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El lápiz mágico - por Júdit Alcàntara

Me desperté temprano una mañana cualquiera de noviembre, por culpa de aquella pequeña máquina que se vuelve loca haciendo ruido y a la que se le da muy bien romper los sueños. Esa noche había soñado que tenía una vida genial, una vida que nunca tendría por qué no era más que una simple trabajadora, con el dinero justo para pasar el mes, sin pareja y muy pocos amigos. Tenía una vida de lo más rutinaria y aburrida y cada día me costaba más poner empeño en levantarme de la cama. Pero debía hacerlo y así fue como empezó un día que no sabía que iba a ser clave para cambiar mi vida para siempre.
Al salir de casa, me encontré un lápiz muy peculiar tirado en el suelo, justo delante de mi puerta. Era un lápiz muy bonito, de color azul aterciopelado y con un brillo especial. No sé exactamente porqué, pero sentí la necesidad de cogerlo y lo guardé en el bolsillo de mi chaqueta. Y olvidando su presencia, me fui a trabajar, y el día transcurrió igual que cualquier otro.
Al llegar a casa, por la noche, muerta de hambre y cansada, me quité el abrigo y noté que algo caía al suelo. Al mirar, vi que era el lápiz que me había encontrado esa mañana. Me había olvidado por completo de él. Lo metí en el lapicero de mi estudio y me fui a hacer la cena.
Después de cenar me senté en mi estudio a escribir. Siempre había soñado ser escritora, pero sabía que nunca tendría futuro con eso y solo era una simple distracción para llenar los ratos de soledad antes de acostar-me. Cogí el bolígrafo de siempre y miré hacia arriba, buscando inspiración para escribir algo. Me vinieron algunas ideas y empecé. De repente, el bolígrafo fue dejando un rastro cada vez más flojo hasta que lo que escribía no era nada más que una simple marca invisible en el folio. Lo aparté y cogí el lápiz que encontré por la mañana, pues no tenía nada más al alcance. Escribí hasta que me cansé y me fui a dormir.
La mañana siguiente, mientras tomaba el café que me ayudaba a superar el día, fui a buscar el papel en el que plasmé mis palabras la noche anterior, para releer mi pequeña historia. Me quedé pasmada al ver que estaba la hoja vacía. Parecía que una goma se hubiera dedicado a borrar todo lo que escribí, pero de una forma tan perfecta, que parecía que nunca nada hubiera estado allí redactado. No podía creerlo, pero no tenía tiempo para darle más vueltas, o perdería el bus que me llevaba al trabajo.
En el bus, escuché en la radio algo que captó mi atención: “…un anciano que hacía 20 años que no veía a su amada porqué perdieron el contacto durante la guerra, se reencuentra con ella gracias a una carta que le mandó ella tiempo atrás. La carta llegó tarde, pero llegó…”. No pude escuchar más. ¿Era cierto lo que llegaba a mis oídos? No podía ser que la historia que escribí la noche anterior se hubiera hecho realidad. No, seguramente era solo una casualidad. Y con ese pensamiento seguí mi día, otro de los rutinarios días que formaban mi triste vida.
Cuando llegue a casa esa noche, volví a pensar en lo que escuché en la radio y en lo que escribí la noche anterior. Cogí el lápiz y lo examiné. Si bien era cierto que era un poco peculiar a la vista, al escribir no hacía nada extraño. Con una pizca de ilusión, escribí en una hoja: “Ahora vendrá el vecino de arriba a pedirme un poco de sal”. Esperé unos segundos y empecé a reírme sola. ¿Enserio había llegado a pensar que lo que escribiera se podría cum…? Sonó el timbre. Fui a abrir y allí estaba el vecino, pidiéndome sal para hacer sopa. Me quedé estupefacta, le di la sal y volví al estudio. Tenía en mis manos algo extraordinario, algo que podía cambiar mi aburrida y triste vida, pero también podía cambiar todo lo que quisiera del mundo que me rodeaba. Tenía el poder para controlar el mundo en mis manos, con un simple lápiz azul aterciopelado de brillo especial, que había aparecido en mi vida sin saber cómo, pero que iba a cuidar como si fuera un tesoro.

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5 comentarios

  1. 1. Pikadili dice:

    Me gusta. En primer lugar creo que utilizas mucho la “y”, a veces sin necesidad (“Y olvidando…”, ahi, por ejemplo, la quitaría). Hay otras palabras que repites y podrías sustituir por sinonimos facilmente. Y veo demasiados posesivos (este fallito yo lo cometo mucho).
    A parte de esto es un buen relato que cumple con creces el reto del taller.
    Una sugerencia: Si hicieras referencia a la primera historia que escribe la protagonista, la noticia de que ha ocurrido tendría mas impacto sin necesidad de explicarlo despues.
    Un saludo!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 21:00
  2. 2. Robert w. Peterson dice:

    Te juro que lo primero que pensé al leer «por culpa de aquella pequeña máquina que se vuelve loca haciendo ruido y a la que se le da muy bien romper los sueños», fue en un bebé.

    Bromas a parte,

    Esta descripción “muy bonito, de color azul aterciopelado y con un brillo especial. ” es muy vaga y podría mejorarse usando otro tipo de adjetivos; no es bueno acostumbrarse al uso de adjetivos tan inespecificos como “bonito” o “especial”, aún no le encontré nada de “peculiar”.

    “nunca tendría por qué no era más” es “porque” si no me equivoco.

    “Siempre había soñado CON ser escritora”, me suena mejor así.

    “acostar-me”, acostarme.

    “La mañana siguiente” A la mañana siguiente…

    Abusas mucho de la conjunción copulativa “y” para enlazar las frases, lo que repercute negativamente en el ritmo a mi parecer.

    Tienes muchos despistes y erratas de ese tipo que requieren una revisión por tu parte; dejaré de resaltarlas.

    El problema de construcción que le veo son los momentos elegidos para la trama, que no resultan del todo interesantes y muchas veces no son relevantes para el sentido del relato. En ocasiones das demasiada información o te excedes en la linealidad de los acontecimientos: llegué, cené, acabe de cenar, me senté, agarré el boli, escribí, me cansé, etc. La elipsis de estos momentos tan cotidianos es necesaria para que el lector no termine por tirarse de los pelos. Recuerda que el lector no es tonto, dale solo lo necesario y deja que él imagine el resto.

    Por otra parte, respetas bastante bien la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace, el relato no transcurre mal salvo por lo que ya te he comentado. El final se parece bastante al mio, pero creo que necesitas trabajar un poco más el golpe final o conclusión. Algo más contundente.

    Espero que mi comentario no te desanime lo más mínimo, te falta práctica, y eso solo se consigue escribiendo mucho y leyendo. También espero que el relato no tenga nada de autobiográfico y tu vida sea plena, en caso de no ser así, no te machaques de esa forma… o sube tú a casa del vecino a pedirle sal… ya nos entendemos.

    Saludines saladines.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 21:05
  3. 3. M. Blacksmith dice:

    En líneas generales el relato está bien. Un tanto al estilo Ruby Sparks.
    Por lo demás coincido con los comentarios anteriores en el uso excesivo de la conjunción copulativa Y, así como en el uso inadecuado de las palabras por qué y porque.
    Por lo demás, es un relato que se lee fácil y d eforma rápida.
    Un saludo

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 10:56
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Judit.
    Personalmente me ha gustado tu relato. Opino como ya te ha señalado Peterson que abusas un poco de las frases cortas; resaltas bastante los actos mecánicos, aunque esto último no lo veo mal ya que quieres resaltar precisamente esa vida gris y automática del personaje, pero quizás tendrías que detenerte a la hora de dar las noticias relevantes como por ejemplo cuando escribes esa historia que más tarde se cumple.

    Se te ha colado alguna errata como ese guion de acostar-me que te han mencionado y en el último párrafo la palabra “Enserio” que la has puesto toda junta. Pero son pequeños fallos que con un repaso se corrigen fácilmente.

    Ah, una última cosa yo cambiaría esa descripción de “azul aterciopelado” el terciopelo no es una cualidad del azul, quizás podría ser azul brillante, o azul marino, no se, son sugerencias.

    La escena que muestras alcanza mucha verosimilitud, y eso, tratándose de un lápiz mágico pues no es nada fácil, así que muy bien.

    Te invito a leer el mío (80) Nos seguimos leyendo. Un saludo.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 09:43
  5. 5. Eber dice:

    Hola. Lo primero que pensé es que difícil que va a ser convertirse en escritora, porque si todo lo escrito se borra, nunca va a tener un relato que perdure. Claro está que por otro lado el ver que lo escrito se haga realidad debe ser emocionante y único, aunque es un poder que espero nunca tenga nadie. Creo que un cuento que te hace imaginar cosas y situaciones cumple con su cometido que es ese: despertar la imaginación de quién lo lee. Saludos

    Escrito el 14 diciembre 2015 a las 19:32

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