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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por Conxita Casamitjana

Web: http://enrededandoconlasletras.blogspot.com.es/

Claudia miró el lápiz. Lo coge dándole vueltas entre sus dedos mientras una sonrisa vuelve a sus labios.

«Si pudiera hablar… todo lo que contaría». Aliado fiel a lo largo de muchos años y un puntal imprescindible para su seguridad, aún ahora la acompaña en el bolso.

«Mamá»

La echa de menos, sus abrazos cálidos, los besos de mariposa que la hacían reír y esas cosquillas que tanto la molestaban pero que ahora evoca con nostalgia.

Aún puede recordar el día que le dio ese regalo. Todo lo que mamá hacía siempre estaba envuelto en un no sé qué de misterio, en una delicadeza y en un gusto exquisito. De hecho era casi tan precioso el envoltorio en el que lo escondía, como lo que había en su interior, ¡daba pena deshacerlo! Así fue con aquel paquetito, envuelto en un atractivo papel de resplandecientes reflejos acharolados, de un color dorado y cruzado con un lazo de diminutas estrellas, «tan bonitas como tú» le había dicho en el momento de entregárselo.

Ella lo abrió con cuidado y allí estaba, una cajita con un simple lápiz, eso sí de un flamante color verde brillante.

Claudia recuerda que miró a mamá boquiabierta, ella le guiñó un ojo al tiempo que le susurraba:

— Es mágico…

Acababa de llegar de uno de sus viajes y le explicó que le habían asegurado que era capaz de hacer cumplir los sueños. Le había sonreído al tiempo que le daba un beso.

Ella sólo lo podía mirar, ¡era tan bonito! Lo acariciaba con la punta de los dedos casi sin atreverse a tocarlo. Ese color tan brillante, puro, de líneas armónicas y con unas inscripciones que, según mamá, decían «no hay límite para tus sueños».

Claudia acaricia su lápiz mágico.

Había empezado ese mismo día a escribir sus cuentos. Era como si el lápiz la empujara y las palabras brotaran solas, deseosas de explicar historias. Una tras otra construían mundos, personajes, relatos imaginativos que la hacían sonreír, llorar pero siempre disfrutar. No volvió a sentirse sola, se había despertado un universo que la llenaba de satisfacción.

El lápiz se convirtió en algo imprescindible. La acompañaba a la escuela, en sus primeros pinitos como escritora, en sus exámenes, en su primer premio…Claudia sonríe al recordarlo, mamá la inmortalizó recogiéndolo, el lápiz mágico en su bolsillo. La foto ocupó un lugar destacado en su habitación.

También puede recordar la desolación que sintió cuando creyó que lo había extraviado, como se desmoronó pensando que estaba perdida, que nada le saldría bien… pero de nuevo mamá acudió, con su sabiduría infinita, explicándole que el poder del lapicero estaba en su interior, que era una parte de ella y que, nada ni nadie, la podría distraer de sus objetivos, que ya no necesitaba apoyarse en nada externo porque toda la fuerza le salía de dentro.

Aún puede verla mirándola con sus ojos verdes.

— Mi amor, toda la magia está en ti, tu eres todo lo que quieras ser. El lápiz ya te lo transmitió junto con la importancia de creer en ti misma. Lo has visto, puedes conseguir lo que quieras, solo tienes que creer y hacer. No hay límite para tus sueños.

A pesar de no estar muy convencida, superó con una nota excelente sus exámenes y siguió recogiendo galardones en su incipiente carrera de escritora. Mamá nunca le decía « ¿lo ves? Es como yo te decía», pero era evidente que, ahora, ella también era mágica.

Mucho más tarde, pasados unos largos meses quizás hasta un par de años, apareció el lápiz de nuevo. Siempre había estado en su habitación aunque parecía haberse escondido, quizás para ponerla a prueba.

Satisfecha una Claudia ya adulta lo mira, mientras sigue acariciando las inscripciones…«No hay límite para tus sueños». Sonríe, ahora sabe que no pone eso en la inscripción, que era algo que mamá había inventado para ayudarla a superar sus miedos, a que confiara en sus recursos y sobre todo, en ella misma.

El lápiz había venido de un lugar especial, de Catemaco, en Veracruz. Un lugar donde se decía que lo que no es mágico, embruja. La capital de los brujos más famosos del planeta, al menos eso es lo que explicaba la propaganda turística, y para ella, ese regalo de mamá había sido algo muy especial en su vida, y aún lo seguía siendo, le había ayudado a superar cada una de las pruebas que la vida le había puesto.

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13 comentarios

  1. 1. Wolfdux dice:

    Hola Conxita. Ya leí el relato en tu blog y me gustó mucho pero, como siempre, no dije nada. :·P No se si es cosa del formato de Literautas pero me parece ver un espacio entre la raya de diálogo y la primera palabra, en caso de ser así, es un error que habría que modificar. Un abrazo.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 16:37
  2. 2. CARMELILLA dice:

    Hola Conxita, que buen relato, que buena sensibilidad, lo he leído con una sonrisa y sin dejar de pensar en mi madre y en mí como madre, en mis hijos, en el poder del amor y en esa magia que sabemos hacer y transmitir cuando amamos. Y esto que comento aquí lo he reflexionado con la lectura de tu relato. Gracias. Buena tarde y si me permites, un beso.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 17:37
  3. Gracias Wolfdux, te agradezco tus palabras. Y te espero con tus comentarios, siempre me encantan.
    Por supuesto tienes razón, hay un espacio en la raya del diálogo, fallo mio porque no lo domino aún.
    Me ayuda mucho que me digáis estas cosas.

    Carmelilla, que bonitas palabras. gracias por leerlo y me encanta que te haya ayudado a reflexionar, el amor todo lo puede o casi todo. Un beso también para ti.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 19:08
  4. Un relato mágico como el lápiz del que habla. De lectura fácil, bien estructurado y narrado. Una historia tierna y que da mucho para pensar.
    Felicitaciones por tan bello relato.
    Saludos.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 16:30
  5. 5. Tavi Oyarce dice:

    Hola Conxita

    Muy bello tu cuento. Mucha sensibilidad. Es bueno leer relatos que tengan relevancia y entendimiento universal.
    El tono es el correcto para la historia y no hay mayores problemas con la redacción.

    Sobre la siguiente oración una pregunta:

    “Mucho más tarde, pasados unos largos meses quizás hasta un par de año”.

    Una misma idea se repite tres veces, ¿será para mantener el ritmo del relato?
    Aparte de eso, no tengo más dudas.
    Te seguiré leyendo
    te felicito

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 21:26
  6. Gracias Ryan por tus palabras, me alegra que te haya gustado.

    Tavi, muchas gracias por tu comentario. Tienes razón que se repite la misma idea, pero la utilicé pensando en insistir en el tiempo pasado y en cómo había desaparecido. Aunque no sé si es del todo correcto repetirlo tanto.
    Me alegra que te haya gustado.
    Un saludo a ambos.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 17:59
  7. 7. beba dice:

    Hola, Conxita:
    Como siempre, tu relato es fresco, emotivo y aleccionador: “No hay límites para tus sueños”.
    Tal vez lo más bonito de él es el amor a la mamá, una madre delicada, sensible a la belleza y a la fantasía, pero que no pierde de vista ese valor que transmite: confianza en sí mismo.
    No entendí bien la frase:”Claudia sonríe al recordarlo, mamá la inmortalizó recogiéndolo, el lápiz mágico en su bolsillo.” Tal vez se podría mejorar así: “Claudia sonríe al recordar ese momento; mamá la inmortalizó en una foto con el lápiz mágico en su bolsillo”.
    Fuera de esto no encontré algo más para señalar como mejorable en tu cuento; tiene un ritmo adecuado a la nostalgia y la evocación; buena ortografía; puntuación adecuada.
    Muchos cariños.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 21:26
  8. 8. Leonardo Ossa dice:

    Conxita, el lápiz de tu relato ha hecho la magia de invitarme a mirar en Internet algo sobre Catemaco, y encuentro que efectivamente se promueve en las páginas de turismo como el lugar donde habitan los oscuros magos, curanderos y adivinos. Las imágenes que encuentro son bonitas por la espesa vegetación que distingue al sur de Veracruz. Ahora, visualizo una historia rodeada de amor materno, que utiliza una suerte de talismán para canalizar ese afecto. La ubicación geográfica de Catemaco y el viaje hecho por la madre en esas tierras, me hace trasladar imaginariamente hacia un sitio para mí lejano, al que quizás no pueda visitar nunca, por la distancia que me separa.
    Gracias por el aporte.
    Saludos.

    Escrito el 6 diciembre 2015 a las 01:54
  9. Gracias Beba por tu comentario y tu propuesta de mejora, que “mejora” en mucho la frase, siempre tengo algún problemilla para utilizar el punto y coma y realmente queda acertado como tu lo planteas. Gracias.

    Leonardo, gracias por comentar. Yo no conocía el lugar pero cuando me inspiraba para el relato pensé en buscar lugares donde se practicaba la magia blanca y así salió Catemaco que no conozco pero que visité, como tú por internet y que efectivamente se anuncia como tú bien dices y yo utilizo en mi relato como un lugar de magos y curanderos. Así que aparte de disfrutar escribiendo el relato, aprendí que existe un lugar en México que se ha hecho famoso por eso. Como ves, yo también utilicé el recurso de imaginar un viaje de la madre por un lugar lejano y que piensa inmediatamente en su hija y ese talismán que tanto le aporta. Es el poder del amor, siempre es mágico igual que los sueños.

    Escrito el 6 diciembre 2015 a las 19:18
  10. 10. Christian Joseph White dice:

    Bello relato. Con mucha sensibilidad; profundo y emotivo. El simbolismo del lápiz está bien empleado y muy logrado. Tu prosa tiene fuerza para este tipo de historias, sigue así. Te felicito por tu trabajo, hasta la próxima. 😉

    ¡Saludos!

    Escrito el 8 diciembre 2015 a las 19:35
  11. 11. KMarce dice:

    Saludos Conxita:

    Muy nostalgico tu escena del mes, disfrute su lectura, porque no me saltaron a la vista errores garrafales, a excepción de ese que te mencionaron con los guiones. El resto ha sido muy cuidado.
    Comparto como todos, ese bonito sentimiento de la madre y la hija, me recuerdo a mi mami (ella ya falleció y el 10 fue su cumple), así que mas nostalgica aún; pero entre madre e hija hay una complicidad que al menos puedo decir que yo la tuve con la mía.
    Si voy a ponerme quisquillosa, el último párrafo sale extra, porque la historia en realidad no lo necesita, para mí no hay más magia que el impulso, la confianza y el apoyo de la madre con su hija para ganarle a sus sueños; pero tampoco es que me resultó molesta, pero me gusta más con la frase previa. Enhorabuena.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 09:35
  12. Gracias Christian Joseph White por tus palabras que agradezco mucho, me alegra que te haya gustado. Un saludo

    Gracias KMarce me alegra que te haya gustado, y también que hayas podido disfrutar de esa relación preciosa con tu mamá, desgraciadamente desaparecida, pero nunca del recuerdo y del amor que sientes por ella y agradeciendo esa complicidad que tuviste, eso es fantástico.
    Que afortunadas somos las que hemos podido disfrutar de una madre que nos ha hecho sentir así. Gracias mamás.
    Si tienes razón que el último párrafo aporta poco pero me gustó para enmarcar un poco la historia, aunque realmente no pasa nada si no está, porque de hecho investigué un poco para poder crear un relato, era una anécdota.

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 12:28
  13. 13. Demetrio Vert dice:

    Hola Conxita.
    Primero, gracias por leerme.

    Yo veo tu relato de la siguiente manera. No solo es la añoranza del amor de una madre, sino que es el empeño (y el logro) de una madre por enseñar a su hija a ser adulta, a valerse por si misma. Aquella, la madre, utiliza todos los mecanismos a su alcance, por supuesto tiernos y amorosos, para lograrlo. Incluso las fántásticas mentirijillas (como todos los padres). Y lo logra. pero también interviene el empeño de la hija. La ilusión asumida, el esfuerzo por cumplir con su madre, por que la quiera.

    Dicho esto, yo recalcaría estos aspectos, y desecharía explicaciones inecesarias que restan tensión al relato. Por ejemplo.
    “También puede recordar la desolación que sintió cuando creyó que lo había extraviado, como se desmoronó pensando que estaba perdida, que nada le saldría bien… pero de nuevo mamá acudió, con su sabiduría infinita, explicándole que el poder del lapicero estaba en su interior, que era una parte de ella y que, nada ni nadie, la podría distraer de sus objetivos, que ya no necesitaba apoyarse en nada externo porque toda la fuerza le salía de dentro.

    Aún puede verla mirándola con sus ojos verdes.

    — Mi amor, toda la magia está en ti, tu eres todo lo que quieras ser. El lápiz ya te lo transmitió junto con la importancia de creer en ti misma. Lo has visto, puedes conseguir lo que quieras, solo tienes que creer y hacer. No hay límite para tus sueños.”

    En mi opinión sobra casi todo el primer párrafo, porque en lo que dice la madre, “Mi amor, toda la magia está en tí” (genial enunciado), el elctor, yo al menos, ya capta toda la fuerza que la madre quiere inculcar a la hija. Incluso en ese parlamento precioso sobran las explicaciones (que nunca calan en los niños). La fuerza de convicción es el amor y la fe en la hija. Probemos: “—Mi amor, toda la magia está ya en ti. Te fé. No hay límite para tus sueños.” O algo así.

    Esto se repite varias veces, lo que en mi opinión le resta fuerza a un precioso relato.

    En cuanto al desenlace, en mi opinión, necesita algo más sorprendente. ¿Por qué al final no se le dá un giro y resulta que el lápiz sí que es mágico provocando algo inusitado? Ello no invalidaria el contenido de amor, fe, esfuerzo y adquisición de la madurez que contiene el relato.

    Con mucho cariño y devoción.

    Demetrio.

    Escrito el 16 diciembre 2015 a las 13:53

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