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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por Demetrio Vert

Leopoldo siempre había tenido fantasías. Una de sus preferidas era poder convertirse en el hombre invisible. Soñaba con introducirse en la Casa Blanca, en el Kremlin, en los palacios presidenciales de los mandatarios del mundo. «O ponéis freno de inmediato a tanta injusticia y desafuero, o lo haré yo», parodiaba con voz engolada junto a su amigo Julián, librero de viejo. Y ambos se reían a gusto con estas ilusas farsas. «Y ya pueden imaginar el poder de un hombre invisible», añadía sarcástico.
Lo que nunca sospechó fue que poseería un objeto con poderes mágicos.
—Mira lo que he encontrado revuelto por el almacén —le dijo una mañana Julián—. Estaba completamente cubierta de polvo —añadió.
Era una hermosa y vetusta caja de madera bellamente policromada. "Lápices mágicos", ponía en la tapa con letras doradas.
—Toma, te regalo uno. Por nuestra inquebrantable amistad —proclamó ufano Julián.
A Leopoldo le maravilló el color granate del lápiz, brillante, con adornos dorados. Un lápiz cilíndrico, de tamaño común, con una punta cónica perfecta y una mina de trazo suave y color negro grafito precioso. "El lápiz mágico de la fama", decía un epígrafe dorado a lo largo del lapicero. Le intrigó.
Marchose Leopoldo muy contento a casa. Se aposentó ante su escritorio, despejó un amplio espacio de la mesa y puso el precioso lápiz a la vista. Fascinado, empezó a fantasear. «Seré famoso», se dijo alborozado. Unas dudas le hicieron fruncir el entrecejo. «¿Y… cómo lograré la fama?». «¿Qué puede hacer un lápiz mágico?». Caviló respuestas. «¿Acaso dibujos sublimes? ¿Escribirá maravillosamente?».
Con el lápiz escribió un artículo de fondo para un periódico. Le salió perfecto, a pesar de que era el primer texto que escribía en su vida. No solo se lo publicaron; le ofrecieron una columna semanal. Una ligera embriaguez le llenó. Su nombre empezaba a sonar entre los círculos ilustrados.
Las visitas a su amigo el librero se distanciaron. En la última, se quejó Julián, amargo.
—Ya no vienes tan a menudo como antes.
—Julián, no paro. Mis obligaciones me llevan de aquí para allá. No dispongo de tiempo.
—La fama, ¡eh! —le dijo socarrón su viejo amigo—. ¡Ten cuidado, no te coma!
—Paparruchas. Tú sabes que soy el mismo.
—No sé… no sé. ¿Aún conservas el lápiz mágico? —le preguntó con sorna.
—Pues claro. Lo tengo guardado como oro en paño. ¡Ni lo toco! —mintió Leopoldo. Le quedaba la mitad, de tanto usarlo.
Con el lápiz escribió numerosos libros. Su prosa era excelsa, cosechó importantes premios. Se sintió exultante. Fue recibido por los más altos dignatarios del mundo y nada les reconvino; su voz se escuchaba con reverencia, pero ninguna de sus antiguas reivindicaciones reclamó. Obtuvo el premio Nobel de la Prosa y la Concordia.
Una mañana soleada, al salir de un afamado congreso, aclamado por el público y protegido por sus guardaespaldas, oyó una voz sobresaliente de entre la multitud.
—¡Leopoldo, Leopoldo! —Le requería un hombre aseadamente vestido con un traje ajado. Leopoldo se preguntó quién podría ser aquel desconocido que con tanta familiaridad le llamaba. Su rostro le era vagamente familiar.
—Déjenle pasar —ordenó a sus agentes.
Reconoció al amigo librero y le entró un cierto reparo.
—Julián… ¿Tú por aquí? ¡Cuánto tiempo!…
—Sí…, mucho… Disculpa, Leopoldo; necesitaba verte.
—¿Y eso?
—Verás… no sé si este es el mejor sitio…, pero… preciso ayuda Leopoldo. Estoy en la ruina.
—¡Oh! Cuanto lo siento, Julián. Es que… ahora tengo un compromiso. No puedo detenerme. Llámame a mi despacho… —los agentes ya lo estaban introduciendo en la limosina.
Estaba en la cima de la fama y de repente su prosa perdió el esplendor de antaño; se tornó estéril, incomprensible, propia de un iletrado. Leopoldo comprendió el motivo. De tanto sacarle punta, el lápiz mágico se había agotado. Fue a ver al amigo librero.
—Hola Julián ¿Cómo estás?
—¡Leopoldo! ¡Qué alegría!
—Bueno… Como no me llamaste…
—Te llamé. Pero no atendiste mis recados.
—¡Oh! Cuanto lo siento… No me dieron los avisos.
—Olvídalo —atajó Julián, amistoso—. Celebremos este encuentro. Tengo por aquí… ¡una añeja botella de vino! —añadió sonriente.
—Espera…, espera un momento. Julián. Necesito otro lápiz de aquellos…
—¿"Lápices Mágicos"?
—Sí, de aquellos tan bonitos.
—Pues no podrá ser, Leopoldo. Lo lamento.
—¿Cómo? ¿Por qué, Julián?
—Verás…, las cosas me han ido muy mal —dijo el librero apesadumbrado—. En realidad estoy cerrando. Tuve que vender el "estuche mágico".
Leopoldo se fue abatido.
Al poco, el mundo lo olvidó, y fue sustituido por otro hombre famoso.

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31 comentarios

  1. 1. marazul dice:

    Hola Demetrio
    Un cuento muy bien escrito con moraleja. Es que la fama que se consigue sin esfuerzo dura muy poco ¿verdad?
    El éxito conlleva talento y trabajo. Lo demás es cuento.
    Un saludo

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 21:14
  2. 2. Wolfdux dice:

    Gran relato Demetrio. Coincido con Marazul. ¡Nos leemos!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 23:43
  3. 3. Christian Joseph White dice:

    Parece de ese tipo de relatos que intenta dejar una enseñanza al lector. Y tu prosa, a su manera, lo logra. Te felicito por ello ¡Saludos, cumpa! 😉

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 03:48
  4. 4. Juana Medina dice:

    Hola Demetrio:
    Excelente relato. Diria un cuento de hadas actual con el final realista que le corresponde, y su consiguiente moraleja. Tan ágil y rápido como los vsivenes de la fama.
    Si quieres estoy en el 191
    Un abrazo

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 19:35
  5. 5. charola dice:

    ¡Hola Demetrio! Un excelente relato, muy bien utilizado el lápiz mágico y con una mejor moraleja. Felicitaciones. Te invito a leer el mío 71

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 00:34
  6. 6. Leonardo Ossa dice:

    Hola Demetrio ¡Qué placer! venir a leerte
    Considero que la escena del lápiz mágico ha sido una de las más difíciles convocatorias de este blog.
    De alguna manera, la propuesta de una historia surgida a partir de un objeto y una cualidad me hizo creer que todo estaría este mes, girando alrededor del objeto y su condición mágica.
    Sin embargo, tu historia no se circunscribe al mero hecho de una escritura automática, porque precisamente surge en forma vistosa, con la habilidad de tu prosa en este texto, la condición humana de la mayoría de nosotros, quienes a partir de elementos efímeros vamos sacrificando erróneamente valores humanos.
    La historia que narras es agradable de leer. Vuelves con tu vocabulario y acento ibérico a exponer una melodiosa historia que me hace recordar lecturas hechas durante mi juventud.
    Gracias por compartirla y ¡felicitaciones!

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 04:51
  7. 7. PAULATREIDES dice:

    Fantástico relato Demetrio. Más que una moraleja es un retrato de la realidad, como la fama cambia a las personas.
    ¿que haríamos con un lápiz de esos?
    Muy ágil de leer y de fácil comprensión.

    Felicidades.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 09:08
  8. 8. L.M.Mateo dice:

    Te lo dije en el anterior taller, y me repito ahora: tus textos han hecho de mí una seguidora incondicional. Lo has vuelto a conseguir con ese estilo tan propio que tienes, llenar estos minutos de palabras que se saborean una a una.

    Eso sí, te voy a llamar la atención en un pequeño detalle. Una palabra mal escrita:

    “Limosina”. Una limosina es una persona (o mujer) natural de la región de Limosín, o de su capital Limoges.

    La palabra correcta en nuestra lengua es “limusina” con “u”.

    Pero esto es por sacarle punta a tu lápiz que, en todo lo demás, me parece perfecto.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 13:21
  9. 9. Isabel dice:

    Me ha gustado mucho tu relato porque ademas de estar muy bien escrito,entretiene. Me gustan las historias con moraleja. Tienes un estilo sencillo y directo que engancha.
    Un saludo

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 15:39
  10. Un excelente relato con moraleja. ?Que mas puedo decir? Me has dejado pensando mucho. Definitivamente la fama nos cambia, tarde o temprano. Fuerte es aquel a quien la fama no le afecta. En fin, excelente relato.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 16:07
  11. 11. Manoli VF dice:

    Hola Demetrio. Ante todo decirte que me ha gustado tu texto, y por eso mismo voy a ir un poco más allá para mostrarte varios detalles que me han llamado la atención.
    -La primera impresión que me da el texto al leerlo es de apresuramiento en contar, no se si tuviste que recortarlo, pero eso parece, por lo rápida que va la acción, sobre todo desde que se da cuenta del poder del lápiz: “Una ligera embriaguez le llenó. Su nombre empezaba a sonar entre los círculos ilustrados.
    Las visitas a su amigo el librero se distanciaron”
    -Después hay una frase cuyo sentido no entiendo: “Fue recibido por los más altos dignatarios del mundo y nada les reconvino” No se muy bien qué has querido decir aquí.

    Revisa un poco los detalles, en general la historia está bien. Te invito a leer mi texto (sobre el número 80)

    Un saludo.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 18:25
  12. 12. José Torma dice:

    Maestro Demetrio.

    Si que las traes todas en este asunto de la contada de historiras. Tu relato es muy pulcro y ordenado, no sobra nada y no falta nada.

    Por lo general este tipo de relatos podrian parecer textos propios de un libro de auto ayuda, pero tu lo evitas con excelentes dialogos y una muy buena moraleja. A mi me pasa que cuando me engancha la historia, ni reparo pongo en lo que pudiera estar mal, tanto que no vi la famosa limosina jaja

    Felicidades.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 18:56
  13. 13. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Demetrio, que forma posees de plasmar la condición humana sobre todo la debilidad: ante la notoriedad, todo mundo nos volvemos raquíticos en valores, lo único que importa es la fama. Todo esto lo haces en un texto tan sencillo y tan sin complicaciones que al recapacitar en él, ya la historia llegó al final: clasico y region. Enhorabuena.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 01:07
  14. 14. Demetrio Vert dice:

    Buenas tardes a todos.

    Me llena de emoción vuestros benevolentes comentarios. Dedicar el tiempo en leer y comentar un texto de un compañero a mí me llega al alma.

    No me consideréis esta vez desgradecido. Los que me conocen saben de mi interés por todos los relatos y por comentar con devoción y respeto. Pero ¡ay!, en estos momentosme falta el tiempo. Pido disculpas y prometo dedicarme a ello con el interés acostumbrado a partir del quince.

    Sin embargo quiero agradecer a todos los que ya habéis opinado y a los que magnanimamente lo hagan la atención recibida o por recibir.

    Especialmente quiero aghradecer a Leonardo Ossa, un compañero al que le falta tiempo ahora para escribir en este lugar y que sin embargo nos sigue con fidelidad amistosa. Un abrazo Leonardo.

    También quisiera agradecer a los que me apuntan algo.
    A L.M.Mateo por haberme enseñado la palabra correcta y explicado el significado de la erroneamente por mí empleada. Gracias L.M.Mateo.
    A Manoli VF porque detectó que me faltaba espacio, que no tiempo. Pues como bien apunta Leonardo ha sido para mí el relato más difícil de elaborar de los de Literautas. Y le claro a Manoli ya que mis comentaristas anónimos no solo entendieron la frase, si no que realtaron su significado en el texto. Leopoldo, al inicio, está lleno de ideales. Quiere cambiar el mundo presionando a los mandatarios mundiales, a los “altos dignatarios”; sin embargo, cuando tiene la oportunidad de “reconvenirlos”, no lo hace. Ya pertenece a su casta.
    Aunque lo más seguro es que he sido poco claro en esa frase.

    En fín, gracias a todos y un abrazo.

    Intentaré leeros este més.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 18:20
  15. 15. Peter Walley dice:

    Buenas Demetrio,

    Me has llevado de vuelta a la infancia 🙂 muy bonita historia, a veces lo más sencillo es lo más efectivo. Bien hecho.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 20:38
  16. 16. CARMELILLA dice:

    Hola Demetrio, buen texto, bien escrito, el lápiz realmente mágico y bastante tentador, de hecho tan tentador que no se cuántos caeríamos…otra cuestión es lo olvidadizos de quienes fuimos antes de tenerlo. Es ameno, fluido y prácticamente suena bien desde el principio hasta el final. Seguimos en esto, saluditos.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 16:34
  17. 17. T. Arévalo dice:

    Enhorabuena. Me ha encantado el relato. Perfectamente escrito y con una gran moraleja final. Es un placer leerlo y además aprendes, perfecto.

    Gracias por tu relato

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 14:01
  18. 18. Demetrio Vert dice:

    Peter, Carmelilla, T. Arévalo, gracias. Sigo con mis disculpas del comentario nº 14.

    Saludos.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 18:05
  19. 19. charola dice:

    ¡Hola Demetrio! A raíz de este último comentario tuyo. He leído el comentario que te he puesto y se me han subido los colores a la cara, pues parece que te hubiese puesto “muy bien utilizado el lápiz mágico por el protagonista de la historia” y eso no es lo que quise decir sino: Muy bien utilizado el tema del lápiz mágico por ti. No me contestes por favor porque sé que estás ocupado. Uff… voy a tener que leer nuevamente lo que escribo. Ok? Disculpa.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 19:28
  20. 20. Leonardo Ossa dice:

    Demetrio gracias por tu saludo, me motiva a continuar unido a este blog. Intento sacrificar un poco el tiempo de descanso nocturno para escribir en la convocatoria del espejo y el bosque. Nos leemos.
    Un abrazo.

    Escrito el 6 diciembre 2015 a las 05:00
  21. Demetrio
    Bonito relato y muy bien escrito. Desgraciadamente me parece que es un tema muy actual el de los seres desagradecidos y de aquellos que cuando están en lo más alto no se acuerdan de nadie, ni tan solo de los que los ayudaron.
    Al final casi me alegro que se le agotara el lápiz mágico porque realmente no lo merecía.
    Felicidades por esta bonito mensaje.

    Escrito el 6 diciembre 2015 a las 19:10
  22. 22. Cryssta dice:

    Querido Demetrio, un placer leer tu relato. Poco tengo que decirte que no te hayan dicho los otros compañeros, de lo cual me alegro porque me viene bien un descanso en las correcciones.

    Aunque poco, algo sí te diré, jeje. Me rechina un poco la frase “Mira lo que he encontrado revuelto por el almacén” pienso que estaría mejor “Mira lo que he encontrado en el almacén” y también creo que estaría mejor decir “…le entró cierto reparo” en vez de “un cierto reparo”

    Te espero en el relato del próximo taller. Un abrazo.

    Escrito el 15 diciembre 2015 a las 13:19
  23. 23. Demetrio Vert dice:

    A Conxita Casamitjana y a Cryssta. Gracias por leerme.

    Cryssta, tienes razón en las dos advertencias que me haces. Me encantan las personas que son tan detallistas que descubren los fallos más sutíles, pero importantes.

    Un saludo.

    Escrito el 16 diciembre 2015 a las 12:49
  24. 24. Demetrio Vert dice:

    Perdón por lo de “sutíles”. Se me fue la mano en la tilde.

    Escrito el 16 diciembre 2015 a las 12:51
  25. 25. Cryssta dice:

    A ver si me aplico y descubro los fallos también en mis relatos, jajajaja. Ya se sabe, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro.

    Escrito el 16 diciembre 2015 a las 13:13
  26. 26. Demetrio Vert dice:

    Hola Cryssta. Así es y así debe ser.

    Escrito el 16 diciembre 2015 a las 13:57
  27. 27. Isolina R dice:

    Hola, Demetrio:
    El contenido del texto me ha gustado mucho, como a todos lo que te han comentado antes.
    En cuanto a la forma voy a señalarte unas cuantas cosillas.
    Al principio tienes cuatro veces la preposición “en”: tres corresponden a un paralelismo, la otra no. Las del paralelismo pueden mantenerse perfectamente. Claro que también podrían quitarse. En lugar de: “introducirse en la Casa Blanca, en el Kremlin, en los palacios presidenciales de los mandatarios del mundo”, podías haber puesto: “introducirse en la Casa Blanca, el Kremlin, los palacios presidenciales de los mandatarios del mundo”. Tanto una forma como la otra son correctas. Me convence más la que tú elegiste porque el protagonista da importancia al hecho de poder acceder a muchos lugares inaccesibles para él en la realidad.
    Tanto si mantienes esas tres preposiciones como si solo dejaras la primera yo quitaría la de “convertirse en”. De manera que: “Una de sus preferidas era poder convertirse en el hombre invisible” yo la dejaría en: “Una de sus preferidas era hacerse invisible”.
    La siguiente cosilla que me llama la atención es: “parodiaba con voz engolada junto a su amigo Julián”. “Parodiar” es imitar de modo burlesco. ¿A quién imita de ese modo el protagonista?, ¿Qué comportamiento parodia? No lo he pillado. Veo, además, que “junto a” no tiene el significado que debería. O no lo he entendido bien yo. ¿Parodiaban los dos a la vez?, ¿solo el protagonista y Julián hacía de espectador? Si fuera el segundo caso deberías cambiar “junto a” por “ante”. Salvo que no haya entendido lo que has querido decir, yo lo pondría así: “peroraba engolando la voz ante su amigo Julián”.
    En: “—Mira lo que he encontrado revuelto por el almacén” rechina la palabra “revuelto”, como ya te dijo Crissta. Puedes poner lo que ella te sugirió o: “—Mira lo que he encontrado revolviendo por el almacén”.
    No tengo nada contra los adverbios en “-mente”, pero me parece que ponerlos bastante cerca afecta a la sonoridad del texto. Son palabras largas. En este fragmento quizá estén algo cerca: “Estaba completamente cubierta de polvo —añadió. Era una hermosa y vetusta caja de madera bellamente policromada”. Yo cambiaría o quitaría uno de los dos.
    El complemento predicativo tras el verbo se usa con cierta frecuencia en la lengua literaria, pero no conviene abusar. Tienes: “proclamó ufano”, “se dijo alborozado”, “se quejó Julián, amargo”, “le dijo socarrón”, “atajó Julián, amistoso”, “dijo el librero apesadumbrado”, “se fue abatido”, “Marchose Leopoldo muy contento”. De los ocho yo solo dejaría tres o cuatro.
    Hay dos adjetivos que te aconsejaría desterrar para siempre de la voz del narrador: “bonito” y “precioso”. En boca de un personaje podrían pasar. Un niño, una adolescente, una maruja… pueden usarlos, por supuesto. Has puesto: “color negro grafito precioso” y yo lo dejaría en “color negro”. Y en: “puso el precioso lápiz a la vista” también quitaría “precioso”.
    En: “Marchose Leopoldo muy contento a casa. Se aposentó ante su escritorio” poner el pronombre tras el verbo en indicativo a mí me suena bastante anticuado. No es incorrecto, pero prefiero “se marchó”. El verbo “aposentar” es “tomar aposento, residencia, vivienda”. No se fue a vivir a su escritorio, sino que se sentó ante su escritorio. Para evitar la repetición del pronombre “se” podrías poner: “Partió Leopoldo muy contento para su casa. Se sentó ante el escritorio”.
    En: “Fue recibido por los más altos dignatarios del mundo y nada les reconvino; su voz se escuchaba con reverencia, pero ninguna de sus antiguas reivindicaciones reclamó” has invertido el orden lógico de que el complemento directo vaya tras el verbo y, al adelantarlo, a algunas personas les han quedado las dos frases un tanto difíciles de entender. El orden lógico es: “no les reconvino nada” y “no reclamó ninguna de sus antiguas reivindicaciones”. Tampoco tengo nada contra la inversión del orden, pero no me gusta que lo hayas hecho en dos proposiciones contiguas.
    En: “Le requería un hombre aseadamente vestido con un traje ajado. Leopoldo se preguntó quién podría ser aquel desconocido que con tanta familiaridad le llamaba. Su rostro le era vagamente familiar” tienes dos adverbios en “-mente” y la repetición de la raíz “fam” en “familiaridad” y “familiar”.
    En: “—¡Oh! Cuanto lo siento” falta la tilde en “Cuánto”.
    En: “espera un momento. Julián”, no debe ser punto sino coma.
    En: “dijo el librero apesadumbrado —. En realidad estoy cerrando. Tuve que vender el estuche mágico”, hay rima en “ao”.
    En: “Por nuestra inquebrantable amistad —proclamó ufano Julián” hay rima en “a”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 22:52
  28. 28. Marcelo Kisi dice:

    Hola Demetrio!
    Aquí estoy con el comentario que te debía, o sea, este es un comentario del futuro. Tengo noticias para ti. El mes que viene escribirás uno que titularás “Budita y el halcón”, que te saldrá “precioso”. Eso sí, no uses esta palabra en él.
    Bueno, nada, volví en el tiempo para leerte y valió la pena el viaje. Habiendo pasado Isolina por aquí yo puedo sentarme relajado a disfrutar del relato. Es más, al contrario, yo aprendí de ti que “desafuero”, palabra que me sonó mal, pues significa quitarle a alguien su fuero, su cargo o título, es también acción violenta contraria a la ley.
    Lo que sí, como comentario, veo, porque vengo del futuro, que se te está dando por los relatos “morales”, que intentan enseñar valores de modo directo, y de donde se pueden extraer “moralejas”. Allí (el mes que viene) será lo de los celos, aquí lo de la gratitud, y así. No recuerdo que todos tus relatos sigan ese molde. ¿Será una etapa artística por la que estás atravesando? ¿Experimentación? Nada más te lo observo para que lo hagas conciente si es que no ha mediado una decisión artística.
    Yo personalmente prefiero al Demetrio de la etapa “cruda”, aquel que nos traía héroes a punto de ser condenados a la horca y que lograban no mearse en los pantalones un momento antes.
    Pero no importa, seguirás en mi lista de lecturas obligadas porque tus textos son, hagas lo que hagas, una experiencia estética exquisita.
    Felicitaciones querido Demetrio!

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 15:19
  29. 29. Demetrio Vert dice:

    Hola Isolina R. Eres un sol. Esperaba con interés tu opinión. Estoy de acuerdo en casi todo. No importa, tus sugerencias valen mucho.

    Aunque opino que cuando un lector no entiende con claridad el significado de un texto, de un enunciado, ello es un problema del autor y sobran explicaciones, en este caso, y dado el interés que pones en tus análisis, voy a comentar un par de cosas sin que sirvan para excusarme.

    Como sabrás, porque lo he dicho machaconamente, andaba muy escaso de tiempo. Sí, hice tres o cuatro revisiones pero aún faltaban algunas más para mi manera de trabajar. Además, ha sido el cuento que más me ha costado escribir de todos los que he hecho. ¡De verdad! No recuerdo las veces que empecé con él, aunque la premisa la tenía clara. “A dónde nos puede llevar la fama”.

    Pero vamos al Hombre Invisible. Al leerte he comprendido de inmediato que lo tenía que haber escrito así, con mayúsculas, ya que me refiero a un personaje concreto que existe en la ficción. Desde ese punto de vista lo que sigue cobra sentido. Leopoldo lo parodia ante (esta vez sí, hay que corregir “junto a”) su amigo…, con voz engolasda.., etc. Parodia a un personaje. Esa fue mi intención y mi fallo. No poner mayúsculas, ya que es un personaje existente.

    Por falta de tiempo no encontré la palabra “acomodar” para sustituir a “aposentar”. “Sentarse” me quedaba corta. Yo quiero que el personaje se acomode bién. Se asiente comodamente, sin molestia alguna, a gusto, para afrontar la tarea que va a empezar. Me equivoqué con “aposentó”.

    Y un ruego. Si tienes tiempo, no dejes de comentarme, por favor.

    Saludos

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 13:02
  30. 30. Isolina R dice:

    Hola, Demetrio:
    He venido a tu texto para ver si habías respondido a mi comentario. Me interesaba saber si lo habías leído.
    Soy de tu club de fans. Quiero decir que aunque ande mal de tiempo te leeré y te comentaré siempre. Por un lado porque no quiero perderme un texto tuyo y por el otro porque para mí es importante recibir tu opinión sobre lo que escribo. Estoy segura de que puedo aprender mucho de lo que me digas.
    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 16:16
  31. 31. Demetrio Vert dice:

    Hola Isolina.

    Lo leí de inmediato y respondí en el acto. Pero respondí al mensaje que automaticamente envía Literautas. Hoy he recibido un aviso de Literautas explicándome que lo había hecho incorrectamente e indicándome que lo colocara directamente en el formulario. Así lo he hecho de inmediato. Te pido disculpas por parecer que no lo había tenido en cuenta. Todo lo contrario. También a mí me interesan sobremanera tus opiniones. Estaremos en contacto, tanto a traves de este medio como del correo que ambos tenemos.

    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 18:32

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