Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

EL LÁPIZ MÁGICO - por PEPE ILLARGUIA

Web: http://vientobarrofuego.blogspot.com

Cuándo se produce ese atisbo de conciencia que te sorprende y te hace exclamar: "Yo soy yo y nadie puede ocupar mi lugar".
A Carlitos ese momento le llegó cuando apenas cumplía los tres años. Justo acababa de pasar la etapa de tirar objetos a la calle desde el balcón del segundo piso, para calcular tiempos y distancias. Parecido a lo que hacía Galileo asomándose por un ventanuco de la Torre de Pisa, lanzando sus bolas de acero bajo un acorde de violín, un reloj musical para medir el paso inexorable de los segundos.
A Carlitos le han echado los Reyes una caja de colores. Tiene muy claro que su preferido es el rojo, por eso los más gastados son el azul y el verde. El marrón no le gusta nada, ni siquiera para colorear montañas; del amarillo un día descubrió que puede hacer rayos de sol; el negro lo quiere para pintar la noche, y el blanco le asusta, le recuerda al viejo tío Eustaquio, que tenía esa palidez en su rostro cuando enfermó y lo taparon con una sábana, y luego se lo llevaron.
Esta tarde Carlitos dibuja al hombre cohete, un ser triangular con sus brazos largos y patas de alambre retorcido, y una pelota por cabeza con ojos y boca, pero sin nariz, ni orejas, ni peluquín. Porque los sentidos de Carlitos solo son dos, el recuerdo, entrecerrando la mirada, de una montaña desbordante que suelta el chorro de una galaxia cercana, y los mordiscos y estirones hasta que se cerró el grifo y se abrió para su hermana la meona llorona.
Y Carlitos muerde su lápiz y aprieta la punta sobre la lámina, en la mesa de la cocina, hasta que un crujido parte por la mitad su lápiz rojo, como la sangre de un pajarillo al que le ha quebrado las alas, de un papirotazo, una nube enfadada.
Ante la mirada atenta de su padre, Carlitos se asombra y apenas puede concebir que hace un momento su lápiz estaba vivo y ahora sobre la mesa solo queda un cadáver de lápiz sangriento. Su mueca de espanto se mezcla con el lamento de un coro griego ante la muerte del príncipe heredero.
-No llores Carlitos, mira, este lápiz verde es tan bonito o más. A mí me gusta mucho para pintar los árboles.
Los gemidos del niño se transforman en gritos de angustia.
–Mi lápiz.
–Espera -le dice el padre-. Cierra los ojos y ya verás cómo lo apaño.
Busca nervioso y encuentra un trozo de cuerda, unas tijeras, pegamento. Cose y recose las partes rotas, y solo una mirada experta, de adulto, puede ver el defecto del ser que ha vuelto a la vida, como el monstruo del doctor Frankestein.
El niño se ha callado por fin, y cuando abre de nuevo los ojos enrojecidos solo puede responder:
–Es que no lo entiendes, papá -dice entre hipidos-. Este no es mi lápiz, el mío estaba roto y yo lo quiero como era antes de que se rompiera.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

16 comentarios

  1. A veces los escritos más sencillos son los más difíciles de concebir, o de expresar, por eso para mí supuso un reto, creo que no del todo alcanzado: una historia real. El nombre de Carlitos es el del personaje en la realidad, hoy es un escritor reconocido.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 23:54
  2. 2. beba dice:

    Hola, Pepe:
    Tu oficio de escritor es indudable, muy buena construcción y manejo del lenguaje.
    Me encantó la anécdota de este Carlitos. No sé si a los tres años tiraba cosas para calcular lo que fuera, o sólo para tirarlas y verlas llegar al suelo. Pero sí sé que el desenlace es tan exacto que parece científico. Me encantaron los detalles de la vida de Carlitos y sus lápices.
    Sólo no entendí bien el párrafo de la hermana meona y la galaxia cercana.
    También, me parece que en el primer párrafo la oración te queda incompleta.Tal vez, en lugar de “Cuando”, podría ser “Un día se produce…”
    Muchas gracias por tus comentarios elogiosos en mi relato. Me emocionó tu comprensión emocional de mi texto. http://ahorayodigo.blogspot.com.ar/2015/11/el-lapiz-magico-y-la-vida.html

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 01:32
  3. 3. Jose Luis dice:

    Hola
    La frase, o párrafo: “Cuándo se produce ese atisbo de conciencia que te sorprende y te hace exclamar: “Yo soy yo y nadie puede ocupar mi lugar”.———– me deja confuso el cuándo. ¿No será “cuando” sin tilde?
    Y creo que justo al principio hay una mezcla de tiempos verbales. Comienzas en pasado y luego sigues en presente.
    Pero en general me ha gustado mucho tu relato, es muy entretenido y refleja bien el sentir de un niño pequeño.
    Un saludo

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 18:27
  4. 4. Juana Medina dice:

    Hola Pepe:
    Puedo coincidir contigo en que lo más sencillo no siempre es lo más fácil, y en que tal vez un poco más de tiempo te habría dado la vuelta de tuerca que buscabas; sin embargo creo que en este relato hay algo muy interesante. Me refiero a qué actitudes de niños y adultos no son tan disímiles, en cambió sí lo es aquello que el adulto interpreta sobre los deseos de un niño.
    Mis saludos

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 20:15
  5. 5. Carlos Rosae dice:

    Una historia sencilla pero bien contada. A veces lo simple es lo más efectivo, buen relato.

    Me ha gustado el uso de la frase “le han echado los Reyes” porque es una expresión que en mi casa se ha utilizado desde que era un niño y en muchos lugares no la entienden.

    Saludos

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 23:37
  6. Me parece que esta muy bien expresado el sentir el niño, como dice Jose Luis, y es eso lo mas que me gusta de tu relato. Como el niño quiere exactamente su lapiz rojo como era antes de que se rompiera, sin dejarse engañar por su padre cuando le “repara” el lapiz.
    Muy bueno.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 16:52
  7. 7. Luis Ponce dice:

    Gracias tocayo por pasar por el mio. Este año trataré en lo posible que esté presente Carroll en lo que pueda escribir.
    En cuanto al tuyo, me parece que lo que te falta en el primer párrafo son los signos de interrogación.
    Creo que al decir: “acorde de violín”, te refieres al metrónomo, que es el aparato que sirve para medir el tiempo o el compás de la música.
    Me gusta la metáfora encerrada en”Porque los sentidos de Carlitos solo son dos, el recuerdo, entrecerrando la mirada, de una montaña desbordante que suelta el chorro de una galaxia cercana, y los mordiscos y estirones hasta que se cerró el grifo y se abrió para su hermana la meona llorona”, que creo se refiere a su etapa enurésica.
    “-Mi lápiz” no refleja gráficamente el grito de Carlitos, necesita una ayuda sígnica.
    Me resulta difícil de entender:”Este no es mi lápiz, el mío estaba roto y yo lo quiero como era antes de que se rompiera”.
    Claro que siempre me ha resultado difícil entender a un niño emperrado, es un problema personal.
    Lo que no puedes dejar de lado es lo referente al espacio exterior, pero eso es parte de tu estilo.
    Como siempre, me gusta leerte.
    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 18:39
  8. 8. José Torma dice:

    Tocayo, voy de acuerdo que no se requiere mucho espacio para contar una buena historia. Lo formal que vi ya te lo comentaron asi que no insistire.

    Todo el tiempo estuve pensando en un niño, malcriado. Pero conforme avanzaba, me daba la impresion de ser un niño autista. Creo que has clavado el lenguaje infantil y la sorpresiva madurez del final, donde el entiende que no es el mismo lapiz, asi como todo lo que se quiebra o pasa, nunca puede recuperarse.

    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 19:31
  9. Por los comentarios debo hacer algunas aclaraciones: en la primera frase está la interrogación elidida por el “cuándo”. Comenzar un escrito con una pregunta es un poco irregular, de ahí la dificultad que mencionaba, quizá acabar el relato con una reflexión lo redondearía.
    La frase: “-Mi lápiz.”, es tan sorprendentemente expresiva que no precisa más adornos. Quizá sea reacio a los signos de admiración, pero en eso estoy más cerca de Valle, que a través de los diálogos va dibujando a los personajes, sin ni siquiera una descripción.
    El metrónomo Don Luis es un invento posterior, de la época de Beethoven. Galileo según mis noticias utilizaba realmente a violinistas que se iban turnando para descansar para medir el tiempo en sus experimentos de bolas de acero sobre planos inclinados. Así pudo medir la fuerza de la gravedad.
    Las metáforas son el armazón sobre el que está construido el cuento. La galaxia es la leche materna, el príncipe heredero es en realidad el príncipe destronado por la meona llorona que ocupa su lugar. Don José, no es un niño autista, por lo menos no lo veo yo así, es un niño que a los dos años sabe razonar perfectamente como una persona mayor. La pregunta es cómo tratamos a un niño que posiblemente nos supera en poder de raciocinio, lo que se llama genio precoz.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 20:46
  10. 10. MM Ariel dice:

    Hola Pepe, muy bonito tu relato(o casi micro relato). Tienes muy buenos recursos literarios. Usas la metáfora muy bien. Te felicito

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 22:28
  11. 11. PAULATREIDES dice:

    Muy buenas Illarguia.

    Me gusta como nos relatas esta pequeña y gran historia, como juegas con las palabras, y sabes jugar muy bien (eres una baraja de recursos lingüísticos). No se si algún día podré componer así.
    Me gusta también esa pregunta que lanzas al inicio y que llegamos a interiorizar.

    Saludos.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 13:07
  12. 12. Christian Joseph White dice:

    Tu relato es distinto del resto. Si bien aquí no hablamos de una idea super original, la forma en la que lo expresas, cómo está escrito el relato, evidencia un estilo propio. Revestiste con un carácter pueril la historia, y superficialmente, así lo parece. Pero el significado está implícito. La fuerza que tiene metafórica y simbólicamente es atroz. Creo que el potencial de tu prosa es a lo que aspira cualquier escritor novato. Un placer leerte, cumpa. ¡Felicitaciones!

    Saludos 😉

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 05:51
  13. 13. A. Pantaleón dice:

    Hola Pepe!
    Creo que has escrito un relato memorable. Recreas admirablemente el universo paralelo y personal que crea el niño con su caja de colores.Saludos y Felicidades.

    Escrito el 8 diciembre 2015 a las 21:20
  14. 14. Isolina R dice:

    Hola, Pepe:
    No es muy habitual ver recursos estilísticos usados de forma consciente en muchos textos del taller. Así que me ha sorprendido gratamente que tú los uses. De manera que voy a comentártelos.
    La comparación del protagonista con Galileo está bien. Identificar el lápiz blanco con el cadáver del tío Eustaquio mejor. La comparación: “como la sangre de un pajarillo al que le ha quebrado las alas, de un papirotazo, una nube enfadada” es a la vez personificación y metáfora. Demasiado a la vez, en mi opinión. La personificación de que una nube se enfade está bien, pero ya la metáfora de que esa nube le quiebre las alas a un pajarillo de un papirotazo me parece excesiva. Y que todo ello esté para comparar con el lápiz roto más aún.
    La comparación del lápiz recosido con Frankestein sí funciona, aunque a mí me cueste imaginar cómo el padre lo recosió.
    La personificación “lápiz vivo” me gusta. La de “cadáver de lápiz sangriento” no tanto, la veo también exagerada.
    Claro que el recurso que yo quitaría de todas todas es: “Su mueca de espanto se mezcla con el lamento de un coro griego ante la muerte del príncipe heredero” (te has pasado y además es un poco ripiosa con esa rima entre “griego” y “heredero”)
    Las metáforas de la leche del pecho materno y de la hermana que lo destrona me parecen un poco forzadillas y por eso no se entienden a la primera.
    Quiero animarte a seguir por este camino. Solo los recursos estilísticos diferencian de verdad la lengua común de la lengua literaria. Chapeau.
    Te seguiré leyendo en otras escenas para aprender de ti y contigo.
    Saludos.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 00:14
  15. 15. KMarce dice:

    Saludos Pepe:

    Ya te comentaron algunas mejoras, y yo no he detectado alguna nueva para ayudarte, así que esto me lleva a ir al contenido en directo.
    Me ha gustado la historia, y cuando he leído tu propio primer comentario, me hizo sonreir, porque yo no era así a mis tres, pero si cuatro años, mi mamá siempre me contaba esas anécdotas como si yo las hubiera olvidado; pero es que en mi pequeña cabeza, todo ha quedado registrado.
    Me ha gustado esa forma tan natural del nene, al sentirse frustrado, y coincido con José Torma al decir, que él ha percibido mejor que hay cosas que no se pueden recuperar.

    No sé, pero a mi me han gustado mucho tus metaforas, quizá porque la lectura plana no me agrada, en la literatura actual añoro leer eso, así que cuando lo encuentro en un texto, de verdad que lo disfruto; solo espero que sea un recurso que no se pierda. Yo no suelo usarlo seguido, pero lo escribo en mis textos largos, como “polvoreados”; es decir, pizcas aquí o allá. No dejes el recursos porque creo que lo haces bien, pero en textos cortos hay que usarlos, menos.
    Te felicito por tu relato. ¡Nos leemos!

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 08:49
  16. 16. Pepe ILLARGUIA dice:

    Gracias por pasar por esta historia A.Pantaleón, espero devolverte pronto la visita.
    Isolina R., yo no puedo quitar esa referencia (no quiero llamarla metáfora) al coro griego, es una comparación con una tragedia un poco tremendista, pero quién no recuerda el soneto de Quevedo A una nariz, con sus comparaciones con un elefante, una pirámide o las 12 tribus.
    Gracias KMarce por tu hermoso comentario, yo también lo encuentro un poco excesivo, pero si te fijas, en ningún momento se pierde la atención sobre el niño, el protagonista que recuerda un poco al de Neruda:
    DESDE el fondo de ti, y arrodillado,
    un niño triste, como yo, nos mira.
    Abrazos.

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 09:35

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.