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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por Pikadili

La doctora Lozano jugueteaba con su bolígrafo Bic mientras esperaba que el café que descansaba a su lado de la mesa se enfriase. Frente a ella, al otro lado de la línea roja que los separaba, el paciente Jorge Peláez la observaba tras su enorme flequillo esbozando media sonrisa. Aquel día estaba más hablador que de costumbre. La psicóloga anotó esta circunstancia, dio un sorbo a su café todavía caliente y se recogió el pelo rubio y rizado. Estaba preparada para incidir más en el tema que había sido tabú durante las sesiones anteriores:

-Háblame de tu padre, Jorge. –No preguntó. Sabía que no era conveniente dar muchas alternativas al paciente ni mostrar excesiva emoción por aquellos progresos; esto le haría sentirse incómodo.
-¿Mi padre? –respondió con su voz aterciopelada-. Mi padre era carpintero. Carpintero y artista.

Cuando tenía quince años, el padre de Jorge había matado a su madre a golpes una noche de borrachera. La doctora Lozano siempre había querido explorar la influencia de aquello en la personalidad de Jorge, pero él se cerraba en banda continuamente. Sin embargo, aquel día había ocurrido algo fuera de lo común…

-Él me regaló mi lápiz ¿sabe? –continuó-. Mi lápiz mágico.
-Creo que hoy te han dejado dibujar un rato con ese viejo lápiz de carpintero ¿no es así?
-Sí… –Jorge sonrío ampliamente al recordarlo. La barba sucia y canosa siguió el movimiento de sus labios, que dejaban entrever unos dientes amarillentos y podridos-. Papá me lo dio. Él dibujaba con aquel lápiz mesas, sillas y otros muebles, y en un abrir y cerrar de ojos… ¡Tachán! Esos objetos se hacían realidad.

La psicóloga volvió a beber del café para disimular su éxtasis, pero el brebaje ya se había quedado tan frío como la habitación en la que se encontraban. Sólo una línea roja pintada en la mesa que ambos compartían la separaba de aquel tipo tan infantil como peligroso… aunque ella no tenía ningún miedo.

-Y dime ¿cómo influyeron tú padre y ese lápiz en tus… actos? –La doctora se acomodó las gafas al preguntar, aquello empezaba a ponerse serio.
-Bueno… Él me enseñó a capturar la realidad con los dibujos ¿sabe? Por eso este lápiz es tan especial. Pero… -Lozano escribía sin parar en su bloc de notas; aquello era oro puro y ella no era muy dada a usar grabadoras; no podía perder detalle- cuando él construía sus sillas y mesas, los dibujos perdían valor… ¿Qué importancia tiene una imagen si el objeto ya existe fuera del papel? Usted lo entiende ¿verdad?
-Por supuesto, esa es la maldición de los pintores realistas. Por eso con las cámaras fotográficas empezaron a pasar de moda –apuntó ella.
-Claro… Un día, papá pintó a mamá. –La psicóloga abrió los ojos como platos y se agarró a la silla con fuerza-. Y después… Hizo lo contrario. Metió la realidad en un dibujo y lo convirtió en una obra única ¿no es genial?

Jorge comenzó a reír. A pesar del horror de sus declaraciones, la doctora Lozano casi sintió el impulso de acompañarle; ahora comprendía muchas cosas que antes solo podía imaginar. En ese momento decidió ponerse dura; estando tan cerca, de poco le valía andarse con rodeos.

-Verás Jorge, en tu piso encontramos muchos dibujos de mujeres. Algunos de ellos se correspondían con las víctimas de tus crímenes que hemos encontrado. –Solía evitar la palabra “asesinato”; cada vez que la utilizaba la situación se ponía fea-. Pero hay otras que no sabemos quienes son. Dime, ¿hay más chicas? ¿has escondido otros cuerpos?
-¿Por qué debería decírselo? –El paciente volvió a reír, parecía un niño escondiendo un secreto infantil.
-Bueno, sin un público tu obra está incompleta. Eso lo sabe cualquier artista –Jorge la miraba con todo el interés del mundo; ya era suyo-. Todos saben lo que hiciste con las chicas que sí hemos localizado, esas sí son obras de arte únicas y completas para ti. Pero si hay más víctimas, el objetivo se tuerce. Tus dibujos carecen de sentido si la gente piensa que esas mujeres siguen vivas ¿no crees?

El paciente intentó disimular su asombro reaccionando con naturalidad, como si ya hubiese pensado en ello, aunque evidentemente no era así. De modo que cruzó las piernas despacio, acomodó el culo en la silla y se froto las sienes con gesto cansado. A continuación, respondió a la pregunta:

-Está bien doctora, se lo diré…

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21 comentarios

  1. 1. Sara Ley dice:

    Voy a hacer eso que han sugerido de comentar los 10 relatos siguientes al mío, así que “te ha tocado”.

    Lo que menos me gusta son las dos primeras frases. Hay demasiados verbos: jugueteaba, esperaba, descansaba, observaba, separaba… Sé que es una escena introductoria, pero creo que escrita de otra manera engancharía más y sonaría mejor al leerlo.

    Cuando empieza el diálogo entre psicóloga y psicópata, la cosa se anima. Me ha parecido muy interesante esa relación entre los dibujos y la realidad que explica Jorge. Me ha gustado cómo la psicóloga está emocionada porque por fin Jorge le habla del crimen de su padre, y la relación que tiene eso con sus propios crímenes. Es como que el relato va “in crescendo” hasta el final, hasta que la psicóloga le “acorrala” y por fin va a confesar dónde están las víctimas que aún quedan.

    Todo sea por el arte.

    Una última cosa: la palabra “culo” en el final del relato es como que rompe un poco el conjunto. Yo la quitaría y diría simplemente que se acomodó en la silla.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 19:22
  2. 2. Frida dice:

    Hola Pikadili. Es la segunda vez que te leo y, te diré que has vuelto a crear un relato lleno de tensión, me da la impresión de que te encantan los psicópatas y todo el juego que pueden dar de sí en una narración y, es que no sólo en esta ocasión vuelves a tratar el tema de un psicópata, sino que lo haces desde otro punto de vista y lo bordas. Me encanta la tensión que se crea con la psicóloga, es muy morboso emocionarse y querer saber lo que Jorge ha hecho, que debe de haber sido algo en plan Jack el destripador por lo menos y, a pesar de que al igual que la doctora, sabes que esas emociones no son éticas, no puedes dejar de sentir la emoción recorriendo tu cuerpo, el vello erizándose porque tienes a Jorge a punto de caramelo. Y el final me ha dejado con ganas de más, no sé llámalo morbo, pero al mismo tiempo me gusta porque deja mucho lugar a la imaginación y, si considero que algo debe poseer un texto, es el poder de desatar la imaginación del lector.

    Enhorabuena.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 15:30
  3. 3. Lemo dice:

    Buenas Tardes Pikadili.

    ¡Que decir? muy bueno. Cuando el relato te engancha qué difícil es encontrar errores, será que no los hay. Esta genial el desarrollo como nos vas descubriendo y tachando nuestras deducciones, es un niño, hay no es un desequilibrado, la leche si es un asesino !! Genial, y esos finales me encantan.
    Solo decirte que te dejaste un acento en “frotó”.
    Felicidades.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 17:28
  4. 4. Christian Joseph White dice:

    Genuial, Pikadili. Al inicio no preveía la trama del relato, me parecía sólo otro drama psicológico de índole familiar, y entonces, a medida que todo fluía, vislumbre la macabra realidad. Has creado una historia bastante original teniendo en cuenta el requisito del taller de este mes, que limitó mucho las ideas. Hay pequeños detalles a corregir, pero en sí mismo, tienes un gran relato. ¡Te felicito!

    Saludos 😉

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 21:43
  5. 5. charola dice:

    ¡Hola Pikadili! Es un buen relato que me enganchó desde el primer momento y que al final me quedé con las ganas de saber más. Por allí se te escapó una tilde, cuando dices: ¿cómo influyeron tú padre y ese lápiz en tus… actos?, debió ser “tu padre” sin tilde en “tu”. Por lo demás, genial. Felicitaciones.
    Te invito a leer el mío que es completamente distinto al tuyo (71).

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 02:19
  6. 6. M. Blacksmith dice:

    Gran relato! Me ha encantado. Los diálogos están perfectos y muy logrados. Me ha gustado mucho como a lo largo del texto se van dando distintos giros en torno al personaje. Está muy bien escrito!
    Enhorabuena.
    PD. Muchas gracias por comentar mi relato.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 10:06
  7. 7. Jordan dice:

    Yo he sido uno de los comentaristas de tu relato. Me parece un relato sencillo y al grano; me gustó mucho. Muy bien escrito y con pocos errores, por no decir ninguno.

    Un placer leer relatos así.

    Mi relato, por si os apetece echarle un ojo. https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-29/4362

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 11:31
  8. Hola Pikadili, vaya trama te has marcado! cuando he empezado a leer he pensado en lo bien que le vendria a mi Candela la doctora Lozano pero luego he pensado que podría cruzarse con Jorge al salir de su consulta y se me ha pasado…
    Que miedo de hombre! pero he de reconocer que me encantan estas historias.
    Un saludo y gracias por pasarte a comentar.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 14:24
  9. Me gusta mucho de tu relato como la tension se mantiene de principio a fin. Rapidamente entra uno a ver quien es este sujeto y los detalles del porque de sus asesinatos sorprenden a uno en el momento justo. Me parece muy bien escrito aunque solo le encontre dos cosas. La primera esta en la primera oracion: “La doctora Lozano jugueteaba con su bolígrafo Bic mientras esperaba que el café que descansaba a su lado de la mesa se enfriase.” Hay dos que muy cerca uno del otro y al menos a mi (reitero que esto es solo mi opinion personal) me choco al leerlo.
    La segunda es, como dice Sara, la palabra culo. Podria ser eliminada dejandose mejor “se acomodó en la silla…”
    En fin, eso no quita que sea un estupendo relato.
    Gracias por tu comentario en mi relato y felicitaciones por el tuyo.
    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 15:30
  10. 10. PAULATREIDES dice:

    Muy bueno Pikadili.

    Un relato inquietante, con unos diálogos muy bien logrados.
    Estoy de acuerdo con los comentarios de los compañeros. Mención aparte sería el tema de los guiones de diálogos.
    Personalmente eliminaría la palabra “paciente” que aparece tan pronto en el texto, e incluso “psicóloga” (para no dar pistas).
    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 19:34
  11. 11. Jose Caudeli dice:

    Lindo relato Picadilli. Seguramente dificil de crear por toda la coherencia implicita que debe tener un cuento de suspenso, policial. Lo llevas a buen ritmo, incrementando poco a poco la tension. Tal vez me hubiera gustado un final mas trágico.
    Te felicito.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 22:49
  12. 12. Marcelo Kisi dice:

    Hola Pikadili, compañero!
    Gracias por tu comentario a mi relato, cuánto me alegro que la hayas pasado tan bien!
    Tu relato es sencillamente estupendo. Combina el género de drama psicológico con policial de un modo exquisito.
    Coincido con los compañeros en algunas observaciones, te agrego un par mías con tu permiso:
    Los guiones de diálogo deben ser largos, no los cortitos. También te propongo uniformar la separación entre párrafos, dejando un renglón siempre que hay punto y aparte, o nunca. Es más correcto y además más prolijo.
    Lo de “noche de borrachera” hace cacofonía, te conviene buscar un sinónimo para borrachera.
    Luego, algo sobre el contenido. La psiquiatra debe demostrar más empatía aun -y sobre todo más precaución- con su paciente, meterse más en su mundo, sin quiebres. Lo sabés, pero se te escapa: si para Jorge el lápiz es mágico, yo no recomendaría a la psicóloga llamarlo “viejo lápiz de carpintero”. Uno se da cuenta que estás poniendo en la voz de la psicóloga una explicación para el lector, lo que no es conveniente. La descripción del lápiz hacela en otro lugar.
    También patina la precaución de la psiquiatra en llamar a los asesinatos “tus actos” o, peor, “crímenes”. No hay diferencia entre asesinato y crimen, si en realidad lo que se busca es seguirle la corriente a Jorge con lo de obras de arte vueltas realidad. El psicópata debería ofenderse igual, porque para él eran obras artísticas, no crímenes.
    Con la pregunta de “Y dime ¿cómo influyeron tú padre y ese lápiz en tus… actos?”, la psiquiatra delata su estrategia. Lo de buscar cómo influye el crimen de su padre en los de Jorge es algo que deben saber ella y el lector. Un psiquiatra o psicólogo no preguntaría tan directamente. O sea, “Háblame de tu padre” está bien. Esta otra, no está tan bien. Hay que buscarle más circunvalaciones a la sesión. Preguntas del tipo: “¿Qué más aprendiste de tu padre?”, serían más acordes con la profesión y también servirían a la trama.
    Dicho sea de paso, el “tu” de “tu padre” en esa pregunta va sin tilde.
    Más abajo, como te decía, “víctimas de tus crímenes” habría que reemplazarlo con “las muchachas que hemos encontrado” o algún otro sinónimo de mujeres. La explicación que das en la voz del narrador, en el sentido de que se trata de víctimas de asesinato, hacen innecesario que la psiquiatra lo diga. Aunque ahí entre guiones habría que decir: “–Evitaba la expresión “víctimas de asesinato”; cada vez que la utilizaba la situación se ponía fea-.” No suele: lo hace siempre. Entonces ahí queda redondo y el lector se entera de todo lo más bien.
    Luego, cuando ella lo convence, en lugar de “Pero si hay más víctimas”, ella debería decir: “Pero si hay más chicas”. Recuerda que para él son sus objetos de arte, no sus víctimas. Para hablar con un psicópata, especialmente en ficción (los tratamientos reales son mil veces más complejos, no conviene dar consejos a psiquiatras 😉 ), hay que seguir dentro de su mundo, sin quiebres hacia la realidad. Sobre todo porque ella no está intentando una cura, sino sonsacarle información.
    Espero que te sirva, porque te repito que se trata de un relato excelente!
    Nos leemos!

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 08:58
  13. 13. Marcelo Kisi dice:

    Se me escaparon algunos “psicóloga” en lugar de psiquiatra. Es que primero hablé de psicóloga, cuando en realidad es psiquiatra, entonces cambié, pero se me escaparon algunos…

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 09:00
  14. 14. T. Arévalo dice:

    Felicidades, un relato redondo.
    Has utilizado el vocabulario adecuado, sin florituras ni adornos innecesarios. Creas una atmósfera que se adecua perfectamente a la historia. La tensión va increscendo, poco a poco el relato se encamina hacia un final explosivo y luego…. Me gustan los finales sorpresivos, quizás hubiera venido al pelo que el enfermo-asesino estuviera dibujando con El Lápiz mientras habla con la psiquiatra, y que justo al final la psiquiatra horrorizada se diera cuenta de que estaba dibujándola a ella. ¿Qué te parece este final alternativo?

    Repito, enhorabuena por el relato, me ha gustado mucho

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 18:12
  15. 15. CARMELILLA dice:

    Hola Piccadilly comienzo mi comentario diciéndote que he disfrutado mucho con la lectura y el contenido de tu relato, con una redacción impecable no le veo defecto alguno quizá y únicamente la expresión acomodo el culo la hubiera cambiado por otra, pero este detalle tan insignificante casi no merece la pena ni nombrarlo lo dicho que me ha gustado mucho. TE seguire leyendo. Saluditos.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 18:48
  16. 16. Eber dice:

    Hola. Buen cuento, al que hay que seguir con atención,porque no es sencillo, pero si entretenido. Como observación la psicóloga debe demostrar menos emoción al analizar su paciente, debe tomar mas distancia de él, como cuando dice ” se agarra de la silla” cuando está a punto de confesar o “La psicóloga volvió a beber del café para disimular su éxtasis “.Está bien que esté expectante en lo que el va a descubrir pero sin cruzar la línea del involucramiento personal.Son detalles a pulir.Emoción in cresendo bien lograda.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 23:04
  17. 17. Eber dice:

    Corrijo:emoción in crescendo

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 23:05
  18. 18. Diego Manresa Bilbao dice:

    Joe Pikadili, siento mucho decirte que no he entendido bien tu relato… No me ha quedado muy claro que busca la psicologo, si es el resto de los cadaveres, y tampoco que hacia exactamente el padre… Lo siento mucho amigo…
    Eso si, el personaje y la ambientacion estan perfectas

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 00:19
  19. 19. Isolina R dice:

    Hola, Pikadili:
    Me sumo a los comentarios anteriores, sobre todo al de Marcelo Kisi, con el que estoy de acuerdo en cuanto te ha dicho.
    Me ha gustado un montón tu relato.
    Voy a hacerte unas sugerencias para mejorarlo en el plano formal.
    En: “La doctora Lozano jugueteaba con su bolígrafo Bic mientras esperaba que el café que descansaba a su lado de la mesa se enfriase” yo cambiaría “su” por “el”, quitaría “Bic” y eliminaría también “que descansaba a su lado de la mesa”. Creo que tal como la has puesto no es una buena oración para el inicio, por varias razones: das un dato irrelevante para la historia (la marca del boli), te detienes en el detalle de dónde estaba el café, usas un excesivo número de verbos (cuatro) y repites dos veces “que”.
    En: “Frente a ella, al otro lado de la línea roja que los separaba, el paciente Jorge Peláez la observaba tras su enorme flequillo esbozando media sonrisa” yo eliminaría “que los separaba” y “el paciente”. En lugar de “su” pondría “un” y en lugar de “esbozando” diría “y esbozó”.
    Todo el primer párrafo está plagado de imperfectos (jugueteaba, esperaba, descansaba, separaba, observaba, estaba) hasta “anotó”. Creo que el protagonista es él, así que el primer perfecto simple yo se lo adjudicaría a él. Y me gustaría que fuera en “esbozó media sonrisa”. Este detalle es importante. Es un asesino en serie.
    En: “La psicóloga anotó esta circunstancia, dio un sorbo a su café todavía caliente y se recogió el pelo rubio y rizado” yo diría: “Ella anotó esa circunstancia, dio un sorbo al café y se recogió el pelo”. A los asesinos los tratan psiquiatras, como te dijo Marcelo Kisi. Pero no conviene decir desde el principio a qué especialidad se dedica esta doctora, ni qué le pasa a Jorge Peláez. Me parece innecesario que te detengas en la doctora, en su pelo, en su café… El poco espacio que tenemos (con las 750 palabras) debemos economizarlo y sacarle todo el partido posible yendo al grano. Entiendo que describas al protagonista, aunque solo aquellos rasgos significativos para la historia, pero no que describas a la psiquiatra. ¿O es importante para la trama que ella sea rubia o morena o tenga el pelo rizado o liso? En cambio los datos físicos sobre Jorge (la barba sucia, los dientes amarillentos y podridos) sí interesan. Lo que no me cuadra bien es que un asesino en serie responda con voz “aterciopelada”. Este y algún otro detalle mínimo desentonan un poquito.
    Procura revisar el texto y ver las repeticiones del verbo “ser”, sobre todo “era”: “aquello era oro puro y ella no era muy dada a”
    En: “no sabemos quienes son” falta la tilde en “quiénes”.
    Repites en muy pocas oraciones bastantes veces la palabra “lápiz”.
    Reduce los posesivos en la medida de lo posible.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 9 diciembre 2015 a las 20:51
  20. 20. Lagartija dice:

    Hola Pikadili, lo primero gracias por comentar mi relato. Del tuyo te diré que me ha parecido inquietante y creo que está bien resuelto, pero me da la impresión que para el formato propuesto se queda un poco corto. Es decir, que se cuentan demasiadas cosas en pocas líneas y lleva, en mi opinión, a resultar poco verosímil. Sin embargo, me ha gustado mucho tanto el tema, que me parece original (y como te digo, creo que da para ampliar en una historia más larga) como la forma de contarlo, desvelando poco a poco la trama y generando intriga, así que ¡enhorabuena!

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 00:16
  21. 21. Vespasiano dice:

    Hola, Pikadili:
    He estado de viaje aprovechando el puente de la Constitución y he regresado ayer. Así que esta vez me ha cogido el toro. No quería dejar de pasarme por tu relato. Primero porque me gustan tus historias y en segundo lugar para agradecerte tu paso por el mío.
    A estas alturas no me quedan muchos argumentos para destacar o comentar.
    Pero de veras me ha enganchado tu relato y me ha mantenido atento.
    La imaginación comienza a funcionar y me pregunto: ¿No habrá dibujado Jorge a la doctora? ¿Podría ser ella la nueva victima? Lo único que les separa es una delgada línea roja. Yo no me fiaría.
    Felicidades.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 20:50

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