El lápiz mágico - por Ella

El lápiz mágico

Se sentía raro, intranquilo, diferente a como se había sentido todos estos años que ya son siglos desde que nació del grafito de Borrowdale y le fueron conferidas cualidades especiales.

Si. Era un lápiz, pero un lápiz especial ya que era El Lápiz Mágico.

Poseía la magia de lograr escritos, dibujos, diseños, trabajos de ingeniería y carpintería reconocidos y admirados en todo el mundo. Mas la magia solo se le otorgaba a unos cuantos. Así lo habían dispuesto las Artes, las Ciencias y la Alegría el día que decidieron premiar al Hombre por tan gran y singular invento, que tanto escribía, como dibujaba, como marcaba. Tomaron a uno y lo convirtieron en El Lápiz Mágico.

Quizá no lo sabías, pero estoy seguro que ahora lo sospechas. Esa novela, ese poema, ese edificio, ese dialogo, esa pintura en los que estás pensando. Sí. Son obra de la magia de El Lápiz.

Y después de haber iluminado a los creadores de maravillosas obras que permanecerán por siempre, proporcionando placer e inspiración a la humanidad ¿Cómo es que ahora El Lápiz ha caído en una crisis?

Todo inició con la llegada de los reality shows. “Cámara Escondida” y los primeros programas de concursos le pasaron desapercibidos. Pero la última temporada de“Big Brother” le pareció tan nauseabunda que notó en él una transformación: había adquirido conciencia moral. Entendió que su conducta habitual de iluminar solamente a los elegidos, estaba mal. Lamentó que aunque quisiera, los escritores, editores, y demás colaboradores artísticos del programa definitivamente no serían de los elegidos.

Pasó el tiempo. Vinieron los concursos humillantes, la búsqueda de talentos, más vulgaridades. Fue el proyecto “Constructor a la fuga”, quien finalmente le propinó la puntilla: la tristeza y la frustración de no poder hacer nada por librar al Hombre de lo que a su parecer explotaba los aspectos menos favorables, se terminaron de apoderar de su antes irreflexiva existencia.

Acudió por respuestas al Museo del Lápiz de Keswick. Sólo encontró pugnas entre los lápices acerca de quién es el mejor: el HB o el 2B, o si el lápiz promedio escribe más o menos de 45,000 palabras.

Desilusionado, buscó a las Artes y a las Ciencias. En silencio lo miraron diciéndole mil cosas que no pudo descifrar.
—Trata de entenderlos —le pareció escuchar.

Recurrió a algunos de los genios tocados por él aún vivos. A la mayoría los encontró con la mirada perdida en su peor pesadilla: los realities.

Y cuando su desasosiego rayaba ya en depresión, es que recordó que aún faltaba alguien.

—Si. La Alegría sabrá qué debo hacer.

Fue fácil dar con la Alegría. Enseguida notó ella que El Lápiz tenía problemas.

— ¿Por qué solo a algunos? ¿Cómo lo deciden? ¿Pueden hacer excepciones? — Quedó expectante a la respuesta que seguramente lo liberaría de la pena.

La Alegría lo miró como se mira al hijo pequeño que cándido pregunta y pregunta porqués.

—Lápiz Mágico: sin deseos de ofenderte, veo que no entiendes que eres sólo una herramienta que creamos para actuar sobre el Hombre. No se te concibió para que tuvieras ni conciencia ni remordimientos.

Y pensó para sí misma: ¡Vaya que son poderosos los realities! Vamos a ver qué hacemos ahora con éste…