegre.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

2 comentarios

  1. 1. Elvi dice:

    Es un relato muy bonito. Me gusta mucho su contenido, una vida sin color no es vida.
    Mi único consejo, es que dejes a las palabras que respiren, el como seguro que lo sabes.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 21:36
  2. 2. Wanda Reyes dice:

    Hola, me gusto tu relato. Me gustaria que tuviera algunos dialogos o algo que le diera un poco mas de accion o interaccion entre otros personajes, o simplemente le quitara algo de monotonía. Y lo unico es la repeticion del nombre de la protagonista “Maria”, a mi me paso lo mismo en mi primer relato en literautas que se llamaba”Lucia”, como se trata de ella unicamente no se necesita que se repita tanto su nombre. Te invito leas el mio es el 136.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 21:05

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.