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El lápiz mágico - por Jose Luis

La sala de interrogatorios del Departamento de Homicidios era pequeña y agobiante. Al menos para una de las dos personas que se encontraban allí.

Ya se habían hecho las presentaciones y cada uno sabía quién era el otro. Por un lado, esposado y sentado en una silla metálica, se hallaba el sospechoso de un crimen de asesinato, identificado como Florencio Camino, quien ya estaba en la base de datos de la policía clasificado como ratero habitual. Enfrente del sospechoso, se hallaba, aún de pie, el inspector de homicidios Sinforoso Martínez, calificado como uno de los mejores y más íntegros policías del Cuerpo; a punto de jubilarse, por cierto.

—Sé que ya has hablado con mi compañera, la inspectora Ruiz, pero se ha marchado por asuntos personales ineludibles. Continuaré yo con el interrogatorio.

—Soy culpable, inspector. Lo confieso… —espetó el sospechoso, pero fue interrumpido.

—Empieza por el principio, Florencio. Quiero conocer hasta el menor detalle.

Florencio clavó sus ojos inyectados en sangre en el inspector, pero no era odio lo que mostraba hacia su interrogador, sino sorpresa. No se figuraba a qué venía el interés de Martínez si ya había dicho que él había sido el autor del crimen.

—Pero si ya he confesado…

—Lo sé, Florencio —le cortó el inspector—. Eres culpable. De acuerdo… Aún así quiero que me cuentes todo lo que pasó en El Lápiz Mágico. —Martínez tomó asiento en la silla que estaba libre frente a Florencio y se encaró con él—. ¡No te lo pienso repetir!

Florencio cedió a las pretensiones del inspector. No veía la utilidad de repetir la declaración que le había proporcionado a la inspectora Ruiz, pero respiró profundamente y relató de nuevo toda la historia.

—Ante todo, inspector, quiero que sepa que no soy un asesino. Es cierto que mi historial delictivo llenaría un archivador de expedientes, pero todo lo malo que he hecho en la vida ha sido siempre para ayudar a mi familia.

—Al grano, Florencio. Te estás desviando del tema.

—Mi hija llevaba pasándolo fatal una semana. No tenía dinero para comprar su medicina y me desesperaba verla así. Anoche no pude soportarlo más y fui a ese bar, El Lápiz Mágico, a por el dinero que me hacía falta. ¡Era para mi hija! ¡Se lo juro!

A Florencio se le saltaban las lágrimas pero, aunque su intención no era despertar simpatías y cualquier persona, desde fuera, podría haber percibido que el sospechoso estaba siendo completamente sincero, el adusto inspector Martínez ni se inmutó. Florencio se recompuso un poco y continuó explayándose, aunque su rostro enrojecido ya no recuperó su color normal en ningún momento:

—En el bar solamente había un tipo, aparte del camarero. Éste no dijo ni mú… En cuanto vio mi pistola, sacó el dinero de la caja, lo dejó encima de la barra y se apartó a un lado. En cambio, el tipo que estaba sentado en el taburete siguió bebiendo de su vaso tan tranquilo. Ni me miró siquiera. No pude verle todavía la cara, pero estoy seguro de que era un arrogante hijo de puta…

—¿De dónde sacas esa idea? ¿Acaso lo conocías?

—No le había visto en mi vida, pero no soy estúpido. Sé leer el lenguaje corporal, inspector. Me he criado en la calle, por si no lo recuerda.

—¿Qué hiciste después?

—Amenacé al tipo con la pistola para que me diera su cartera, pero el hijoputa, chillando como un loco, se abalanzó sobre mí. Forcejeamos… Intentó quitarme la pistola, y entonces se me disparó sin querer. No quería matarlo, pero eso fue lo que pasó, inspector. Me arrepiento tanto… ¡Dios mío, no sabe cuánto lo lamento! ¡Yo solo quería el dinero! ¿Qué va a ser de mi niña ahora?

—¿Sufrió mucho ese hijo de mil padres? Espero que sí…

Aquella pregunta fue perturbadora… Florencio, quien seguía sinceramente abrumado y con un nudo en la garganta por el recuerdo de lo que había hecho, no supo qué contestar.

—En este extraño mundo todo sucede por un motivo. No soy un iluminado, pero creo firmemente en la Justicia Divina —dijo el inspector, mientras le quitaba las esposas a un Florencio atónito—. Y en el Karma… Resulta que el tipo al que te cargaste había asesinado a ocho niñas inocentes, pero nunca pude encerrarlo por falta de pruebas. Ese cabrón llevaba tantos años impune… Eres libre, Florencio. Ve a casa a abrazar a tu hija, que yo te protegeré desde ahora para que no te salpique nunca más toda esta mierda.

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18 comentarios

  1. 1. KMarce dice:

    Saludos José Luis: (Reto Beba 4/10)

    Comenzaré con las mejoras y concluiré con lo que me gusta.
    Hay algunas expresiones que son un tanto confusas, no por si mismas, sino el orden de las palabras, te las numero:
    “aunque su intención no era despertar simpatías y cualquier persona, desde afuera, podía haber percibido que el sospechoso estaba siendo completamente sincero…” asumo que «desde afuera», te refieres a fuera de la oficina, el que ve detrás del espejo.La puntuación creo que puede cambiarse para mejorar la idea: “aunque su intención no era despertar simpatías, cualquier persona desde afuera, podría haber percibido que el sospechoso…” También la frase: “tomó la silla que estaba al frente de Florencio y se encaró con él”, aquí noto que en el párrafo hay varias veces el nombre “Florencio”, siendo solo dos personas se puede evitar el nombre y no nombrarlo o llamarlo solo él. Adicional que al ponerse en frente suyo, por ende quedan encarados, por lo que suena reabundante.
    También la explicación de parte de un inspector a un sospechoso del “porqué” se retiro la agente Ruiz, esta fuera de contexto, no tiene porque darle explicaciones de su ausencia a un interrogado. Me parece una etiqueta más formal entre grupo de amigos. En este caso, solo decir: “Ya hablaste con la agente Ruiz, ahora hablarás conmigo…” me suena más creíble para la escena.

    Lo que me ha gustado. ¡El nombre del inspector! Ese “Sinforoso” me ha causado un deleite, porque creo que inconcientemente no queremos relacionar un nombre con alguien real, y me he tomado la molestía de buscar si existe alguien con ese nombre y SÍ existe.
    La historia me gusta porque “El Lápiz Mágico” se convirtió en un bar, (aunque suena más a una tienda de útiles escolares), tiene una autenticidad de no darle un giro mágico y atreverse a crear algo diferente con el reto del mes. Al final, la integridad del inspector, se pone en duda, cuando libera a un “criminal de bajo perfil” contra uno “horrenda” trayectoría. A mí moralmente, no me cuadra, pero se comprende el cansancio del inspector de que de alguna manera se hiciera “justicia”.
    Ameno relato, fue agradable de leer.

    Mi relato es el # 190, por si quieres comentarme.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 04:46
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola KMarce
    Gracias por tu comentario.
    Una aclaración en cuanto a ver algo desde fuera. En el relato no me refería a la oficina ni al cristal de espejo que suele haber en las salas de interrogatorio. Decir que ves algo desde fuera, es una forma de hablar. Por ejemplo, ves a una pareja discutir, y en esa situación tú puedes tener tus propias opiniones, desde fuera, quiero decir como tercera persona. Ves sus gestos, oyes sus gritos, y te haces una idea propia.
    Tienes razón en algo: el nombre de “El Lápiz Mágico” para un bar es sencillamente ridículo.
    Un saludo

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 17:41
  3. 3. Luis Ponce dice:

    José Luis: gracias por tus comentarios en mi relato, procederé a modificarlo, es la mejor manera de ir mejorando.
    En cuanto al tuyo, me parece traído de los pelos el nombre del bar, pero como dice Kmarce es la diferencia de la originalidad lo que da valor a lo narrado. Además hay tantos bares que ya no saben como llamarlos.
    El chantaje profesional del inspector para dejar libre a Florencio es cosa de todos los dias, es el modus vivendi de nuestros policías.
    Pero me queda abierto el final, porque no sabemos si Florencio se entrega o es sorprendido por la policía. Además la Inspectora Ruiz bien pudo tomarse todo el día libre, porque no justifica su presencia en el relato, es un personaje que sale sobrando.
    Pero igual, es agradable de leer, ágil, entretenido y te deja un par de preguntas en la cabeza sobre la ética policial.
    Nos leemos.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 18:24
  4. Muy divertida la parodia, José Luis, del inspector Sinforoso que se convierte en juez supremo, por encima de su cargo de funcionario.
    Un pequeño desajuste: se acaban de hacer las presentaciones, pero el asesino confeso le dice “me he criado en la calle, por si no lo recuerda”. Lo único que el inspector puede saber es el lamento por la situación de la hija de Florencio. Buen lápiz para unas últimas copas. Un abrazo.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 20:08
  5. 5. José Torma dice:

    Estimado tocayo.

    José Luis tiene que ser la combinacion de nombres mas comun en nuestro idioma jaja asi que como veras, varios se pueden decir los protagonistas de mi relato, al cual te agradezco hayas visitado.

    Tu forma de escribir es muy pulcra, muy cuidadosa y eso hace que la lectura sea facil. Si bien,como te comentan hay algunas comas o sugerencias de puntuacion que “tal vez” funcionan mejor, pues uno solo sabe el ritmo que desea para su personaje.

    A mi no me molesto el lapiz bar, pero si me parecio apresurado el final.

    Igual muy disfrutable.

    Saludos.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 20:40
  6. 6. delaberna dice:

    Me ha gustado mucho tu relato. Ya lo estaba disfrutando, pero el giro final no lo he visto venir. Y mira, me alegro, el pobre Florencio me ha caído simpático. Has sabido darle su propia voz, es un personaje muy vivo.

    No está bien eso de que la policía o cualquier persona se tome la justicia por su mano… pero he de reconocer que la Justicia Poética es muy satisfactoria.

    Enhorabuena.

    (y gracias por pasarte por mi relato!)

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:31
  7. 7. Christian Joseph White dice:

    !Que desenlace! Genial. Brillante relato, con buena trama. Lo del nombre del bar… es… bueno, de alguna manera había que explotar el requisito del taller de este mes 😛 Felicitaciones por tu rrababjo. ¡Saludos, Luis!

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 02:01
  8. Concuerdo con los compañeros en que suena un poco raro que un bar se llame el lapiz magico pero como dice Luis Ponce, hay tantos bares. En fin, me parecio un buen relato hasta llegar al final: alli me parecio excelente. Ese final me parecio uno muy justo aunque el giro de saber que habia matado a un asesino fue impresionante. Excelente relato.
    Felicitaciones y saludos.
    P.D.: Gracias por tu comentario en mi relato.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 15:20
  9. 9. Lemo dice:

    Buenos días Jose Luis

    Me gusta tu manera sutil de notificar las faltas de ortografía en tus comentarios, lo que me hizo venir a leerte.
    Tu relato me gustó mucho, lástima el problema de la extensión del relato ya que daba para mas, de allí que me sume a algunos comentarios encontrando el final un tanto precipitado. Seguro que con mas extensión la explicación final hubiese sido mas pausada con intervenciones del pobre Florencio.
    Pero nada que decir me pareció genial, felicidades.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 10:27
  10. 10. karu dice:

    Genial relato, José!! Me ha encantado tanto el nombre original del bar como el giro que le has dado a la historia. Felicidades!!

    Un par de cosillas, que no desajustan la forma del relato. Cuando un inspector/policía se dirige a un detenido, ¿no le ha de tratar también de usted?

    “Aún así quiero que me cuentes todo lo que pasó en El Lápiz Mágico. —Martínez tomó asiento en la silla que estaba libre frente a Florencio y se encaró con él—. ¡No te lo pienso repetir!” Después de ‘El lápiz mágico’ has colocado un punto. Es que en mi relato me has hecho exactamente esa observación, que me sobra el punto y me ha ‘chocado’ que haya encontrado un ejemplo igual en el tuyo. Tendré que echar un vistazo a los apuntes sobre el diálogo para hacerlo de la forma correcta.

    Gracias por pasarte!!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 13:15
  11. 11. Jose Luis dice:

    Hola Karu
    Creo que es correcto, en un principio. Eché un vistazo al punto 4 del post de Literautas sobre cómo representar un diálogo, y me guié por los ejemplos, nada más.
    Gracias a ti por pasarte por mi relato, y también gracias a todos los demás.
    Saludos

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 19:35
  12. 12. Lionel dice:

    Buenas. Me parece que, como a mí, la propuesta del título en un principio no te fue muy alentadora y lograste encontrarle la vuelta para acomodarla a tu estilo. Es lo que yo hice. La literatura nos da infinitas posibilidades.
    En mi opinión te quedó bien. Me gustó el relato. Saludos

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 13:18
  13. 13. Marcelo Kisi dice:

    Hola Jose Luis!
    De nuevo gracias por tus comentarios y correcciones certeras a mi relato!
    Me gustó mucho el tuyo, especialmente por ser un argumento casi enteramente construido a través del diálogo.
    Como reflexión, sin entrar en consideraciones moralistas, el liberarlo sin más ni más me pareció no del todo verosímil, para el lado de lo naíf. No deja de ser un giro final, que busca sorprender al lector y lo consigue en cierta medida. Pero los asesinos de asesinos no son liberados con medallas al mérito, en base a la estatura moral de sus víctimas, sino, como máximo, dado también su arrepentimiento, lo podrían contratar para ser soplón de la policía, o agente de policía secreto, o asesor de la fuerza en asuntos de robos y hurtos, etc. Me acuerdo de la película “Atrápame si puedes” con Leonardo Di Caprio y Tom Hanks, basada en un falsificador real que fue contratado como asesor en el área de falsificaciones, creo que por la CIA. Sobre todo porque tu inspector está a punto de jubilarse, es considerado uno de los policías más íntegros del cuerpo, y por lo tanto no querrá dar resbalones como este justo al final (que está saltándose todas las reglas, vamos). Pero es una idea, nomás.
    Sí en cambio me gustó el nombre del bar. Un bar se puede llamar de cualquier manera. Y “El lápiz Mágico” está bueno, podría ser también el nombre de una banda de rock.
    Cosillas para mejorar:
    “—Soy culpable, inspector. Lo confieso… —espetó el sospechoso, pero fue interrumpido.” No me gusta “espetar” acá. La definición es “Decir a uno bruscamente algo que le sorprende o molesta”. No lo veo muy sorprendido al inspector, pero además, en general se usa cuando alguien agrede a otro con su dicho repentino o lo sorprende de un modo negativo.
    “—Al grano, Florencio. Te estás desviando del tema.” Es redundante. Yo quitaría la segunda frase, y quedaría más contundente.
    En el párrafo donde describe la acción en el bar y luego más abajo, se repite demasiado la palabra “tipo”. En ese primer párrafo de relato, parece que no quisiste repetir “camarero” y metiste un “Éste”. Hay un problema ahí, porque es lenguaje formal en medio de “tipos” e “hijos de puta”. En la voz del narrador podría tolerarse, y depende el registro, pero en la voz de un ratero que creció en la calle, no tanto.
    Me hace un poco de ruido lo de “leer el lenguaje corporal”, por el mismo motivo. Es cierto que un ratero lo sabe leer, pero llamarlo así ya es otro cuento. Aunque supongo que aquí podemos darle el beneficio de la duda: quizás es un ratero que creció en la calle pero lee. O sea, no es que no sea posible, pero en un texto tan corto no tenés lugar para construir personajes demasiado complejos, entonces estas cosillas hacen ruido.
    El “tipo” aparece de nuevo en “-Amenacé al tipo” y luego en “Resulta que al tipo que te cargaste”.
    Espero que te sirva, de nuevo te digo que me gustó tu relato y tu forma de construir la trama a través del diálogo.
    Felicitaciones!

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 11:32
  14. 14. garrincha26 dice:

    José Luis,
    te felicito por haber sabido encontrar una escena tan distinta y original. Convertir ese lápiz mágico en un bar homónimo me parece genial.
    En cuanto a la escena en sí misma, me parece que has acertado con los diálogos, son fluidos y consigues mantener el interés hasta el final … sin embargo, no me esperaba ese giro final y me ha decepcionado un poco. Habría resultado más creíble algo alejado de la justicia poética de la que habla Delaberna 🙂

    Hay algunas frases que creo que podrías revisar:
    – al haber situado la escena con dos personajes, y haberse hecho las presentaciones, parece innecesario decir “y cada uno sabía quién era el otro”. Le resta belleza al relato.
    – coincido con KMarce, no cuadran esas explicaciones a un sospechoso (asuntos personales ineludibles), le restan credibilidad al personaje.
    – “ojos inyectados en sangre”. Ese recurso literario me parece fuera de contexto en la escena. Si lo expresa el personaje es sorpresa, me extraña que sus ojos estén inyectados en sangre, no?

    saludos.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 11:39
  15. 15. Wiccan dice:

    Buenas Jose Luis,
    Soy uno de tus comentaristas anónimos, el que relacionaba la presentación de los personajes con un ring de boxeo, por lo que veo soy al único al que le llamó la atención ésto.
    Me reafirmo en lo que te comentaba, un buen relato con una utilización original del lápiz, algo qque no te comenté aunque si pensé.
    Un saludo.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 23:30
  16. 16. Jesús R.G. dice:

    Hola Jose Luis.
    Tu relato me pareció muy entretenido y esta impecablemente escrito.
    Buen trabajo!!

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 00:23
  17. 17. Robert w. Peterson dice:

    Hola Jose Luis, te comento mis impresiones sobre la historia, no voy a entrar en cuestiones de técnica o forma porque eso es algo objetivo y hasta cierto punto, “universal”.

    La voz del narrador me ha parecido demasiado desenfadada, relajada, y hasta cierto punto “personal”. Con esto quiero decir, que hubiese preferido leer un narrador más neutro, que no se aprovechase de su omnisciencia y se limitase ha hacer que la escena avanzase, quizá describiendo únicamente como observador de la escena, sin privilegios. Como dato, te diré que esa voz que has empleado puede confundirse con la del propio inspector, están esa linea; me falto neutralidad en el narrador.

    Por otro lado, el inspector trata a Florencio en un tono muy paternalista, como si lo conociese de toda la vida. Puede ser porque Florencio sea un raterillo menor y haya pasado muchas veces por comisaria, o bien, porque realmente siente empatía con él, por haberse cargado al asesino, no obstante, me choca todo un poco.

    Aunque el elemento de esta escena sea el lápiz y en esta historia sea solo el nombre elegido para el bar, no me parece una mala historia; aunque era predecible me deje sorprender. Tienes una forma clara y concisa de narrar, de las más sueltas que he visto por aquí, al menos en mi opinión.

    Un saludo.

    Escrito el 6 diciembre 2015 a las 16:09
  18. 18. Pato Menudencio dice:

    José Luis, la historia está bien narrada, presenta buen ritmo y es de fácil lectura.

    Sin embargo hay unos aspectos que quiero hacer hincapié:

    – La historia en si me parece inverosímil en el hecho que luego de un asesinato el protagonista libre así como así, sugiero que para generar más interés en la obra escribe el plan que harán para librar de la cárcel.

    – El lenguaje del protagonista es muy formal para un tipo acostumbrado a transitar por los bajos fondos.

    – El final tan repentino hace que se diluya la acción.

    Saludos.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 21:42

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