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El lápiz mágico - por Bego Asomadaalalocura

Web: http://www.asomadaalalocurarelatosyreflexiones.com

Los primeros recuerdos que tengo de mi hermano son dibujando, siempre. Mamá decía que Dios le concedió ese don y que lápiz que tocaba se volvía mágico en sus manos. Qué ironía, ¿verdad? Llamar don a la única forma que su Dios le concedió para expresarse.
Nunca aprendió a hablar, en los 18 años que tengo jamás le he escuchado decir una palabra, ni un ruido, nada salvo el leve sonido de su respiración y últimamente el de su llanto. Mamá siempre contaba que a los dos años yo no paraba de darle a la lengua y que él nada, a pesar de tener la misma edad ni siquiera había hecho el mínimo intento.
Le llevaron a médicos pero no encontraron ninguna anomalía física. Que no tuviera tanta prisa decían, que hay niños que tardan más en aprender a expresarse. A los tres años de ir de hospital en hospital dijeron que tal vez nunca lo haría. Mamá tuvo miedo de que al ser mellizos pudiera pasarme a mí también lo mismo pero no supieron darle ninguna respuesta.
Autismo, nunca relacioné aquella palabra con mi hermano, mamá intentaba engañarse diciendo que simplemente era tímido y aunque yo no entendí por qué la timidez precisaba unas pautas y rutinas tan marcadas simplemente me acostumbré. Observar minuciosamente cada dibujo de Pablo se volvió una de ellas, él nunca iba a ningún sitio sin su lápiz y su cuaderno.
Una de las primeras veces que creímos advertir que deseaba algo teníamos unos 7 añitos estábamos en el parque como cada tarde y dibujó a uno de los niños que allí había. Este estaba comiéndose un helado de dos bolas y un chorretón de chocolate derretido le goteaba por el codo. En su dibujo podía verse la gota resbalando y el gusto con el que aquel niño le pegaba lametazos a una de las bolas. Aquella tarde merendamos un helado de dos bolas que, como era de esperar, ambos devoramos al instante.
A los pocos días intenté colarle a mamá un dibujo mío en su nombre, por supuesto que no me creyó, entre otras cosas porque mi hermano jamás dibujaría un paquete de galletas príncipe con el poco arte que yo lo hacía Sus dibujos estaban llenos de detalles, de gestos, de emociones que contrastaban con su inexpresivo rostro y su mirada perdida.
“No es que Pablito no te haga caso, Candela, es que no sabe cómo hacerlo” le excusaba mamá cada vez que me quejaba, pero sí que sabía, tal vez no lo hiciera como el resto pero con cada dibujo que plasmaba en el papel yo sentía que me comprendía. Mi impotencia crecía, yo quería creer que ese cuaderno era una ventana abierta a su mente pero me parecía tan poco.
Tardé años en comprender que, aunque fuera poco era lo que había y que tenía que agradecerlo ya que esos dibujos nos mostraban que seguía ahí, que estaba allí con nosotros. Desde hace unas semanas ni si quiera sé si me escucha cuando le hablo. Es curioso que aquello que en su momento me había parecido insuficiente ahora me sea tan necesario.
La muerte de mamá ha sido un duro golpe y no solo por lo inesperado, ella era el pilar que mantenía en pie nuestra familia, nuestro nexo de unión y al marcharse es como si nos hubiera mandado a cada uno a nuestra esquina del ring en el que se ha convertido nuestra casa.
Papá hace lo que puede, mamá era la que se encargaba de las tareas, la comida, la que planificaba minuciosamente cada semana y se le ha venido todo encima de repente. Pablo se niega a probar bocado si no estamos todos a la mesa y ya no sé cómo hacerle entender que el concepto que él entiende como “todos” ya nunca más podrá ser.
Mamá se llevó consigo la magia de ese lápiz e hizo añicos nuestra rutina, doctor tiene que ayudarme a reconstruir los trozos…

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12 comentarios

  1. 1. Valeria dice:

    Es una historia muy buena, mezclaste muy bien la trágica historia de la familia con la consigna del lápiz mágico. Me encantaría seguir la historia, deberías probar hacerla un cuento largo. Gracias por comentar mi relato.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 00:00
  2. 2. Karen Katina dice:

    Hola Bego.
    Es una gran historia. Senti tanta lastima al imaginar a ese chico con sus rutinas y su manera tan particular de conectarse con el mundo sentado a la mesa esperando ber a su mama sin comprender que ella no estara más.
    Felicidades es una excelente historia.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 02:13
  3. 3. Karen Katina dice:

    Upsss!! Dos errores en mi anterior comentario todo por culpa del corrector
    La palabra correcta es «ver» y la tilde en mamá.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 02:16
  4. 4. Celeste dice:

    Hola Bego, me gustó tu relato. Creo que está muy bien contado y esa tristeza familiar le llega al lector fácilmente. Enhorabuena!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 13:56
  5. 5. Paola dice:

    Un relato que atrapa. Duro, muy duro.
    No sé como se las puede arreglar la protagonista pero dan ganas de saber como la hará.Te animo a que encuentres la forma de ayudarla puesto que en este caso el único psiquiatra puedes ser tú.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 16:09
  6. 6. Frida dice:

    Hola Bego, iniciaré dándote las gracias por tu comentario en mi texto.

    Me ha gustado tu relato,coincido en que es duro. Me ha tocado la fibra sensible, sobre todo al final, porque veo a Candela angustiada, que casi ha agotado sus recursos, perdida en un mar de frustración. Espero que al final consiga hallar la solución para hacer que su hermano pueda superar la pérdida que no comprende, porque su situación es muy angustiosa y deja en vilo al lector, que ha conseguido empatizar con ella y compartir su pena.

    Lo he visto como un relato, quizás un poco basado en experiencia propia o de alguien conocido, suena muy real y tangible.

    Consigues mantener en todo momento la sensibilidad del lector. Una buena historia y bien narrada. Felicidades.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 19:29
  7. 7. Juana Medina dice:

    Hola Bego:
    Me has emocionado con tu ternura tan triste y tan profunda. Estoy de acuerdo con que la historia misma y la relación de los mellizos da para bastante más. De todos modos la obligada síntesis está muy bien manejada.
    Felicidades (mi n° esta vez es 191)

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 19:53
  8. 8. Pikadili dice:

    Hola! Menuda historia, muy emotiva. Me encanta como has abordado el reto, de una forma tan real y dura.
    En mi opinión deberías revisar la puntuación un poco. No es nada grave, pero aquí y allá hay alguna coma que debería ser un punto y viceversa. Hay frases muy largas (que me gustan mucho, ojo), que les vendría bien alguna coma también.
    Es un relato muy potente, no estoy seguro si le hace falta ser más largo como dicen arriba, creo que así está perfecto.
    Felicidades!

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 12:09
  9. 9. PAULATREIDES dice:

    Buenas Bego.

    Pena y congoja, si eso tratabas de transmitir, ¡¡felicidades!!

    Duro relato contado desde la óptica de la niña. Un texto redondo, muy emotivo y lleno de sentimientos.

    Al igual que Pikakili he notado algunas frases algo largas a las que no les iría nada mal revisar la puntuación (opinión personal).
    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 19:13
  10. 10. Christian Joseph White dice:

    Tremendo texto, muy duro. La manera que tienes de expresarte hace que tus palabras transmitan esa crudeza a la perfección pero, para suerte del lector, atenuando lo trágico y dejando también lugar para un poco de ternura. Muy emotivo, te felicito por tu trabajo. ¡Saludos, Bego!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 01:33
  11. 11. Anoide dice:

    Qué duro tiene que ser… Desde luego, has conseguido transmitir la angustia y la pena de los recuerdos y de la situación presente. Los personajes están muy bien definidos, de manera que se puede empatizar con ellos. Conocer su historia, su personalidad a través de los detalles que aportas, y su manera de afrontar la situación hace que parezcan muy reales.

    En cuanto a la forma, yo también he notado que hay frases demasiado largas que necesitan alguna coma de por medio, e incluso algún punto. Como ejemplo:

    “Una de las primeras veces que creímos advertir que deseaba algo, teníamos unos 7 añitos. Estábamos en el parque como cada tarde y dibujó a uno de los niños que allí había.”

    Esa frase no tiene signos de puntuación en tu relato y, en mi opinión, con los que te he puesto no queda taaan larga. Yo siempre digo que una buena forma de saber si te has pasado poniendo comas, o si al texto le falta alguna, es leerlo en voz alta. Ahí te vas a dar cuenta de si suena entrecortado o, por el contrario, te quedas sin respiración porque no tiene las pausas suficientes.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 16:01
  12. Un relato tierno, triste, muy bien narrado y que da gusto leer aunque saque alguna lágrima. Pobre de ese niño. La muerte de un familiar siempre deja marca…
    Felicitaciones por tan buen relato y tan desgarradora historia. Muy bien narrada. Excelente.
    Saludos.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 21:16

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