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El lápiz mágico - por Peter Walley

Esperando.

Estamos esperando.

Estamos esperando cada uno en nuestro cubículo.

La mayor parte del tiempo estamos a oscuras y no sabemos de él.

Algunos días le vemos pasar de largo, como si supiera que tiene que hacer algo con nosotros, pero no acabase de recordar el qué.

Y luego están los días buenos.

Cuando le vemos llegar todos nos ponemos a saltar y gritar. Cada uno intenta atraer su atención lo mejor que puede, ser el elegido. Y esto lo hacemos todos sin excepción, porque, mal que nos pese, somos conscientes de que la única vida que podemos tener es la que él decida darnos.

Es mejor no especular con lo que le ocurre, porque te puedes volver loco.

Algunas veces viene medio tambaleándose y no consigue abrir las cerraduras. Desde el otro lado intentamos ayudarle pero no nos acaba de escuchar, y al cabo de un rato se da por vencido y se va. Esos momentos son los peores, porque aumenta nuestro miedo.

A que no vuelva nunca.

A que nos deje aquí.

Y a poco a poco apagarnos y morir.

Otros días, en cambio, viene de buen humor; se diría incluso que tiene un brillo especial en los ojos y un aura en torno a sí. Saca a alguno y se lo lleva, y los descartados nos dedicamos a especular con qué cosas ocurren al otro lado. Normalmente los que se van no vuelven. Y es mejor así, porque si lo hacen están totalmente cambiados; él los suelta de mala manera en la celda y nadie se atreve a preguntar qué les ha hecho.

Alguna vez (pocas) ha sacado a varios a la vez, de celdas muy lejanas. Cuando pasa esto, los elegidos se miran con desconfianza; los que somos del mismo tipo estamos colocados unos cerca de otros, y no nos gusta tener que compartir su atención con un extraño. Además, ¿qué es lo que quiere hacer? ¿está todavía por decidir con quién se va a quedar? ¿o piensa hacer experimentos a ver si puede cruzar dos especies distintas? No nos gusta que cambie la rutina, la poca rutina que podemos tener aquí.

Y ya ha estado cambiando.

Antes venía mucho más a menudo, de hecho le veíamos casi todo el tiempo. Se pasaba el día con nosotros, y no teníamos esta preocupación por el abandono que ahora nos atenaza. Pero, poco a poco, las visitas comenzaron a espaciarse, y ahora en los gritos que damos cuando llega hay una nota cada vez más fuerte de desesperación.

Algunos eran sus favoritos y los fue dejando de lado sin saber por qué. Y la incomprensión por la situación se unió al terror a que fuese a peor, y que cada vez que abría la puerta fuese la última en que venía a por nosotros.

En cambio otros a los que nunca había prestado atención son cada vez más importantes para él. Y cuando salen nos miran con arrogancia, como diciendo: yo nunca me preocupé; sabía que tu momento pasaría y llegaría el mío, y el tuyo no volverá. Pero lo que ellos no saben, o no quieren reconocer, es que tarde o temprano acabarán por estar en nuestro mismo barco.

¿Que si le odiamos? ¿Podrías tú odiar a un dios?

¿No entiendes que es él quien nos ha creado? No estamos vivos más que en su mente, somos sólo ideas a la espera de un camino.

Nuestro sueño es que nos lleve al otro lado y nos dé un soplo de vida, nos haga parte de una historia y podamos así vivir aventuras que apenas podemos imaginar. Y que con ello, su lápiz nos dé lo que ni siquiera él puede conseguir para sí mismo: la inmortalidad.

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14 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    Hola Peter: el párrafo final es apoteosico. Yo imaginaba almas perdidas en un purgatorio sin fin, y tú las conviertes en ideas que anhelan, como las almas, la inmortalidad.
    Gran relato!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 22:59
  2. 2. Manoli VF dice:

    Hola Peter.
    Por error coloqué el comentario a tu texto en el texto de Paula, ahora te comento ya donde corresponde:

    Tu relato es diferente, predomina lo subjetivo frente a la acción. Tú nos presentas una escena surrealista en la que son las propias ideas las que desde ese desván o habitación interior, como diría Carmen Martín Gaite, reclaman su visibilidad. Está bien esta recreación, como mejora yo le añadiría algún extra, algo que le diese mayor fuerza narrativa, como una especie de explosión cuando, finalmente, el autor abre la puerta y escribe, no se algo más, para que te quedase redondo, yo tal cual está lo veo más como proclama y reivindicación que también está muy bien.

    Te invito a leer y comentar el mío (80) Un saludo.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 12:39
  3. 3. Frida dice:

    Hola Peter, tu relato es muy original y, es que el desenlace es totalmente inesperado, te hace volver a replantearte lo que has leído y, sorprende, vaya si sorprende. Lunaclara se imaginaba almas en pena en un purgatorio, yo me imaginé a víctimas encarceladas de un psicópata, lo cierto es que me estaba dando miedo pensar en un personaje así y, aunque el final es mucho mejor de lo que me esperaba para esos pobres personajes en espera del autor, hay algo que tienen en común con las almas en pena o las víctimas de un psicópata y, es que, al final, siempre algunos de ellos quedarán perdidos, olvidados para toda la eternidad. Me pareció triste el imaginar a algunos buenos personajes , perdidos en los confines del tiempo, en un cajón, destinados a ser comidos por los ratones o a ser quemados en una hoguera, como si jamás hubiesen existido.

    Felicidades por tan original relato.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 15:50
  4. 4. Denise dice:

    Me EN CAN TÓ el comienzo. Me encantó todo, no sé qué más decir.
    Menos mal que me acordé de leerte 😀

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 01:27
  5. Genial, totalmente genial. Me gusto mucho como el relato sorprende en cada momento, en especial al final. Yo pensaba que en vez de ideas eran los lapices, je je.
    Muy bueno el relato, Peter. Felicitaciones.
    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 16:58
  6. 6. Robert w. Peterson dice:

    Te seré sincero, solo entré para ver de que iba tu rollo; me pareció una estructura de párrafo apetecible y sin darme cuenta ya había acabado de leerlo. Enhorabuena. Normalmente hago críticas más largas pero te vas a librar. Fantástica la planificación y fantástica la ejecución. La prosa es sencilla y aborda siempre la misma idea, como un pensamiento recurrente, pero lo haces tan bien que no cansa. La intriga muy bien llevada hasta el final.

    No sé si conocerás la película de Toy Story, pero en todo momento me imagine la escena del gancho y los marcianitos: «El gancho, se mueve, él decide quien se va y quien se queda».

    Muy bien tío, te voy a leer de aquí en adelante. Pero convengamos que las historias de “reflexión” en las que no existen ni demasiadas acciones, ni muchos personajes,son las más fáciles de escribir. Te espero a la próxima con una apuesta más fuerte.

    Nos leemos!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 22:21
  7. 7. L.M.Mateo dice:

    Hola Peter:

    En primer lugar, gracias por haberte pasado por mi relato. Y dicho esto, vamos a lo importante.

    Me ha gustado mucho el relato, el final es sorprendente. Y la interpretación que hemos hecho cada uno también: almas en el purgatorio, personas esperando al psicópata… y en mi caso, una “protectora” de animales. Es curioso como cambia la visión de cada uno con tu relato, como la paladeamos e interpretamos de modo distinto, y eso es lo que lo hace fantástico.

    En el aspecto formal:

    “Además, ¿qué es lo que quiere hacer? ¿está todavía por decidir con quién se va a quedar? ¿o piensa hacer experimentos a ver si puede cruzar dos especies distintas?” Está erróneamente escrito. O comienzas con mayúsculas desde la segunda pregunta, considerándolas frases indepedientes; o las separas por comas y mantienes las minúsculas si deseas que sigan la misma línea argumental.

    “como diciendo: yo nunca me preocupé; sabía que tu momento pasaría y llegaría el mío, y el tuyo no volverá”. En este caso estás parafraseando a alguien, por tanto desde “yo nunca” hasta el final, debería ir entre comillas, y comenzar en mayúscula. Es decir:

    “como diciendo: «Yo nunca me preocupé; sabía que tu momento pasaría y llegaría el mío, y el tuyo no volverá».”

    Por lo demás, es un relato excelente.

    Un abrazo

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 23:38
  8. 8. Diego Manresa Bilbao dice:

    Como siempre enorme Peter,
    Un gran relato, con la tension justa y, como han dicho un final apoteosico!!!
    Un saludo!

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 00:42
  9. 9. Anoide dice:

    Yo no tengo imaginación. Sólo pensé que eran lápices en una papelería esperando a ser vendidos (jajaja), hasta que llegué a cuando dices que algunos vuelven cambiados y ya me abandoné a la sorpresa. Qué bueno, no había caído en que podían ser ideas. No me lo esperaba.

    Es un gran relato, bien narrado y estructurado. Y lo que más me gusta es que da cabida a múltiples interpretaciones, de manera que más o menos cada uno tenía una idea distinta de lo que sería la historia.

    Te felicito 🙂

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 01:23
  10. 10. Pepe ILLARGUIA dice:

    Sugerente que las ideas vayan todas a la deriva “en el mismo barco”, como espermatozoides a la espera de una eclosión final, o de un camino que surge de una profunda metáfora, la del sueño, como la del mito de la caverna de Platón, donde esas sombras dudan entre la realidad y el deseo. Enhorabuena Peter.

    Escrito el 8 diciembre 2015 a las 15:37
  11. 11. Leosinprisa dice:

    Hola, un relato muy bien llevado hasta su conclusión final. La verdad es que me suponía lo de los lapiceros, pero aún así la historia es ejemplar y se lee con gran soltura.

    Un saludo, y gracias por pasarte por mi texto.

    Escrito el 9 diciembre 2015 a las 12:51
  12. 12. Isolina R dice:

    Hola, Peter:
    Una idea genial. Quiero que sepas que me ha gustado un montón.
    Te señalo algunas cosillas mínimas con las que podría mejorar.
    Yo evitaría repetir los verbos “estar”, “ser”, “tener” y “hacer”, sobre todo los dos primeros. Te pongo un ejemplo. En: “los que somos del mismo tipo estamos colocados unos cerca de otros” podrías poner: “a los del mismo tipo nos ha colocado unos cerca de otros”.
    Hay varias rimas: “Cuando le vemos llegar todos nos ponemos a saltar y gritar”, “no nos acaba de escuchar, y al cabo de un rato se da por vencido y se va”, “Y la incomprensión por la situación se unió al terror a que fuese a peor”, “que apenas podemos imaginar. Y que con ello, su lápiz nos dé lo que ni siquiera él puede conseguir para sí mismo: la inmortalidad”
    En: “Y a poco a poco apagarnos y morir” convendría cambiar el orden a: “Y a apagarnos y morir poco a poco”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 00:43
  13. 13. KMarce dice:

    Saludos Peter:

    He llegado a concluir con mis lecturas a los comentaristas que han pasado por mi relato, así que finalizo con el tuyo.
    Creo que me lanzaré de plano al contenido; lo que me ha gustado es la interpretación que cada lector ha interpretado al inicio del relato. Yo amante de los animales, pensé en una hilera de mascotas brincando en una tienda o una sociedad protectora para su adopción.
    Pero sentí nostalgia cuando supe que eran ideas, porque a estas las descartamos tan seguido, y siento hasta culpa cuando creo un personaje y le doy poco “entrada” en una historia, sobre todo si es un texto extenso como una novela.

    Me agrada mucho cuando un texto me hace pensar y el tuyo lo ha logrado. Así que solo me resta felicitarte. ¡Nos leemos!

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 09:58
  14. 14. Pato Menudencio dice:

    Una gran alusión al proceso creativo desde el punto de vista de las ideas.

    Saludos.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 18:26

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