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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz magico - por Carolina

No se levanta de la cama hace días; pasa su tiempo viendo películas románticas, contemplando viejas fotografías, una rememoración melancólica de un amor gestado en la imposibilidad.
Dos poetas enamorados que se vieron por última vez en un bar, él le regaló la esperanza de un tal vez, ella quedó ligada a dos palabras “siempre tuyo”.
Le diagnostican depresión, el medico es muy claro le dice que ella no está movida por el deseo. Ella le dice que no, que solo ha perdido el encanto por la vida. Y así una especie de indiferencia se expande en cada rincón de su existencia. Primero en sus obligaciones, su justificación es el tedio que nos hace miserables, luego en sus placeres cotidianos, perdiendo este carácter; porque su voluntad va desfalleciendo lentamente hasta quedarse casi petrificada recordando, es lo único que puede hacer para hallar sentido.
Se pasa los días inmersa en su habitación; lúgubre, oscura y atiborrada de recuerdos que no deja de contemplar anhelando revivir. El cuerpo comienza a deteriorarse y las arrugas revelan el paso del tiempo; sin embargo no le teme a la muerte sino a olvidar su rostro, su mirada dura y blanda y su sonrisa de niño, y recordar un recuerdo del recuerdo.
Su hija vive con ella hace años, no soporta su malestar crónico aunque poco a poco empezó a comprender a su madre y no juzgarla. Sin embargo, se resiste a dejarla en la cama y semanas después de la visita del médico se anima a intervenir.
-Mamá vamos a caminar un rato -exclamó entusiasmada-, te hará bien.
-Prefiero quedarme en la cama leyendo -sigue impasible-.
-Bueno como prefieras, pero he traído algo que te gustará –coge una bolsa y se la muestra- .
-No me harás cambiar de parecer –mira de reojo a través de su libro- .
Sofía saca un cuaderno y le muestra sus hojas en blanco, la cara de su madre se ilumina, deja el libro y busca a regañadientes en el cajón de la mesa de luz. Un momento de conmoción, coge un lápiz de madera, moldeado por sus manos y pequeño de tanto escribir. Su hija le dice ¿qué pasa? ¿es él no? . Y ella le responde que siempre ha sido él, me obsequio este lápiz cuando se enteró de que compartíamos la misma pasión: escribir poesía.
“Cada carta y poema que le escribí, cuando lo echaba de menos, fue con este lápiz y el tiempo parecía anclarse en un papel, en las palabras, en los sueños compartidos, en los encuentros y desencuentros. Lápiz y papel era todo lo que necesitábamos para conectarnos y saber que cada uno pensaba en el otro, aunque estuviéramos a kilómetros de distancia…
Pero desde que lo perdí y nos perdimos, lo he guardado y creo que llego la hora”. Su hija, sorprendida, le responde ¿la hora de qué? Ella la abraza, ríe de la emoción y le dice ahora entiendo que si aún me mantengo viva, si este lápiz ha resistido los estragos del tiempo, aún conserva la punta es para contar esta historia a todo el mundo; porque hija escribiendo encuentro el sentido y no me quiero ir de este mundo con tantas cosas sin decir.

6 comentarios

  1. 1. Manoli VF dice:

    Hola Carolina.

    He leído tu texto con atención, el principio atrapa, describes admirablemente el estado de ánimo del personaje así como la atmósfera densa y viciada de la casa, con la madre depresiva y la impotencia de la hija ante la situación. No obstante le das un giro al relato que aunque bueno no dejo de verlo forzado, resulta un cambio un poco brusco y, sin embargo la idea es buena, el impulso que el personaje cobra ante lo único que le importa o que le queda que es el recuerdo, y la necesidad de sacarlo, que es también una forma de darle vida. Yo revisaría ese final, por lo que te acabo de comentar sobre él.

    Te invito a leer mi texto y darme tu opinión sobre el mismo. Somos vecinas esta vez, pues el mío es el número 80. Un saludo.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 11:06
  2. 2. Dispersus dice:

    Hola Carolina.
    Coincido con Manoli. bonita historia. El comienzo es precioso, ágil, con ritmo y muy poético. En pocas palabras nos cuentas muchas cosas. La entrada de la hija se hace de forma muy natural, pero cuando aparece el cuaderno en escena, todo se hace un poco más espeso. La frescura del comienzo se pierde en parte.
    Un saludo

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 09:42
  3. 3. Carolina dice:

    Gracias por los comentarios, me ayuda a reflexionar sobre mi texto y puede ser que la introducción del cuaderno sea un poco brusca y tenga poca fundamentaciòn desde el punto de vista del lector. Voy a trabajar en ello.
    Un saludo!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 02:40
  4. 4. beba dice:

    Hola, Carolina:
    Me encantó la historia, pero concuerdo con Manoli y Dispersus; el desenlace necesita más elaboración; es un giro muy brusco; tal vez, podrías demorar el ritmo en esa parte con algunos signos de la lucha interior que debe de tener la protagonista en esta instancia: sollozos al hablar, frases entrecortadas, por ejemplo; así se aligeraría la explicación que es muy… ¿pomposa, tal vez?
    Asimismo, cuando la hija le responde ¿la hora de qué?, debes usar dos puntos, y puntuación de diálogo.
    Ah, un detallito: “en su habitación; lúgubre”, te sobra la pausa del punto y coma.
    Bueno; adelante; saludos.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 12:39
  5. Estoy de acuerdo en lo que te han dicho sobre el final y lo que puedo decir es que parece que incluso ella rejuvenece despues de tanto tiempo. No se, me parece que al buscar el lapiz lo hace con mucha agilidad…al menos asi lo imagine.
    Pero la historia tiene potencial y creo que lo que pudo haberte incordiado fue el limite de palabras pues de otra manera, podrias introducir el cuaderno de forma mas lenta y no tendrias problemas con el final.
    Pero de que es bueno, es bueno. Mas aun: !Buenisimo!
    Saludos y felicitaciones

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 19:52
  6. 6. Lemo dice:

    Buenas tardes

    Empiezo el reto Beba, y soy tu cuento de arriba, jaja.
    Lamento repetirme con mis compañeros, pero es la sensación que me dio al leer el relato. Es justamente el final un tanto acelerado, en relación con el resto del mismo, que no me acaba de cuadrar. Sobre todo por el tema de los tempos, lento al principio y muy rápido al final, es un cambio demasiado brusco.
    Obviando este pequeño detalle, el contenido está muy bien.
    Felicidades

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 20:14

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