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El Lápiz Mágico - por Carolnefer

EL LÁPIZ MÁGICO

—¡Silencio Señores! — dijo Martin aporreando el mazo contra la vieja madera—. Vamos a comenzar con la Sesión.

Corrían tiempos difíciles en el Condado de Liébana. Martin el Alcalde tenía que buscar una solución al problema. Nadie sentía que aquello tuviera solución, y los habitantes estaban asustados ante el incidente ocurrido el domingo pasado.

—¡Caballeros, un poco de silencio por favor! — Martin gritaba ante la imposibilidad de hacerse oír ante la Sala—. Comprendo el enfado y la frustración que estáis sintiendo en estos instantes, pero es momento de dejar los sentimiento a un lado…

—¡Nos han robado nuestro bien más preciado! ¡Iremos a la guerra si es necesario, y si no hay consenso al respecto yo iré a por ellos y los degollaré como si fueran cerdos! —gritó Abel con los ojos inyectados en sangre.

—Abel, debes guardar la calma. ¡Esa no es la solución, por el amor de Dios! —dijo Martin empapado en sudor—. No somos unos bárbaros, nosotros somos un pueblo pacífico, y como tal actuaremos. Pediré audiencia con el Alcalde Constantino, y me personaré yo mismo…

—¡De eso nada! —dijo Arturo exaltado —. ¿No creerás que vamos a dejar que vayas tú sólo verdad?…Iremos contigo y volveremos con el Lápiz Mágico. De no ser así estoy de acuerdo con Abel, ¡iremos a la guerra!. ¡No consentiremos que esos desalmados utilicen el Símbolo de este Condado para destruirnos!

Al día siguiente de lo sucedido, Martin mandó una misiva al Condado de Caín y consiguió audiencia con el Alcalde Constantino. Muy a su pesar, con él viajaron un séquito de hombres dispuestos a matar a quién se interpusiera en su camino si no conseguían volver con el Lápiz Mágico del Condado.

—¡ Se presenta en Audiencia el Alcalde Martin! —anunció un hombre de la Guardia del Condado.

Martin y sus hombres se adentraron en la gran Sala. Con paso firme miraba distraído a ambos lados, tratando de memorizar la Situación que ocupaban los hombres de la Guardia. Dos a ambos lados de la puerta, y otros dos junto al Alcalde. «Quizás nos hayamos excedido en el volumen de hombres», pensó Martin.

—Buenos días tenga usted Alcalde Constantino —dijo Martin con porte erguido y cara seria —. Agradezco que nos reciba con tan poca antelación, pero hay un asunto que urge al Condado de Liébana. Como ya habrá oído hemos sufrido un robo de no poco interés. Se trata de nuestro más preciado Tesoro, el Lápiz Mágico…

—Lo sé —afirmó Constantino —. Déjese de tanta zalamería…sé que han venido a por ello, pero eso nunca sucederá. —dijo mientras se acercaba a Martin con pasos lentos—. Y sabe porqué… porque llevamos años soñando con apoderarnos de ese valiosísimo objeto. Y ahora que lo tenemos podremos hacer todo lo que hemos deseado hasta el momento. Firmaremos todos los Tratados de los Condados lindantes y nos apropiaremos de ellos.

—¡No puedo creer que usted haya podía hacer algo así! —dijo Martin rojo de ira —. Usted sabe que nunca saldremos de este Condado sin lo que nos pertenece, el Lápiz Mágico. Ese objeto es un símbolo para nuestro pueblo, nunca ha sido usado con ningún propósito. ¡Y menos aún con el propósito de iniciar una Guerra!

Y de repente, todo sucedió muy rápido. Constantino sacó el Lápiz Mágico del bolsillo y eso despertó la furia de los hombres de Martin. Abel desenfundó el cuchillo, y se abalanzó encima del Alcalde, y después de un leve forcejeo, se lo clavó en la yugular. Arturo mientras tanto le cubría la espalda y daba la orden de sacar a Martin del Condado lo antes posible.

La esposa de Constantino enloquecida, corrió hacia su marido mientras éste yacía en el suelo ensangrentado e inerte. La mujer gritaba desconsoladamente junto a su esposo. La imagen era desoladora, pero no les habían dejado otra opción. Afortunadamente pudieron huir, no sin antes pelear con los Guardias que estaban custodiando la Sala.

Y así de esta manera cubiertos de sangre y lágrimas entraron en el Condado de Liébana. El pueblo les recibió con vítores y aplausos, felices por recuperar el Símbolo del Condado, El Lápiz Mágico. Sabían que por el momento habían ganado, pero solo por el momento. Martin conocía las consecuencias de lo ocurrido, muy a su pesar tarde o temprano tendrían que enfrentarse a una Guerra.

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2 comentarios

  1. 1. Frida dice:

    Hola Carolnefer. He de comenzar diciéndote que el texto me ha sonado castellano y, como tal has de saber que Martin es Martín, con tilde en la i, además he de apuntarte que debes tener cuidado con las reiteraciones, en una misma frase párrafo, has de tratar de evitar escribir dos veces la misma palabra, ejemplo: “nunca ha sido usado con ningún propósito. ¡Y menos aún con el propósito de iniciar una Guerra!”, aquí la palabra propósito ha sido repetida en un pequeño intervalo de palabras. Yo hubiese sacado el segundo para dejar así la frase:”¡Y menos aún con el de iniciar una Guerra”.

    En cuanto al texto, me ha hecho pensar en la historia de Abel y Caín, no sé si porque ambos nombres son mencionados a lo largo de la narración, o porque en el fondo estás hablando de una lucha por envidias, con muerte de por medio. El caso es que no he podido evitar pensar en cómo las guerras comienzan por causa de la codicia de los hombres, un hecho que has sabido reflejar muy bien con tu texto. Es una gran invitación a la reflexión sobre la condición humana.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 13:46
  2. 2. Leonel Esteban Bracco dice:

    Hola Carolnefer, como ya te dijeron en el primer comentario, ten cuidado con las reiteraciones. Especialmente con el Lápiz mágico, lo nombraste excesivamente cuando podrías omitir su nombre y de todas formas se entendería que hablas de él. Es algo que si practicas leyendo el texto en voz alta vas a poder solucionar sin la ayuda de nadie.
    En cuanto al contenido de la historia lo veo muy bien, me parece un tanto ingenuo el desarrollo pero es difícil hacer otra cosa con textos tan cortos, quizá el tema de tu relato es difícil de comprimir en 750 palabras y mantener realismo en cuanto a lo que sucede con los guardas, el asesinato, etc.
    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 12:34

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