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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por Robert W. Peterson

«La vida es lo suficientemente larga como para esperar algo bueno todavía; no puedo seguir así, dejando escapar el tiempo», pensaba Ruth, y poniendo los ojos en blanco buceó en su memoria buscando algún recuerdo nítido al que aferrarse. «Una vida plena»; eso era, podía sentirse afortunada… «Pero ¿qué diantres sería eso?». Parecía una anciana pensando de esa forma; no era algo apropiado para alguien tan joven y fuerte como ella; sí, fuerte, como lo fue él hasta el último momento. «Bah, tonterías».

Permaneció recostada en la misma postura hasta que la espalda comenzó a dolerle; algo no iba bien. «Qué asco de sofá», dijo entre dientes, y abrazó uno de los cojines. Un dolor agudo e inesperado la asaltó de pronto; de un manotazo apartó el mando a distancia que se le clavaba en un costado. «Algo no va nada bien»; resoplando fijó su atención en las imágenes de la pantalla. «Me estoy quedando sorda; lo que me faltaba», masculló. Con las cejas a punto de llegarle al cogote, presionó la tecla MUTE, y la voz grave del presentador retumbó de nuevo por los altavoces. «Uff…».

El ruido de la lavadora había dejado de escucharse; debía darse prisa si no quería que la ropa se arrugase demasiado. La sangre que borboteaba desde sus piernas entumecidas le golpeó con efervescencia el cerebro, nublando su vista; como pudo se apoyó de la pared para no caer desmayada. ¿Quién acudiría en su auxilio si eso ocurriera? Los gatos hambrientos acabarían mordiéndole la cara. «Qué espanto»; hizo un esfuerzo por olvidar aquello. Últimamente pensaba mucho en su infancia; apenas podía recordar casi nada de su niñez; debía haber sido una muchachita muy risueña, o eso aparentaba en las fotografías. A partir de su graduación todo había girado en torno a él. «¿En qué demonios consistía mi vida antes de conocerle?»; se avergonzó de haber preguntado eso. La espalda volvía a dolerle. Era una mujer valiente, siempre habían dicho eso de ella; debía volver a salir, hacer planes… «¿Sally seguirá teniendo el mismo número?».

A tientas, caminó por el pasillo hasta chocar con el primer peldaño de la larga escalera que conducía a la segunda planta; maldiciendo, dio la luz. Continuó subiendo hasta llegar a la buhardilla. La luz artificial se desparramaba en aquel cuartucho, como una fina capa de musgo verdoso sobre los montones de cajas de cartón apiladas. Ruth se encogió de frio y caminó por la habitación, mirando de soslayo las manchas de humedad del techo. «Esto no es bueno para mis dolores; cualquier día mando todo al carajo y me vuelvo con mamá».

La buhardilla estaba llena de estrambóticos artilugios pertenecientes al antiguo propietario; no sabían nada de aquel hombre; solo un par de datos que les dieron al compraron la casa. Debió ser un tipo extraño, con cierto nombre, que se dedicaba a dar espectáculos de ilusionismo allá donde le llamasen. —Dicen qu’el cadáver d’ese viejo huraño continúa pudriéndose en su caserón —les había dicho el agente de la inmobiliaria con una sonrisilla estúpida en la cara.

Pronto sus ojos se posaron en lo que parecía un bonito joyero de madera; «un lápiz…», sin poder ocultar su decepción leyó la nota que lo acompañaba: «Usar con moderación».

«¡Dios santo, la ropa!», exclamó, y dando la vuelta al papelito escribió: «Tender la ropa»; así no volvería a olvidarse. Al llegar a la cocina observó que toda la colada estaba perfectamente colocada, pinzas incluidas, y, sorprendida, intentó hacer un repaso mental de lo sucedido. «Un maldito lápiz… menudo descubrimiento», suspiró, sintiendo el rugoso tacto veteado entre sus dedos. Aburrida, deslizó el grafito sobre la nota: «Usar con moderación, y un cuerno.» añadió junto a la enigmática caligrafía, y se tronchó de risa con la ocurrencia. «Y UN CUERNO»; tan pronto como pronunció aquello, un cuerno de ternero cayó pesadamente sobre la mesa.

«Definitivamente, he perdido el juicio…».

«Magdalenas», garabateó sobre el papel, y, como salido de la nada, un plato con deliciosas magdalenas se materializó al instante. La sangre le latía con violencia en el pecho. Casi por inercia escribió el nombre de él. No ocurrió nada a continuación.

«Ni siquiera un milagro lo traerá de vuelta»; secando el papel humedecido por las lágrimas, anotó algo más; y sonriendo tímidamente, fijó su vista en la gomita rosada del lápiz que, tras unos instantes suspendido en el aire, cayó al suelo con un característico tamborileo.

«Una vida plena», fueron las últimas palabras que se escucharon en la casa en mucho tiempo.

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33 comentarios

  1. 1. Sandra Adrian dice:

    Hola! Me ha llamado la atención el comentario que has dejado de que no te han servido los comentarios que te han enviado.
    He leído tu historia y personalmente me ha gustado, me quedo con ganas de saber más sobre ella y sobre su pasado. Además, creo que hemos escrito la historia por el mismo lado (yo me he ido más al terreno de la fantasía). Te invito a que lo leas, es el 198.
    Saludos y ánimo para la próxima vez.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 18:42
  2. 2. Ever_am dice:

    Veamos, por donde empiezo…
    Tras haberlo leído y llegado al final, daba por hecho que él había muerto, luego si mahoma no va a la montaña…
    Pero he llegado a ver( con ayuda…) que existen otras opciones, que puede ser que no haya muerto, pero a mi me lleva a que si por un motivo, mas bien una frase, y es esta:
    “Parecía una anciana pensando de esa forma; no era algo apropiado para alguien tan joven y fuerte como ella; sí, fuerte, como lo fue él hasta el último momento. ”
    Y si, podría ser que se esforzó e intentó sobrellevar las cosas y algo no saliese bien, pero por cómo habla ella siento como si hubiera pasado una enfermedad terminal o algo así, al menos es lo que me ha transmitido.
    Un punto fuerte del texto es que llegas a empatizar con el personaje muy fácilmente , casi sin darte cuenta entiendes algunos de sus sentimientos , como el de querer aprovechar si vida y el dilema de si avanzar o quedarse estancada, añorar la infancia y acabar haciendo de alguien su mundo .
    Cuando llegué al final del texto al releerlo comprendí para mi que probablemente nuestra prota lleve tiempo sin salir de casa, tiene gatos como compañía y ha perdido las ganas, incluso se plantea volver a casa de su madre. No diría que esta loca, pero si afectada porque lleva tiempo sola, de ahí a que piense como piensa al principio, primero el sofá, el mando presionando su costado, hasta olvida que la tele esta en mute y se plantea si esta sorda!!!
    Incluso empieza a repasar qué hizo al encontrar la ropa tendida, no es del todo consciente de la realidad que le rodea, no me aventuraria con una depresión pero lo pensé.
    Es ameno de leer, desde luego y si me paro a pensar desde el principio pareciera que se llama a un acontecimiento, me explico, es como si algo inquietase a la prota, algo la lleva a levantarse y olvidarse de que iba a tender la ropa, algo la lleva a donde va, como si pasase exactamente lo que Debia pasar, ahí hay una magia de fondo, muy sutil, casi imperceptible.
    Es un texto triste pero en los primeros párrafos me parece optimista, se ve un destello de que todo puede mejorar y que debería animarse a recuperar su vida, de algún modo me parece que podría haber sido algo positivo, solo que al final es ella quien decide qué hacer.
    Qué mas decir, está bien redactado, esta la errata de compraron y el apoyarse de la pared que me rechina , por lo demás me parece impecable, están bien estructuradas las oraciones y la puntuación es correcta, me parece un texto que despierta muchas cosas, y que no solo enseña lo que hay, también invita a ver lo que hay detrás
    9/10

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 20:27
  3. 3. Robert w. Peterson dice:

    Muchas gracias por los comentarios, chicos; en cuanto pueda me paso por los vuestros, ¡contad con mi comentario!

    Efectivamente, Ever_am, has hecho una lectura del relato fantástica. Era justo eso lo que trataba de transmitir, esa sensación “depresiva e hipocondriaca” que genera una nube borrascosa sobre tu cabeza.

    En cuanto a los errores que señalas, los veo muy adecuados; creo que la forma correcta, efectivamente, es apoyarse EN la pared; y sí, la errata era esa, fue un cambio de ultima hora para ajustarme al límite de palabras.

    ¡Gracias por lo generoso de la nota!

    PD. Me gustan los finales abiertos.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 21:36
  4. 4. Wolfdux dice:

    Un gran relato Robert.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 00:06
  5. Hola de nuevo. Me acabo de leer tu relato con la mejor intención de comentar algo que mejorar, pero supongo que me falta experiencia para comentarte algo que te sea útil. Sólo un par de cositas que noté: La primera es en el tercer párrafo pensé que los gatos mordiendo su cara la hacían recordar su infancia, porque no menciona para nada su niñez antes de eso.

    Lo otro es un error de dedo: “Datos que les dieron al compraron la casa” Era “comprar” o “cuando compraron”.

    Y por último ¿Subió a la buhardilla a buscar el número de Sally? Tal vez debería mencionarlo por que se pierde la ilación de ideas en esa parte, piensa una cosa y de pronto, boom, se tropieza con el escalón. Bueno, es mi parecer.

    Y el final, ¡me has conmovido un mundo!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 01:46
  6. 6. Robert w. Peterson dice:

    Muchas gracias, Wolfdux; en cuanto acabe de comentar los que me corresponden me paso.

    Hola, Verónica, agradezco mucho tu comentario. La idea del relato es que te metas de lleno en la mente de la protagonista, de la forma mas fidedigna posible; cuando pensamos, no lo hacemos de una forma ordenada, al menos yo no, hay pensamientos más poderosos que otros y vamos dando saltos de uno a otro sin demasiada lógica. Más si cabe, si estamos deprimidos, hemos sufrido una perdida reciente o algo nos preocupa en exceso.

    Con esto quiero decir, que no tiene porque existir una conexión directa, por ejemplo, ella está sola y se imagina que se desmaya, como solo le acompañan unos gatos, se imagina a continuación que podrían morderle, esta imagen le resulta horrorosa y la desecha rápidamente, piensa en algo poderoso, en algo en lo que suele pensar últimamente, su infancia y así un pensamiento le lleva hasta a otro, a veces se ven interrumpidos por el dolor de espalda; piensa que debe salir más, en su vieja amiga Sally. He buscado la naturalidad sobretodo. Sube a la buhardilla porque no tiene nada mejor que hacer, porque sigue pensando en sus cosas, la casa es nueva… no sé si me explico

    La errata sí, es un error al escribir, me sobraban un par de palabras y recorte esa expresión sin fijarme en lo que hacía, jaja.

    El final es durillo sí.

    Gracias de nuevo. 🙂

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 02:03
  7. 7. Denise dice:

    Qué tal, leí tus comentarios en el post y me dio curiosidad por leerte. El relato está muy bueno, soy muy fan de los finales abiertos y de los relatos fantásticos 😀

    Ya vi que te estuvieron marcando las erratas, y fuera de ellas, el texto no tiene faltas ni problemas de puntuación, aunque el punto y coma después de los pensamientos es algo que no tengo visto. Yo le pondría una coma, pero es un gusto personal porque desconozco si hay alguna regla para eso.

    Con respecto a las incoherencias del texto como reflejo del caos mental de una persona, en principio estoy de acuerdo con vos. De hecho, mi relato es un intento de hacer algo por el estilo. Sin embargo, me da la impresión de que en este texto podría ser un poco problemático porque la forma en que está escrito es bastante lógica; tal vez, si hubieras jugado un poco más con la gramática para poner ese caos más en evidencia (no demasiado, sólo un poco), la impresión de Verónica hubiera sido diferente. Es mi opinión, no sé qué pensarás.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 18:02
  8. 8. Jose Luis dice:

    Hola
    Tengo que apuntar un pequeño fallito.
    En la frase “«Pero ¿qué diantres sería eso?».”, sobra ese punto detrás de las comillas de cierre.
    En la frase “«Qué asco de sofá», dijo entre dientes”, creo que habría que sustituir las comillas por las rayas largas (aunque hable entre dientes, lo hace en voz alta, no está expresando un pensamiento.
    En la frase (…)como pudo se apoyó de la pared (…), creo que lo más correcto es decir que se apoyó “en” la pared
    En la frase “Ruth se encogió de frio”, falta la tilde en frío.
    En la frase “dieron al compraron la casa”, hay dos opciones: dieron al comprar la casa o dieron cuando compraron la casa.
    En la frase “«¡Dios santo, la ropa!», exclamó”, otra vez sobran las comillas; mejor poner las rayas largas.
    Hay algún error de redacción dentro del texto, pero el contenido, que es lo que importa, es muy bueno. Un cuento entretenido con un poso de amargura al final
    Un saludo

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 18:15
  9. 9. Robert w. Peterson dice:

    Muchas gracias por pasaros a leer, ¡un lujo de comentarios! Así da gusto.

    Tengo una obsesión muy grande con el punto y coma, Denise; esta vez no iba a ser la excepción. En cualquier caso, creo que el punto y coma es el signo natural para hilar pensamientos y reflexiones. Sobre el uso de la gramática, creo que hay partes que podrían haber quedado mejor explicadas sin añadir muchas más palabras; pero al final es un quebradero de cabeza en el que acabas dudando si borrar una metáfora bonita en favor de la claridad o pensar un poco en uno mismo y dejarlo a tu gusto. De todos modos creo que son problemas de un relato aislado que no deja de ser un ejercicio para un taller; prefiero no hacer grandes modificaciones y olvidarme de él… ¡no voy a defenderlo!

    Jose Luis, muchas gracias por fijarte en esos detalles, los corregiré de inmediato. Tenia la duda de si usar la barra largo o mantener las comillas, al final opté por matizar con el verbo y preservar la homogeneidad del texto, desconozco si es un error, pero lo he visto hacer a muchos escritores.

    De nuevo muchas gracias a ambos, me pasaré por vuestro texto en cuanto saque unos minutos de calidad.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 19:42
  10. 10. Sara Ley dice:

    Me ha gustado mucho. Casi que me identifico con la protagonista cuando dice: “partir de su graduación todo había girado en torno a él. «¿En qué demonios consistía mi vida antes de conocerle?»” aunque a mí gracias al cielo no se me ha muerto ningún novio.

    Salvo las erratas que ya han señalado los demás, no tengo nada que decir. Hay una rima involuntaria: “sin poder ocultar su decepción leyó la nota que lo acompañaba: «Usar con moderación»”, pero no es algo crítico.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:10
  11. 11. Veronica Murillo dice:

    Jaja, si creo que en esa parte me obsesioné con un ejemplo que leí sobre la coherencia de un tipo que veía un jardín y luego entraba a su casa a comer salchichas sin razón aparente y me dejó algo obsesiva al respecto y sobre olvidarlo, no del todo, pero tienes razón si nos obsesionamos con los resultados el taller no sería tan divertido, solo tomar nota y aplicar cuando es realmente necesario, como en el caso de la ortografía y puntuaciones, que son cosas que no se pueden pasar, pero el resto hay técnicas y estrategias que a veces podemos pasar por alto por amor al arte.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 00:06
  12. 12. Denise dice:

    Estoy de acuerdo. Como comentaristas, nuestro trabajo es indicar lo que vemos como fallas y justificar; el autor, después, puede hacer lo que se le antoje, que para eso es su texto. Siempre y cuando un@ sea consciente de los motivos por lo que hace las cosas, considero que está bien 😉

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 01:19
  13. 13. L.M.Mateo dice:

    Hola Robert:

    Has creado muy bien esa confusión de ideas que se crea cuando alguien está deprimido, esos pensamientos inconexos que vienen y van, los “vacíos” mentales que se generan en los que no se recuerda lo que se ha hecho anteriormente.

    En el aspecto formal, te lo han dicho casi todo.

    Apunto la palabra “mute”, que debería ir en minúscula y, además, entrecomillada por ser un extranjerismo.

    Con respecto al uso de comillas latinas en los diálogos y los pensamientos se puede hacer. Yo misma lo he hecho en este taller. A veces es diálogo, a veces es pensamiento, y se deduce por la acción del texto.

    Lo que sí que no se debe hacer jamás es mezclar comillas y rayas en el texto porque pierde la unidad. Me refiero a la frase:

    ” —Dicen qu’el cadáver d’ese viejo huraño continúa pudriéndose en su caserón —”.

    Si has estado utilizando las comillas para las frases expresadas en voz alta, esa frase debería ir también escrita en comillas latinas. Además, en caso de usar raya, deben ir siempre en líneas diferentes al texto. Espero haberos aclarado la duda.

    Un placer leerte.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 02:08
  14. 14. Robert w. Peterson dice:

    Hola L.M. Mateo, muchas gracias por apuntarme esos fallos; en breve (espero) me paso por el tuyo.

    Hay algo que no me queda claro de lo que has comentado (que le vamos a hacer soy un pelmazo) y es lo de las rayas y comillas castellanas. No sé si te refieres a acumular signos o emplear ambos indistintamente.

    Hace algún tiempo (fue la razón por la que conocí literautas) me compre el libro de diálogos de Iria (un gran descubrimiento); lo utilizo para consultas, y no lo he leído de cabo a rabo, lo que sí puedo decir en base a la información que contiene es, que el uso d rayas y comillas castellanas dentro de un mismo texto es “legal” y corresponde a algo así como forma de dialogo mixta. Luego (porque cuando lo sabes, lo ves por todas partes) lo he visto hacer a varios autores. De los últimos que he leído y que me han influenciado en cierto modo para construir este relato, ha sido a la narradora Flannery O’connor, la cual os recomiendo desde ya.

    Yo lo veo así: reservar las comillas para pensamientos o no tan pensamientos (que aunque el personaje masculle, exclame o diga entre dientes, no dejan de ser pensamientos que suenen diferente en nuestras cabezas), a todo ello, que pertenece a una misma “dimensión o plano temporal” les reservo las comillas. Por otro lado, en la parte en la que habla el señor de la inmobiliaria, por así decirlo, pretende como rescatar de forma fiel ese extracto de ese dialogo que tuvo con la protagonista anteriormente, y que ella recuerda a modo de reminiscencia en su forma dialogada (que lío no (?)). Al final esto parece un tratado de metafísica con tanta dimensión dentro de otra dimensión, pero espero que se entienda la idea.

    Muchas gracias por leer, Sara, que no me he olvidado de tu cara. (Ouch, otro pareado).

    Y al resto por el feedback tan maravilloso que estamos teniendo y que siempre se agradece.

    Tengan todos un maravilloso día.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 09:23
  15. 15. M. Blacksmith dice:

    Fantástico relato!
    Me encanta cómo muestras al lector los pensamientos y pesares del protagonista del relato. He observado una errata cuando escribes, “solo un par de datos que les dieron al compraron la casa”. Supongo que se te habrá colado.
    Por lo demás, me gusta mucho como dejas el final abierto, haciendo reflexionar al lector, yo personalmente soy muy proclive a dejar los finales abiertos.
    Enhorabuena!!
    Un saludo

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 11:18
  16. 16. L.M.Mateo dice:

    Tranquilo Robert XD

    El libro de Iria es una joya. Empecé a leerlo hace tres meses, pero entre trabajo, cursos online y mi casa, lo que me apetece leer cuando llego a mi hogar es cualquier cosa que me relaje; así que lo tengo pendiente de recomenzar y terminar en estas vacaciones de Navidad. Más que nada porque quiero sentarme a hacer los ejercicios tranquilamente, y ya no me quedan horas.

    A ver, con lo de no mezclar me refiero a no hacerlo sin motivo. Por supuesto, un mismo texto puede tener diálogos en comillas y otros en rayas (como bien dices, nunca dentro del mismo diálogo). Pero si lo haces, se tiene que entender porqué.

    No sé si lo has leído, pero pásate por el relato de Demetrio (el 11), ya que usa ambos. En su caso utiliza las comillas para una forma dialogada anterior al relato presente, y la línea de diálogo para el presente. A eso me refiero con la unidad de texto. Al lector le queda claro así, en cuanto ve el tipo de signo utilizado para la conversación, a qué punto del relato nos remitimos. Es una cuestión de estilo y de unificación de texto. Algo así como los epígrafes que nos encontramos en un libro de texto en cada unidad: nos dan pistas de en qué punto nos encontramos.

    El uso de las comillas suele ser cuestión del estilo del autor. Hay quien usa las latinas, otros las inglesas y quien utiliza las simples. A veces para diálogos, otras para pensamientos, o para ambos; para remarcar palabras, ideas, etc… Lo que sí se recomienda es que el uso que hagamos de ellas sea coherente en todo el texto (lo mismo sucede con el uso de cursiva o negrita).

    Respecto al extracto fiel del de la inmobiliaria, si no es diálogo (que es lo que entiendo por lo que me has explicado), significa que es un inciso en el texto con una cita literal. Recuerda que las citas literales van siempre entre comillas, y que al ser un inciso, las rayas no se separan ni del principio ni del final. Es decir, quedaría así:

    —”Dicen qu’el cadáver d’ese viejo huraño continúa pudriéndose en su caserón”— les…”

    Aún así, esta última forma me queda un poco extraña y no puedo decirte con seguridad si se puede hacer lo que planteas (que seguro que sí, porque se permite casi todo en literatura); pero la representación sería esa.

    De todos modos, te dejo dos links que a mi me vinieron muy bien para complementar (o resumir) a la RAE, que encontré en internet y que son de la UAM de México. En ese mismo apartado, tienen más recursos de lengua española para repasar.

    http://www.uamenlinea.uam.mx/materiales/lengua/puntuacion/html/comi.htm

    http://www.uamenlinea.uam.mx/materiales/lengua/puntuacion/html/raya.htm

    Espero haber despejado alguna duda.

    Pasa un buen día.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 12:23
  17. 17. L.M.Mateo dice:

    Tranquilo Robert XD

    El libro de Iria es una joya. Empecé a leerlo hace tres meses, pero entre trabajo, cursos online y mi casa, lo que me apetece leer cuando llego a mi hogar es cualquier cosa que me relaje; así que lo tengo pendiente de recomenzar y terminar en estas vacaciones de Navidad. Más que nada porque quiero sentarme a hacer los ejercicios tranquilamente, y ya no me quedan horas.

    A ver, con lo de no mezclar me refiero a no hacerlo sin motivo. Por supuesto, un mismo texto puede tener diálogos en comillas y otros en rayas (como bien dices, nunca dentro del mismo diálogo). Pero si lo haces, se tiene que entender porqué.

    No sé si lo has leído, pero pásate por el relato de Demetrio (el 11), ya que usa ambos. En su caso utiliza las comillas para una forma dialogada anterior al relato presente, y la línea de diálogo para el presente. A eso me refiero con la unidad de texto. Al lector le queda claro así, en cuanto ve el tipo de signo utilizado para la conversación, a qué punto del relato nos remitimos. Es una cuestión de estilo y de unificación de texto. Algo así como los epígrafes que nos encontramos en un libro de texto en cada unidad: nos dan pistas de en qué punto nos encontramos.

    El uso de las comillas suele ser cuestión del estilo del autor. Hay quien usa las latinas, otros las inglesas y quien utiliza las simples. A veces para diálogos, otras para pensamientos, o para ambos; para remarcar palabras, ideas, etc… Lo que sí se recomienda es que el uso que hagamos de ellas sea coherente en todo el texto (lo mismo sucede con el uso de cursiva o negrita).

    Respecto al extracto fiel del de la inmobiliaria, si no es diálogo (que es lo que entiendo por lo que me has explicado), significa que es un inciso en el texto con una cita literal. Recuerda que las citas literales van siempre entre comillas, y que al ser un inciso, las rayas no se separan ni del principio ni del final. Es decir, quedaría así:

    —”Dicen qu’el cadáver d’ese viejo huraño continúa pudriéndose en su caserón”— les…”

    Aún así, esta última forma me queda un poco extraña y no puedo decirte con seguridad si se puede hacer lo que planteas (que seguro que sí, porque se permite casi todo en literatura); pero la representación sería esa.

    De todos modos, en la RAE puedes encontrar todos los usos, y la UAM de México tiene recursos en su departamento de lengua (teclea: uam méxico comillas en Google y te saldrá en seguida). He intentado ponerte los links, pero el comentario no se ha publicado, no sé si porque deben revisarlo primero o porque he infringido alguna norma (nunca antes he puesto links aquí).

    Espero haber despejado alguna duda.

    Pasa un buen día.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 12:29
  18. 18. L.M.Mateo dice:

    Robert, te he dicho que el texto de Demetrio era el 11, pero han tocado algo y ahora le corresponde el 12.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 13:07
  19. Al leer tu relato y los comentarios tuyos y de los compañeros, he llegado a la conclusion de que en muchas ocasiones, nosotros tendemos a acomodar los pensamientos en orden para que “cuadren” con la historia. Pero es que son pocos, por no decir nadie, los que piensan de forma ordenada.
    En fin, volviendo al relato, me parecio excelente. EL lector se mantiene intrigado acompañando a la protagonista y como ya te dijeron, se quedan con ganas de saber mas. Tambien me gustan los finales abiertos, por cierto, aunque en mi caso es porque no puedo hacer un relato con final cerrado. Y mira que lo he intentado…
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 16:34
  20. 20. Robert w. Peterson dice:

    Y llegaron los links; muchas gracias L.M.Mateo por dedicarme tu tiempo, seguro que me serán de gran ayuda.

    Gracias a los demás por comentar y me alegra enormemente que os gustase; reconozco que la temática no era nada del otro mundo, pero creo que conseguí un relato entretenido al menos.

    Me pasaré por los vuestros.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 21:28
  21. 21. Christian Joseph White dice:

    ¡Tremendo relato! Tremenda fuerza la de tu narrativa para evocar tales imágenes en el lector. Me he sumergido en tus líneas mientras me mantenías expectante en la espera del final. Felicitaciones, un relato distinto y original. Escribis muy bien 😉

    ¡Saludos, Robert!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 18:38
  22. 22. Peter Walley dice:

    Buenas Robert,

    Me ha encantado la historia, tanto en forma como en contenido. Algunas veces con la limitación de las 750 palabras los relatos quedan un poco atropellados (al menos yo suelo tener que recortar), pero en este caso creo que tiene la longitud justa.

    El final me ha gustado pero no me ha parecido tan abierto; igual es que no lo entendí bien 🙂 lo que sí me despistó un poco fue lo de la frase de una vida plena al principio y al final, si es porque el resto son sólo pensamientos de la protagonista yo lo dejaría más claro.

    En cualquier caso es uno de los mejores relatos que he leído este mes, enhorabuena.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 21:34
  23. 23. Robert w. Peterson dice:

    Muchas gracias amigos por lo efusivo de los elogios.

    Yo soy consciente de que no redacto mal del todo, soy versátil y tengo bastantes recursos de los que tirar, sin embargo, la mayoría de las veces cuando pasado un tiempo regreso a textos antiguos a menudo pienso: «Menuda pavada, ¿esto que narices aporta o a quien le va a interesar?». Por lo que me consuela y anima a partes iguales, tener cierta seguridad de que el texto ha conseguido que lo terminaseis de leer. Lo de que está muy bien se lo decís a todos, que os he pillao.

    Respecto a lo que comentas @Peter Walley, depende un poco de la filosofía de cada uno, si ves el vaso medio lleno o medio vacío; me explico: bien es cierto que todos los finales confluyen en lo mismo, la mujer desaparece. Lo que cambia es el matiz último, se puede interpretar que la mujer escribió su propio nombre y a continuación lo borró “suicidandose”; se puede pensar que se fue con su chico si piensas que este no esta muerto o, incluso, puedes llegar a pensar que escribió “tener una vida plena” y automáticamente desapareció porque la vida que estaba llevando era, a todas luces, un despropósito.

    No digas ezo que me pongo coloraó.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 21:57
  24. 24. CARMELILLA dice:

    Hola Robert, comienzo con el “me gusta tu relato” pero es tan enigmático que al final me deja sin “entender” y aunque me gusta “lo misterioso” y “lo escondido” me he quedado “en el aire”. Supongo que estaba enferma, no sólo de nostalgia, si no físicamente. Aprecio un salto sin mucho sentido cuando se levanta para tender pero se va a la buhardilla para luego ir a la cocina, quizá es que la concina estaba en la buhardilla, en fin… y luego el final bastante inquietante, que por algún motivo dejaba de estar, está claro, quizá con algo más en lo previo al final y aún siendo este abierto a la imaginación de cada uno, me hubiera gustado más, pero cada uno elige cómo quiere empezar y acabar. Te seguiré leyendo Robert, un saludo.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 17:17
  25. 25. Robert w. Peterson dice:

    Me sorprende que a algunos os suponga un problema estos saltos sin “aparente” conexión, es cierto que este tipo de estructuras demandan más la atención del lector, pero es posible seguirlo. Si quieres hacerte una idea de lo que sucede en el relato y los posibles finales, puedes encontrar “pistas” en los diferentes comentarios. No obstante, en el próximo relato planeo cambiar de registro.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 18:05
  26. 26. Isolina R dice:

    Hola, Robert:
    He ido devolviendo visitas a todos los que pasasteis por mi texto y a ti te he dejado para el final, como me lo propusiste tú mismo.
    Es el primer texto tuyo que leo e intuyo que su contenido no casa demasiado bien con tu estilo, tu forma de escribir y tu carácter. Quiero decir que estoy segura de que en otro tipo de escenas te lucirás bastante más que en la de esta mujer depresiva. Para el caos del pensamiento se puede usar el flujo de conciencia, como ha hecho Denise. El caos de tu protagonista queda un poco “ni chicha ni limoná” por cuanto su desorganización está demasiado organizada desde un narrador que, en mi opinión, controla más de la cuenta.
    Me gusta un montón cómo escribes, Robert, pero este relato no me convence mucho por lo que acabo de explicarte. Como ves, no le digo a todo el mundo lo maravilloso que es su texto. Y menos a aquellos compañeros talleristas (como es tu caso) ante los que tengo que quitarme el sombrero por su talento, su gran potencial y por lo que pueden enseñarme en aquello en lo que ando más flojita.
    Ya sabes que me fijo mucho en el plano formal. Así que voy a comentarte algunas cosillas:
    1.- Te has pasado un poquito con los gerundios. Son correctos, sí. Pero de los dieciséis que has puesto yo dejaría como mucho diez. Y si fueran menos, mejor todavía.
    2.- El verbo “ser” también podías reducirlo un pelín.
    3.- Tienes cinco adverbios en “-mente” “estratégicamente” repartidos por el texto, salvo dos que han quedado cerca: “cayó pesadamente sobre la mesa. «Definitivamente, he perdido el juicio…».”
    4.- La probabilidad se hace con “deber de + infinitivo”, la obligatoriedad con “deber + infinitivo”. ¿Qué quisiste decir en: “debía haber sido una muchachita muy risueña, o eso aparentaba en las fotografías”? Me da la sensación de que falta “de”. También en: “”Debió ser un tipo extraño”, aunque en este caso como lo expresa un personaje no importa que lo diga mal o bien. Imagino que en los dos ejemplos estás hablando de probabilidad, no de obligatoriedad.
    5.- Hay alguna rima: “ocultar su decepción leyó la nota que lo acompañaba: «Usar con moderación”, “exclamó, y dando la vuelta al papelito escribió”, “el agente de la inmobiliaria con una sonrisilla estúpida en la cara”.
    6.- En: “pensaba mucho en su infancia; apenas podía recordar casi nada de su niñez” creo que has puesto dos sinónimos sin necesidad. Podías haberlo dicho así: “pensaba mucho en su infancia; apenas podía recordar casi nada de ella” (o “de entonces”, para que no rime con “risueña”).
    7.- En: “con una sonrisilla estúpida en la cara” sobra “en la cara”. La sonrisilla puede ser estúpida o inteligentísima, cínica, amable… Pero desde luego siempre está “en la cara”.
    8.- Te voy a afear que uses el adjetivo “bonito”. Si lo dijera el personaje, podría valer. En boca del narrador, no demasiado. Para un cuento infantil está bien, aquí no.
    9.- En: “un plato con deliciosas magdalenas se materializó al instante. La sangre le latía con violencia” repites “con” algo cerca.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 10 diciembre 2015 a las 22:14
  27. 27. Robert w. Peterson dice:

    Es curioso, para ser la primera vez que me lees detecto un exceso de fe o un intento innecesario de ser amable… Fuera bromas, agradezco mucho tu comentario, no suelo excusar a ninguno de mis textos de mis propias carencias, de modo que estoy bastante de acuerdo en todas tus apreciaciones. Las personas que dicen lo que piensan son valiosas y necesarias, hay que apuntar siempre a la verdad, y es lo que he echado en falta muchas veces en este taller, sin que esto se entienda como un reproche hacia nadie.

    Estaré un par de meses ausente; quizá me pase a comentar. Estoy opositando y tengo el examen a la vuelta de la esquina. El proceso creativo de calidad es muy demandante y en estos momentos el estudio requiere la totalidad de mi masa encefálica si quiero obtener un buen resultado; ya se sabe, quien mucho abarca poco aprieta.

    Me gustaría leerte también por Escrites. Lo digo porque me encanta hablar de literatura (la mayoría de las veces no tengo con quien hacerlo) y me interesa escuchar todo lo que puedas decir sobre el tema.

    Definitivamente, es muy difícil escribir a gusto de todos, jajaja.

    Escrito el 10 diciembre 2015 a las 23:55
  28. 28. Robert w. Peterson dice:

    PD. Por curiosidad, ¿cuántos años me echas? XD

    Escrito el 10 diciembre 2015 a las 23:58
  29. 29. Isolina R dice:

    Ni repajolera idea de tu edad. Quizás entre diez y cien años.
    Bueno, si andas opositando tal vez pases de los veinticinco.
    Muchísima suerte con el examen.
    Saludos

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 00:37
  30. 30. Robert w. Peterson dice:

    Bah, que leches, este es mi rincón personal y hoy estoy hablador (además me resulta super divertido hacerlo)Lo asu, de modo que iré comentado cada una de tus sugerencias.

    Respecto al narrador, entiendo a que te refieres, es una voz que utilizo con cierta frecuencia. Aunque es una tercera persona en aparente, el narrador es un “compinche” del propio protagonista; es una especie de retroalimentación del pensamiento del personaje, en el que a veces se mimetiza con él o dialoga con este o le cuestiona algún aspecto. Se puede ver por ejemplo aquí:

    “«Una vida plena»; eso era, podía sentirse afortunada… «Pero ¿qué diantres sería eso?». Parecía una anciana pensando de esa forma; no era algo apropiado para alguien tan joven y fuerte como ella; sí, fuerte, como lo fue él hasta el último momento”.

    1. No tengo problemas con los gerundios, no me resultan inoportunos, pero los consideraré de aquí en adelante.

    2. Eso es porque soy egotista.

    3. Tampoco he declarado la guerra a los adverbios terminados en -mente (como García Márquez o S.King); me parecen atajos del lenguaje y mejor una palabra usada “exactamente”, que no recurrir a otras alternativas cuando considero que son pobres y no solucionan el problema “de forma exacta”. Pero está bien visto.

    4. Esto me será muy útil (admito que me sonaba raro).

    5. La poesía es el autentico lenguaje del alma, el más natural, tengo que hacer verdaderos esfuerzos para que no rime todo con todo.

    6. De acuerdo.

    7. Es una redundancia que me encanta, intencionada, a la que no pienso renunciar. Pero me encantó que lo sacases a la luz.

    8. y 9. Estoy de acuerdo también.

    Sobre el flujo de conciencia, es un recurso que está ahí, interesante, pero no es el único; fue original en su momento, pero juega en contra de otras estrategias narrativas… no solo el cubismo se sinónimo de arte…

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 00:45
  31. 31. Robert w. Peterson dice:

    Tengo 25 justamente; lo aclaraba porque yo tengo poco que enseñar, en realidad; aunque pueda sonar categórico en ocasiones, todo lo que digo lo hago en base a la intuición propia, haber leído mucho y pensado bastante en el tema. Mi experiencia a efectos prácticos no es demasiada. Más bien vine a escuchar lo que se contaba por aquí.

    Gracias.

    Un cordial saludo.

    Escrito el 11 diciembre 2015 a las 00:53
  32. 32. Manoli VF dice:

    Hola Robert. La verdades que resulta todo un ejercicio leer tanto los textos como los comentarios sobre el mismo, en este caso me ha gustado leerte y concuerdo contigo en algunas apreciaciones que le haces a Isolina, a la vez que también me resultan útiles algunas de las anotaciones que ésta te comenta. Sobre el uso de las rimas y los adverbios si no son excesivos encuentro que se pueden permitir; los participios no llaman la atención a menos que vayan muy seguidos. A mí en ese plano tu texto no me ha resultado excesivo, lo que sí te apunto es que concuerdo con Carmelilla en lo del salto narrativo cuando va a la buhardilla y cuando regresa, como lectora sí lo he notado, y al igual que te dice Denise, creo que el asunto está en que se mezcla el caos mental del personaje con la “lógica” del narrador de forma un poco brusca, por lo menos en ese párrafo, por lo demás me ha encantado ese final sugerente y abierto, lo que ocurre es que creo que el límite de palabras ha hecho que se comprimiese un poco la escena del lápiz. Un saludo, Robert. Y suerte con esas oposiciones!!

    Escrito el 13 diciembre 2015 a las 18:43
  33. 33. Eber dice:

    El tema del correcto uso de comillas o guión largo por lo menos a mi me está generando mas dudas que certezas, creo que lo importante es que quede claro al lector lo que se quiere expresar.
    Lo que me hizo reflexionar mas fue el final, mi conclusión es que la unión de las dos cosas: el nombre de su amor y el pensar en una vida plena, es lo que obró la desaparición. No habría vida plena sin su amor y al unirse las mitades,se produjo el resultado. No se me había ocurrido la posibilidad de que al escribir su nombre se suicidase. Pero ejerciendo mi privilegio de lector, elijo el primer final, la vida plena con el amor de su vida, que, tal vez, implique dejar esta vida para reencontrarlo en otro plano o dimensión. Saludos

    Escrito el 14 diciembre 2015 a las 20:09

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